Guerra de Ucrania – Día 727

En las últimas horas, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han asegurado haber retomado el control de la localidad de Krynky, en la orilla oriental del Dniéper, algo que Ucrania niega. Al mismo tiempo, continúan los ataques en el este del país, mientras Shoigú asegura que la toma de Avdiívka ha sido una operación ejemplar y con un número de bajas «mínimo», aunque este haya ascendido posiblemente a decenas de miles de muertos y heridos para Rusia. En el apartado internacional, mientras distintas capitales continúan exigiendo explicaciones a Rusia por la muerte de Navalni, los agricultores polacos han vuelto a bloquear el paso de productos agrícolas ucranianos y el ministro de Defensa galo, Sébastien Lecornu, ha pedido reforzar las medidas de seguridad ante las amenazas de «sabotaje y ciberataques» rusos.

Ayuda a mantener este sitio haciendo una donación:

En numerosas ocasiones, por más que esta no haya tenido excesiva visibilidad, hemos hablado sobre la guerra cibernética entre Rusia y Ucrania. Las últimas, en las dos jornadas previas a causa de diversos ciberataques-. También sobre la concepción rusa de la guerra en el «quinto dominio». Y, por supuesto, acerca de las razones por las que, pese a haberse luchado con encono en este dominio, en ningún momento se ha alcanzado la situación catastrófica -el «ciber armagedón»- que muchos preveían en los años previos a un conflicto que está a punto de cumplir su segundo aniversario.

Estas, en buena medida, además de a los aciertos ucranianos en los años previos y a la ayuda concedida en este aspecto por sus aliados, tienen mucho que ver con algunas lagunas en la preparación rusa. Lagunas que, no nos engañemos, han intentado solucionar desde entonces, del mismo modo que han venido realizando adaptaciones de todo tipo, desde la producción militar y la formación de sus tropas a cambios en el material, en la doctrina de empleo e incluso en la estrategia.

De entre todas estas lagunas previas -que insistimos, intentan corregir aunque no en todos los casos sea posible-, cabe destacar las siguientes, algunas de las cuales podrían extrapolarse mucho más allá de su rendimiento en el dominio cibernético. Así, tal y como explica Josué Expósito en nuestro tercer libro sobre la guerra de Ucrania, tenemos que el rendimiento ruso ha estado afectado por:

  • Falta de previsión: En un primer momento, Rusia anticipó una victoria militar rápida y no planificó una campaña sostenida en el tiempo. De hecho, la cantidad y calidad de los ciberataques rusos alcanzaron su culmen en los días inmediatamente anteriores y posteriores a la invasión.

  • Corrupción: a la falta de planificación habría que sumar la existencia de unas instituciones de seguridad corruptas y con graves problemas de coordinación con el poder ejecutivo que se mostraron incapaces de sacar rédito estratégico a la inteligencia cibernética recopilada.

  • Falta de coordinación: ligado a lo anterior, tenemos que la propia configuración del sistema político ruso y su cultura institucional provocaron una preparación de inteligencia insuficiente y una sobrecarga de secretismo y desconfianza entre unas élites político-militares que dificultaron la planificación interinstitucional. Esto, entre otras cosas, se ha dejado notar en la relación entre el GRU y otros ciberactores, pues no estaba diseñada antes de la guerra para una estrecha integración con las tropas regulares en condiciones de combate a gran escala.

  • Falta de personal cualificado: las unidades cibernéticas rusas cuentan con unas cifras de personal reducidas como para marcar una gran diferencia en el esfuerzo bélico de Moscú y contribuir de forma significativa en una guerra a gran escala. Esto se ha notado especialmente cuando la estrategia rusa en el ciberespacio no se ha limitado a Ucrania, sino que, ha optado por mantener o aumentar las operaciones cibernéticas contra otros objetivos occidentales.
  • Factores técnicos: Se pueden identificar tres factores:
    • En primer lugar, y en línea con la dificultad para integrar las cibercapacidades en el esfuerzo bélico de la que ya hemos hablado, observamos que Rusia ha sido incapaz de beneficiarse de la inteligencia cibernética en la orientación cinética de su artillería.
    • En segundo lugar, y a diferencia del armamento convencional, el empleo de las operaciones cibernéticas depende de tener un objetivo previamente establecido y estudiado en busca de vulnerabilidades que permitan el ataque. Dicho de otro modo, no pueden utilizarse indiscriminadamente contra sistemas estándar sin una previa planificación.
    • En tercer lugar, nos encontramos con la incapacidad es la incapacidad que poseen los ciberataques para lograr efectos físicos. Únicamente se tiene constancia pública de un ciberataque diseñado para tener una afección física. En abril de 2022, los investigadores occidentales descubrieron Industroyer2, un malware diseñado para afectar a los sistemas de control industrial dentro de la red eléctrica ucraniana que fue desactivado antes de iniciar su temporizador y lograr sus objetivos.

