El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha firmado un proyecto de ley que prevé reducir la edad de movilización de 27 a 25 años, en un momento en el que las Fuerzas Armadas del país carecen de hombres suficientes como para hacer frente a la invasión rusa. Al mismo tiempo, Ucrania ha logrado alcanzar las instalaciones empleadas por Rusia para producir drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) mediante una avioneta manejada por control remoto y llena de explosivos que ha logrado atravesar más de 1.100 kilómetros de territorio ruso antes de llegar a su destino. Además de esto, los EE. UU. han mostrado su preocupación por la ayuda que China presta a Rusia, el SVR ruso ha reconocido que los EE. UU. habían suministrado información sobre la amenaza terrorista y Francia ha anunciado importantes incrementos en la capacidad de producción de obuses CAESAR.
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En el informe de ayer, pues a la hora de su redacción ya se habían difundido las primeras imágenes, adelantamos el ataque llevado a cabo por parte de Ucrania contra las instalaciones de la fábrica rusa que, en la región de Tartaristán, lleva a cabo la producción de drones suicidas Shahed-131/136 (Geran-1/2). Una planta que, como hemos explicado en alguna ocasión, resulta vital de cara a los planes futuros de Rusia, pues pretenden ser capaces de llegar a producir hasta 6.000 de estos drones al mes en dichas instalaciones, al menos para el verano de 2025.
El ataque no ha afectado a los dos pabellones en los que se producen los drones, sino a una residencia situada a unos metros de los anteriores y perteneciente al centro educativo Polytech. Una institución en la que se formarían los futuros trabajadores de la planta y que, como consecuencia de la explosión, ha visto cómo se producían, según las autoridades regionales, 13 heridos, a la espera de que se publiquen más datos. Por el momento se han limitado a compartir un mensaje publicado a través de la red social Telegram en el que se habla de «Trece personas, estudiantes entre ellos dos menores, resultaron heridos por la explosión provocada por la llegada del dron».
Desde Rusia, además, la agencia de noticias TASS ha ido actualizando la información relativa a esta acción, como es habitual en el caso ruso, sin dar demasiados datos sobre lo sucedido, pero dejando claro que los «drones estaban equipados con equipos de países de la OTAN», así como que al mismo tiempo Ucrania habría intentado «atacar una refinería de petróleo en Nizhnekamsk». Además, relacionaban lo sucedido con los recientes ataques a la región de Leningrado, Riazán, Samara, Yaroslavl, Moscú o Saratov, aunque apenas hablaban de intentos, obviando que muchos de ellos han sido exitosos.
Respecto al ataque a la refinería de Nizhnyokamsk (o Nizhnekamsk), situada también en Tartaristán, parece que se ha utilizado un dron más ligero, tipo UJ-22, como en ataques anteriores a otras instalaciones. De hecho, ha sido poca la información que ha trascendido, más allá de una fotografía en la que se aprecia un incendio en parte de la planta, lo que dista mucho de la versión rusa, que hablaba de intento de ataque y no de que este hubiese logrado alcanzar su meta. Así las cosas, según algunas fuentes habría sido alcanzada la unidad primaria de refino de la que sería la tercera mayor refinería de Rusia, capaz de procesar 340.000 barriles de crudo por día. En cualquier caso, los daños no habrían sido críticos.
Sea como fuere, lo interesante de lo ocurrido en las últimas horas tiene muy poco que ver con los habituales intentos, por parte de unos y otros, de controlar el relato. Lo realmente importante es que, en el caso del ataque a Alabuga se ha producido una innovación por parte Ucraniana, en tanto en lugar de drones relativamente ligeros y de tamaño contenido como los AQ-400 Scythe empleados en otras ocasiones o los UJ-22 cargados con apenas 17 kilogramos de explosivos que hemos visto emplear anteriormente, han pasado a emplear directamente una avioneta controlada remotamente.
