Las Fuerzas Armadas ucranianas han atacado el Cuartel General de la Flota del Mar Negro, situado en el centro de la localidad de Sebastopol. Un ataque que sigue al de la semana pasada contra un buque de desembarco y un submarino rusos en esta misma ciudad y que demuestra la forma en la que han avanzado las tácticas ucranianas relativas al empleo de misiles de crucero y drones, mientras se prepara para una guerra larga, adaptando sus fuerzas armadas, su economía y su sociedad para «aprender a vivir con el conflicto», en palabras de Zelenski. Todo en una jornada en la que Biden, según la NBC, habría dicho al presidente ucraniano que se enviarán misiles ATACMS…
Un misil de crucero Storm Shadow ha impactado contra uno de los edificios que conforman el Cuartel General de la Flota del Mar Negro en Sebastopol, en la península de Crimea. Por el momento, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa admite la desaparición de un soldado, aunque a tenor de los daños que se observan en las imágenes y vídeos que han ido trascendiendo, la cifra de muertos podría ser alta. De hecho, hay fuentes que hablan del fallecimiento del almirante Sokolov, aunque no hay confirmación por el momento. Además, según medios rusos, se habrían producido daños en una decena de edificios en las inmediaciones.
Más allá de las consecuencias que el ataque pudiera tener para la Flota del Mar Negro, ya de por sí muy cuestionada, lo que el ataque confirma es la predicción que hicimos días atrás, a propósito del ataque al buque de desembarco de la clase Ropucha y al submarino de la clase Kilo, también en Sebastopol: este tipo de ataques irán a más en los próximos meses, según se logre hacer mella en la capacidad antiaérea rusa.
Hay que tener en cuenta, en este sentido, cómo ha sido llevado a cabo el ataque, pues el lanzamiento del misil que ha alcanzado el cuartel –cuyo número es limitado– ha sido precedido de varios drones, que han servido para «limpiar» a los antiaéreos rusos de misiles –el Ministerio de Defensa ruso asegura haber realizado varios derribos– , aun a costa de perder dichos aparatos. Algo parecido a lo que ha venido haciendo la propia Rusia con los Sahed, de forma que permitiesen el paso de los misiles de crucero y balísticos una vez los lanzadores ucranianos se quedaban sin misiles antiaéreos que lanzar.
Es decir, que Ucrania ha adaptado sus tácticas para maximizar las posibilidades de éxito en sus ataques con SCALP/Storm Shadow, algo que se une al daño causado en los últimos meses a la defensa antiaérea rusa y que ha tenido como resultado, en un plazo de apenas diez días, la destrucción de dos buques, de un centro de comunicaciones y, esta mañana, del Cuartel General de la Flota del Mar Negro. Además, dado que el objetivo de todas estas acciones ha venido siendo dicha Flota, todos estos ataques contribuyen al objetivo ucranio de alejarla de sus costas, lo que ha permitido en última instancia que los buques graneleros vuelvan a partir de los puertos del país.
Y todo ello, a la espera de los famosos ATACMS, armas que Ucrania lleva meses esperando y que la NBC ha asegurado que podrían llegar en breve. Se ha basado en una supuesta conversación entre Biden y Zelenski, en la cual el primero habría dicho al segundo que estos misiles llegarían al país, algo que choca de lleno con las declaraciones de ayer de Mike Sullivan, en las que hablaba sobre el siguiente paquete de ayuda estadounidense a Ucrania. Un paquete, por cierto, cuyo contenido se ha conocido hoy y que detallaremos en la segunda parte del informe, como es habitual.
Paquete, además, que debe contribuir a la capacidad ucraniana para afrontar lo que se espera sea una cruenta campaña invernal y otoñal de lanzamiento de misiles por parte de Rusia, al objeto de paralizar al país y volver a trasladar los costes de la guerra tanto a la población ucraniana, como a sus aliados. Estos, por cierto, siguen sin entender en toda su magnitud lo que implica una guerra larga, como demuestran las dudas respecto a los envíos de equipos, las desavenencias entre socios o el hecho de que nadie en Occidente parezca tener claro hasta dónde hay que apoyar a Ucrania o en que punto conviene -si es que conviene- dejar de hacerlo.