La conclusión de todo lo anterior es obvia: los medios convencionales suelen ser más rápidos, más baratos, más precisos y sus resultados son más seguros y destructivos que las operaciones cibernéticas. Ahora bien, Rusia aprende, y aprende rápido a pesar de sus limitaciones. Algo que explica, entre otros, lo que hemos adelantado en la entradilla respecto de las preocupaciones del ministro de defensa galo acerca de los ciberataques que su ministerio y la industria de defensa francesa puedan sufrir por parte de elementos rusos -recordemos que en muchas ocasiones recurren a organizaciones ligadas al gobierno, pero ajenas a este y a cibervoluntarios-.

De hecho, las declaraciones del ministro Lecornu iban más allá de mostrar preocupación, pues llamaba a perseguir, ahora que cuentan con los medios financieros, técnicos y humanos necesarios para ello, un auténtico cambio cultural en el seno del Ministerio de Defensa. Es más, sus palabras exactas han sido las siguientes: «Tendremos que […] correr riesgos. Los recursos presupuestarios ya están ahí. Por lo tanto, queda por realizar una ruptura cultural en el seno del ministerio, de los ejércitos y de nuestra base industrial y tecnológica de defensa”.

Las declaraciones del francés, en realidad, no hacen sino responder a unas declaraciones del presidente Macron, quien hace apenas cuatro días denunció un cambio de postura ruso referente tanto al despliegue de armas en el espacio –planes que Putin ha negado en las últimas horas– como al hecho de que este país habría «cruzado varios umbrales» en sus ciberataques contra Francia.

A pesar de que las declaraciones de Macron y Lecornu se producen en un momento de tensión entre ambos países motivado por diferentes razones, desde las acusaciones rusas de participación de mercenarios franceses en la guerra, hasta el aumento del apoyo francés a Ucrania, no debe perderse de vista, como hemos venido advirtiendo en diversos informes que, según pase el tiempo, es cada vez más posible que Rusia opte por volver a volcar sus recursos en este área hacia los aliados de Ucrania. Algo que, además, casaría con su deseo de atacar el «centro de gravedad» de su enemigo, que es la relación que Ucrania mantiene con estos y el apoyo que le prestan. También, con el hecho de que la doctrina rusa en el ciberespacio esta muy ligada a la inteligencia, la subversión y la guerra psicológica.

Cambiando ya de tercio, para pasar a lo acaecido en las últimas horas sobre el terreno, tenemos que los ucranianos han acusado a Rusia de haber atacado el país con un misil S-300, un misil Kh-59, cuatro misiles Kh-22 y diecinueve drones tipo Shahed. De todos ellos, habrían logrado neutralizar tanto el misil Kh-59, como trece de los diecinueve drones, según su Ministerio de Defensa. Además, aseguran también haberse cobrado un nuevo bombardero táctico Su-34, lo que supondría la séptima baja rusa en lo que va de semana, atendiendo a los cálculos ucranianos, sin confirmar. En cualquier caso, se ha hablado de explosiones en Dnipró, en Járkov y en Sumy.

Del lado ruso, de forma sorprendente, aseguran haber derribado tanto siete misiles de crucero de lanzamiento aéreo Storm Shadow como un Patriot y tres «sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS» durante la última jornada. Se ha informado de explosiones en Henichesk.

Respecto a los combates, que siguen dejando un algo número de pérdidas materiales, tenemos que las novedades han sido relativamente escasas, al menos en cuanto a movimientos. De hecho, no ha trascendido ninguna procedente del norte del frente.

Sí del este, comenzando por el área de Avdiívka en donde, a pesar de que algunas fuentes rusas hablaban de la ruptura de las defensas ucranianas en Lastuchkyne, lo que ha trascendido es un vídeo en el que se ve cómo una columna rusa era diezmada en su intento de avance, perdiendo media docena de vehículos y buena parte de la infantería que transportaba. Algo, por otra parte, esperable una vez han vuelto a tener que cruzar campo abierto y a enfrentarse, entre otros, a las minas.

Lo que nos lleva a los comentarios de Shoigú, asegurando que la batalla por Avdiívka será estudiada en el futuro en los libros de texto y que ha supuesto pérdidas mínimas, algo a todas luces falso, a tenor de la información disponible y sin pretender en ningún caso obviar el hecho de que, asumiendo precisamente pérdidas, Rusia ha obtenido su objetivo. Por cierto, que a pesar de que no han aparecido todavía pruebas de capturas masivas, hay varias fuentes que especulan con la posibilidad de que, finalmente, entre 850 y 1.000 militares ucranianos fuesen hechos prisioneros o, al menos, estén en paradero desconocido, tras la retirada ucraniana de Avdiívka. Esto no quiere decir obligatoriamente que todos ellos hayan sido capturados o abatidos, pues es posible que buena parte hayan llegado a posiciones ocupadas por unidades distintas a las suyas y se haya producido cierto caos temporal, pero habrá que estar atentos a los nuevos datos que puedan ir surgiendo.

Más allá de lo anterior, también se han producido combates al sur de Mariínka, hacia Pobjeda y Novomykhailivka, además de en el área de Vuhledar, así como en lo que era el eje de Orijiv, nuevamente en Robotyne.

