Los Estados Unidos han recogido la pelota puesta en su tejado por los aliados europeos de Ucrania y han dado el visto bueno a la reexportación de cazabombarderos F-16 a Ucrania. Con ello, también, a la formación de una coalición encargada de suministrar a la Fuerza Aérea de este último país tanto la formación como los aparatos, recambios y servicios necesarios para traducir una intención en una capacidad creíble. Sobre el terreno, los avances rusos en el centro de Bakhmut prosiguen, controlando ya alrededor del 98% de la ciudad. Zelenski, por su parte, ha pasado hoy por Arabia Saudita para recabar apoyos en el mundo árabe, antes de llegar a Hiroshima, en donde participará en la cumbre del G-7.
La noticia del día, y posiblemente la más importante en varios meses, es el visto bueno de los Estados Unidos a la reexportación de cazabombarderos F-16 a Ucrania, una decisión que potencialmente podría cambiar el curso de la guerra, pero que también lleva implícitos toda una serie de interrogantes que todavía no pueden ser resueltos con los datos disponibles. La medida, comunicada por Biden a sus socios durante la cumbre del G7, soluciona no obstante el problema de la implicación, reclamación hecha por países como Alemania a propósito de los carros de combate y que había vuelto a salir a la palestra a propósito de la coalición para el envío de cazas.
Dicho esto, el principal interrogante ahora mismo tiene que ver con el tiempo, es decir, con los plazos de adiestramiento y entrega. Han aparecido informaciones relativas a que la formación de los pilotos podría llevarse a efecto en apenas cuatro meses, tiempo más que suficiente para preparar un número considerable de aeronaves, así como para reunir recambios -a diferencia de los ocurrido con los Leopard en este caso deberían ser virtualmente inagotables, dado que los F-16 suponen alrededor del 15% de todos los cazas en servicio en el mundo– e incluso, de ser necesario, integrar nuevo armamento, aunque la gama de este adaptada a dichos cazas es más que considerable.
Volviendo sobre el entrenamiento, hay que tener en cuenta que el gran problema de Ucrania no es encontrar pilotos, sino aparatos que pilotar –una situación muy diferente a la del inicio de la guerra-. Es decir, que cuentan todavía con un número aceptable de uniformados o reservistas con experiencia de vuelo, aunque sea en aparatos muy diferentes, tanto civiles como militares, que podrían recibir un curso intensivo para operar estas aeronaves con ciertas garantías.
Es más, aunque sea ahora cuando la coalición para el envío de cazas esté echando a andar con paso firme, hay reportes que hablan de la presencia de pilotos ucranianos en los Estados Unidos desde hace un tiempo, lo que es indicativo no solo de que se hayan dado pasos en la sombra, sino de que estos incluirían la preparación de una formación adaptada a los ucranianos por si más adelante se tomaban las decisiones que ahora estamos viendo.
Hay que tener en cuenta, dicho lo anterior, que aunque los pilotos cuenten con una amplia experiencia de vuelo, pasar de MiG-29 o Su-27 (y eso en el mejor de los casos) a F-16 implica aprender no solo a utilizar un avión con una envolvente de vuelo diferente, sino también con diferentes motores, electrónica, instrumentación, sistemas de comunicaciones, etc. Así, aunque los planes de formación ya se hayan determinado y la experiencia por ejemplo con los carros de combate nos enseñe que pueden ofrecerse en un periodo reducido, los cuatro meses de los que se habla parecen una cifra razonable.
También para el personal de apoyo en tierra, que deberá aprender a realizar el mantenimiento y reparaciones oportunas (al menos las más básicas) en un aparato con el que no han tenido contacto antes. Algo que por más que el F-16 hasta cierto punto guarde similitudes con cualquier otro caza y que sea particularmente agradecido en este sentido, será también un reto.
