Guerra de Ucrania – Día 771

La OTAN ha celebrado su 75ª aniversario, a la vez que una nueva reunión del Consejo OTAN-Ucrania, todo ello entre dudas respecto a la unidad de la Alianza y con la polémica propuesta sobre la mesa de crear un fondo de 100.000 millones de euros mediante el cual ayudar a Ucrania durante los próximos años, algo a lo que estados como Hungría se oponen y otros como Alemania se muestran escépticos. En el frente, mientras tanto, la superioridad numérica rusa continúa al ejército de este país lograr pequeños pero constantes avances, mientras que los periodos de adaptación a las innovaciones ucranianas son cada vez más cortos, dificultando así la defensa. Además de esto, mientras prosiguen los ataques rusos con drones y misiles contra la infraestructura ucraniana, y como forma de adaptarse a ellos, desde Ukrenergo hablan de la necesidad de crear una red energética distribuida en el país, algo mucho más sencillo de decir que de hacer.

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La guerra de Ucrania prosigue su curso del mismo modo que lo viene haciendo desde que la ofensiva ucraniana de verano de 2023 fracasara, agotándose tras escuetos avances: con pequeñas pero constantes ganancias territoriales rusas que, a coste de un gasto ingente de munición y también de un coste enorme en vidas y material, están logrando tensar a unas Fuerzas Armadas ucranianas en las que algunos de sus miembros se muestran abiertamente pesimistas respecto de sus posibilidades futuras.

Parte de este pesimismo se debe al ritmo de las adaptaciones rusas, de las que hemos hablado en numerosas ocasiones, pero que cada vez permiten un margen menor de éxito a las innovaciones introducidas por Ucrania. Dicho de otra forma: las nuevas armas o tácticas ucranianas, por imaginativas y capaces que sean, en lugar de ofrecer una ventaja significativa durante un largo periodo de tiempo, apenas son capaces de conseguir que esta se mantenga durante unas semanas.

Es, sin ir más lejos, lo visto en su día con los MLRS y las municiones guiadas enviadas por sus aliados a Ucrania, que permitieron provocar importantes daños a la logística y la capacidad de mando y control ruso, pero frente a los que, tras unos meses, lograron introducir adaptaciones que se han probado eficaces. Más tarde se ha visto a propósito de los misiles Storm Shadow/SCALP. Más allá de que el número de estos ingenios fuese limitado, y a pesar de algunos éxitos notables, no han sido determinantes en el devenir de la guerra entre otras cosas porque Rusia ha sido también capaz de adaptarse.

En relación, ocurre lo mismo con los drones, de los que Rusia no solo produce ya cantidades importantes, sino que está logrando a base de hacer llegar al campo de batalla más y más sistemas EW de distintos tipos –entre muchas otras medidas– complicar su uso por parte ucraniana, aunque obviamente estos no cesan en el desarrollo de soluciones, lo que está alumbrando a su vez avances impensables antes de la invasión. Por supuesto, a base de emplear decenas de miles de drones y de buscar formas de hacerlos más baratos y capaces, estos ingenios siguen anotándose la mayor parte de las bajas, actuando con relativo éxito como sustitutos de la artillería, para la cual Ucrania carece del número adecuado de disparos. Sin embargo, las tornas en este aspecto están también cada vez más igualadas y Rusia se está demostrando capaz de seguir el endiablado ritmo de iteración marcado por Ucrania, que se mide en periodos de dos a tres semanas en muchos casos.

Lo que es peor para Ucrania, no son pocos los que temen que esta situación se agudice en el futuro y afecte también al rendimiento, una vez lleguen al campo de batalla, de sistemas de armas tan anhelados como los cazabombarderos F-16. Al fin y al cabo, llegarán al frente con tanto preaviso que Rusia habrá podido prepararse a conciencia para minimizar su impacto y el de las posibles municiones o equipos de detección que puedan integrar.

Por supuesto, buena parte de la forma en que Rusia logra enjuagar los avances ucranianos, sean desarrollos propios como vimos hace un par de días a propósito del empleo de avionetas para atacar objetivos a larga distancia, o enviadas por sus aliados, como las municiones guiadas, depende simplemente de la masa. Rusia dispone de tal superioridad humana y material en estos momentos que independientemente de que acción tras acción el rendimiento ucraniano pueda seguir siendo algo mejor (favorecido además por la defensiva) –lo hemos visto en acciones recientes como el ataque blindado ruso en la zona de Tonenke-, esto no es suficiente en última instancia, para evitar sucesivos avances. Hasta el punto de que hay quien teme, en la propia Ucrania, que el frente pueda colapsar.

En este sentido, y a pesar del reciente anuncio de cambios en la ley de reclutamiento por parte ucraniana, que ha reducido la edad de los movilizables de 27 a 25 años, o de iniciativas como la de la República Checa, destinadas a suministrar municiones a las AFU, salvo que la ayuda comience a fluir a Ucrania de forma masiva -aquí sigue siendo clave la velocidad a la que los Estados miembros de la UE sean capaces de cumplir con lo prometido-, cabe ser poco optimistas en los próximos meses, algo en lo que hemos insistido en numerosas ocasiones. Peor si cabe: si la ayuda llega, pero no a tiempo, se corre el riesgo de que el deterioro de la situación sea irreversible por completo, lo que condicionaría las salidas al conflicto.

