La guerra de Ucrania IV

De la caída de Avdíivka a la invasión de Kursk

Transcurridos tres años desde el comienzo de la invasión, la guerra de Ucrania ha girado definitivamente del lado ruso, si bien esto no se ha reflejado en grandes avances sobre el terreno. La apuesta por las armas de precisión de largo alcance, cada vez más baratas, por trasladar los costes de la guerra hacia los aliados de Kiev, así como los esfuerzos por dividirlos y por explotar el “cansancio de guerra” o la disposición a sacrificar miles de vidas para obtener pequeñas ganancias territoriales, han dado su fruto, dejando a Rusia en una posición mucho más fuerte que uno o dos años atrás.

Ucrania, obligada a permanecer en defensiva estratégica tras las batallas de Bajmut y Avdíivka, ha intentado compensar su debilidad buscando efectos estratégicos mediante ataques a las refinerías rusas y a través de una ofensiva sobre la región rusa de Kursk. Una acción arriesgada que podría haber tenido muchos más costes que beneficios, dando la puntilla a sus posibilidades de cerrar el conflicto con una victoria militar en un contexto marcado por sus crecientes problemas humanos y materiales y por la complicada situación interna de varios de sus principales aliados.

Este cuarto libro trata estos y otros muchos temas que van desde la evolución del combate urbano al coste en términos culturales, sanitarios o ecológicos de la guerra, pasando por la explicación de las razones por las que la economía rusa se ha mostrado tan resistente a las sanciones, permitiendo en última instancia al régimen de Putin continuar su guerra.

La guerra de Ucrania III

De la reconquista de Jersón al estancamiento

Casi dos años han pasado desde que Rusia invadió Ucrania. La conocida como “operación militar especial”, iniciada el 24 de febrero de 2022, ha desencadenado un conflicto que parece todavía lejos de poder resolverse definitivamente.

Esta tercera entrega trata de continuar el análisis de la contienda iniciado en los dos volúmenes previos, cubriendo el periodo que va desde la reconquista de la ciudad de Jersón por parte de las fuerzas ucranianas a los cambios en la estrategia rusa consecuencia de los anteriores. Un antes y un después que ha permitido, movilización humana e industrial mediante, llevar la guerra a una nueva fase de estancamiento y aumentar los costes para los aliados de Ucrania. También devolver el pulso a un Ejército ruso que ha sufrido enormes bajas, pero que ha demostrado una notable capacidad de adaptación.

Además de analizar su comportamiento, esta obra trata también diversos aspectos, como la guerra en el dominio cibernético, en el marítimo o en el cognitivo, así como el papel fundamental que una organización como Wagner Group ha tenido en varias de sus fases. Por último, como no podía ser de otra forma, se dedica un importante espacio al papel y evolución de los sistemas aéreos no tripulados, elementos clave cuya multiplicación ayuda a explicar en buena medida el devenir de esta guerra.

La guerra de Ucrania II

De la conquista de Lugansk a la contraofensiva ucraniana

El 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania. Sin embargo, casi un año después, la “operación militar especial” aprobada por Putin sigue chocando con la realidad: ni el Gobierno ucraniano se ha derrumbado, ni la voluntad de resistencia de la población parece haber disminuido, ni el Ejército ruso ha demostrado ser capaz de alcanzar los objetivos estratégicos marcados por el Kremlin, incluso a pesar de que estos han sido progresivamente recortados.

Esta obra es la continuación de «La guerra de Ucrania. Los 100 días que cambiaron Europa» y hace lo mismo con las siguientes cien jornadas, cubriendo desde la ofensiva rusa que llevó a la conquista de Popasna, Limán, Severodonetsk y Lysychansk hasta su posterior colapso en Járkov y la retirada de Jersón. Un centenar de días en los que han tenido lugar importantes acontecimientos a nivel internacional, como la cumbre de la OTAN de Madrid, la solicitud de adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza, la aprobación de nuevas sanciones contra Rusia, la concesión a Ucrania y Moldavia del estatus de candidatos a la Unión Europea o la cumbre del G7, en la que se aprobó un Plan Marshall para reconstruir Ucrania.

Cien jornadas en las que hemos visto la llegada de los M-270 MLRS y los M-142 HIMARS con sus cohetes GMLRS, la puesta en práctica de algunos de los principios de la “guerra mosaico” y la creciente “otanización” de las Fuerzas Armadas ucranianas, que cada vez más cuentan con material occidental en sustitución del soviético.

La guerra de Ucrania

Los 100 días que cambiaron Europa

El pasado 24 de febrero Rusia inició la invasión de Ucrania. Lo que probablemente se concibió como un golpe de mano para derrocar al gobierno de Zelenski, desarticular sus fuerzas armadas y ocupar el país con las unidades que Moscú había estado concentrando durante meses cerca de la frontera ucraniana ha derivado en un sangriento conflicto que ha superado los cien días de duración. No está claro cuál será su resultado, pero la invasión está siendo un revés militar para Moscú.

A medida que avanzaba la contienda y se observaban las enormes carencias de las fuerzas armadas rusas, el Kremlin limitó su área de operaciones y objetivos estratégicos, forzado por los acontecimientos, lo que no implica que vaya a rendirse fácilmente o que haya perdido toda opción de victoria.

Mientras tanto, asistimos al mayor conflicto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial y también ante la primera gran guerra convencional desde la invasión de Irak por parte de los Estados Unidos, hace ya casi veinte años. Un conflicto que está contribuyendo a poner fin al momento unipolar surgido tras la caída de la Unión Soviética, que acelerará el declive de Rusia y su acercamiento a China y que, independientemente de su desenlace, supondrá el fin de un orden internacional liberal más aspiracional que real.