Otro aspecto a considerar, es el del número de aparatos que están en condiciones de ser entregados a Ucrania. Aquí hablamos, aunque potencialmente son cientos las unidades dadas de baja en los últimos años, de apenas unas decenas de ejemplares. Los elementos determinantes serán, en primer lugar, el número de pilotos que se pueda formar y, por supuesto, la voluntad política. Esta será necesaria en un alto grado, pues si bien estados como Países Bajos o Dinamarca están más alejados del frente y han recibido –o están a punto de recibir– aparatos nuevos de quinta generación, este no es el caso para todos los aliados de Ucrania. No olvidemos que algunos como Bélgica o Polonia se han autodescartado -al menos por ahora-, aunque sí proveerán entrenamiento.
Lo más factible, al menos por el momento y en vista de las peticiones ucranianas, es que le sean entregados en un primer momentoel equivalente a un par de escuadrones aéreos, esto es, entre 24 u 48 aparatos (seguramente en la mitad inferior de la horquilla). Una cifra en cualquier caso suficiente, en combinación con los sistemas antiaéreos ya entregados y por entregar, para causar muchísimos problemas a una Rusia, que parece que ya ha sufrido los efectos de la llegada de los Patriot en sus carnes, pues se atribuye a estos el derribo de un caza y un bombardero táctico ruso la pasada semana.
El problema, en cualquier caso, es que no estarían de ninguna forma disponibles para colaborar en la -en principio, inminente- ofensiva ucraniana, pues a los cuatro meses de plazo habría que sumar tanto el tiempo entre el anuncio (y todavía no se ha decidido nada oficialmente sobre el número o quiénes lo proporcionarán) y que los primeros pilotos lleguen a los países en los que recibirán la formación, como algún pequeño y previsible retraso, aunque solo sea por precaución. Así las cosas, estaríamos hablando ya de la recta final del otoño, lo que podría convertir estos aviones en los primeros sistemas «del día después» para Ucrania, o bien dar un nuevo impulso a la ofensiva si esta sigue en marcha o se retrasa.
Respecto a la postura de los Estados Unidos, país que no entregaría ningún F-16 a pesar de contar con las mayores reservas de estos –aunque sí proporcionará entrenamiento-, tendría más que ver con la política interna que con cualquier otra consideración ahora mismo, incluida la escalada. No olvidemos que, más allá de las próximas elecciones y de que posibles candidatos como Trump estén utilizando la cuestión ucraniana como arma electoral, en estas semanas están teniendo lugar conversaciones clave relativas al techo de deuda, mientras se acerca la fecha límite…
Es por eso que está delegando, a pesar de que trabajan en un paquete de ayuda por valor de 60.000 millones de dólares para el próximo año, buena parte del esfuerzo de apoyar a Ucrania en sus aliados, un tema del que sin duda estarán hablando en la Cumbre del G-7 que está teniendo lugar en Japón, y en la que se está escenificando una considerable unidad frente a Rusia, mientras Ucrania continúa formando a sus nuevas unidades e intentando recabar más apoyo y el Ejército ruso refuerza sus defensas.
Por último, para terminar con los F-16, hay que decir que además de la posibilidad de realizar interdicción e incluso de ofrecer apoyo aéreo y, por su puesto, de negar el uso del cielo a Rusia, podrían otorgar interesantes capacidades SEAD, pero también antibuque, aunque esta faceta de la guerra parece liquidada últimamente.
Respecto a lo ocurrido sobre el terreno, en las últimas horas Rusia ha seguido castigando a Ucrania con ataques llevados a cabo con drones y misiles de crucero. Concretamente, pues solo trascienden en este sentido las fuentes ucranianas, se habrían lanzado 22 drones Shahed-136/131 y 6 misiles de crucero Kalibr, de los que Ucrania afirma haber derribado 16 y 3 respectivamente en puntos como Pavlorah y Vilniansk.
En cuanto a los combates, ha sido una jornada relativamente tranquila, sin que se hayan reportado al norte de la línea de frente movimientos de ningún tipo.
Sí se ha luchado en la zona de Bakhmut, con las tropas ucranianas cediendo algún edificio más en el centro de la localidad y sufriendo el uso de municiones incendiarias por parte rusa, pero infligiendo un severo castigo a estos a norte y sur de la ciudad.
