Guerra de Ucrania – Día 743

Jornada convulsa en relación con la guerra de Ucrania. Se ha conocido al fin el destino del general Zaluzhny, quien tras ser relevado del mando de las Fuerzas Armadas ucranianas será el nuevo embajador del país ante el Reino Unido. País, este último, que ha anunciado un nuevo paquete de ayuda que incluirá la provisión a Ucrania de 10.000 drones de distintos tipos. Además, los 800.000 disparos de artillería encontrados fuera de la UE por la República Checa, una vez encontrada la financiación, llegarán a Ucrania en «semanas», según se ha anunciado, poniendo fin temporalmente a las estrecheces en este aspecto. Por otra parte, Zelenski ha anunciado la desmovilización de parte de las tropas, a pesar de los notables problemas de reclutamiento, Macron ha reafirmado ante los líderes del resto de partidos su apoyo «sin límites» a Ucrania y Biden ha utilizado su discurso sobre el Estado de la Unión para hacer campaña frente a Trump con una fiereza desconocida.

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Ucrania padece, como sabemos desde hace un tiempo, dos problemas básicos que lastran su efectividad a la hora de combatir a una Rusia que ha mejorado notablemente en cuanto a capacidades tras adecuar su reclutamiento y su producción industrial a las exigencias del campo de batalla. El primero de ellos es, sin duda, la escasez crónica de municiones para la artillería, que hemos podido ver por ejemplo en la defensa de Avdiívka, confiada más a los drones FPV que a la acción de los obuses muy a pesar de sus militares. El segundo, la incapacidad para mantener en pie de guerra un ejército del mismo tamaño que el ruso, agravada tanto por la falta de acuerdo político sobre la normativa de movilización, como por el hecho de que con el frente estancado y perspectivas mucho más sombrías que hace un año, el incentivo para la llegada de voluntarios es mucho menor.

El primero de ellos, estaría en trance de resolverse momentáneamente, si lo anunciado en fechas recientes respecto a 800.000 disparos localizados por la República Checa fuera de las fronteras de la UE se cumple. En principio, gracias a la aportación de 18 países, incluida recientemente Noruega, que se habría comprometido a aportar 140 millones de euros, la operación parece asegurada, de forma que hasta 500.000 proyectiles de 155mm y 300.000 de 122mm podrían comenzar a llegar a Ucrania en cuestión de semanas, facilitando así la defensa frente a los constantes asaltos rusos.

Claro está, con las cuentas en la mano, la solución no es la panacea y sigue presentando dudas a medio y largo plazo. Sin embargo, podría permitir, a la espera de que la capacidad comunitaria de producción de municiones continúe aumentando, o de que la situación en los Estados Unidos se clarifique, salvar el gap temporal en esta materia frente a Rusia. De hecho, hay fuentes que aseguran que ahora mismo Ucrania estaría viendo cubiertas apenas el diez por ciento de sus necesidades en cuanto a disparos de artillería. Todo mientras Rusia podría haberse beneficiado no solo del aumento de la producción en sus propias fábricas, sino de la llegada de hasta más de tres millones de disparos procedentes de Corea del Norte; una diferencia insalvable que se deja ver en los continuos, por más que lentos, avances que está consiguiendo este país en el Donbás.

Decimos dudas, porque 800.000 disparos podrían ser suficientes para cubrir entre 100 y 200 días de combates, dependiendo del ritmo de uso y asumiendo que la mayor parte de las acciones sigan siendo parte de una estrategia general defensiva. Si Ucrania pretende, como se ha anunciado, ser más agresiva en lo que resta de año, buscando retomar parte de los territorios perdidos estos últimos meses o planteando nuevos dilemas a Rusia, el consumo de municiones (y repuestos, no lo olvidemos), será sensiblemente mayor. Además, está el tema de la precisión. Disponer de artillería convencional es necesario, sin duda, pero una de las ventajas con las que contaba Ucrania desde mediados de 2022 y que ha venido siendo revertida por parte rusa, era la superioridad en cuanto a municiones guiadas, que no parece que formen parte del paquete negociado por la República Checa.