En este caso, el vector empleado para el ataque habría sido una avioneta Aeroprakt A-22 Foxbat, producida en la propia Ucrania, en la región de Kiev, modificada con la introducción de un sistema de manejo por control remoto. Se trata de un modelo muy ligero, con un peso máximo al despegue de 450 kilogramos (hay una variante capaz de 600 kg), propulsada por un motor Rotax 912ULS que mueve una hélice de tres palas, que apenas alcanza los 180/190 kilómetros por hora según su fabricante y en función de la versión. Por otra parte, su autonomía teórica con los tanques llenos es de tan solo 1.100 kilómetros, lo que apunta a que o bien iba absolutamente al límite de sus capacidades en esta ocasión, o a que ha sido dotada de algún depósito suplementario, en tanto ambos objetivos estaban situados a una distancia algo mayor.
Para completar su vuelo, han tenido que atravesar más de mil kilómetros de territorio ruso antes de llegar a su destino. Hablamos, al menos en las zonas más cercanas a Ucrania y teóricamente, de regiones bien protegidas, a las que Rusia ha trasladado numerosos sistemas antiaéreos en los últimos tiempos, como respuesta a los recurrentes ataques ucranianos. No es de extrañar que a muchos les haya recordado este incidente al famoso vuelo del alemán Mathias Rust, quien con apenas 19 años, en mayo de 1987, logró aterrizar con su avioneta Cessna F172P en la Plaza Roja de Moscú, después de atravesar partes de Noruega, Suecia, Finlandia y las zonas teóricamente mejor defendidas de lo que era la Unión Soviética, ya que entró al país por la región de Leningrado.
A la espera de que Ucrania sea capaz de repetir este tipo de ataques, pues es previsible que Rusia destine al menos cañones antiaéreos a las instalaciones de Alabuga y a todas las refinerías dentro del radio de acción de estas avionetas, lo ocurrido deja interesantes lecciones relativas a la dificultad de interceptar ciertos objetivos -seguramente el vuelo se haya producido a muy baja altura- aparentemente fáciles, por más que el vuelo se haya producido a muy baja altura y haya sido perfectamente planeado por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y su Dirección Principal de Inteligencia Militar (GUR), en última instancia los encargados de diseñar el ataque.
También sobre la forma en que el abaratamiento de ciertos componentes -temas que hemos tocado en alguna ocasión-, está cambiando la forma de hacer la guerra. Una avioneta de este tipo nueva tiene un precio más que asequible, pues comienza en los 65.000 euros. Eso para el mercado, ya que el precio para el Estado ucraniano es de esperar que sea bastante inferior. Dotarla de un sistema de guiado y de control remoto apenas asciende a día de hoy a unos pocos euros más. Es decir, que aunque Ucrania carezca de la capacidad de producción en masa, habría logrado replicar (seguramente transportando más explosivos) lo que Rusia hace con los Shahed a un coste que puede ser comparable e incluso inferior.
Más importante si cabe, cualquier actor un poco avezado podría replicar este tipo de ataques -hablamos de más de 1.000 kilómetros de distancia- con relativamente poco esfuerzo, dada la democratización en el acceso a ciertas tecnologías. Nada que ver con los misiles de hace apenas unas décadas que, bien con guía inercial -en el caso de los intercontinentales astroinercial- o más adelante con guías TERCOM o mediante los primeros sistemas GPS, permitían precisiones aceptables a cambio, eso sí, de millones. Es cierto que la velocidad no es la misma, ni en muchos casos la capacidad de carga bélica, pero estamos solo al inicio de un proceso que plantea numerosos interrogantes no solo a los ejércitos, sino también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de cualquier Estado (aunque desde Rusia haya quien prefiere obviar la cuestión, buscando explicaciones alternativas nuevamente a lo que ha sido un fallo de seguridad clamoroso).
Cambiando ya hacia el análisis de la actualidad sobre el terreno, además del ataque ucraniano a Alábuga tenemos que Rusia ha vuelto a lanzar drones Shahed y misiles S-300 sobre Ucrania, de los que en este país aseguran haber derribado 4 de 4 drones y ninguno de los 3 misiles. Dicho esto, se ha informado de explosiones en Sumy y en Dnipró, en donde se habla de 13 heridos, 5 de los cuales serían menores.
Del lado contrario, y además de los ataques sobre la refinería y la planta de drones, Rusia ha denunciado un ataque ucraniano con drones sobre Stanovlyansky, en la región de Lipetsk. También en lanzamiento de drones sobre las regiones de Kursk y Bélgorod.
