Guerra de Ucrania – Día 794

Rusia ha respondido a los últimos ataques ucranianos sobre bases aéreas, polvorines y refinerías con una nueva oleada de misiles y drones, que ha dejado varias instalaciones de tránsito de electricidad y gas dañadas a lo largo y ancho del país. Sobre el frente, el Ejército ruso está logrando rápidos avances al noroeste de Avdiíkva, en donde está concentrando fuerzas en busca de una explotación que permita transformar lo que por ahora son logros tácticos en operacionales. Todo mientras unos y otros trabajan en nuevas formas de hacer frente a los drones enemigos, empleando para ello métodos cada vez menos ortodoxos.

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Las últimas jornadas de guerra en Ucrania han visto complementada la actividad sobre el frente con una guerra de salvas cada vez más intensa, en la que un bando (Ucrania) ha logrado golpear tanto una refinería, como una base aérea (destruyendo además numerosos kits de guiado para bombas planeadoras) y un polvorín mientras que el otro (Rusia) ha alcanzado varias instalaciones relacionadas con el gas y la electricidad, agravando la ya de por sí delicada situación de la red eléctrica ucraniana.

En ambos casos, además, profundizan en lo que ya habían venido haciendo. Así, Ucrania ha conseguido dañar ya más de una decena de refinerías y depósitos de almacenamiento de hidrocarburos rusos en las últimas semanas y meses, logrando poner en apuros la capacidad de exportación rusa. Más importante si cabe, lo ha hecho a distancias considerables gracias al recurso a avionetas operadas por control remoto con un coste de unas pocas decenas de miles de euros.

Rusia, por su parte, ha seguido abundando en sus esfuerzos por poner en jaque la red eléctrica y energética ucraniana. Así las cosas, se han concentrado en las centrales térmicas de la empresa privada DTEK, que opera media docena de estas en Ucrania -de las que han sido alcanzadas en las últimas horas al menos cuatro- resultando dañados en el proceso numerosos equipos según el ministro de Energía del país, German Galushchenko.

Se da una situación ciertamente curiosa, pues en estos momentos una Rusia que ha depurado sus tácticas a la hora de combinar los misiles y los drones en sus ataques, así como las variedades de cada uno de ellos y las avenidas de aproximación y secuencia de los lanzamientos, es capaz de infligir un daño que se agrava por la escasez de misiles antiaéreos ucraniana. No es de extrañar que Zelenski haya vuelto a marcar como prioridad la necesidad de más Patriot. Sin embargo, al mismo tiempo Ucrania está también logrando infligir más y más daño a Rusia aprovechando que la inmensidad de su territorio es imposible de cubrir frente a ataques como los protagonizados por los UAS ucranianos.

Más allá de los ataques estratégicos, en donde los drones han tenido una difusión más amplia en lo que llevamos de guerra es en los niveles táctico y -cada vez más-, operacional. Como hemos visto en estas páginas en numerosas ocasiones, no es ya únicamente el número de ingenios que se emplean -son fungibles en cada vez más casos- a diario (especialmente por parte de Ucrania), sino el efecto que tienen en algunos casos como arma –caso de los drones FPVy en otros como multiplicadores, al permitir guiar el tiro de la artillería o de los drones de ataque, obtener datos relevantes, etc.

Y como no podía ser de otra forma, aunque con una lentitud mayor de la que sin duda gustaría a los implicados, el escudo intenta adaptarse a la evolución de la flecha de distintas maneras. Así, si por una parte hemos visto un crecimiento exponencial en el número de sistemas C-UAS en servicio, de todos los tipos, tamaños y formas, tanto fijos como vehiculares o incluso personales, transportados por infantes individuales, por otra se han difundido también las protecciones pasivas (ver tuit bajo estas líneas).

En relación con esto, contra los temibles «Baba yaga» ucranianos, en realidad un nombre genérico asignado por los rusos para una categoría determinada de drones que siembra el terror entre otros en las trincheras rusas y generalmente durante la noche, los infantes rusos han comenzado a emplear francotiradores con miras térmicas, registrándose algunos -por ahora pocos- casos de éxito. Es una solución poco ortodoxa, pero que se entiende dada la dificultad de afectar con sistemas EW a aparatos que recurren para su guiado a antenas de Starlink y que se amparan en la noche para maximizar su discreción.

