Guerra de Ucrania – Día 781

Tras admitir el general Oleksandr Syrskyi lo difícil de la situación en el este de Ucrania, en las últimas horas ha sido el ministro de defensa del país, Rustem Umerov, quien ha calificado de tenso el contexto, la vez que ha hablado de la superioridad numérica rusa, razón por la que se ha decidido el envío de armas y municiones adicionales a la zona de Chasiv Yar, localidad estratégica a poniente de Bakhmut. En el apartado internacional, mientras se hace recuento y análisis de lo ocurrido en Oriente Medio en las últimas horas, en los Estados Unidos se habla sobre la posibilidad de cambiar la fecha de la votación de la ayuda conjunta a Israel y Ucrania.

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El ataque de Irán a Israel de las pasadas horas, aunque siguen sin estar disponibles todos los datos necesarios para hacer un análisis totalmente fiable, ha dejado algunas lecciones -impresiones, más bien- de lo más interesantes y que se relacionan también tanto con la guerra de Ucrania, como con la seguridad en el continente europeo. Todo ello a la espera, lógicamente, de si Israel decide lanzar un ataque en represalia, algo que querría parte de su Gabinete y de su cúpula militar, aunque en esta ocasión no tienen demasiados incentivos para llevar a cabo de forma inmediata, dado el escaso éxito de la acción de castigo ejecutada por Teherán y la falta de apoyo internacional a una acción de este tipo. Es normal, en cualquier caso, que hasta cierto punto Israel sienta que ha salido ganador de esta crisis, aunque sea mucho más debatible el si no responder –y lanzar con ello un mensaje al régimen chii– es o no lo correcto.

A la espera de lo que pueda ocurrir, lo primero que hay que señalar es que la actitud de Estados Unidos, con el mensaje de Biden asegurando que ayudaría a la defensa de Israel, pero no colaboraría en un ataque, sumada a la participación del Reino Unido y Francia en la intercepción de los misiles y drones iraníes -y de sus proxies-, ha funcionado. Es decir, que se ha logrado controlar la escalada -aunque la capacidad de disuasión haya sido muy limitada, no logrando impedir el ataque iraní, aunque sí moderarlo– gracias a un mensaje unívoco y a marcar líneas claras. Puede parecer una lección baladí, pero cuando se cumplen con los principios básicos -medios, voluntad y comunicación clara-, la disuasión se incrementa, el control de la escalada se hace posible y las derivas indeseables se aminoran, haciendo las situaciones más estables y las crisis más predecibles y manejables.

Lo segundo, ya en el plano técnico, tiene que ver con la utilidad por una parte de los drones y misiles balísticos y, por otra, de los sistemas antiaéreos que deben hacerles frente. El ataque iraní, por más que haya estado medido también para no provocar una represalia israelí o de la coalición que apoyaba a este país, no nos engañemos, ha implicado a varias de sus armas más capaces. De hecho, se han empleado algunos modelos de misiles balísticos muy modernos, que son los que han logrado traspasar las defensas israelíes logrando al menos seis impactos en torno a la base aérea de Nevatim.

Es importante no engañarse sobre ello, pues estamos en una situación hasta cierto punto análoga a la que se ha vivido en muchas ocasiones con Rusia. En este sentido, no hay que confundir el hecho de que Irán no haya empleado todas sus capacidades –como Rusia tampoco las suyas– con el que no haya empleado lo mejor de su material, fracasando en su intento -se habla incluso de que un 50% de los misiles habría sufrido fallos técnicos-. Es más, ni siquiera aquellos que han traspasado la barrera creada por los Patriot, Arrow y demás, para lo cual necesitaban de una velocidad superior, han demostrado carecer de la precisión necesaria, como se ve en las siguientes imágenes y demuestran los escasos arreglos que se han debido acometer.

En relación con esto, el ataque de Irán sirve para confirmar, una vez más, que la defensa antiaérea y antimisil funciona, no solo en el plano técnico -es decir, que es posible interceptar un número adecuado de amenazas entrantes independientemente de su naturaleza-, sino más importante si cabe, en el económico. Todo ello, por supuesto, teniendo en cuenta lo que explicamos ayer acerca de que solo podrían sacarse conclusiones en firme una vez la «guerra de salvas» llevase en marcha un tiempo, de forma que pudiese valorarse la capacidad real de los medios antiaéreos y antimisil para soportar ataques continuados.

