Durante la noche entre el viernes y el sábado Kiev fue el objetivo del mayor ataque con aviones no tripulados sufrido por esta ciudad desde el inicio de la actual guerra. Coincidiendo con el endurecimiento de las condiciones climatológicas, es posible que Moscú haya decidido dar comienzo a una nueva campaña de ataques estratégicos sobre Ucrania, acción respondida por Kiev con el lanzamiento de drones y misiles en dirección a Moscú. En el frente, mientras tanto, la mayor parte de la atención sigue concentrándose en Avdiívka, en donde Rusia continúa realizando progresos con lentitud.
Las últimas horas han sido de intercambio de golpes entre Rusia y Ucrania. Eso sí, en la distancia. Si durante la noche del viernes al sábado desde Rusia se habrían lanzado decenas de drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) con destino esencialmente a la región de Kiev, horas más tarde Ucrania respondería lanzando en dirección a Moscú más de una decena de drones de largo alcance, intentando demostrar que la capital rusa tampoco está a salvo de sus armas.
En el caso ucraniano, se ha reportado la llegada de hasta 75 drones Shahed con el objetivo de dañar diferentes puntos de la capital estatal y mantener ocupadas las defensas antiaéreas ucranianas. Ataque que se ha producido, además, coincidiendo con el aniversario del trágico Holodomor, convertido en uno de los símbolos de identificación ucraniana frente a Rusia.
Según el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, cinco personas, entre ellas un niño de 11 años, resultaron heridas, extendiéndose la alerta aérea durante seis horas. Como complemento, además, se ha producido el lanzamiento de misiles, algo que como hemos indicado en repetidas ocasiones, tiene como objeto atacar las infraestructuras críticas y las instalaciones «endurecidas», gracias a su mayor precisión y, especialmente, carga explosiva. Además, se ha hablado de drones sobre otras zonas de Ucrania, como Krivói Rog.
Como no podía ser de otra forma, se han registrado daños en las instalaciones eléctricas de la capital ucraniana, algo sobre lo que ha informado la empresa estatal, Ukrenergo, en un mensaje en el que ha hablado de dificultades en el suministro y de las acciones que se habían tomado para restablecerlo a la mayor brevedad. Desde el Ministerio de Defensa ucraniano, por su parte, han hablado de 71 de 75 drones tipo Shahed destruidos, así como de un misiles Kh-59 derribado, lo que supondría una tasa de éxito altísima.
En relación con este ataque, están por ver varias cosas: 1) si realmente es el inicio de la esperada campaña de ataques estratégicos invernal y esta puede llevarse o no a cabo de forma sostenida; 2) si la tasa de efectividad de las defensas antiaéreas ucranianas, que al menos contra los drones Shahed es impresionante, se mantiene, para lo que hará falta un buen número de municiones y; 3) si estamos al inicio de un nuevo cambio de fase, como anuncian algunos autores, al que ambos contendientes llegan en condiciones muy diferentes a las de hace un año y; 4) si lo que ocurra, terminará por provocar incidir en la voluntad de los aliados de Ucrania.
Como quiera que en esta guerra luchan dos, horas después de los ataques rusos contra el interior de Ucrania, eran los ucranianos los que lanzaban sus propios drones de largo alcance contra Rusia y contra los territorios ocupados por este país. Así, por una parte han alcanzado distintos puntos de la región de Donetsk, provocando apagones en varias localidades. Según las autoridades regionales, la situación «no es fácil», lo que implica reconocer que el ataque ucraniano ha sido bastante exitoso a la hora de alcanzar sus objetivos.
Por otra parte, Rusia ha informado del derribo de numerosos drones ucranianos en los distritos de Dzerzhinsky y Zhukovsky, en la región de Kaluga, en las ciudades de Podolsk, Naro-Fominsk y Odintsovo (región de Moscú) y, por supuesto, sobre la capital. No hay constancia de daños de consideración, aunque sin duda Ucrania ha logrado lanzar un potente mensaje, en el sentido de que este año la respuesta a la campaña rusa podría ser más intensa que el pasado.
Por último, antes de pasar a los movimientos sobre el terreno, dos curiosidades: 1) se ha podido ver, pues diversos habitantes de Kiev han grabado durante la noche los ataques, la acción de la artillería antiaérea ucraniana, combinando artillería con municiones convencional y, al parecer, también airburst y el uso de cañones de luz para iluminar el cielo, en escenas que recuerdan a las de Alemania en la Segunda Guerra Mundial y; 2) los rusos, como parte de su adaptación, han comenzado a pintar de negro los drones Shahed, de forma que se dificulte su detección por medios ópticos.
Más allá de lo anterior, la actividad sobre el terreno, muy dificultada por las condiciones climáticas, sigue siendo escasa al norte del frente, en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna. No obstante, sí se han registrado acciones, aunque no avances.
En el caso de Bakhmut, según las fuentes ucranianas la situación es difícil pero estable, con un uso profuso tanto de drones de observación como de ataque y un constante desempeño por parte de la artillería rusa. No hay novedades sobre el terreno.
Diferente es la situación en torno a Avdiívka, que continúa degradándose para los ucranianos, mientras el Ejército ruso logra avanzar en el área industrial al sur de la urbe. Además, el ejército ruso sigue bombardeando el complejo turístico de Tsarska Okhota y atacando las zonas industriales (hay fuentes rusas que hablan de la toma de Promka), incluso con carros de combate actuando prácticamente en solitario, lo que según algunos es bastante indicativo del estado de los defensores. Además de esto, las tropas rusas también han continuado mejorando su posición al norte, en el área de Krasnohorivka.