Más sorprendente si cabe, en las últimas horas hemos podido ver a los ucranianos emplear un vetusto avión de entrenamiento soviético Yak-52 con un artillero en el asiento posterior para derribar un drone Orlan-10 ruso sobre los cielos de Odesa. Puede parecer una solución poco ortodoxa, pero sin duda es barata y eficaz contra drones lentos y relativamente fáciles de localizar como es el caso. Es, por decirlo de alguna manera, el equivalente «low cost» a tener MiG-29 armados con misiles patrullando en espera de los drones Shahed.

Y mientras todo esto continua evolucionando hacia lugares y procederes cada vez más sorprendentes, motivados en la mayor parte de los casos por la escasez de recursos, los intercambios de ataques son, como decíamos, la norma. Durante las últimas horas, desde el Ministerio de Defensa de Ucrania aseguran haber hecho frente a una oleada compuesta por hasta 34 misiles de distintos tipos, de los que habrían derribado 21. De esta oleada, quizá lo más llamativo es el progresivo aumento en el empleo de los más modernos Kh-69, en detrimento de los Kh-59. No hablamos de los efectos del ataque, pues ya hemos tocado el tema al inicio del informe. Sí diremos que, a posteriori, desde Ucrania han publicado un segundo mensaje en Telegram asegurando haber derribado hasta cinco drones, cuatro de ellos Shahed. Además de esto, los ucranianos han denunciado un ataque contra un centro médico en Járkov que ha dejado varios heridos.

Del lado contrario, Moscú asegura que sus defensas han derribado 68 drones ucranianos en las últimas horas que habrían intentado «atacar refinerías e infraestructuras de petróleo» según el gobernador de la región de Krasnodar. Los efectos ya los hemos tratado, por lo que los obviaremos en esta ocasión.

En cuanto a la actividad en el frente, que es «compleja» y «tiende a empeorar» según el jefe de Estado Mayor ucraniano, toca comenzar una vez más por el noroeste de Avdiívka, en donde Rusia está poniendo toda la carne en el asador, aumentando el tempo de sus operaciones, en busca de una explotación que le permita transformar un éxito táctico -la toma de Ocheretyne- en otro operacional, si logra que los ucranianos se retiren, como parece que están haciendo, de distintas localidades en los alrededores. Dado el riesgo de envolvimiento ucraniano, el avance ruso por el norte, así como en el sur por Pervomaiske, está poniendo en una situación comprometida a los defensores de otras localidades entre esta y Ocheretyne, facilitando los avances en las áreas de Berdichy (ya completamente bajo control ruso) y Semenivka. Por el momento, todo apunta a que Rusia seguirá aumentando el número de localidades tomadas en la zona durante las próximas semanas, si que esté igual de claro si estos avances permitirán a Rusia alcanzar algún tipo de objetivo mayor, que sí tendría consecuencias a otros niveles.

Además de aquí, se sigue luchando también en el sector de Mariínka (es en el de Bakhmut en donde se ha reducido la actividad al haber destinado fuerzas Rusia a Avdiívka), concentrándose la atención en la batalla por Krasnohorivka, que sigue su curso un día más con pequeños avances por parte del Ejército ruso, cuya intención parece ser dividir en dos a los defensores, forzando una retirada de las posiciones más orientales.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

A nivel internacional, y como corresponde a los fines de semana, las noticias son francamente escasas. Comenzando por Zelenski, se ha referido en su mensaje diario una vez más a los ataques rusos contra la infraestructura eléctrica y energética ucraniana, solicitando un apoyo «24 horas del día, los 7 días de la semana para brindar protección contra el terrorismo». En relación con lo cual, ha vuelto a recalcar la necesidad de su país de recibir, de forma inmediata, 7 baterías Patriot, objetivo que está lejos de poder cumplirse, al menos a tenor de los escasos anuncios al respecto.

En cuanto al primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, tenemos que ha visitado precisamente las obras de construcción de instalaciones de protección en diversas subestaciones eléctricas en la región de Leópolis. En algunos casos, lo que se está haciendo es proteger con construcciones de hormigón los componentes más sensibles de estas plantas. Además, se están instalando sistemas de guerra electrónica y antiaéreos y, cuando esto es posible, soterrando parte del cableado.

