Jornada marcada, tras la propuesta de Putin de reanudar las conversaciones abandonadas en otoño de 2022 a partir del 15 de mayor en Estambul, por la respuesta de Zelenski, quien ha instado al ruso a reunirse con él personalmente en la capital turca, algo posible, pero poco probable. Todo ello mientras desde Francia Macron pide un alto el fuego, afirmando que la oferta de negociar es insuficiente y mientras desde Moscú aseguran que no pueden permitir la presencia de tropas e instalaciones de la OTAN en Ucrania, «tan cerca de sus fronteras». Además, también durante esta jornada ha sido noticia el cambio de registro del nuevo Papa León XIV frente a su predecesor, en relación con la guerra de Ucrania, o las acusaciones por parte del primer ministro de Polonia, Donald Tusk a Rusia, país al que culpa del incendio de un centro comercial hace un año como parte de una campaña en la zona gris.
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A la espera de ver si Rusia cede a las peticiones no sólo ucranianas, sino estadounidenses y europeas (el último en referirse a ello ha sido Macron) acerca de un alto el fuego total a partir del lunes día 13 (para el que Putin sigue teniendo pocos incentivos), por el momento las Fuerzas Armadas rusas continúan castigando las infraestructuras y a la sociedad ucranianas.
De esta forma, durante la última jornada de guerra habrían sido lanzados hasta 108 drones tipo Shahed-131/136/138 (Geran-1/2/3) sobre Ucrania, de los que el Estado Mayor ucraniano asegura haber derribado 55, mientras que otros 30 más no habrían alcanzado su destino por diversas causas, incluyendo el empleo de medios de guerra electrónica. Entre los objetivos atacados, aunque no hay demasiados datos, cabe citar una jornada más Odesa, en la costa del Mar Negro.
La aviación rusa, además, y aunque durante el alto el fuego parcial se habrían registrado como explicamos algunos lanzamientos, habría retomado con fuerza el uso de bombas planeadoras sobre objetivos más allá de la línea de frente, registrándose una vez más decenas de lanzamientos. Entre los diversos ataques, se cuenta Jersón, donde se habrían producido explosiones en zonas residenciales. Además, un dron ruso habría atacado un tren de carga en la región de Donetsk. Por otra parte, se habla de un número creciente de ataques llevados a cabo empleando drones-misiles «Banderol» lanzados desde drones MALE Orion. Se trata de un aparato al que se le atribuye un alcance de 500 kilómetros y que estaría equipado con una cabeza de guerra de 450 kilogramos y que, una vez más, incluiría componentes de origen occidental.
Los ucranianos, por su parte, aunque no hay registro de ataques contra el interior del territorio ruso, habrían atacado un puesto de mando ruso situado en Rylsk, en la óblast de Kursk. Otras fuentes hablan, para referirse a este incidente, de tres heridos por metralla en un ataque ucraniano contra un hotel.
Más allá de esto, desgraciadamente, seguimos sin poder acceder a los registros del Ministerio de Defensa ruso.

En cuanto a los combates y los movimientos, las noticias son realmente pocas, una jornada más. Aunque se mantiene la actividad en diversos puntos del frente, el número de estos en los que se dan cambios de posiciones o se libran combates que tengan alguna oportunidad de provocarlos, es muy limitado, siendo la mayor parte del frente estático o muy cercano a ese estado.
Los datos, de hecho, nos hablan de cambios de apenas 45 kilómetros cuadrados a favor de Rusia durante la última semana, lo que corrobora una vez más que después de su punto álgido (en el marco de esta guerra) en cuanto a cambios de territorios a finales del pasado 2024, el conflicto ha vuelto al estancamiento. Y, como decíamos ayer, aunque Rusia pueda reclutar más tropas que Ucrania y tenga ventajas en cuanto a armamento, e incluso aunque el desgaste no sea lineal, es una situación hasta cierto punto cómoda para los aliados de Ucrania, que pueden gestionar el desgaste ruso y jugar con el ritmo de los retrocesos ucranianos.
Así las cosas, durante la última jornada apenas hay reportes de cambios en el sector del Oskil, a la altura de Yampolivka y de Nove, a los que ya habíamos hecho referencias en informes anteriores.
A partir de ahí, la zona más activa del frente es la que engloba los sectores de Toretsk y Pokrovsk y el espacio entre estos, en dirección a Konstyantynivka. Así, se han vuelto a producir avances rusos, reconocidos por las cuentas ucranianas, hacia Romanivka, Nova Poltavka y Novolenivka. En las últimas horas, además, al oeste del sector de Pokrovsk, se han registrado nuevos avances rusos en Novooleksandrivka y sus alrededores, justo en la orilla sur del río Solona, lo que deja a los rusos a apenas 4,5 kilómetros de la frontera con la región de Dnipró en esta zona del frente.
El otro punto caliente lo encontramos al sur del sector de Kurajove, concretamente en Bahatyr, en donde las tropas rusas habrían logrado progresos recientemente, además de asegurado el control de la vecina Rozlyv, que en realidad controlan desde hace tiempo.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Pese a ser jornada dominical, la de hoy no podía pasar desapercibida. Tras las declaraciones del presidente Putin en las que proponía negociaciones directas entre Rusia y Ucrania en Estambul el próximo 15 de mayo, cabía esperar que la actividad institucional comenzase a intensificarse de nuevo.
