Guerra de Ucrania – Día 770

Finlandia y Ucrania han firmado un nuevo acuerdo de seguridad a largo plazo, que viene acompañado además del anuncio de un paquete de ayuda por parte de Helsinki por valor de 188 millones de euros. Al mismo tiempo, Portugal y Ucrania negocian un acuerdo similar que se sume a los logrados hasta la fecha por parte de Kiev, mientras el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, insiste en que la entrada de Ucrania en la Alianza es cuestión de tiempo. Una opinión que difícilmente compartirá Serguéi Shoigú, ministro de Defensa ruso, quien ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo francés, Sébastien Lecornu, la primera desde octubre de 2022. Esta, si bien ha dado lugar a interpretaciones diferentes, podría al menos haber servido para aclarar posiciones entre ambos y, con ello, reducir la posibilidad de malentendidos y el riesgo de escalada.

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Los ministros de Defensa francés y ruso han mantenido hace unas horas una conversación telefónica: la primera desde octubre de 2022. Durante este intercambio, Sébastien Lecornu recordó la solidaridad de Francia con las víctimas y sus familias tras el salvaje atentado ocurrido en el Crocus Citi Hall de Krasnogorsk el pasado día 22 de marzo. Además de esto, también condenó enérgicamente la guerra de agresión que Rusia lanzó en Ucrania en febrero de 2022 y recordó a su homólogo ruso que el apoyo de Francia al pueblo ucraniano continuará.

En referencia al ataque terrorista, Lecornu al parecer dijo a Shoigú que Francia siempre había estado dispuesta a enfrentarse al terrorismo y estaba preparada para «incrementar los intercambios con el objetivo de luchar contra esta amenaza lo más eficazmente posible». Ahora bien, también pidió al ruso que Moscú dejase de lado «toda instrumentalización» del ataque, pues no había -o desde luego Francia no tiene- datos que apunten a un vínculo de Ucrania con este atentado.

Hasta ahí lo que ha trascendido del encuentro telefónico, reseñado tanto en el comunicado del Ministerio de Defensa francés, como por la prensa gala. Lo más interesante del encuentro, en cualquier caso, tiene que ver por una parte con las interpretaciones que uno y otro han hecho del mismo una vez concluido y, también, con la parte a la que no se ha hecho referencia y que sin duda han tratado: las declaraciones de Macron respecto al posible envío de tropas y el riesgo de escalada en caso de que esto llegase a ocurrir.

En cuanto a lo primero, y poco después de finalizada la reunión, Shoigú se ha mostrado provocativo al afirmar que esperaba que «los servicios secretos franceses» no estuvieran implicados en el atentado. Más exactamente, lo que ha dicho, repitiendo la retórica rusa observada desde apenas unas horas después del atentado ha sido que «El régimen de Kiev no hace nada sin la aprobación de sus supervisores occidentales. Esperamos que, en este caso, los servicios secretos franceses no estén detrás de esto». Todo a la vez que se declaró «dispuesto a dialogar» y que «el punto de partida podría ser la Iniciativa de Paz de Estambul» pues «celebrar una reunión en Ginebra sin Rusia no tiene sentido». Un extremo que desde Francia han descartado por ahora.

En el segundo caso, aunque esto nos obliga a especular, es muy posible que hayan intercambiado algunas palabras relativas a lo que Olivier Kempf, denominó en su día como «esfera nuclear estratégica», la cual, siguiendo la lógica y la tradición francesa, tendría una gramática estratégica propia distinta de la que aplica a la gran estrategia (aquella que versa sobre la forma en la que los estados intentan utilizar todas sus herramientas de poder en pos de un objetivo nacional), pero también de las «estrategias ambientales», específicas para cada uno de los dominios: tierra, aire, mar, espacio. Estos cuatro, junto al dominio electromagnético y el nuclear formarían la «esfera estratégica», según el autor.

Decimos esto no por capricho, ni tampoco para aburrir al lector, sino porque la forma de entender el empleo de las armas nucleares o la propia disuasión por parte de los teóricos franceses siempre ha tenido ciertas particularidades. Estas características propias, que vienen motivadas por una evolución histórica diferente y por el hecho de que han convertido a la disuasión nuclear (en el caso galo del débil al fuerte, más por razones económicas que porque esto sea lo deseable) en un «símbolo del éxito de la recuperación y de la independencia nacional» después del varapalo que supuso para nuestros vecinos la Segunda Guerra Mundial.

El problema aquí es, por una parte, que precisamente por el tamaño y composición de su arsenal nuclear, Francia no es capaz de ejercer, en estos momentos, una disuasión totalmente convincente frente a Rusia. En una era de «piratería estratégica», en la que hemos visto cómo desde Moscú utilizaban por una parte las armas nucleares como cobertura, en lo que se ha dado en llamar «disuasión ofensiva» y, por otra, la amenaza de su uso, para limitar el grado de implicación de los aliados de Ucrania en la guerra, Francia más que de agente estabilizador, puede actuar como detonador, dependiendo en última instancia la seguridad europea todavía de los EE. UU.