Así, si hace apenas unos años, cuando Irán comenzó a producir en masa más y más tipos de misiles balísticos y drones, parecía impensable poder compensar esta amenaza por la vía «pasiva», siendo casi obligado iniciar acciones inmediatamente contra las lanzaderas, bases e instalaciones iraníes relacionadas con el programa de misiles para impedir la continuación de los ataques, en esta ocasión Israel -con la inestimable ayuda de sus aliados- ha logrado sortear con mucha soltura una acción que ha implicado un número de vectores considerable -aunque muy inferior seguramente al que podría llegar a verse en otras circunstancias-.

En relación con el tema de los costes, aunque no hay acuerdo sobre cuál ha sido el del conjunto de la operación defensiva implementada por Israel y sus aliados, variando las fuentes entre 500 y 1.500 millones de dólares, hay que tener en cuenta que no se trata del coste de la intercepción, sino que hay que tomar en consideración otros elementos. Las armas antiaéreas son, en muchos casos, prohibitivas, como hemos explicado en numerosas ocasiones. Sin embargo, más allá del coste individual –que además se ha ido reduciendo en algunos casos y bajará más por las economías de escala-. Sin embargo, para considerar correctamente el coste de la defensa, no vale únicamente con considerar el coste de la misma, sino que habría que incluir también el de las pérdidas materiales, humanas e incluso en términos de imagen y credibilidad, por difíciles que sean de mensurar, en la ecuación.

En resumen, y aunque Israel difícilmente habría alcanzado tal grado de efectividad sin sus aliados, lo que tenemos es que invertir en sistemas antiaéreos capaces y disponer de ellos en gran número ya no es una quimera, ni una ensoñación reaganiana motivada por factores políticos y no técnicos, sino que funciona. La experiencia ucraniana lo demostraba y esto no hace sino confirmarlo. Incluso en aquellos segmentos, como la lucha C-UAS en los que por el momento la relación entre escudo y flecha es más desfavorable a la primera, esta no será una situación eterna, sino que la ventana de vulnerabilidad durará unos años. Periodo que podría ser de entre 5 y 10 años en el mejor de los casos hasta que se desarrollen las soluciones adecuadas, siempre que se inviertan los recursos suficientes y se trabaje en las líneas adecuadas, algo que España no está haciendo, por cierto…

Todo lo cual nos obliga a los europeos, más que a ningunos otros, a ponernos las pilas en el diseño, producción y despliegue de sistemas antiaéreos y ABM, en lugar de eternizar los problemas con disputas innecesarias en el marco de la Comisión (aconsejamos informarse sobre la polémica en torno a EU HYDEF2 o la actitud alemana en relación con TWISTER y la Sky Shield Initiative), entre muchas otras cosas. En Israel ya están pensando en consolidar la alianza ad hoc formada para la pasada noche. Triste sería que los europeos no pudiesen hacer lo propio, al menos en este área, frente a la amenaza que plantea Rusia, recuperando de paso al menos en parte el control de la escalada y mejorando nuestra disuasión.

Volviendo sobre Ucrania, aunque en esta ocasión pasando al análisis de lo ocurrido sobre el terreno, tenemos en las últimas horas que han resultado heridas al menos nueve personas tras el impacto de un misil ruso en la ciudad de Dnipró. También explosiones en Kramatorsk y en Odesa, localidad sobre la que la defensa antiaérea ucraniana asegura haber derribado dos misiles Kh-59, sin que por el momento se haya publicado ningún recuento adicional de lanzamientos y neutralizaciones.

Rusia, por su parte, asegura haber derribado cinco vehículos aéreos no tripulados sobre el Mar Negro, así como una decena más sobre la región de Krasnodar, según ha publicado su Ministerio de Defensa. Además, según Ievhen Balytsky , funcionario prorruso en la región de Zaporiyia, dieciséis personas habrían muerto en un ataque ucraniano sobre Tokmak, al que ya hicimos referencia ayer.

Dicho todo esto, desde Ucrania han vuelto a alertar sobre lo complicado de la situación en el este del país. Si ayer era el jefe de Estado Mayor, más recientemente el ministro de Defensa, Rustem Umerov, ha incidido en esta idea. En relación con esto, precisamente Sirskyi ha explicado en su canal de Telegram hace unas horas que se han tomado medidas para reforzar «significativamente» las brigadas desplegadas en la zona de Chasiv Yar mediante el envío tanto de municiones como de drones y de equipos de guerra electrónica.

En cuanto a los combates, las novedades son pocas en la última jornada. No se ha registrado ninguna al norte del frente, ni tampoco en el área de Bakhmut, en donde Rusia continúa acumulando fuerzas para preparar la batalla por Chasiv Yar, clave si pretende intentar un avance sobre Sloviansk y Kramatorsk en un futuro.

