La jornada 1174ª de guerra ha estado protagonizada por los cruces de llamadas y declaraciones en torno a la próxima cita de Estambul, sin que por el momento esté claro si Putin participará de las conversaciones directas con Ucrania ni si, en algún momento antes del inicio de las mismas, accederá a un alto el fuego que, por el momento, Rusia rechaza. Todo en un contexto en el que los aliados de Ucrania han amenazado con multiplicar las sanciones sobre los hidrocarburos rusos, el nuevo Papa ha hablado por primera vez con Zelenski, se ha confirmado que parte de los fondos de ReArm Europe tendrán como destino Ucrania y, también, que en breve tendrá lugar una nueva reunión en formato Weimar+. Sobre el frente, por el contrario, las noticias son particularmente escasas, a pesar de los combates en puntos como Pokrovsk, Toretsk o Kurajove.
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La jornada comienza parca en cuanto a noticias relacionadas con ataques a larga distancia. Rusia, por supuesto, ha continuado cargando contra Ucrania, empleando para ello drones de la familia Shahed, aunque en cantidades mínimas. De hecho, los ucranianos han hablado, en su informe oficial, de apenas una decena de aparatos lanzados, que habrían sido derribados sin excepción. Más allá de los datos oficiales, la información sobre posibles objetivos alcanzados es nula, lo que corrobora tanto los datos del informe ucraniano, como el hecho de que el número de lanzamientos ha sido inusualmente bajo.
Además de lo anterior, se ha hablado del lanzamiento nuevamente de bombas planeadoras contra distintos puntos más allá de la línea de frente, así como de diversos ataques artilleros, como los que han alcanzado Nikopol.
Del lado contrario, la información brilla por su ausencia. Así, por una parte, no podemos acceder un día más a la información oficial del Ministerio de Defensa ruso. Por otra, tampoco hemos encontrado datos independientes que permitan hablar de ataques ucranianos sobre el territorio de este país.
Antes de entrar de lleno en el análisis de los últimos movimientos, cuatro noticias. Por un lado, en España, ha dado comienzo FEINDEF 2025, la Feria Internacional de Defensa que se celebra cada dos años en IFEMA, en Madrid. Buena parte de lo que estamos viendo allí tiene que ver de una forma u otra con las lecciones de la guerra de Ucrania, si bien nos tememos que no están siendo correctamente entendidas, al menos por algunos de los fabricantes más importantes, que siguen apostando por conceptos barrocos.
Por otro, en Ucrania, debido una vez más a problemas relacionados con la corrupción, el presidente Zelenski ha destituido al ex viceministro de Defensa, el teniente general Ivan Havryliuk, que estaba todavía destinado en el Estado Mayor de Sirskiy. Así, aunque Havryliuk había renunciado voluntariamente a su cargo de viceministro el pasado mes de abril, finalmente ha terminado por oficializarse su salida de la Administración, tras emitir Zelenski un decreto presidencial que lo aparta de la misma, aunque sin dar detalles sobre las razones de la decisión.
En tercer lugar, acaba de saberse que el ex ministro de Defensa ruso y actual secretario del Consejo de Seguridad, Serguéi Shoigú, se mantendrá en el cargo posiblemente hasta 2030, manteniendo de paso su rango militar. El hecho es significativo, pues aunque salió del Gobierno debido en buena medida a los constantes escándalos de corrupción y a su incapacidad para obtener buenos resultados en Ucrania, es un miembro poderoso dentro de la élite política rusa, en la que se valora mucho más la lealtad a Putin y al grupo que cualquier otro factor. Por otra parte, su permanencia en el cargo hasta los 75 habla también a las claras de la forma en la que Rusia transita de nuevo hacia la gerontocracia, con un Putin que pasa también de los 70, Lavrov con 75, y Shoigú con 69 en estos momentos.
Por último, y por primera vez en lo que va de guerra, la Fuerza Aérea ucraniana ha demostrado su capacidad de hacer volar a sus Su-27 restantes con una combinación de armas de ataque a tierra foráneas de distintos tipos, lo que demuestra que han seguido trabajando en perfeccionar la integración del material enviado por sus aliados.

En cuanto a los combates y los movimientos, ahora sí, como viene siendo habitual en los informes más recientes, las noticias escasean. De hecho, apenas se reducen a los sectores de Toretsk, Pokrovsk y Kurajove, en línea con lo que hemos explicado tantas veces sobre la reducción del frente debida al desgaste.
Comenzando con el sector de Toretsk, después de las pérdidas ucranianas en una reciente acción ofensiva, de la que hablamos en el informe de ayer, se está produciendo un interesante debate acerca de las razones de las mismas y de cómo es el campo de batalla actual. Debate que debería ser seguido con detalle fuera de Ucrania, pues es fundamental a la hora de diseñar la Fuerza futura y de planificar las adquisiciones, tanto de vehículos como de sistemas C-UAS cinéticos y no cinéticos, entre otros, dada la vulnerabilidad (estructural y no pasajera) de algunas plataformas y sistemas de armas. Del mismo modo, se debate un día más acerca de si Rusia está buscando el desgaste ucraniano o los avances y sobre, en su caso, cuál de los dos elementos prima en su estrategia actual.
Siguiendo con este sector, para hablar ya de la situación sobre el terreno, se han registrado muy leves avances rusos en la zona sur de la ciudad, en el distrito de Zabalka, cercano a los dos grandes «Terrikons». Además de esto, a poniente de Toretsk, en dirección a Konstyantynivka, han seguido los rusos presionando en Novoolenivka, al norte de Oleksandropil’ o en Kalynove. Especialmente en el primero de estos puntos, en donde han conseguido llegar también allí a la T0504, lo que nos lleva al vecino sector de Pokrovsk.
