Guerra de Ucrania – Día 757

Horas intensas en torno a la guerra de Ucrania. Por una parte, en Bruselas está teniendo lugar una nueva reunión del Consejo (EUCO) en la que se han dado cita los líderes de los Veintisiete y en la que se están tratando temas cruciales como el empleo de los activos rusos congelados para financiar a Ucrania, la posible emisión de eurobonos para apoyar las adquisiciones de material militar y el papel del Banco Europeo de Inversiones en la financiación de las tecnologías de doble uso. Por otro, Rusia no solo ha incrementado la producción de bombas de aviación de FAB-3000 sino que ha atacado durante la noche objetivos hasta ahora a salvo, como la presa de Dnipró, en lo que supone una nueva escalada.

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En las últimas horas se han sucedido una serie de hechos significativos en relación con el devenir de la guerra en Ucrania. Por una parte, aunque hablaremos de ello en la segunda parte del informe, los líderes europeos han comenzado una reunión en Bruselas en la que se están tratando temas críticos. Los mensajes a la entrada de la misma, que se extenderá durante los días 21 y 22 no dejaban lugar a la duda, hablando la mayor parte de los protagonistas de la necesidad de incrementar la disuasión frente a Rusia, entre otros.

Por otra, los voluntarios rusos contrarios al Kremlin, que continúan luchando por ejemplo en la localidad de Kozinka (en donde la aviación rusa habría llegado a contraatacar con el lanzamiento de bombas planeadoras), habrían llegado en una de sus incursiones a la entrada de la capital regional. Una acción que nuevamente tiene principalmente un interés mediático, pero que sin duda plantea un problema al Gobierno ruso, que ve cómo esta ciudad es cada vez más objeto de los ataques ucranianos con drones, pero también de la artillería asignada a las unidades anti-Kremlin, que la han empleado incluso contra edificios residenciales.

Además de esto, durante la noche entre los días 21 y 22 Rusia habría lanzado el ataque más contundente de los últimos meses contra la infraestructura energética y eléctrica ucraniana, alcanzando puntos a lo largo y ancho de todo el país y provocando apagones en localidades como Sumy, Pavlogrado, o Kamianské, además de dejar una vez más sin suministro eléctrico a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Ucrania, que ahora deberá recurrir a sus generadores de emergencia hasta que las averías sean subsanadas.

Resulta difícil decir, sin más datos, si el ataque ruso responde a las incursiones en Bélgorod, a la campaña de ataques ucranianos contra la infraestructura de almacenamiento y refino de hidrocarburos rusa o si, coincidiendo con lo que está ocurriendo ahora mismo en la capital europea, se trata de un mensaje dirigido contra los líderes europeos que están reunidos en el EUCO. Lo que sí es significativo es que, como se puede ver en el tuit bajo estas líneas, haya sido alcanzado un objetivo como la presa de Dnipró, en el río Dniéper, resultando destruida buena parte de la central hidroeléctrica que alberga.

Por cierto, que respecto a la campaña ucraniana contra las refinerías rusas, se ha producido una intensa polémica en las últimas horas, pues desde los Estados Unidos habrían pedido a Ucrania que cese en la misma. No está del todo claro si por temor a una escalada o por motivos electorales, pues desde la Administración Biden temen una subida en los precios de los hidrocarburos que podría minar sus opciones de renovar mandato. En cualquier caso, un hecho que hay que tener en cuenta.

Volviendo sobre la central de Kakhovka, y por el momento, la estructura de la presa no parece estar en peligro, aunque no deja de ser significativo que, por primera vez en lo que va de guerra, Rusia haya lanzado un ataque así de contundente contra este tipo de infraestructuras. Así, sí bien en los inicios de la guerra, por ejemplo, vimos algunos ataques durante la batalla de Kiev contra una central al noroeste de la ciudad, ninguno de ellos fue de esta entidad, mientras que la destrucción de la presa de Kajovka, pese a que se han escrito ríos de tinta, continúa siendo un hecho polémico y sin atribución clara después de varios meses.

Este ataque plantea una cuestión adicional que es sumamente interesante: las razones por las que Rusia, al menos hasta ahora, no ha hecho un esfuerzo significativo por destruir los puentes sobre el río Dniéper. Recordemos que, a lo largo de la guerra, sí ha lanzado ataques contra puentes de menor tamaño, por ejemplo en el sector más septentrional del frente, o que también ha alcanzado otros como los que sirven para comunicar la región de Odesa con Rumanía, caso del de Zatoka. Ahora bien, siempre se ha dudado de las razones por las que Rusia no buscaba incomunicar la parte oriental de Ucrania, cortando por completo el tránsito viario y ferroviario sobre el río Dniéper, de forma que dificultase al máximo la logística de las Fuerzas Armadas de este país, que se verían impedidas a la hora de mover especialmente el material pesado de una parte a otra del país.