Mientras tanto, Rusia y Ucrania sí están tomando medidas para afrontar de la mejor forma posible este amargo escenario. En el primer caso, comienza a hablarse de incrementos sustanciales en su presupuestos militares, que podrían llegar al 6%. Pueden parecer porcentajes altísimos, pero lo cierto es que son muy inferiores a los que los Estados Unidos alcanzaron en algunas fases de la Guerra Fría -y como Jesús M. Pérez Triana viene predicando desde hace años, esta es en muchos sentidos una Nueva Guerra Fría-.
Del lado ucraniano, como recogen en The Economist, «La perspectiva de una lucha atenuada ha comenzado a filtrarse en los discursos de Zelensky», pues el líder ucraniano ha hecho recientemente varias referencias a la posibilidad de lidiar en el largo plazo con un conflicto congelado -posibilidad que es del gusto del Kremlin- en el que se producirían un número de víctimas menor que el actual, con periodos recurrentes de incremento de los combates, pero sin cambios bruscos. Algo que hoy nos lleva a una reflexión de Marnix Proovost en referencia al modelo de victoria ruso, que compartimos aquí:
«En el cálculo estratégico, el éxito militar durante una guerra siempre es secundario al resultado político después de la guerra. Por lo tanto, una victoria militar en sí misma no es necesariamente suficiente para declarar una victoria política, mientras que una victoria política no requiere una victoria militar»
Sobre el terreno, más allá de los ataques ucranianos contra Sebastopol, en las últimas horas se ha producido también un ataque ruso contra distintos objetivos en suelo ucraniano que ha culminado con la destrucción de parte de un hospital en Kremenchuk, dejando un saldo de al menos un muerto y una quincena de heridos.
Además de esto, ya en el frente, continuarían los combates en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, aunque no hay noticia alguna referente a movimientos.
En cuanto al área de Bakhmut, se han registrado ataques ucranianos hacia Zelenopillia y Kurdiumivka, al sur, mientras que las tropas rusas han lanzado contraataques en dirección a Klischiívka y Andriívka, en la misma zona. El objetivo ucraniano sería homogeneizar el frente, eliminando los dos últimos puntos de resistencia rusa en este sector al oeste de la vía de ferrocarril que une Gorlóvka con Bakhmut.
En el caso del oeste de la ciudad de Donetsk, se han reportado enfrentamientos en Mariínka y entre esta urbe y Krasnohorivka, habiendo logrado Rusia avances mínimos en las últimas horas hacia el sur de esta última localidad.
Pasando al sur de Ucrania, han seguido produciéndose acciones por parte de ambos ejércitos al este de Urozhaine, en el eje de Velyka-Novosilka. Para ser exactos, hay fuentes que reportan pequeños avances de una y otra fuerza en la zona de Novomaiorske, entendiendo que ambos se han acercado al lecho del río Shaiyanka, que es hasta cierto punto una zona de nadie. En cuanto al eje de Orijiv, los combates prosiguen con especial énfasis en la zona entre Novoprokopivka y Verbove, en donde las AFU lograron penetrar la «Línea Surovikin», así como al sur y oeste de Robotyno.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Como era de esperar, Zelenski no se iría de Washington con las manos vacías. Tras su reunión con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, en el Pentágono, y con el presidente Joe Biden, se anunció el nuevo paquete de ayuda por importe de 325 millones de dólares en lo que supone el 47º retiro presidencial desde agosto de 2021. Es decir, este armamento se proporciona directamente de los stocks del Departamento de Defensa.
Con el anuncio, el presidente Biden subrayaba que Estados Unidos está comprometido a ayudar a Ucrania “a construir una fuerza capaz de garantizar la seguridad de Ucrania a largo plazo, capaz de disuadir futuras amenazas contra la soberanía, la integridad territorial y la libertad, que están en marcha ahora”. Así, añade: “Porque de eso se trata todo esto: el futuro, el futuro de la libertad. Estados Unidos nunca podrá ni se alejará de eso”.