Siguiendo con Shmyhal, se ha reunido recientemente con el viceprimer ministro y ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, quien le ha hecho saber que el país de las Antípodas está trabajando en un nuevo paquete de ayuda a Ucrania por valor de 100 millones de dólares que será destinado tanto a la provisión de sistemas antiaéreos portátiles, como a financiar la «coalición de drones», entre otros aspectos. Australia, por el momento, ha donado a Ucrania más de 655 millones de dólares en ayuda, de los cuales 540 corresponden a asistencia militar.

Hablando de ayuda militar, varios medios han publicado recientemente que Italia se sumará a Francia y Reino Unido, suministrando misiles de crucero Storm Shadow a Ucrania, aunque no han trascendido números concretos. Esta información se basa en unas declaraciones del secretario de Defensa británico, Ben Shapps, que da por hecho el asunto.

En otro orden de cosas, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania ha agradecido a Japón el hecho de que el país oriental se haya unido a la «Coalición para el Regreso de los Niños Ucranianos», organización que incluye ya a 36 estados, entre los que deben contarse todos los miembros del G7 una vez Japón ha pasado a formar parte de la misma.

Además de lo anterior, en esta última jornada se ha pronunciado el Defensor del Pueblo de Ucrania, Dmytro Lubinets, quien ha cargado contra el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), según él por estar «siguiendo el juego a la agresión rusa». Y es que, a juicio de Lubinets, a principios de este año, una investigación de los medios encontró que la rama nacional de Rusia, la Cruz Roja Rusa (CRR), violó sus principios básicos de neutralidad e independencia al expandir sus operaciones en los territorios ocupados de Ucrania y al mismo tiempo utilizar fondos del gobierno ruso para convertirlo en una herramienta de propaganda. De hecho, no es la única acusación lanzada por el ombudsman ucraniano…

Pasando a Rusia, en las últimas horas ha vuelto a hacer una de sus altisonantes declaraciones Dmitry Medvedev, quien ha amenazado con confiscar los activos y propiedades de individuos estadounidenses en Rusia si Washington llega a confiscar activos soberanos rusos. Recordemos que el Congreso norteamericano Congreso de Estados Unidos aprobó aprobó recientemente la Ley REPO que permitiría a la administración del presidente Joe Biden confiscar activos rusos en bancos estadounidenses y canalizarlos hacia Ucrania. De hecho, medios como Sputnik han publicado gráficas intentando hacer ver que Occidente podría perder más que Rusia en esta pelea.

Siguiendo con este país, su presidente, Putin, ha comparecido ante las cámaras para explicar que las cifras económicas del primer trimestre del año habrían superado con creces las previsiones, logrando alcanzar un crecimiento del 6% interanual en enero y febrero y aumentando en buena medida la recaudación fiscal. Según Putin: «El crecimiento económico influye positivamente en el presupuesto federal, ya que sus ingresos superan sustancialmente el nivel del año pasado. En particular, los ingresos no relacionados con el petróleo y el gas aumentaron un 43% en el primer trimestre, mientras que los ingresos totales del presupuesto federal aumentaron más de 1,5 veces. en tres meses en comparación con el año anterior».

Por cierto, que el país sigue viviendo con atención todo lo que rodea a la detención del viceministro de Defensa, Timur Ivanov, en tanto era uno de los protegidos del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú y podría suponer un lastre para el futuro de este último en un momento en el que se espera que haya una reorganización política de algún tipo, según algunos medios. Recordemos que se trata del funcionario de más alto rango detenido en Rusia desde 2016 y también que el sistema político del país, marcado por los equilibrios de poder entre los miembros de la élite, podría alterarse a raíz del escándalo.


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 794»

  1. Avatar de Marcelino Rodríguez Maldonado
    Marcelino Rodríguez Maldonado

    Está claro que la caída de Avdiivka en febrero, supuso un grave problema para el ejército ucraniano. Lo estamos viendo con la reciente caída de Ocheretyne, consecuencia directa de la falta de previsión, al no haber construido defensas detrás de Avdiivka (probablemente porque la consideraban inconquistable al estar fuertemente fortificada y llevar desde 2014 como sólido frente de batalla). Los rusos están explotando esa situación y va a ser muy difícil pararlos, salvo que los ucranianos organicen una línea defensiva fuerte apoyándose en algunos ríos o lagos que hay más a retaguardia. La pregunta es, ¿están los ucranianos construyendo algo a retaguardia?.

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