En el área de Donetsk, y más allá de los combates en las cercanías de Avdiívka, que se han extendido a localidades como Severne y Permovaiske, se ha venido hablando de la destrucción de una compañía de carros de combate T-90 utilizando para ello GMLRS. También han seguido los enfrentamientos en Mariínka y Novomykhailivka.
Además de todo esto, se han producido varias explosiones en las inmediaciones del aeródromo de Mariúpol, en lo que podría ser un ataque ucraniano contra la logística rusa o contra nuevas unidades recién llegadas a la zona, pues al parecer Rusia podría haber trasladado varios helicópteros a la zona.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El foco de atención hoy ha estado situado en dos puntos geográficos: Japón y Arabia Saudi. Mientras que en Hiroshima ha comenzado la Cumbre del G7 reuniendo a los líderes de Japón, Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, y la UE, en Yeda han recibido al presidente Zelenski.
No es un hecho fortuito que se haya elegido Hiroshima como lugar para celebrar la Cumbre del G7 bajo la presidencia del foro por parte de Japón, pues han transcurrido casi 80 años desde de que tuviese lugar el ataque nuclear que tan tristemente famosa hizo a esta ciudad. Un lugar que por los propios dirigentes ha sido calificado como el “símbolo de la paz” y que, después de ocho décadas ve cómo viejos temores vuelven a aflorar, máxime teniendo en cuenta la situación en Ucrania. Especialmente, en el óblast de Zaporiyia donde se encuentra la central de energía nuclear más grande del país y respecto de la cual aún no se ha logrado llegar a un acuerdo entre Ucrania y Rusia para establecer una zona de protección y seguridad pese a los esfuerzos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA).
Además de la UE que ya ha venido participando de manera habitual convirtiéndose en un “+1” del Foro, 8 terceros países han sido invitados a la Cumbre, a saber: Australia, Brasil, Comoros (presidencia de la Unión Africana), las Islas Cook (presidencia del Foro de las Islas del Pacífico), India (presidencia del G20), Indonesia (presidencia ASEAN), la República de Corea y Vietnam. De igual modo, entre las organizaciones internacionales invitadas se cuentan Naciones Unidas, la IAEA, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).
No obstante, el invitado más esperado será el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante el fin de semana. Será entonces cuando Zelenski trate de buscar más apoyo y compromisos por parte de sus socios.
Con independencia de las discusiones que mantengan en presencia del dirigente ucraniano, los miembros del G7 han adoptado una Declaración Conjunta y anunciado nuevas decisiones, entre ellas, la relativa a las sanciones contra Rusia. En paralelo, también han creado la coalición de países que participarán en el entrenamiento de pilotos ucranianos en el manejo de los aviones de combate F-16 como se ha explicado en la sección anterior.
En la Declaración Conjunta, han prometido más medidas para seguir apoyando a Ucrania y se han expresado en los siguientes términos:
“Hoy estamos tomando nuevos pasos para garantizar que la agresión ilegal de Rusia contra el estado soberano de Ucrania fracase. (…) Estamos renovando nuestro compromiso de brindar el apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático que Ucrania requiere durante el tiempo que sea necesario.”
Una vez más han pedido a Rusia que detenga la agresión y retire sus tropas y equipo militar del territorio internacionalmente reconocido de Ucrania, insistiendo en que la retórica nuclear de Rusia, el debilitamiento de los regímenes de control de armamentos y la intención declarada de desplegar armas nucleares en Bielorrusia son peligrosas e inaceptables. En este sentido, han recordado la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre “Principios de la Carta de Naciones Unidas en los que se basa una paz amplia, justa y duradera en Ucrania” adoptada en vísperas del primer aniversario de la invasión.
En la Declaración también se incluyen otras cuestiones como la relativa a la preocupación por la situación en la central nuclear de Zaporiyia, o aquella referida a los esfuerzos y determinación de Ucrania para combatir la corrupción mediante la implementación de su paquete de reformas. De igual modo, se prevén disposiciones relativas a la rendición de cuentas por los crímenes cometidos por Rusia en Ucrania -recordando también la Declaración de Bucha y reafirmando su compromiso de colaborar en los esfuerzos para que los responsables sean castigados-, y a la responsabilidad por los daños causados en el país dando la bienvenida al establecimiento del Registro de Daños en el marco del Consejo de Europa.