Decimos esto, porque Francia, precisamente porque no es capaz de ejercer una disuasión simétrica, debe jugar más que otros estados al juego de la ambigüedad para maximizar la disuasión que una triada incompleta y un número muy limitado de armas y vectores ofrecen. En este sentido, sería de agradecer que en la conversación con Shoigú, el ministro galo, Lecornu, hubiese sido claro respecto a cuáles son las verdaderas líneas rojas francesas, enviando un mensaje unívoco y demostrando así conocer realmente el funcionamiento real de la «gramática estratégica» y de la «gramática de la disuasión nuclear; un conocimiento del que los franceses siempre se han enorgullecido.

Todo al tiempo que Francia acelera, como vimos ayer, sus esfuerzos por completar su capacidad de disuasión nuclear con una disuasión convencional que hacía aguas y, sin la cual, seguirán existiendo ventanas de vulnerabilidad que complicarán el control de la escalada. Y es que como dijo en su día Élie Tenembaun, director del afamado IFRI, a propósito de la invasión de Ucrania: «Rusia acaba de dar a Occidente una lección magistral de gramática estratégica». Una lección y un cierto asombro del que Francia está saliendo, aunque no está del todo claro si en la dirección correcta o no.

Pasando de lo estratégico y especulativo a lo operativo y tangible, las últimas horas han dejado escasos lanzamientos de drones y misiles por parte rusa, concretamente cuatro drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) que Ucrania afirma haber derribado, así como tres misiles antiaéreos S-300 que habrían alcanzado su objetivo. Es posible, por tanto, que uno de estos haya sido el que ha impactado hace unas horas contra un edificio residencial en Járkov, causando la muerte de cuatro personas.

En cuanto a Rusia, su Ministerio de Defensa ha denunciado el lanzamiento de drones ucranianos sobre las regiones de Bélgorod y de Kursk. Por otra parte, aunque no se han pronunciado al respecto, se ha registrado un incendio en unas instalaciones de almacenamiento de grano en Rostov, en una acción que recuerda a las que Rusia ha llevado a cabo en otras tantas ocasiones contra depósitos de grano ucranianos en regiones como Odesa.

Cambiando a los combates, tenemos que en el área de Siversk se han producido enfrentamientos en Berestove, en donde Rusia ha logrado algunos avances que se suman a los de ayer en la más norteña Bilohorivka.

Lo más importante, no obstante, continúa ocurriendo tanto en Bakhmut como más al sur, en torno a Avdiívka. En el primer caso el Ejército ruso continúa lentamente ampliando la zona bajo su control en la localidad de Ivanivske. En el segundo, además de incrementar también sus ganancias en la zona de Berdychi, han hecho lo propio una vez más en Pervomaiske, localidad por la que siguen avanzando en este caso por las calles más al norte de la misma.

Además de esto, se ha luchado en las últimas horas una vez más en Novomykhailivka, en donde Rusia continúa intentando forzar la retirada ucraniana buscando la toma de puntos clave, aunque por el momento tanto la artillería como los contraataques ucranianos mantienen la situación estable.

Para terminar con la parte militar, aunque no guarda relación directa con los sucesos en el campo de batalla, cabe decir que el Ministerio de Defensa de Ucrania ha anunciado la creación de una nueva institución, una suerte de Defensor del Pueblo militar, cuyo papel será velar por los derechos del personal militar y sus familias. Hay que tener en cuenta, en relación con esto, que la situación que viven por ejemplo muchos heridos de guerra en Ucrania es dramática, costeándose la mayoría de ellos su propia atención sanitaria.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional la noticia más importante de la jornada es, sin duda, la firma de un acuerdo de seguridad entre Finlandia y Ucrania que se une a los anteriormente formalizados con países como España, Alemania, Francia o Italia, entre otros. La firma del texto, materializada por el presidente finés, Alexander Stubb y por el propio Zelenski, llegó acompañada además del anuncio de un nuevo paquete de ayuda militar por parte del país nórdico a Ucrania, valorado en 188 millones de euros, algo que han agradecido desde el Ministerio de Defensa ucraniano.

Como es habitual en estos casos, los presidentes de los dos países también expresaron su deseo de profundizar la cooperación en los campos de la política, las finanzas y la esfera humanitaria. Además, Finlandia acordó participar en la reconstrucción del sector energético de Ucrania y evaluar los daños ambientales como resultado de la invasión rusa. Respecto al apoyo puramente militar, por el momento no ha trascendido el contenido de este nuevo paquete, aunque lo sí se sabe es que gracias a él, el montante de la ayuda finlandesa asciende ya a más de 2.000 millones de euros desde el inicio de la invasión.

A colación de los acuerdos de seguridad, hay que decir también que Lisboa y Kiev están negociando un texto que permitiría a Portugal convertirse también en garante de la seguridad ucraniana. El país luso, que ha entregado entre otros carros de combate Leopard 2 y ha comprometido 100 millones de euros para la adquisición de municiones dentro de la iniciativa checa es sin embargo, y junto a España, de los que menos implicación ha demostrado a la hora de colaborar en la defensa de Ucrania, algo lógico tanto por las posibilidades reales de hacer esto, como por el grado de percepción de la amenaza que supone Rusia que tienen sus habitantes al ser el estado europeo más alejado de esta.

