Guerra de Ucrania – Día 726

Jornada de noticias contradictorias en relación con la guerra de Ucrania. Si por una parte el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoce la situación «extremadamente difícil» que viven sus tropas y lo achaca al retraso en el envío de ayuda por parte de sus aliados, por otra se ha vuelto a hablar de la intención de Washington de suministrar misiles ATACMS, en esta ocasión sin restricción de alcance, en el caso de que se desbloquee la ayuda. Además de esto, y mientras Ecuador da marcha atrás en sus planes de enviar a Ucrania material militar de diseño soviético por las presiones de Moscú, Canadá ha anunciado la donación de cientos de drones R70. Todo ello en un día en el que Francia, Países Bajos o Noruega han convocado a los embajadores rusos en dichos países para exigir explicaciones por la muerte de Alexei Navalny.

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Las últimas horas de guerra en Ucrania, a pesar de que los combates siguen siendo intensos y el Ejército ruso ha venido lanzando ataques en diversas direcciones, han estado nuevamente protagonizadas más por los anuncios internacionales. También por los rumores relativos por ejemplo a la ayuda estadounidense. Al fin y al cabo, y a pesar de la reciente pérdida de Avdiívka por parte ucraniana y de los constantes ataques rusos en diversos puntos del frente, la actualidad procedente de un campo de batalla que en lo fundamental continúa estancado, es muy limitada.

Quizá la novedad más sorprendente tenga que ver con los diversos rumores relativos al posible envío de variantes modernas de los misiles ATACMS por parte de los Estados Unidos. Eso sí, siempre que en el Congreso se desbloqueen los fondos destinados a ayudar militarmente a Ucrania, situación que todavía no se ha resuelto. Sea como fuere, lo relevante aquí sería que, según se dice, en Washington estarían dispuestos a asumir cierto riesgo de escalada suministrando a Kiev unos sistemas cuya entrega solo se entendería de no estar sujeta a restricciones de empleo. Es decir, de forma que pudiese ser usada por ejemplo para golpear los aeródromos rusos y otras instalaciones clave en el interior de la propia Rusia, algo que supondría un cambio de parecer muy importante por parte estadounidense.

Es más, la fuente original que ha tocado el tema, en este caso el medio estadounidense NBC News, sugiere que, incluso en el caso de que la ayuda no llegue a desbloquearse, los Estados Unidos podrían pedir a algunos de sus aliados que enviasen ellos mismos estos misiles balísticos a Ucrania, pasando posteriormente los norteamericanos a reponer las existencias de dicho socio. En cualquier caso, dejan claro en todo momento que las existencias de ATACMS en los arsenales norteamericanos son también limitadas y que no es probable que sin fondos para reponerlas den este paso.

Curiosamente, en relación con esto último, hay que tener en cuenta que parte de los misiles ATACMS serán sustituidos no por unidades de los mismos modelos, sino por los más modernos y ligeros misiles PrSM (sobre el que hablamos aquí), un modelo que ya ha entrado en producción, aunque se trate todavía de la fase de producción inicial a bajo ritmo, siguiendo así el proceder habitual. También que, aunque los Estados Unidos hace tiempo que no anuncian un nuevo paquete de ayuda, los fondos todavía no se han consumido por completo, quedando todavía un remanente en manos de la Casa Blanca.

Alcance estimado de los misiles ATACMS. 300 kilómetros a partir de la línea de frente.
Alcance estimado de los misiles ATACMS. 300 kilómetros a partir de la línea de frente. Fuente – Elaboración propia a partir de un mapa de Google Earth.

Respecto a su empleo, en el hipotético caso de que los ATACMS llegasen a Ucrania en los próximos meses, y si estos lo hiciesen sin restricciones de alcance o de empleo (entendiendo siempre que serían dirigidos únicamente contra objetivos militares), como puede verse en la imagen sobre estas líneas permitirían cubrir una fracción nada desdeñable del territorio ruso en las regiones más cercanas a Ucrania. Hasta el punto de que buena parte de los aeródromos empleados por la Fuerza Aérea rusa para operar sus cazabombarderos y bombarderos tácticos, quedarían al alcance de estas armas.

Lo mismo para los segundos y terceros escalones logísticos. No olvidemos que, desde hace ya un tiempo, Rusia ha logrado con bastante éxito adaptarse al empleo por parte ucraniana de cohetes guiados lanzados por los M270 y M142 HIMARS y de municiones de artillería guiadas, así como de bombas planeadoras. Lo ha hecho cambiando sus formas de proceder en cuanto a la logística, retrasando cualquier zona de acumulación de efectivos, vehículos o suministros de la línea de frente, distribuyendo los envíos en pequeñas partidas en lugar de en grandes convoyes y, todo ello, además, con un empleo intensivo de medios de guerra electrónica para tratar de minimizar la precisión de las armas guiadas por GPS suministradas a Kiev por sus aliados.