Dicho todo lo anterior, también es necesario hacer al menos una referencia a las discusiones en torno a la situación de Krynky, en la orilla oriental del Dniéper (para ser exactos, del río Konka, paralelo a este). Allí, si bien desde Rusia han reclamado el control total de la localidad, mostrando como prueba un vídeo con banderas colocadas en el centro de la misma, desde fuentes ucranianas rápidamente han «contraatacado» con otro vídeo en el que se ve cómo únicamente una pareja de soldados rusos había entrado momentáneamente en el poblado para colocar dichas banderas, abandonando rápidamente el lugar.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, durante la última jornada ha sido patente la ausencia de noticias de calado, aunque se ha mantenido un alto nivel de actividad diplomática. Todo eso a la espera de que se produzca la cumbre ministerial del G20 en Río de Janeiro (Brasil), con presencia de Serguéi Lavrov, en las próximas horas.

Así las cosas, han sido numerosas las referencias al décimo aniversario del «Jueves negro» (20 de febrero de 2014) en el que más decenas manifestantes murieron en los enfrentamientos en el centro de Kiev. Referencias que se han hecho, por ejemplo, por parte de políticos ucranianos como Zelenski o su ministro de Exteriores, Kuleba -así como a través de una publicación en la web del ministerio que encabeza-, pero también por parte de altos cargos internacionales, caso del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, quien se ha referido a «Los héroes de los Cien Celestiales» yy al aniversario de la «Revolución de la Dignidad».

Dicho esto, también ha habido espacio para la diplomacia, como decíamos. En el caso del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha mantenido una charla telefónica con el responsable del Ministerio de Empresa italiano, Adolfo Urso. Durante la misma, además de expresar Yermak su agradecimiento al gobierno y al pueblo de Italia por su apoyo inquebrantable a Ucrania, discutieron cuestiones relacionadas con el fortalecimiento y la aceleración del trabajo sobre un acuerdo bilateral de seguridad entre Ucrania e Italia, entre otros temas.

Por su parte, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, que continúa con su viaje a Japón, tuvo la oportunidad de dirigirse a diversos parlamentarios nipones procedentes de los diversos grupos políticos, ante los que insistió en lo importante que era para ambos países era el fortalecimiento de la cooperación en la reconstrucción de Ucrania.

Cambiando de tercio, y pasando a los supuestos planes rusos para colocar armas antisatélite nucleares en el espacio, se ha publicado desde los Estados Unidos que este país llevaría tiempo trabajando a puerta cerrada en la forma de disuadir al Kremlin de seguir adelante con el proyecto, buscando no forzar la situación y llegar a extremos como los de 1962. Putin, como hemos visto, sigue negando que los planes rusos pasen por situar armas ASAT de este tipo. Sin embargo, los EEUU ya han avisado a sus aliados de que el primer lanzamiento tendrá lugar antes de que finalice el año.

En otro orden de cosas, se han seguido produciendo convocatorias a los embajadores rusos en diversas capitales, como en el caso de Polonia, siguiendo el ejemplo de Alemania, España, Francia, Suecia, Noruega o Países Bajos ayer para dar explicaciones por la muerte de Navalni. Todo mientras desde los Estados Unidos anuncian que en breve se adoptarán nuevas y fuertes sanciones contra Rusia como castigo por la muerte del opositor ruso.

Pasando a otro tema, en las últimas horas se ha publicado una encuesta hecha por el think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), según la cual el apoyo entre los ciudadanos de la UE a Ucrania sigue siendo amplio, aunque apenas un 10 por ciento de ellos cree ahora que este país pueda derrotar a Rusia.

Además de esto, también ha sido noticia la intensificación de las protestas por parte de los agricultores y los camioneros polacos en la frontera con Ucrania. En el primer caso, amenazan además con prolongar sus manifestaciones y piquetes hasta abril. Todo ello mientras los ucranianos exigen el fin del bloqueo, que está dañando su economía.

En otro orden de cosas, la ONG Conflict Armament Research ha denunciado que uno de los misiles balísticos suministrados por Corea del Norte a Rusia y empleados por este país contra Ucrania integraría más de 290 componentes electrónicos producidos fuera del país juche. En concreto hablan de un 75 por ciento de los mismos de procedencia estadounidense y un 16 por ciento europea.

En el apartado humanitario, y gracias una vez más a las gestiones de Catar, un nuevo grupo de niños ucranianos ha sido repatriado desde Rusia. En total, han sido once menores, algo que ha sido celebrado por ejemplo por el presidente de la Rada Suprema, Ruslan Stefanchuk.

Además de esto, y para finalizar, desde la Unión Europea han anunciado un nuevo paquete de ayuda humanitaria a Ucrania por valor de 75 millones de euros. Este paquete «proporcionará asistencia de emergencia, incluido el acceso a necesidades básicas como refugio, servicios de protección, agua potable, educación y atención sanitaria» a los ucranianos, según se explica en el comunicado oficial emitido por la Comisión.