Empezamos por Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump instaba al presidente Zelenski en redes sociales a “aceptar inmediatamente” la reunión propuesta por el líder ruso para “negociar un posible fin al baño de sangre”. De este modo, Trump defiende que así, “al menos, podrán determinar si es posible un acuerdo, y si no lo es, los líderes europeos y EE. UU. sabrán la situación y podrán proceder en consecuencia”.
Asimismo, Trump afirmaba que empieza a dudar de que Ucrania llegue a un acuerdo con Putin, “quien está demasiado ocupado celebrando la victoria de la Segunda Guerra Mundial, que no podría haberse ganado (¡ni de cerca!) sin Estados Unidos”.
Poco después del mensaje del presidente Trump, el líder ucraniano compartía en X y, posteriormente en su discurso diario, que Ucrania “espera un alto el fuego a partir de mañana [12 de mayo], completo y duradero, para sentar las bases necesarias para la diplomacia”.
Sin embargo, la “sorpresa” ha sido la segunda parte del mensaje en la que ha anunciado que esperará personalmente al presidente Putin el jueves en Turquía. Así, además, señalaba “espero que esta vez, Putin no busque excusas de por qué “no puede” venir”. Dicho lo cual, es improbable, aunque no imposible, que el encuentro se produzca, para empezar porque supondría otorgar un grado de reconocimiento por parte de Putin a Zelenski que ha evitado durante todo el conflicto; para seguir, porque no es el estilo de Putin, que normalmente deja estas cuestiones a sus subordinados, manteniéndose en lo posible en un segundo plano, de forma que se pueda atribuir los éxitos, pero pueda evitar asumir la rendición de cuentas por los fracasos y, por último; porque lo más probable es que quiera seguir dilatando las negociaciones tanto tiempo como pueda, sea este plazo de días, semanas o meses.
Más allá de esto, hay voces como la del presidente francés, Emmanuel Macron, que insisten en la necesidad de un alto el fuego que “permita celebrar este jueves una reunión ruso-ucraniana al más alto nivel”.
Pasando a Moscú, durante el día y como ya había anunciado Putin, este ha conversado con el presidente de Turquía para confirmar que el país está dispuesto a ser el anfitrión de las conversaciones de la próxima semana. Hay que recordar que, al inicio de la guerra, Turquía fue el país que acogió las conversaciones entre los ministros de Exteriores ruso y ucraniano; la única a este nivel que ha tenido lugar en todo este tiempo. El resultado de la reunión ha sido el esperado: “Turquía está lista para albergar negociaciones que conduzcan a una solución permanente” al conflicto.
Además, Putin no ha sido el único que ha hablado con Erdogan durante la jornada, ya que el líder turco ha informado al presidente francés. En este sentido, Erdogan ha destacado durante la llamada que se ha alcanzado un “punto de inflexión histórico” en los esfuerzos para poner fin a la guerra, así como la importancia de aprovechar la oportunidad de asegurar la paz.
Desde el Kremlin, el asesor de política exterior, Yuri Ushakov, comentaba tras las declaraciones del presidente Putin que las conversaciones tendrían en cuenta el “Comunicado de Estambul”, es decir, el borrador de un posible acuerdo que discutieron en Turquía en 2022.
Por su parte, el portavoz Dmitri Peskov ha reiterado que en Rusia no pueden permitir que la infraestructura militar de la OTAN se acerque tanto a sus fronteras. Además, en esta misma entrevista para ABC News admite que no pueden aceptar fuerzas de seguridad y paz europeas en Ucrania.
Sin embargo, las noticias al respecto de las conversaciones y futuros pasos no terminan aquí, pues entrada la noche el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha confirmado que varios ministros de Exteriores europeos se darán cita durante la próxima jornada en Londres para mantener conversaciones “cruciales” sobre Ucrania. Como puede deducirse, estas se centrarán en los “esfuerzos conjuntos para fortalecer la seguridad europea y lograr una paz justa y duradera en Ucrania”.
En cuanto a los participantes, se espera que la reunión se produzca bajo el formato “Weimar+”, por lo que el secretario de Exteriores británico, David Lammy, acoja a sus homólogos de Alemania, Polonia y España, así como al ministro delegado de Exteriores de Francia y a la Alta Representante de la UE.
Además, durante la jornada, Lammy ha conversado con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, quien ha reafirmado la postura de EE. UU.: “nuestra máxima prioridad sigue siendo poner fin a los combates y lograr un alto el fuego inmediato”.
También han sido noticia las acusaciones del primer ministro de Polonia, Donald Tusk hacia Rusia, país al que culpa de un incendio en un centro comercial en mayo de 2024 como parte de una campaña en la zona gris. Según Tusk, «Ahora sabemos con certeza que el gran incendio del centro comercial Marywilska en Varsovia fue provocado por los servicios especiales rusos»
Para concluir y cambiando de tercio, el papa León XIV ha dedicado su primer Regina Caeli a la paz, recordando el fin de la Segunda Guerra Mundial y pidiendo la paz en Ucrania, Oriente Medio e India y Pakistán. En el caso de la guerra en Ucrania, el Papa ha pedido “una paz auténtica, justa y duradera”. Además, según dijo «Algunos de los autores ya han sido detenidos, y los demás están identificados y buscados».
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