Situación diferente se ha vivido en torno a Avdiívka, en donde continúan en marcha los intentos rusos por llegar a Netailove, mientras la línea defensiva ucraniana se va situando, cada vez más claramente, a caballo de las masas de agua de esta región, como se ve claramente en los mapas de situación.

En el caso de Mariínka, tenemos también que en sus inmediaciones continúan librándose combates. Por una parte, al noroeste de la ciudad, hacia Krasnogorivka, en donde Rusia se ha hecho con algunas dachas en las afueras. Por otra, al oeste de la propia Mariínka, hacia Heorlivka y, también, en la más meridional Novomykhailivka, que es donde con más fuerza están presionando los rusos.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Pasando al apartado internacional, aunque como corresponde a las jornadas dominicales, la actualidad se ha reducido enormemente, comenzamos con el presidente ucraniano, Zelenski, quien ha ligado –como su Ministerio de Exteriores– la crisis en Oriente Medio con la guerra que vive su país, y no solo ha condenado el ataque de Irán contra Israel, sino que ha pedido una respuesta global «unida» al «terror» de Irán y Rusia. Además, ha hecho una referencia a la ayuda estadounidense, que continúa bloqueada, diciendo que «Es esencial que el Congreso de Estados Unidos tome las decisiones necesarias para fortalecer a los aliados de Estados Unidos en este momento crítico».

Por otra parte, Zelenski ha criticado no solo el hecho de que la asistencia militar a Ucrania continúe siendo limitada, sino el que Rusia siga teniendo acceso a componentes occidentales que le son necesarios de cara a la fabricación de misiles que, posteriormente, son empleados para atacar su país.

En relación con esto, aunque Israel se ha mostrado reacio a enviar ayuda militar directa a Ucrania para no tensar más la situación con Rusia, es probable que el ataque iraní sirva para acercar un punto más a ambos Estados. Si bien no parece que Israel vaya a enviar material militar a corto plazo, al menos es factible que aumente el grado de colaboración entre este país y Ucrania en todo lo relativo a inteligencia, especialmente al intercambio de datos técnicos relativos al material empleado por sus enemigos. Mientras esto se concreta, el representante permanente de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, ha pedido a la comunidad internacional que condene el ataque iraní a Israel mientras citaba a Zelenski: «El presidente Zelensky, al condenar el ataque de Irán anoche, dijo, y cito, ‘el sonido de los drones iraníes Shahed, una herramienta de terror, es el mismo en los cielos de Medio Oriente y Europa. Este sonido debe servir como un llamada de atención al mundo libre.’ Escuche al presidente Zelensky y despierte».

El ataque de Irán a Israel, además, no ha hecho sino aumentar la presión sobre los legisladores estadounidenses, que deben todavía votar el paquete de ayuda militar a Ucrania, sin que esté claro si finalmente se hará como parte de uno más amplio que serviría para sostener tanto a este país, como a Taiwán y el propio Israel o si cada partida terminará por negociarse y someterse a votación por separado.

Siguiendo con la ayuda internacional, Lituania ha anunciado que destinará 400.000 euros al suministro de detectores de metales para las escuelas ucranianas, así como para rehabilitar a los soldados heridos. Lo que no ha quedado claro es si los detectores serán para combatir los posibles UXOs o si se trata de equipos destinados a asegurar que no se introduzcan armas en los centros.

Por otra parte, la ciudad de Leópolis ha logrado financiar la compra de 1.500 drones FPV así como de otros tipos que serán entregados, al igual que varios equipos de guerra electrónica, a las tropas ucranianas en el frente. Para hacer posible esta compra, la localidad ucraniana ha tenido que destinar 28 millones de grivnas -666.000 euros- a tal efecto.

En cuanto a Rusia, tampoco ha dejado noticias relevantes en la última jornada en el apartado internacional. Si acaso lo más llamativo han sido las palabras del representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzya, quien calificó la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para tratar el ataque de represalia de Irán contra Israel como un desfile de hipocresía y doble rasero, dejando clara cuál es la posición rusa al respecto: «Usted sabe muy bien que un ataque a una misión diplomática es un casus belli según el derecho internacional. Y si las misiones occidentales fueran atacadas, no dudaría en tomar represalias y demostrar su caso en esta sala. Porque para usted, todo lo que concierne a las misiones occidentales y los ciudadanos occidentales es sagrado y debe ser protegido».


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