Una de las razones que siempre se ha argüido es la carencia de armas adecuadas por parte rusa, dado que se trata de estructuras en muchos casos reforzadas -ya que transitan sobre presas- y para las que, si lo que se pretende es infligir un daño suficiente (es decir, que no pueda ser rápidamente reparado, como hacían los propios rusos con el puente de Antonovsky en Jersón tras cada ataque de los M142 HIMAS), se requiere tanto de gran precisión, como potencia. Este último era precisamente el punto flaco, por una parte, las bombas de aviación, incluso aunque las plataformas lanzadoras hubiesen podido sobrevolar sin peligro la zona, cuentan con la potencia pero no con la precisión suficiente, salvo que se opte por la masa. Por otra, los misiles de crucero o los drones suicidas, aunque podrían utilizarse en gran número para saturar las defensas antiaéreas, difícilmente podrían infligir un daño suficiente, como se ha demostrado en varias ocasiones.

Lo que nos lleva al creciente empleo de bombas planeadoras por parte de Rusia y las posibilidades que esto abre a futuros dadas no solo las mejoras en cuanto a alcance, sino el hecho de que los kits tipo UMPK cada vez se aplican a modelos de mayor potencia. Sin pretender hablar en profundidad de ellas, pues el lunes en revista Ejércitos publicaremos un extenso artículo, baste decir que en las últimas horas el Ministerio de Defensa ruso ha publicado imágenes del ministro Shoigú visitando una fábrica en la que se producen bombas de aviación FAB-3000 que, como su nombre indica, están armadas con alrededor de 3.000 kilogramos de explosivo.

Por el momento, en el campo de batalla se ha visto el empleo incluso de bombas FAB-1500 dotadas con el kit de planeo UMPK. Los propios ucranianos han hablado, en más de una ocasión, sobre el temor que les inspiran este tipo de armas, suficientes para destruir algunas posiciones reforzadas. Como es lógico, no es en absoluto descabellado que en cuestión de semanas o meses terminemos por ver también cómo las FAB-3000 terminan beneficiándose del desarrollo de un kit de planeo ad hoc, lo que podría ser un problema importante si realmente Rusia termina por lanzar, como se espera, una nueva ofensiva durante el verano. De hecho, podría decirse que los aumentos en la producción de este tipo de ingenios son una respuesta a la labor constructiva que está llevando a cabo Ucrania y frente a la cual, Rusia necesita medios más contundentes si pretende que una ofensiva tenga algún tipo de oportunidad de prosperar, dado lo sucedido anteriormente.

En relación con los puentes y presas sobre el Dniéper, eso sí y por fortuna, por el momento la mayoría de ellos siguen estando demasiado lejos incluso para el alcance de este tipo de bombas, que tienen una distancia de vuelo limitada a unas decenas de kilómetros. Lo que no excluye que en un futuro hipotético, si Rusia consigue avanzar en dirección al gran río como algunos parecen temer (no estamos afirmando que vaya a pasar, pues depende de varios factores), podamos llegar a ver su empleo contra este tipo de infraestructuras.

Como quiera que el futuro es todavía algo por definir, toca centrarnos en lo que ha ocurrido en las últimas horas. En este caso, y como ya hemos adelantado, es posible que nos encontremos ante uno de los mayores ataques rusos con misiles y drones de los últimos meses. Un ataque que parece haber tenido como objetivo la infraestructura eléctrica ucraniana y que se beneficiaría del alto consumo de municiones antiaéreas provocado por el llevado a cabo la noche anterior, en el que según las fuentes ucranianas, la efectividad de su defensa antiaérea habría sido máxima.

Por el momento no se ha publicado recuento oficial alguno por parte ucraniana (Zelenski ha hablado de alrededor de 60 drones y cerca de 90 misiles), estando el canal de Telegram de su Fuerza Aérea ocupado por las diversas alertas aéreas. Pese a ello, y además de los objetivos que ya hemos reseñado al inicio del informe, se ha hablado de instalaciones alcanzadas también en Leópolis, de drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) neutralizados en Zolochiv, de diversos daños en Khmeknitsky, etcétera. Además, hasta siete viviendas habrían sido destruidas en Zaporiyia por el impacto de un misil ruso.