En cuanto a los movimientos, siguen siendo escasos. Como novedad, después de unos días sin noticias de la zona, el Ejército Ruso ha lanzado un nuevo ataque sobre la localidad de Bilohorivka que le ha permitido avanzar al sur del Terrikon local. Por el momento no está claro que hayan logrado mantener la posición tomada.
Pasando al área de Bakhmut, allí las tropas rusas han seguido atacando en dirección a Chasiv Yar desde Ivanivske. No obstante, todavía no han logrado entrar en las primeras construcción y, en cualquier caso, además de ciertas alturas, entre ambas localidades se interpone el canal de agua dulce.
Por último, en el área de Avdiívka tenemos que Rusia continúa atacando a lo largo de toda la línea que va de Berdychi a Pervomaiske, a pesar de las fuertes pérdidas de los días pasados. Así, el Ejército ruso habría pasado a controlar parte de la orilla sur del río Durna al noroeste de Tonenke, llegando a menos de un kilómetro de Umanske según algunas fuentes. Mientras tanto, desde Ucrania han anunciado que este año, a los 436 millones de euros destinados a la construcción de líneas defensivas se sumarán 132 millones adicionales, a la vez que se asegura que «El trabajo continúa las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Todo esto es necesario para reforzar nuestras defensas y proteger a nuestros soldados».
Por otra parte, en relación con Ucrania y como hemos adelantado en la entradilla, tenemos que Zelenski ha firmado hace unas horas un proyecto de ley para reducir la edad de movilización militar de 27 a 25 años. A la espera de que entre en vigor, algo que sucederá en cuestión de horas, el Gobierno deberá acometer diversos cambios en otros tantos reglamentos para adaptarlos al nuevo decreto. En cualquier caso, tampoco está claro cuál es el número final de hombres que se pretenden movilizar con la nueva medida, ya que no se ha dado una cifra exacta, ni tampoco cuál será la capacidad real del Gobierno para implementar la nueva medida. Dicho esto, tocaremos el tema más a fondo en próximos informes, una vez recabemos más información.
Del lado ruso, se ha anunciado que hasta 100.000 hombre se han unido en los tres primeros meses como voluntarios con contrato a las filas del Ejército, confirmando así los análisis británicos respecto a la capacidad de reclutamiento. Respecto a esto, además, hay que decir que solo una parte de ellos son enviados al frente, siendo según algunas fuentes alrededor de un tercio los que se dedican a la generación de nuevas fuerzas, que se cree podrían ser empleadas masivamente en los próximos meses.
Por último, en este caso en relación con la Flota del Mar Negro de la marina de guerra rusa, tenemos que finalmente Moscú ha nombrado al vicealmirante Serguéi Pinchuk para el puesto de comandante, tal y como ha anunciado el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. Sustituye así al almirante Viktor Sokolov. Además, el conjunto de la Marina rusa pasará a estar bajo la dirección del almirante Alexander Moiseyev, mientras que Konstantin Kabantsov se hará cargo de la Flota del Norte.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
A diferencia de otras ocasiones, las noticias relacionadas con el apartado internacional han sido muchas en las últimas horas, mientras se sigue con atención el desarrollo de la situación en Oriente Medio, que en las últimas horas nos ha dejado un ataque israelí con misiles inertes o de bajísimo rendimiento lanzados desde un dron contra un convoy de la organización no gubernamental World Central Kitchen, liderada por el afamado cocinero español José Andrés. Una acción inexplicable que ha dejado siete muertos, lo que ha generado lógicamente sonoras críticas y reacciones internacionales. Todo ello mientras aumenta el riesgo de escalada en la zona.
Pasando a Ucrania, y comenzando con el Grupo de Apoyo a este país (Grupo de Ramstein), se estaría considerando la opción de trasladar a la OTAN la coordinación del grupo, que actualmente lideran los Estados Unidos, de forma que siguiese en marcha independientemente de que en las próximas elecciones de noviembre se impusiese Donald Trump, contrario a mantener la ayuda a Ucrania.