El tema del personal es más complejo si cabe. Ucrania está en un momento crítico por distintos motivos. El primero de ellos es que, la base poblacional, es evidentemente mucho menor que la Rusia, que se beneficia además como sabemos del recurso a muchos voluntarios -o incluso forzados- procedentes tanto del propio país como de Asia Central e incluso de destinos tan exóticos como India. Esto hace que, a cada mes que pasa, las dificultades que afronta Kiev en relación con el reclutamiento sean mayores. Lo que ha provocado a su vez intensos debates políticos y ha sido una de las razones tras la salida del general Zaluzhny, quien pedía medio millón de reclutas para asegurar el frente, cifra que Zelenski consideraba imposible.

El caso es que alcanzar sea esta cifra, sea otra parecida, es cada vez más complicado para Ucrania, toda vez que buena parte de su población, incluyendo de aquella en edad de luchar, está en el extranjero, que han sufrido un importante -aunque difícil de determinar– número de bajas y que la población restante no tiene los mismos incentivos para ir al frente que al principio de la invasión. Esto se explica por una parte porque no hay la misma sensación de urgencia que entonces, ya que el frente lleva tiempo estable y muchos de los ciudadanos ucranianos, en su fuero interno, podrían estar dando por perdido el Donbás e incluso el «pasillo terrestre», pero también porque después de meses de reveses militares y problemas como los relatados a propósito de la escasez de artillería, la motivación para tomar un arma e ir a primera línea como es lógico, disminuye, aunque sea lentamente.

Hay más problemas, por supuesto. Una parte de los cuales tiene que ver con la dificultad a la hora de transformar el número total de ciudadanos movilizados, en fuerza de combate. Al respecto, es interesante un hilo de Henry Schlottman en el que se explican cuáles -más allá de los datos oficiales- podrían ser las cifras reales de uniformados con las que cuenta Ucrania y cuáles las distintas razones, incluidas las ineficiencias, por las que a la hora de la verdad, el número de militares que están en el frente empuñando un arma es mucho menor.

Sea como fuere, Ucrania tendrá que resolver la cuestión del personal en los próximos meses si quiere hacer frente con garantías a un ejército ruso que no solo crea nuevas unidades, sino que ha «aprendido» a rotar las que tiene en el frente y que sigue «quemando» sin miramientos la carne de cañón en sus asaltos, que luego son completados por las tropas más capaces. Un problema, el de la escasez de personal, que va más allá del hecho de que algunas unidades puedan estar incluso al 10 por ciento de sus efectivos, sino que implica también la dificultad para llevar a cabo rotaciones, lo que implica hartazgo entre los integrantes de las mismas. Curiosamente, y mientras estos problemas se intensifican, Zelenski ha firmado un decreto presidencial que hace oficial la desmovilización de parte del personal cuyo servicio había sido prorrogado (en contra de la legislación, eso sí) el 24 de febrero de 2022, tras cumplirse dos años de servicio. Esto implica que dicho personal, del que se desconoce el número, pasará en las próximas semanas a formar parte de la reserva, aunque parte del mismo haya optado por firmar un contrato con las Fuerzas Armadas.

https://twitter.com/JulianRoepcke/status/1765773233733746904?s=20

Pasando ya a la actualidad sobre el frente, en las últimas horas ha vuelto a producirse el lanzamiento de drones y misiles por parte rusa sobre Ucrania. Concretamente, según el Ministerio de Defensa de este último país, estaríamos hablando de 37 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), así como de dos misiles Kh-59 y un misil S-300. Habrían sido derribados 33 drones y se habrían reportado explosiones, por ejemplo, en Odesa y Sumy, en donde ha fallecido una persona tras ser alcanzado un hospital.

Del lado ruso, su Ministerio de Defensa ha hablado de hasta once drones ucranianos destruidos sobre la región de Volgogrado, así como de otro neutralizado sobre la de Bélgorod.