Y es que, con o sin un número desorbitado de bajas, Rusia no solo está logrando compensarlas, sino que incluso habría logrado reconstituir «casi por completo» sus Fuerzas Armadas, vapuleadas en los primeros meses tras la invasión, en opinión del subsecretario de Defensa de los Estados Unidos, Kurt Campbell. Una estimación muy diferente a la hecha, por ejemplo, por Lituania hace apenas unos meses y en la que juzgaban que a Rusia le tomaría entre cinco y siete años rehacer sus fuerzas.

Lo que no quiere decir, volviendo sobre el frente, que este vaya a hundirse necesariamente. Tampoco, sobre la calidad de las fuerzas reconstituidas, sobre lo que hay diversas opiniones pues si por una parte a base de aprender lecciones, el elemento humano ha podido mejorar, por otra el material ha empeorado a medida que el más moderno se ha ido perdiendo. Pero sí nos habla una vez más sobre la capacidad rusa para seguir manteniendo -e incluso aumentando como se espera-, la presión sobre las líneas ucranianas.

Y pasando un día a más a lo ocurrido sobre el terreno, tenemos que las novedades son también mínimas en las últimas horas, como corresponde a una guerra en la que los movimientos son la excepción, de ahí que no dediquemos más espacio a esta parte del análisis. En cuanto a los lanzamientos de misiles y drones contra Ucrania, Rusia habría empleado dos misiles S-300/400, tres misiles balísticos Iskander-M y trece drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que habrían sido derribados todos y cada uno de estos últimos, no así los misiles, según el Ministerio de Defensa del país atacado. Dicho lo cual, se han registrado explosiones en Járkov, en donde un doble ataque ruso ha costado la vida a varios bomberos y sanitarios que asistían a las víctimas de las primeras explosiones. Los datos provisionales hablan hasta de media docena de fallecidos.

En relación con los ataques de las últimas semanas, y como hemos adelantado en la entradilla, cabe decir que el El presidente del consejo de administración del operador nacional de la red eléctrica, Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskyi, ha afirmado que la «única manera sostenible» de proteger el sistema energético ucraniano de los ataques rusos pasa por «descentralizar» la producción mediante construyendo numerosas pequeñas centrales eléctricas. Obviamente, tiene razón al menos en parte. La forma en la que se está generalizando el empleo de armas de precisión de largo alcance complica el hecho de que, centrales más pequeñas pero limitadas en número puedan ser la solución a los problemas de Ucrania. La alternativa pasa por la descentralización, sí, pero para que fuese realmente efectiva habría que constituir una red equiparable a lo que hace Starlink en el espacio, no con unas decenas sino con miles de pequeños centros de producción locales. De hecho, lo más lógico sería, al menos teóricamente -aunque obviamente no hay fondos para ello-, que cada domicilio y negocio fuese lo más autosuficiente posible, algo que está muy lejos de suceder.

Dicho esto, y del lado ruso, tenemos hoy que las defensas antiaéreas han estado activas en la zona de Rostov. Además, el Ministerio de Defensa de este país ha hablado de nuevo del lanzamiento de drones contra Bélgorod, Kursk, Satarov y Rostov y Krasnodarsk. En total, fuentes rusas hablan de la neutralización de hasta cincuenta y tres drones ucranianos durante esta noche.

Pasando a los combates y los movimientos, mientras la guerra de posiciones continúa, tenemos, comenzando por el área de Siversk, que Rusia ha atacado en la hacia el norte de Vesele, logrando ganar unos centenares de metros en dirección a la localidad de Vyimka, tomando de paso el control de las alturas al sur de esta población. Algo más al noreste, en Spirne, se confirma que esta localidad está bajo control ucraniano.

En el área de Bakhmut, el Ejército ruso ha entrado ya en las primeras construcciones de Chasiv Yar, sobre las que se han registrado importantes bombardeos en las últimas horas. No se trata, en cualquier caso, del núcleo urbano de Chasiv Yar, situado en una posición en principio más defendible, sino de viviendas situadas en la barriada que hay al este del canal de agua dulce. Rusia ha seguido para ello sus tácticas habituales, enviando oleadas de personal prescindible mediante las que descubrir las posiciones ucranianas, bombardeando, enviando una segunda oleada mejor preparada y así sucesivamente. Como curiosidad, después de mucho tiempo se ha podido ver un Su-25 en acción, concretamente en función de apoyo aéreo cercano, algo muy poco común por el riesgo que sigue implicando, pero que podría dar un dato también sobre las capacidades antiaéreas ucranianas en la zona.