En relación también con los Estados Unidos, tenemos que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó a París para conversar con varios altos funcionarios franceses, incluyendo su ministro de Defensa, Sébastien Lecornu. Más allá del resultado de las conversaciones, del que no ha trascendido mucho, resultan interesantes las afirmaciones del ministro galo, quien ha asegurado que la empresa Nexter Group aumentará la capacidad de producción de obuses CAESAR durante este año hasta 12 unidades al mes, el doble de lo que se esperaba, lo que permitirá no solo suministrar a Ucrania las 75 unidades comprometidas, sino también reforzar al Armée de Terre francés.
Siguiendo con los Estados Unidos, desde Rusia el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) su director, Serguéi Naryshkin, ha reconocido que este país había entregado información a Moscú relativa a la amenaza terrorista antes del ataque al Crocus City Hall. Sin embargo, en palabras de Naryskhin «era demasiado general y no había permitido identificar plenamente a quienes participaron en este terrible crimen». Además, agregó que Moscú y Washington mantienen comunicación en el marco de la lucha contra el terrorismo, pero ésta se ve “afectada por la desfavorable situación internacional y, sobre todo, por las acciones de la parte contraria”. Pese a ello, en Rusia los medios continúan hablando, como vimos ayer, de la supuesta implicación estadounidense en los ataques.
En otro orden de cosas el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha mantenido una videollamada con el jefe de la División de Seguridad Internacional del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza, Gabriel Lüchinger. Reunión en la que han hablado sobre los preparativos de la próxima cumbre de paz que se celebrará en el país alpino y que será organizada por los helvéticos.
Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, se ha dirigido a los participantes en la conferencia titulada «Restaurando la justicia para Ucrania», celebrada en la localidad neerlandesa de La Haya, para afirmar que «Los ucranianos necesitan justicia ahora. No en un futuro lejano. No quieren oír que se hará justicia. Quieren que se haga ya». Además, a través de las redes sociales, ha recordado que su país lleva más de dos años persiguiendo la creación de un tribunal especial para el «crimen de agresión rusa contra Ucrania», felicitándose porque al fin ha recibido apoyo por parte de 44 Estados asistentes a la conferencia. Por último, ha mantenido un encuentro con la Ministra de Asuntos Exteriores de Rumania, Luminita Odobescu, a quien dio las gracias por el «inquebrantable» apoyo a Ucrania y con quien acordó fortalecer la colaboración trilateral junto a Moldavia.
En cuanto a Zelenski, ha dedicado las últimas horas, entre otros, a reunirse con representantes tanto de la Iglesia Católica, como de las iglesias protestantes. Un encuentro en el que ha aprovechado para agradecerles su labor a la hora de servivir al «bien de nuestro pueblo y de la vida en Ucrania» y para pedirles que «ayuden a difundir la verdad sobre el mal ruso y esta guerra en todo el mundo».
En relación con esto, el Ministerio de Defensa de Alemania ha publicado un mensaje en el que se anuncio la creación de un registro en el Consejo de Europa en el que se incluirán todos los daños que Rusia ha causado desde el inicio de la guerra, de forma que las afirmaciones de Ucrania «quedarán documentadas negro sobre blanco».
Pasando a la ayuda militar, el ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, ha asegurado que siguiendo el ejemplo de República Checa, habría encontrado municiones por valor de varios miles de millones de euros que podrían hacerse llegar a Ucrania siempre que sus aliados reúnan los fondos necesarios para ello. Según Pekvur: «Si alguien está dispuesto a hacer una contribución financiera, debería contactarnos. Tenemos la posibilidad de comprar proyectiles para Ucrania, incluso en grandes cantidades y rápidamente».
Cerramos con Putin, quien además de prometer nuevamente castigar a los autores del ataque al Crocus City Hall, durante la última jornada ha mantenido una reunión con el director de cine serbio Emir Kusturica. Este último habló al presidente ruso sobre sus planes creativos, en particular sobre la realización de películas basadas en obras de autores clásicos y modernos rusos. Una noticia que puede parecer un tanto irrelevante, pero que incluimos en tanto la diplomacia cultural es un asunto al que ambos prestan atención y que, en muchas ocasiones -no necesariamente en esta-, se utiliza además para justificar relatos o para difundirlos.
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