Lo más preocupante, una vez más, sigue siendo el aparente diferencial artillero entre unos y otros y la imposibilidad de revertirlo a corto plazo. Así, si bien Ucrania ha mejorado en todo lo relativo a lanzar ataques a larga distancia, provocando daños a la logística y el mando y control ruso o bien alcanzando objetivos de gran valor, como los sistemas antiaéreos rusos de teatro, en las distancias cortas la capacidad artillera rusa se está demostrando muy superior, lo que está detrás de los avances en Avdiívka, sin ir más lejos, gracias a la capacidad de batir constantemente las posiciones ucranianas.
Sin novedades procedentes ni de los ejes de Velyka Novosilka y Orijiv, ni de la orilla oriental del Dniéper a la altura de Jersón.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, lo más relevante de la jornada ha sido la celebración de la cumbre internacional «Grain from Ukraine», en la que ha sido su segunda edición. El evento ha tenido lugar en Kiev, como hace un año y ha vuelto a tener como objetivo el debatir sobre medidas que permitan que los cereales ucranianos continúen llegando a los mercados mundiales, de forma que este país pueda seguir siendo uno de los principales suministradores a nivel planetario, garantizando así el abastecimiento de Estados muy necesitados del producto ucraniano, como los que forman parte del mal llamado Sur Global. La cumbre, además, ha coincidido también con el aniversario del Holodomor, algo que no es en absoluto casual.
En relación con la producción y la exportación de granos por parte ucraniana, el primer ministro del país ha hecho un resumen de la situación, que compartimos a continuación:
«Este año se espera que la cosecha de Ucrania supere los 79 millones de toneladas. Esto es un 10% más que el año pasado. Para nuestras necesidades internas, el 25% del grano cosechado es suficiente. El resto puede enviarse a lugares donde exista riesgo de pasar hambre. Hasta la fecha, 30 países y organizaciones internacionales se han sumado al programa Cereales de Ucrania iniciado por el presidente Volodymyr Zelenskyy, recaudando 180 millones de dólares para comprar cereales ucranianos. Hemos enviado 170.000 toneladas de alimentos a Etiopía, Somalia y Kenia. Estamos a punto de enviar otras 25.000 toneladas a Nigeria».
Entre otros resultados, en el marco de esta cumbre se han logrado reunir ya más de cien millones de dólares, según ha anunciado el presidente ucraniano, Zelenski. Una cantidad que, sin embargo, se aleja bastante de los 180 millones recaudados el pasado año y que sirvieron para la compra de cereales ucranianos con destino a aquellos países más necesitados.
Además, se ha publicado una declaración conjunta, en la que se ha incidido en la preocupación apremiante que supone la seguridad alimentaria, en referencia especialmente a los países en desarrollo. También en el papel de Ucrania como suministrador y en la responsabilidad rusa sobre la situación alimentaria derivada de la invasión.
En relación con la exportación de cereales, que se realiza entre otros a través del pasillo marítimo establecido por Ucrania, este país espera que arriben nuevos sistemas antiaéreos que permitan protegerlo con mayores garantías que hasta la fecha, un asunto en el que también ha querido incidir Zelenski durante la rueda de prensa concedida en el marco de la cumbre. Pese a esta carencia, se ha mostrado orgulloso del funcionamiento del corredor marítimo, explicando que:
«Tenemos un corredor claro y cooperamos para su uso con Bulgaria, Rumania y Turquía. Tenemos acuerdos con el Reino Unido que participan en el aseguramiento de este corredor. Los resultados correspondientes deberían ser. Tengo un acuerdo con varios estados sobre la fuerte escolta de Los ucranianos, un convoy. Ya estamos recibiendo los barcos de guerra adecuados para este fin».
Además de esto, ha habido también actividad diplomática al margen -o más bien, en paralelo- de la cumbre «Grain from Ukraine». Por ejemplo, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se reunió con el Presidente de la República de Letonia, Edgars Rinkēvičs, en Kiev. Entre otros temas, trataron sobre la implementación de la «Fórmula de Paz» de Zelenski, y el apoyo a nuestras aspiraciones europeas y euroatlánticas.
Además, se reunió también con el presidente de la Confederación Helvética, Alain Berset, con quien habló de la seguridad alimentaria mundial y a quien agradeció el apoyo prestado a Ucrania en términos de ayuda humanitaria y desminado.
Saltando a Rusia, la compañía estatal Gazprom ha publicado recientemente datos relativos al suministro de gas a la República Popular de China a través del gasoducto «Power of Siberia». Según parece, se ha establecido un nuevo récord en cuanto a volumen, aunque no se ha dado a conocer la cifra concreta alcanzada. Sin embargo, es significativo que haya ocurrido, en tanto es una muestra más de cómo Rusia está logrando desviar su producción de hidrocarburos desde Europa hacia Asia.
Por otra parte, desde Moscú han calificado de «lamentable» la participación de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen en las celebraciones que se han llevado a cabo en Ucrania por el décimo aniversario del Euromaidan. Concretamente ha sido el portavoz ruso, Dmitry Peskov, quien se ha pronunciado, denunciando que «probablemente, nunca antes en la historia moderna de Europa se había percibido un golpe de Estado como una fiesta». De hecho, no ha sido la única declaración de Peskov en relación con esto, pues en también ha asegurado que la situación actual es consecuencia de ese «golpe de Estado», a la vez que ha cargado contra lo que denomina «populismo ligero» y que, a su entender, está de moda entre los políticos europeos.
En el apartado humanitario, se ha sabido que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) planea asignar 450 millones de dólares para apoyar a las comunidades ucranianas más cercanas a la línea de frente. Un anuncio que ha llegado tras una reunión mantenida entre la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk y el máximo responsable de UNICEF, Ted Chaiban.
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