En este sentido, y después de que el suministro de misiles de crucero como los Storm Shadow / SCALP se haya reducido y buena parte de las existencias se hayan consumido, Ucrania volvería a disponer de la capacidad de infligir daño a Rusia allí en donde verdaderamente debe hacerlo, que es en la retaguardia. Por una parte, complicando la acción de su Fuerza Aérea, que ahora que puede volver a operar con ciertas garantías (a pesar de las últimas supuestas pérdidas, sobre las que hablaremos luego), está suponiendo un importante quebradero de cabeza para las Fuerzas Armadas ucranianas. Por otra, atacando la logística, los puestos de mando, las instalaciones portuarias e incluso la industria de defensa que quede dentro de su alcance.

Con todo, ya que no es la primera vez que se especula sobre este tema, conviene ser cautos y tener en cuenta que las informaciones son poco más que rumores y que desde luego no hay nada en firme, a pesar de que desde parte del Partido Republicano están presionando a Biden para que envíe armamento avanzado a Ucrania, por curioso que esto resulte. Dicho lo cual, Ucrania necesita con urgencia no solo munición para su artillería de campaña y misiles para su artillería antiaérea, sino herramientas que le permitan que, en última instancia los soldados rusos en primera línea no cuenten ni con municiones, ni con los apoyos que están permitiendo los últimos avances.

Dicho lo anterior, en las últimas horas y pasando a la actualidad en el frente, Ucrania ha vuelto a ser objetivo de una oleada de drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) rusos. En concreto, desde el Ministerio de Defensa ucraniano afirman haber derribado un total de 23 de estos ingenios (100% del total), al tiempo que habrían llegado al país también dos misiles antiaéreos S-300 en función de ataque a tierra y un misil Kh-31. De esta forma, se han reportado explosiones en lugares como Járkov y Dnipró, aunque no se ha informado de víctimas.

Además de esto, y después de que ayer fuese hackeada la cuenta de Ukrainian Pravda en Twitter, tenemos que durante la última jornada han sido los sistemas de Espreso TV los que han sufrido la acción de los hackers, llegando a transmitir propaganda rusa.

En cuanto a los combates, que una jornada más arrojan un gran número de pérdidas especialmente del lado ruso -y mientras se sigue especulando con el número de bajas que ha dejado la batalla de Avdiívka-, tenemos que, comenzando por el área de Siversk, al norte, el Ejército ruso ha logrado avanzar unos metros -aunque posiblemente se trate de un movimiento anterior-, en la zona de Vesele.

También en Bakhmut se han reportado distintos ataques rusos e intentos por acercarse a Ivanivkse, en cuyas puertas está ya el Ejército ruso.

Además de lo anterior, y pese a que Rusia ya controle el núcleo urbano de Avdiívka, es en sus alrededores en donde se sigue concentrando el grueso de la acción. Por el momento, a pesar de los intentos de alcanzar Lastochkyne o Severne, no han conseguido romper las líneas ucranianas en la zona. De hecho, hay fuentes que estiman que Rusia se tomará una pausa operacional para reorganizar sus fuerzas, antes de lanzar una nueva ofensiva.

También al sur de Ucrania se ha combatido, con las tropas rusas atacando en lo que era el antiguo eje de Orijiv, en Zaporiyia, concentrándose en la aldea de Robotyne, de la que no queda apenas nada en pie.

Por último, cabe hacer una referencia a la polémica de las últimas horas en torno a los supuestos derribos ucranianos de aviones de combate rusos. Según algunas fuentes, estos habrían totalizado hasta seis unidades en las tres últimas jornadas. Sin embargo, más allá de que no aparezcan imágenes de los restos, y a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, la comunidad bloguera rusa, que suele utilizarse para confirmar las pérdidas, por el momento solo ha reconocido la pérdida de uno o, dependiendo de a cuál se recurra, dos Su-35. Es decir, que aunque es más que factible que Ucrania haya logrado anotarse varios tantos en las últimas horas, no hay ninguna seguridad de que todas las bajas rusas que afirman haber causado sean reales.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado diplomático, quizá lo más relevante de la jornada tenga que ver con la convocatoria por parte de los ministerios de Exteriores de España, Francia, Países Bajos, Alemania, Suecia o Noruega a los embajadores rusos en cada uno de estos países para exigir explicaciones por la muerte del opositor ruso Alexei Navalni. Respecto a esto, además, su viuda Yulia Navalnaïa, ha prometido continuar su lucha a través de un vídeo publicado en las redes sociales.