Pasando al Ministerio de Exteriores ucraniano, tenemos que su máximo responsable, Dmytro Kuleba, se ha reunido con su homólogo griego, Giorgos Gerapetritis, con quien ha hablado sobre las vías para reforzar la cooperación bilateral, así como en relación con la futura cumbre de paz, que se celebrará en Suiza.

No ha sido el único encuentro mantenido por el ucraniano, quien se ha visto también con Margus Tsahkna, ministro de exteriores letón, a quien ha agradecido la ayuda prestada y con quien ha hablado sobre los activos rusos congelados. Letonia, además, ha aprobado un nuevo paquete de asistencia integral a Ucrania dotado con fondos tanto para sus Fuerzas Armadas, como para la reconstrucción. En total, ambas aportaciones suman diez millones de euros.

Por último, Kuleba se ha visto también con el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, quien le ha invitado a la reunión que los ministros de Exteriores comunitarios celebrarán en Bruselas el próximo 22 de abril para que «podamos acordar una forma concreta de avanzar para aumentar la asistencia a Ucrania».

Además de Kuleba, también ha estado activo el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, quien ha visitado Estonia y se ha visto, entre otros, con su homóloga local, Kaja Kallas, a quien ha dado las gracias por los más de 520 millones de euros que esta república báltica ha destinado hasta el momento a prestar ayuda militar a Ucrania. Además de esto, ha podido rendir homenaje a las víctimas de la ocupación soviética. Por otra parte, se ha reunido con el presidente del país, con quien ha abordado el tema de la integración euro-atlántica de Ucrania.

Esto último nos lleva a la OTAN, cuyo secretario general, además de afirmar nuevamente que es cuestión de tiempo que Ucrania entre a formar parte de la Alianza, se ha mostrado bastante más polémico y contundente de lo habitual al asumir, básicamente, que se está librando una guerra por delegación, algo que sin duda será aprovechado por Rusia en el futuro para vender su relato. Sus declaraciones, han sido las siguientes: «El apoyo de los aliados de la OTAN y el apoyo de los EE. UU. a Ucrania es algo que beneficia a nuestros propios intereses de seguridad: al asignar una fracción de nuestros presupuestos de defensa, hemos permitido a los ucranianos destruir partes significativas de la capacidad de combate rusa sin poner ningún soldado de la OTAN, ningún soldado de los EE. UU. en peligro».

Además de esto, Stoltenberg también se refirió a algo que adelantamos ayer: la posibilidad de que la OTAN pase a ser el ente que coordine la asistencia y el entrenamiento de los ucranianos, sustituyendo así a los Estados Unidos como coordinador del grupo de Ramstein.

En otro orden de cosas, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, se ha reunido con representantes de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional estadounidense, a quienes ha hablado como es habitual sobre las necesidades ucranianas en materias como la defensa antiaérea o los fuegos de largo alcance.

Desde Rusia, mientras tanto, la portavoz de Exteriores, María Zajárova, ha vuelto a hacer referencias a la investigación del atentado al Crocus City Hall asegurando que su país «no cometerá errores en su investigación», a la vez que ha vuelto a acusar a Ucrania de estar detrás del ataque: «Entendemos que el tono general y los hechos, que confirman acciones previas del régimen de Kiev respaldado por Occidente, pueden conducir, y evidentemente lo hacen, a ciertas conclusiones, pero aún tenemos que esperar los resultados de la investigación. Debe hacerse de manera cuidadosa y de manera meticulosa <…>, porque no debemos dar a los organizadores -no a los perpetradores, sino a los organizadores- la oportunidad de aprovechar algún tipo de discrepancia».

Por otra parte, el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, afirmó que Occidente debería abandonar la ilusión sobre la posibilidad de infligir una derrota estratégica a Rusia si quiere recuperar la confianza de Moscú. En concreto, volvió a culpar a Occidente de la guerra al asegurar que: «Todo lo que está sucediendo ahora es elección exclusiva de Occidente, que ha pisoteado los fundamentos de la diplomacia, el principio de indivisibilidad de la seguridad y ha estado abusando de la confianza de la Federación Rusa durante muchos años».

Por último, concluimos el informe de hoy con Putin, quien ha participado por videoconferencia en una ceremonia que tenía por objeto inaugurar parte de las nuevas instalaciones que Rusia ha construido en las regiones ucranianas ocupadas, concretamente viviendas y servicios sociales. Por ejemplo, un centro perinatal en Donestk, una escuela de halterofilia en Lugansk o diez edificios residenciales en Mariúpol, según la presidencia rusa.


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 770»

  1. Gracias por tan completo informe un día más!

    Hay un pequeño error aquí: «contra depósitos de grano ruso en regiones como Odesa.» sería grano ucraniano.

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