Profundizando en las sanciones, Estados Unidos y Canadá han ampliado su lista negra de entidades e individuos rusos sancionados. En el caso estadounidense, se han incluido un total de 69 entidades rusas más una de Armenia y otra de Kirguistán, relacionadas con la reparación de aeronaves y producción de piezas, fábricas de pólvora, tractores y automóviles, astilleros y centros de ingeniería.
Asimismo, también se ha detenido la exportación de bienes de consumo adicionales a Rusia, incluyendo artículos de uso cotidiano como secadoras de ropa o máquinas quitanieves y ordeñadoras, al considerar Washington que podrían reutilizarse para apoyar la maquinaria de guerra rusa.
De otro lado, la oficina del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha informado que estas nuevas sanciones se dirigen contra 70 destinatarios, especialmente a aquellos “vinculados a las empresas rusas que brindan tecnología militar y conocimientos técnicos a las fuerzas armadas de Rusia”, a sus familiares, personas de la élite del Kremlin y aquellos involucrados en la deportación masiva de niños ucranianos.
El Reino Unido también ha desvelado su nuevo paquete de sanciones contra 86 individuos y entidades, destinadas a aquellas relacionadas con el robo de grano ucraniano, la tecnología militar avanzada y las fuentes de ingresos que conserva Rusia. Es interesante destacar que entre las sancionadas figuran las empresas vinculadas a Rosatom que están produciendo materiales y tecnologías avanzadas, incluido el láser.
Estas, no obstante, no han sido las únicas medidas adoptadas por Londres, pues ya antes en la misma Cumbre del G7 el primer ministro Rishi Sunak ha anunciado prohibiciones de importación de diamantes y metales rusos. Asimismo, Sunak ha confirmado de paso que los activos soberanos de Rusia permanecerán inmovilizados hasta Moscú acepte pagar los daños que ha causado en Ucrania.
Mientras tanto la UE también está negociando la adopción del que será el 11º paquete de medidas restrictivas contra Rusia. Más allá de esto, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha declarado en la Cumbre del G7 que la UE está centrada en cerrar la puerta a las lagunas existentes y en seguir cortando a Rusia los suministros críticos. Así, ha insistido en que se restringirá el comercio de diamantes rusos. En sus declaraciones ha enfatizado: “Los diamantes rusos no son para siempre y expondremos abierta y francamente por qué estas sanciones son necesarias y están justificadas”.
Por otro lado, Michel ha destacado que la UE continuará respaldando a Ucrania con un fuerte apoyo militar, político, humanitario y financiero, y que hasta la fecha sus Estados miembros han proporcionado más de 70.000 millones de euros a Kiev.
Australia también ha impuesto nuevas sanciones contra 21 entidades e individuos, entre las que destacaban la petrolera Rosneft, la compañía de oro más grande del país, Polyus PJSC, la siderúrgica Severstal PJSC, cinco bancos rusos, filiales de Rosatom y la entidad creada para hacerse cargo de la planta de energía nuclear de Zaporiyia. También han aprobado medidas restrictivas para intentar prohibir las exportaciones de maquinaria a Rusia y a las regiones controladas por Rusia en Ucrania.
Moscú también ha adoptado medidas restrictivas contra 500 ciudadanos estadounidenses, incluido el expresidente Barack Obama. Sin embargo, lo más interesante es que Moscú ha incluido al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, en su lista de personas más buscadas después de que este promoviese la adopción de una orden de detención contra el presidente Vladímir Putin y la Comisionada para los Derechos del Niño en Rusia Maria Lvova-Belova el 17 de marzo de este año por su involucración en las deportaciones ilegales de menores ucranianos a Rusia.