Más allá de esto, y pasando a los combates y los movimientos, que siguen dejando un alto número de pérdidas, tenemos, como ya hemos señalado, que los combates siguen afectando a la región de Bélgorod, con los voluntarios opuestos a Putin controlando una parte de Kozinka y lanzando distintas razias por los alrededores.

Además de lo anterior, y comenzando por el sector más septentrional del frente, que las fuerzas rusas están ya a las puertas de la localidad de Terny, al oeste de Kreminna y en la orilla del río Zherebets. Dependiendo de la fuente, la distancia sería ya de tan solo un par de kilómetros o incluso menos antes de que puedan alcanzar las primeras dachas.

En el caso de Bakhmut, en donde se continúa combatiendo aunque en los últimos días no se hayan producido movimientos dignos de mención, tenemos que el Ejército ruso ha logrado tomar una posición ucraniana en dirección a Chasiv Yar. Además, en la parte más meridional, en las inmediaciones de Klischiivka, también habrían logrado progresar ligeramente.

En cuanto a la zona al oeste de la ciudad de Donestk, la actividad continúa concentrándose en los alrededores de Avdiívka, en donde Rusia reclama la toma completa de la aldea de Tonenke, localidad que habría sobrepasado ya en dirección a poniente, enfrentándose a hora a varios kilómetros de campo abierto antes de la siguiente población, que es Umans’ke, cuya defensa se beneficia de la existencia de diversas corrientes y masas de agua.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional toca comenzar, como ya hemos adelantado, con la primera jornada del Consejo Europeo, concluida a las diez de la noche con una rueda de prensa en la que se han presentado las principales Conclusiones sobre Ucrania. Y no solo sobre Ucrania, pues también se ha hablado en términos más genéricos sobre seguridad y defensa, sobre Oriente Medio con especial atención a la situación en Gaza, sobre ampliación y reformas, o acerca del Semestre Europeo.

Respecto de Ucrania, la UE se ha mostrado “resuelta” a seguir prestando el apoyo necesario a Ucrania y a su población tanto a nivel político, financiero, económico, humanitario, militar y diplomático “durante el tiempo que haga falta y con la intensidad que se precise”, invitando además a otros aliados y socios a sumarse en esta asistencia.

De igual forma, el Consejo Europeo ha celebrado la adopción del 13º paquete de sanciones, pero ha pedido que se emprendan nuevas acciones para debilitar a Rusia mediante el refuerzo de dichas medidas restrictivas. Al mismo tiempo, ha invitado al Consejo a que trabaje en el 8º paquete de asistencia militar a Ucrania en el marco del EPF. Hay que recordar que el 7º paquete de ayuda militar se adoptó el 2 de febrero de 2023, por lo que una vez llegado a un acuerdo sobre el Fondo de Ayuda a Ucrania (Ukraine Assistance Fund) que garantiza la continuación de la ayuda en el marco del EPF la ayuda debería fluir sin obstáculos o contratiempos.

Era el propio Alto Representante y vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, quien a su llegada a la cumbre señalaba que el apoyo militar a Ucrania ya asciende a 31.000 millones de euros, por lo que esta cifra seguirá aumentando. De hecho, se espera que este año se proporcionen 20.000 millones adicionales y que los Estados aceleren e intensifiquen la entrega de la asistencia militar teniendo en cuenta especialmente las necesidades urgentes de Ucrania: defensa antiaérea, munición y misiles. 

Asimismo, el Consejo Europeo ha acogido con satisfacción el incremento en la capacidad de la Misión de Asistencia Militar de la UE a Ucrania (EUMAM Ukraine). Recordemos que se trata de la primera misión de la UE que se desarrolla en su propio territorio y con el fin de proporcionar entrenamiento a las tropas ucranianas.

Por otro lado, los líderes europeos han reiterado que seguirán prestando apoyo a Moldavia y Georgia para que puedan abordar a los que se enfrentan como consecuencia de las acciones de Rusia, no solo en Ucrania, sino también en sus territorios.