Por último, aunque no se han producido novedades importantes en dichas zonas, se ha seguido combatiendo tanto en el área cercana a Avdiívka (con Rusia aumentando su control sobre Berdychi) como en Novomykhailivka e incluso en Vuhledar, en donde Rusia ha logrado avanzar ligeramente en dirección a Staromaiorske.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, como no podía ser de otra forma, hay que comenzar por la OTAN, organización que ha cumplido su 75ª aniversario a la vez que se celebraba una reunión del Consejo OTAN-Ucrania. Más allá de los debates sobre el futuro de la organización, que quedan muy lejos de lo que afecta a estos informes, la ocasión ha servido para que diversos cargos se pronuncien sobre la guerra de Ucrania, así como para que se hable sobre una propuesta presentada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Este último, que está de saliente, propuso recientemente la creación de un fondo quinquenal de 100.000 millones de dólares que sería sufragado por los Estados miembros de forma proporcional a sus aportaciones al presupuesto ordinario de la OTAN. De esta forma, la organización comenzaría -más allá del papel de coordinación, del que ya hemos hablado-, a tomar una posición más relevante si cabe a la hora de contribuir al esfuerzo bélico ucraniano. Es, además, una forma de obviar que en los Estados Unidos el fondo de más de 60.000 millones de dólares continúa estando bloqueado y de sortear lo que pueda ocurrir en relación con Ucrania si Trump llega al poder en otoño.

Como era de esperar, algunos de los Estados miembros ya se han opuesto a la iniciativa, caso de Hungría, cuyo ministro de Exteriores, Peter Szijjarto, ha declarado que: «Si la OTAN aprueba un paquete de 100 mil millones de euros para un período de cinco años, esto generará gastos adicionales para el presupuesto húngaro por un monto de 10 mil millones de euros. Y me gustaría repetir una vez más que el dinero de los contribuyentes húngaros no es adecuado para la aplicación de una decisión que implica un riesgo de guerra». No han sido los únicos, pues desde Alemania, la ministra de Exteriores Annalena Baerbock también ha expresado su escepticismo.

Mientras tanto, su homólogo ucraniano, quien se ha reunido con Stoltenberg y con el secretario de Defensa estadounidense, Blinken, además de con varios de los ministros asistentes a la reunión del Consejo OTAN-Ucrania, pedía a sus aliados «tomar decisiones firmes y concretas para fortalecer la defensa ucraniana ”, como puede verse en el vídeo que colgamos a continuación y que corresponde a una videoconferencia organizada por el think tank francés IFRI.

Volviendo sobre Hungría, y saliendo ya de Bruselas, tenemos también que en las últimas horas se ha producido una reunión de alto nivel entre una delegación de este país y representantes del gobierno ucraniano, encabezados por el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak. Durante la misma han podido hablar sobre diferentes cuestiones relativas a la agenda bilateral en temas como la economía, infraestructuras o seguridad, llegando a acuerdos en cinco de los once temas planteados por los húngaros, según el propio Yermak.

En cuanto al primer ministro, Senys Shmyhal, se ha reunido con parlamentarios letones, con quienes ha hablado sobre posibles programas de apoyo a la creación de empresas conjuntas, la prohibición por parte de la UE de la importación de distintos productos agrícolas ucranianos y sobre la integración euroatlántica de Ucrania. Básicamente los mismos temas tratados en la reunión que le ha permitido verse con el presidente del país, Edgars Rinkēvičs.

Terminando con los ucranianos, tenemos también que su presidente, Zelenski, ha mantenido una conversación telefónica con el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Además de agradecerle el apoyo a Ucrania, han hablado sobre los preparativos de la cumbre de paz que se celebrará en Suiza en los próximos meses, así como acerca de las relaciones entre Ucrania y esta región.

En otro orden de cosas, y al hilo de lo explicado ayer sobre la conversación entre Lecornu y Shoigú, el presidente francés Emmanuel Macron ha denunciado las declaraciones «barrocas y amenazantes» de las autoridades rusas tras la reunión telefónica. Al final del intercambio, el ministro ruso aseguró que París y Moscú estaban «dispuestos a dialogar» , comentarios inmediatamente desmentidos por Francia.

Pasando a Rusia, Putin se ha dirigido a los asistentes en el 12º congreso de la Federación Rusa de Sindicatos Independientes, ante los que ha defendido la necesidad, por parte rusa, de defender su soberanía por la vía de las armas. Según Putin: «Todo el mundo entiende en qué condiciones vivimos. Nos hemos visto en una posición en la que el país se ve obligado a proteger sus intereses de forma armada, su pueblo, su futuro, su soberanía».

Además de esto, y en el marco de una reunión con embajadores extranjeros, tenemos que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha explicado a los asistentes que Rusia está dispuesta a negociar una salida a la guerra, pero siempre que se entienda que «las situaciones en el campo de batalla determinan nuevas realidades». Además, una vez más, ha insistido en que están «dispuestos a garantizar cualquier acuerdo que tenga en cuenta los intereses de seguridad de otros países, incluida Ucrania».

Por último, cerramos con la frontera entre Rusia y Finlandia que, valga la redundancia, continuará cerrada hasta nuevo aviso. Así lo ha decidido el consejo de ministros del país nórdico que cerró sus fronteras terrestres con Rusia a finales de 2023 tras acusar a este país de realizar acciones en la Zona Gris al permitir el paso de numerosos inmigrantes procedentes de Siria o Somalia.


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