Mientras tanto, desde Rusia consideran inaceptable la «odiosa» reacción occidental, a la vez que continúan sin entregar el cuerpo del difunto a su familia, desde la UE envían sus condolencias a la viuda mientras aseguran que «Vladimir Putin y su régimen tendrán que rendir cuentas» por la muerte de Navalni y Alemania presiona para que se aprueben nuevas sanciones contra Rusia como castigo.

Además de lo anterior, en las últimas horas se ha venido hablando nuevamente sobre la próxima visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a Ucrania. Visita que se producirá, salvo sorpresa, a mediados del próximo mes de marzo, después de que la anterior visita planeada finalmente fuese cancelada. En cualquier caso, la llegada del presidente francés a suelo ucraniano se produciría después de que el acuerdo de seguridad entre ambos Estados haya sido ya firmado y de que Francia haya anunciado un paquete de ayuda militar a Ucrania de 3.000 millones de euros para el presente año.

En otro orden de cosas, desde Ucrania el ministro de Defensa, Rustem Umerov, ha mantenido una llamada con su homóloga checa, Jana Černochová, en la que ha agradecido la participación del país centroeuropeo tanto en la «Coalición de desminado» como en lo relativo al entrenamiento de los pilotos ucranianos en el manejo de los F-16, entre otros.

El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, por su parte, ha tomado parte en el consejo de Exteriores de la UE, dirigiéndose a los presentes por vía telemática para solicitar el envío de más municiones y para que se tomen medidas inmediatas en este sentido. Según ha declarado «cada proyectil producido ahora en Europa debe servir a los soldados ucranianos y a la defensa europea». Una declaración que busca que en la UE se priorice el envío a Ucrania por encima de la restitución de las reservas de los Estados miembros, que es el destino que deberían tener, en principio, muchos de los disparos contratados en fechas recientes.

También sigue activo el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, quien continúa en Japón, tomando parte en la Conferencia de Recuperación que se celebra en Tokio y que busca reunir fondos para la reconstrucción de Ucrania y de cara a su recuperación económica. En este sentido, se ha reunido con diversos altos cargos de distintas instituciones japonesas, buscando tanto acuerdos bilaterales como canalizar la inversión hacia Ucrania.

Volviendo sobre los F-16, sobre estos se han pronunciado desde la Fuerza Aérea belga, asegurando que han comenzado la transición hacia los nuevos F-35 y que están canalizando la mayor parte de sus recursos -en relación con los F-16- hacia el entrenamiento de los aviadores ucranianos.

Siguiendo con la ayuda militar, dos han sido los anuncios importantes en las últimas horas. En primer lugar, Suecia ha desvelado que están preparando el que sería su mayor paquete de ayuda hasta la fecha y el decimoquinto desde el inicio de la invasión. Así las cosas, el país nórdico estaría trabajando en un paquete valorado en alrededor de 650 millones de euros, a la espera de que se haga el anuncio formal en cuestión de horas.

También Canadá ha hecho un anuncio importante, pues suministrará hasta 800 drones multimisión Teledyne FLIR SkyRanger R70, como parte de un paquete de ayuda valorado en más de 95 millones de dólares canadienses (65 millones de euros). Estos aparatos pueden emplearse tanto para la vigilancia y la recopilación de datos de inteligencia como para transportar y entregar suministros. Esta donación será financiada con parte de los 500 millones de dólares canadienses (343 millones de euros) en asistencia militar para Ucrania anunciados por el primer ministro Justin Trudeau durante su visita a Kiev en junio de 2023.

Una de cal y otra de arena para Ucrania, pues desde Ecuador, país que iba a suministrar armamento de origen soviético a los Estados Unidos a cambio de material moderno, de forma que desde este último país pudiese ser enviado a Ucrania, parece que finalmente han reculado. Entre el material había seis helicópteros del tipo MI y sistemas de lanzacohetes de largo alcance y a cambio Quito iba a recibir armamento nuevo valorado en 200 millones de dólares.

Además de todo lo anterior, y para finalizar, ha sido noticia el asesinato en España de un piloto ruso que había desertado llevándose un helicóptero de combate a Ucrania. Trasladado posteriormente a la península, el cuerpo de Maksim Kuzminov, de 28 años, ha sido encontrado en Alicante con entre media y una docena de heridas de bala en lo que apunta a una acción de los servicios secretos rusos.

Por último, tres noticias más: en primer lugar, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha llamado a tomar medidas drásticas para impulsar la defensa europea, incluyendo la provisión de un fondo de 100.000 millones de euros en «Eurobonos». En segundo lugar, en una entrevista hecha por el medio BFMTV-RMC el eurodiputado socialista francés Raphaël Glucksmann instó a su país a entrar en «economía de guerra». En segundo lugar, desde el Comité Internacional de la Cruz Roja han denunciado que hasta 23.000 personas siguen desaparecidas en Ucrania.