Además, como se ha explicado en la sección anterior, falta la confirmación oficial sobre el posible envío de “un número reducido” de misiles ATACMS. Por otro lado, el presidente Zelenski afirmaba en la rueda de prensa conjunta que se ha logrado un acuerdo en virtud del cual ambas partes trabajarán “para que Ucrania produzca las armas necesarias junto con Estados Unidos”, incidiendo en que han logrado un nuevo nivel en su unidad: “La coproducción en ‘defensa’ con Estados Unidos es algo histórico”. Esto repercutirá según Zelenski en la creación de una nueva base industrial, de nuevos empleos para ambas poblaciones y Ucrania podrá producir, en particular, misiles antiaéreos.
Desde el inicio de la guerra, el 24 de febrero de 2022, Estados Unidos ha comprometido un total de 43.900 millones de dólares que se traduce en una amplia variedad de armamento enviado.
Tras finalizar su actividad en Estados Unidos que también contó con un discurso pronunciado junto a la primera dama Olena Zelenska para la representantes empresariales, medios de comunicación y la comunidad ucraniana, el presidente Zelenski se ha dirigido hasta Canadá hoy para reunirse con el primer ministro Justin Trudeau, otro de los grandes socios y donantes de ayuda a Ucrania -y no solo militar. El objetivo del encuentro pasa por discutir, de un lado, sobre las necesidades de defensa de Ucrania y ayuda financiera y humanitaria adicional, y, de otro, sobre cómo impulsar su cooperación comercial y económica incluyendo la firma de nuevos acuerdos bilaterales.
Asimismo, está previsto que Zelenski se reúna con el gobernador general de Canadá y el ministro de Defensa, se dirija al Parlamento y se reúna con los parlamentarios, así como con representantes empresariales canadienses, líderes de la opinión pública y la comunidad ucraniana.
Continuando con la ayuda a Ucrania, la Unión Europea ha desembolsado el octavo tramo de 1.500 millones de euros correspondientes a la macroayuda financiera prometida a Kiev que asciende a 18.000 millones de euros. Por el momento, Ucrania ya ha recibido 13.500 millones de euros en 2023 por parte de la UE, y 70.000 millones desde que comenzó la invasión.
A nivel de la UE, Bloomberg informa de que según fuentes oficiales la Comisión Europea está planeando recomendar la apertura de las negociaciones de adhesión con Ucrania en octubre, mes en el que está previsto que publique el informe sobre el progreso que ha realizado el país en cumplimiento de las 7 recomendaciones indicadas al otorgarles el estatus de candidato a la adhesión.
Sobre la ayuda, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, ha anunciado que se están realizando los preparativos para la reunión de la Plataforma de Coordinación de Donantes Multiinstitucionales que tendrá lugar el 26 de septiembre. Entre los temas principales, el apoyo presupuestario y la recuperación rápida para 2024 en cinco áreas: energía, desminado humanitario, restauración de viviendas, infraestructura crítica y social, y apoyo al sector privado.
A colación del desminado, el Gobierno está trabajando en un mecanismo para compensar a los agricultores y a las empresas estratégicas por el desminado. En concreto, con el objetivo de crear un “mercado transparente para los servicios de desminado” una empresa agrícola o de otro tipo compra un servicio de desminado a través de su plataforma de adquisiciones ProZorro, recibe el servicio y el certificado correspondiente de un operador con licencia oficial, y el Estado reembolsará total o parcialmente los costos.
Por último, tras la llegada del “Resilient Africa” a Estambul, el “Aroyat” enarbolando bandera de Palau y cargado con 17.600 toneladas de trigo ha zarpado desde el puerto de Chornomorsk hacia Egipto a través del “corredor humanitario temporal” en el Mar Negro. Por otro lado, otros 3 cargueros han atracado en los puertos de Pivdenny y Chornomorsk para cargar 127.000 toneladas de productos agrícolas y mineral de hierro para China, Egipto y España.
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