Dejando a un lado este tema y moviéndonos hasta Arabia Saudí, allí han recibido al presidente Zelenski en lo que se califica como una visita histórica, al ser la primera vez que el dirigente ucraniano viaja al país. En Yeda ha tenido lugar la Cumbre de la Liga Árabe en la que el príncipe Mohammed Bin Salman Al Saud ha ejercido de anfitrión.
Durante su discurso en la Cumbre, Zelenski ha insistido en la implementación de la Fórmula de Paz y, concretamente, que ello permitirá el regreso a sus hogares de aquellas personas cautivas o que han sido deportadas. No obstante, el dirigente ucraniano -en una inusual apelación- ha subrayado que la Fórmula tiene 10 puntos y que “pueden elegir el punto de ayuda que consideren oportuno”. Se ha mostrado agradecido con aquellos que decidan ayudarles en la liberación de ciudadanos ucranianos cautivos por las tropas rusas.
A colación, el Defensor del Pueblo Ucraniano, Dmytro Lubinets, ha informado de la liberación de una niña de 14 años del cautiverio ruso que ahora se someterá a rehabilitación y recibirá el apoyo médico y psicológico necesario. Aun así, 19.392 menores ucranianos han sido deportados y 401 continúan desaparecidos.
La visita al país, sin embargo, ha comenzado con una reunión entre Zelenski y Bin Salman en laque han conversado sobre sus relaciones bilaterales y “los temas globales”. El presidente Zelenski ha aprovechado la ocasión para poner en valor la participación de Arabia Saudí en el intercambio de 10 prisioneros de guerra ucranianos. Bin Salman por su parte ha confirmado su interés en invertir en Ucrania y reconstruir el país.
Al margen de la Cumbre, Zelenski se ha reunido por separado con los jefes de las delegaciones de Emiratos Árabes Unidos, Omán y Kuwait. Durante su encuentro con el jeque emiratí Mansour bin Zayed Al Nahyan, han discutido sobre la situación en el campo de batalla y la respuesta ucraniana, así como la posibilidad de involucrar en la implementación de la Fórmula de Paz a tantos países como sea posible. Asimismo, han abordado la cuestión de la seguridad alimentaria mundial y los esfuerzos que se realizan en el marco de la Iniciativa de Granos del mar Negro. También han discutido temas de actualidad sobre la cooperación comercial, económica y de inversión entre Emiratos y Ucrania.
Con el representante de Omán, el representante especial del Sultán en Foros Internacionales, Asaad bin Tarik Al Said, Zelenski también ha tenido ocasión de discutir sobre la implementación de la Fórmula y temas de cooperación bilateral. En tercer lugar, con el príncipe heredero y jeque de Kuwait, Meshal Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, la conversación se ha centrado en el apoyo del país a Ucrania en las votaciones en la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), así como en las perspectivas de cooperación práctica entre ambos países en cuestiones humanitarias. Zelenski también le ha agradecido al príncipe kuwaití el apoyo a Ucrania en el sector energético.
Hoy además se cumplían 31 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Ucrania y Omán, razón por la que el embajador general en el Ministerio de Exteriores del Sultanato ha viajado hasta Ucrania. Allí ha sido recibido por el representante especial de Ucrania para Oriente Medio y África, Maksym Subkh, y han discutido sobre las prioridades para una mayor cooperación entre ambos países. Entre otras cuestiones, han abordado las oportunidades para que Omán apoye a la economía ucraniana y Zelenski ha invitado a Mascate a que se una al proceso de implementación de la Fórmula.
Por último, el presidente ucraniano se ha reunido con el primer ministro de Irak, Mohammed Shiaa al-Sudani, a quien le ha agradecido la solidaridad de Bagdad con Ucrania y su pueblo, así como el apoyo a la soberanía e integridad territorial del país. Más concretamente, Zelenski ha agradecido que Irak haya apoyado a Ucrania en las resoluciones adoptadas en la AGNU. También han discutido sobre las posibles vías de participación de Irak en la implementación de la Fórmula de Paz y Zelenski ha extendido invitación al primer ministro iraquí para que visite Ucrania y discutan allí áreas importantes de cooperación interestatal.
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