En cuanto a los enfrentamientos, que continúan siendo intensos como demuestran las cifras diarias de vehículos alcanzados o abandonados por distintos motivos. Por cierto, que en lo que va de guerra Rusia ha perdido ya más de 1.200 carros de combate de la serie T-72, cifra sorprendente.

Dicho esto, y comenzando por la zona más septentrional del frente, correspondiente al área de Kupiansk, nos encontramos con nuevos combates en torno a Sinkiv’ka, que por el momento sigue sin ser tomada por el Ejército ruso. También en Bilohorivka, más al sur, ya en el área de Siversk, combatiéndose en las calles más exteriores de la localidad.

En el caso de Avdiívka, los únicos avances rusos se han producido al sur de Orlivka, manteniéndose en términos generales bastante estable por el momento la línea que va desde Berdychi, pasando por esta población, hasta Tonenke. Distinta es la situación en Pervomais’ke, al sur, en donde las tropas rusas habrían tenido más éxito en las últimas horas, mientras intentan rodear el poblado desde el norte.

Otros de los puntos calientes del frente son Krasnogorivka, que el Ejército ruso intenta atacar desde el sur por el momento sin romper las defensas ucranianas y Novomykhailivka, localidad de la que las tropas rusas alcanzaron el centro urbano dos días atrás, pero en la que los ucranianos no han vuelto a ceder terreno desde entonces.

Por último, dos apuntes. Ucrania, continúa construyendo fortificaciones a retaguardia de la línea del frente, en previsión de que la ofensiva rusa continúe durante los próximos meses. Además, se habrían registrado impactos de drones FPV ucranianos a distancias, posiblemente, de hasta 20 kilómetros del frente, lo que supondría un incremento notable en su radio de acción frente a lo que es habitual.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, el protagonismo indiscutible en estas últimas horas ha sido para el Reino Unido. En primer lugar, porque este será el nuevo destino del general Zaluzhny, anteriormente Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas y, a partir de ahora, embajador ante el Gobierno de su Graciosa Majestad. Zaluzhnyi, por lo demás bastante popular y con buenas relaciones entre y con los principales aliados de Ucrania, debería servir para acercar a Ucrania y el Reino Unido todavía más si cabe. Ahora bien, hay quien ha planteado, no sin motivo, que con buena parte de los oligarcas ucranianos viviendo en Reino Unido, podría terminar tomando más fuerza si cabe como alternativa a Zelenski en el futuro, si sabe lograr los apoyos correctos.

Más allá de Zaluzhnyi, y al mismo tiempo, ha estado de visita en Kiev el secretario de Defensa británico, Grant Shapps, quien además de encontrarse con Rustem Umerov, el actual ministro de Defensa, se ha reunido con el propio Zelenski, para tratar la cooperación bilateral, y ha anunciado la concesión a Ucrania de un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 146 millones de euros -a sumar a los más de 230 comprometidos anteriormente para este fin-, que incluirá entre otros el suministro de más de 10.000 drones de distinto tipo, tanto FPV como drones kamikazes de largo alcance, de observación y reconocimiento y drones navales de superificie.

También, siguiendo con la ayuda militar, ha sido hoy el turno de Lituania, país que ha anunciado una nueva transferencia de disparos de 155mm a Ucrania, aunque no se ha revelado en ningún momento la cantidad exacta.

Otro hecho reseñable que se ha producido estas últimas horas ha sido la entrada, ya oficial, de Suecia en la OTAN, convirtiéndose así en el 32º miembro de la Alianza. Algo que ha sido celebrado por buena parte de los demás integrantes de la organización, comenzando por los Estados Unidos o el Reino Unido, pero también por Ucrania, cuyo presidente ha felicitado a los suecos.

Pasando a la diplomacia, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, también se mostró activo ayer, reuniéndose con el representante especial del gobierno de la República Popular de China para Eurasia, Li Hui, con quien habló sobre temas como el corredor de granos, el regreso a Ucrania de los niños deportados a Rusia durante la guerra o la situación de los prisioneros de guerra.

Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha tomado parte en una videoconferencia de ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa aliados sobre el apoyo a Ucrania, iniciada por Francia. Durante la misma, ha pedido que se entregue más ayuda al país y que, además, esta llegue más rápido. Según sus palabras: «Las decisiones deben ser urgentes y encaminadas a suministrar armas a Ucrania mucho más rápido y en mayores cantidades».

Precisamente Francia ha sido otro de los focos de interés durante esta última jornada de guerra, hasta el momento. Allí el presidente de la República, Emmanuel Macron, se ha reunido finalmente con los dirigentes del resto de partidos políticos del país con representación parlamentaria, a quienes ha trasladado, incidiendo en su mensaje de estos últimos días, que el apoyo de Francia a Ucrania «no tiene límites» en referencia tanto al coste material de ese apoyo como a la ausencia de líneas rojas. Una postura que ha sido criticada desde la oposición y que amenaza con aislar a un Macron que parece muy convencido de la necesidad de este cambio de actitud respecto a su aliado.

Como respuesta, desde el Kremlin el portavoz oficial del Gobierno ruso, Dmitry Peskov, ha hablado sobre el tema, mostrándose preocupado por la deriva tomada por Macron. Según Peskov: «El señor Macron está convencido de su política de querer infligir una derrota estratégica a nuestro país y continúa aumentando el nivel de participación directa de Francia». Recordemos que ambos países han venido protagonizando una escalada verbal -y no solo- entre acusaciones por parte rusa contra Francia de enviar mercenarios a luchar a Ucrania y por parte francesa contra Rusia de haber iniciado una campaña de guerra informativa.

También desde Rusia se ha pronunciado el secretario del Consejo de Seguridad, uno de los miembros claramente del «ala dura» de la cúpula rusa, quien ha hecho una vez más referencias a cómo desde Occidente se estaría elogiando a terroristas, siempre que estos luchen contra Rusia. En concreto, hizo referencia a la «propaganda anglosajona» señalando que «incluso ahora, llama hipócritamente a los terroristas luchadores por la libertad, glorifica a nacionalistas frenéticos y personalidades notorias, siempre que sus acciones estén dirigidas contra Rusia». Una declaración hecha a propósito de la reciente inauguración de una placa «en memoria del ex líder terrorista Johar Dudayev en la región de Poltava de Ucrania en febrero de este año».

En otro orden de cosas, los parlamentarios suizos han votado a favor de medidas que podrían permitir que los activos rusos congelados en el país se utilicen para financiar reparaciones de guerra en Ucrania. La Cámara Alta del Parlamento votó por 21 votos contra 19 a favor de una serie de mociones presentadas por el Gobierno; también hubo 3 abstenciones. La Cámara Baja los adoptó el año pasado. Todo lo cual podría permitir al Gobierno helvético establecer una base legal para utilizar los activos congelados de los estados agresores para pagar reparaciones en los países atacados.

Cerramos hoy con los Estados Unidos, en donde Biden ha comparecido para participar en el debate sobre el Estado de la Nación, pronunciando un discurso en el que ha cargado duramente contra Trump -convirtiendo de paso el evento en un acto electoral- y no ha dudado en enfrentarse con cierta fiereza a los republicanos. Entre las líneas argumentales defendidas por Biden, cabe destacar las siguientes: 1) que no es demasiado mayor para gobernar, uno de los argumentos centrales de los republicanos de cara a las elecciones, a pesar de que Trump tampoco es precisamente un retoño; 2) los errores de «su predecesor», a quien acusó entre otras cosas de permitir a Putin hacer «lo que quisiera»; 3) su preocupación por la seguridad fronteriza y la economía, intentando así cargar contra dos de las principales bazas republicanas.

Todo ello mientras el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, de visita en Washington, abogaba por una mayor ayuda a Ucrania por parte estadounidense, instando a brindar a Kiev el apoyo prometido y asegurando que «Esta es una promesa que le hicimos al pueblo ucraniano. Si no brindamos apoyo, todas las pérdidas serán en vano».