No obstante, las Conclusiones de este Consejo Europeo también son especialmente relevantes en el ámbito de la seguridad y la defensa de la UE. Así, tal y como se había anticipado, los líderes europeos se han comprometido a mejorar el acceso de la industria de defensa a la financiación pública y privada. Esto implica, de un lado, que han invitado al Consejo y a la Comisión a que exploren todas las opciones para movilizar financiación y les informen antes del mes de junio. De otro, y esto sí es un hecho histórico, han invitado al Banco Europeo de Inversiones (BEI) a que “adapte su política de concesión de préstamos a la industria de defensa, así como su definición actual de “productos de doble uso”, al tiempo que se salvaguarda su capacidad financiera. 

Asimismo, los Estados miembros siguen comprometidos, entre otros, a aumentar sustancialmente el gasto en defensa e “invertir mejor y más rápido juntos”, a incentivar el desarrollo y las adquisiciones conjuntas, y a aumentar la inversión cooperativa o conjunta en defensa en todas sus fases.

Por otro lado, también se comprometen a: 1) incentivar una mayor integración del mercado europeo de la defensa, incluyendo el acceso a las cadenas de suministro y reduciendo la burocracia; 2) mejorar la respuesta rápida y determinación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro al tiempo que vele porque la normativa europea no suponga un impedimento para el desarrollo de la industria europea de defensa, y; 3) apoyar iniciativas para continuar invirtiendo en mano de obra cualificada para hacer frente a la escasez de recursos humanos.

En consecuencia, los líderes solicitan que se avance rápidamente en los trabajos en torno a la Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) y el Programa Europeo de Inversión en Defensa (EDIP), al igual que los trabajos para aplicar el contenido de la Brújula Estratégica, incluida la Capacidad de Despliegue Rápido (RDC) y la movilidad militar.

Antes de finalizar con este asunto, hay que destacar también que el Consejo Europeo ha decidido abrir las negociaciones de adhesión con Bosnia y Herzegovina. Con esta decisión, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, no ha dudado en trasladar al país vecino que “Su sitio está en nuestra familia europea”.

Más allá de las novedades a nivel comunitario, tenemos diversos anuncios relacionados con la ayuda militar a Ucrania. En primer lugar, Estonia ha anunciado la provisión de un nuevo paquete valorado en 20 millones de euros, que incluye munición para la artillería ucraniana. Como ha señalado el ministro de Defensa de este último país, Rustem Umerov, quien además ha agradecido el anuncio, esta constituye la máxima prioridad para Ucrania.

El otro país que ha hecho anuncios en las últimas horas ha sido Australia. Desde nuestras antípodas han hecho pública su intención de participar en la «coalición de drones» junto a Letonia y el Reino Unido. Así lo ha declarado el viceprimer ministro aussie, Richard Marles, quien ha dicho «Australia participará en la coalición de drones, encabezada por el Reino Unido y Letonia. Esta es una oportunidad realmente importante para que sigamos contribuyendo al esfuerzo de que Ucrania mantenga el rumbo y pueda resolver este conflicto».

En otro orden de cosas, ha sido noticia el hecho de que varias empresas occidentales continúen adquiriendo en Rusia titanio por valor de cientos de millones de dólares. Todo ello a pesar de las promesas de cortar los lazos económicos con este país y como consecuencia de la dependencia que se sigue padeciendo, pues se trata de un metal del que Rusia produce el 15 por ciento del total mundial, siendo el primer productor China (51 por ciento) y Japón el único país de la órbita occidental con una producción importante (23 por ciento).

Por último, y siguiendo con Rusia, finalizamos con un asunto interesante. En alguna ocasión, hemos hecho comentarios relativos a la actividad de los principales intelectuales rusos por ejemplo en relación con el empleo de armas nucleares. Aunque no siempre tengamos espacio para hablar de ellos, si creemos necesario al menos señalar que siguen en plena efervescencia y que no dejan de plantear ideas relativas al papel de Rusia en un nuevo orden mundial que intentan forzar mediante diversas alianzas o acciones como la guerra de Ucrania.

Así, por ejemplo, uno de los más ilustres, Serguéi A. Karaganov, ha llegado a proponer en las últimas semanas la creación de una institución supranacional distinta a las Naciones Unidas que llegue a sustituir a la actual. Según su punto de vista, esta última está condenada a la extinción por lo que: «Si Rusia es una civilización de civilizaciones, ¿por qué no empezar a construir una organización de organizaciones con nuestros amigos y socios, un prototipo de la futura ONU?». Una idea que puede parecer una locura pero que, en vista de la importancia que Rusia está dando a organizaciones como la que forman los BRICS o la OCS, no debe tomarse a la ligera.