Allí, o más concretamente entre este y el de Kurajove, lo más notable está teniendo lugar en Kotlyarivka, en donde los últimos avances rusos han dejado a las fuerzas de este país apenas a 3 kilómetros de la región ucraniana de Dnipró.
En cuanto al sector de Kurajove, para terminar esta parte del informe de hoy, tenemos que además de la continuación de los ataques contra Bahatyr (intensamente bombardeada una vez más en las últimas horas), las tropas rusas habrían progresado en la zona al sureste de Odradne.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Después de la oferta de Zelenski, emplazando directamente a Putin a un encuentro en Estambul el próximo día 15, el presidente ucraniano ha denunciado el «silencio bien extraño» de Rusia, mientras continúan los «bombardeos y ataques rusos». Zelenski, además, reiteró la necesidad de un alto el fuego incondicional de 30 días, propuesto por EE. UU. y respaldado por Europa, como base para las negociaciones. Además, tras las declaraciones de Donald Trump afirmando que podría viajar hasta Turquía para participar en las conversaciones, Zelenski se mostró a favor de ello, si bien por el momento no hay nada confirmado y no está claro tampoco cuál será la posición del estadounidense, es decir, si seguirá aumentando la presión sobre Putin como ha hecho recientemente con la amenaza de nuevas sanciones o si, por el contrario, presionará más a Ucrania para lograr concesiones que contenten al Kremlin. Eso aun cuando Zelenski ha firmado hace unas horas la Ley de Ratificación del Acuerdo entre el Gobierno de Ucrania y el Gobierno de los Estados Unidos sobre el Establecimiento del Fondo de Inversión para la Reconstrucción Estadounidense-Ucraniana o, lo que es lo mismo, el Acuerdo de Minerales.
Pese al «silencio» del Kremlin, el ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Sergei Lavrov, ha mantenido hace unas horas una conversación telefónica el con el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, para discutir la propuesta de reunión en Turquía. Además, el turco habló también con sus homólogos francés y estadounidense.
Del mismo modo, desde Ucrania, ha sido el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, quien ha estado en contacto con Reino Unido, UE, las repúblicas bálticas, Francia y Alemania, para coordinar esfuerzos dirigidos a lograr el necesario alto el fuego. Además, Yermak afirmaba en una entrevista que no están dispuestos a dar a Rusia motivos para acusar a Ucrania de «perturbar el proceso de paz». Entrevista en la que tocaba varios temas más relacionados con las hipotéticas negociaciones, EEUU, Putin, etc, y que, por lo tanto, merece ser leída.
Desde Rusia, por su parte, ha sido el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha respondido a la presión internacional y al ultimátum de los aliados de Ucrania de cara a un alto el fuego, rechazando el mismo y denunciando que «este lenguaje de ultimátum es inaceptable para Rusia, no es apropiado. No se pueden dirigir a Rusia con ese lenguaje». Eso mientras el Kremlin utiliza a los medios oficialistas como TASS para intentar minar la imagen de Ucrania y sus aliados, algo que hace mediante distintas vías. Por una parte, acusando a Ucrania de violar el alto el fuego. Por otra, vendiendo la idea de una victoria rusa en la guerra recurriendo, como es habitual en estos casos, a «expertos» de países y medios afines. Además, cargando también contra aliados como Francia, Alemania y el Reino Unido, a los que se acusa una vez más (en línea con el reciente discurso de Putin) de prolongar el conflicto en Ucrania.
Ahora bien, en lo que sí lleva razón Peskov es en advertir de que la solución al conflicto ucraniano no pasa por firmar un documento, sino que se trata de un «proceso complejo». Así, según el veterano político ruso «El acuerdo en Ucrania es muy difícil. No se trata solo de firmar un documento, de otorgar estatus, y proclamarlo como un acuerdo. Es un proceso de resolución que abarca hasta el más mínimo detalle. Y cada uno de estos detalles es extremadamente importante tanto para Rusia como para Ucrania». Ahora bien, está por ver si la complejidad termina siendo utilizada como excusa para dilatar las negociaciones, mientras el proceso de reconstitución de las Fuerzas Armadas sigue o si hay verdadera voluntad de poner fin a la guerra y buscar una solución que restablezca la estabilidad estratégica, verdadero problema de fondo, más allá de las diferencias ideológicas y de otros tipos entre ambos países.
También se ha referido a las próximas conversaciones el presidente turco, Erdogan, quien ha afirmado que «Quiero reafirmar que estamos dispuestos a contribuir a estas reuniones [programadas para el jueves entre Ucrania y Rusia] y que estaremos encantados de acogerlas». Además, el turco, que durante la jornada habló con Zelenski, expresó su esperanza en que la «ventana de oportunidad» no se «desperdicie» y dejó claro que «Es importante que todos colaboremos en Europa para garantizar la seguridad de Ucrania a largo plazo. Estaremos en contacto constante con Estados Unidos».
Lo mismo ha hecho el ministro de Exteriores galo, Jean-Noël Barrot. En este caso presionando a Putin para «comparecer en Estambul el jueves» y para aprobar un alto el fuego porque «no podemos negociar bajo bombas ni ataques con drones». Además, recordó que Europa se prepara para aplicar «sanciones especialmente poderosas y masivas» que afectarían»a los sectores energético y financiero» y, en particular, «al petróleo, que representa el 25% del presupuesto de Rusia». Dicho lo cual, no deja de tener su gracia que esto pueda ocurrir después de más de tres años de guerra y sólo gracias al impulso estadounidense. En cualquier caso, a la par que se preparan las sanciones y poniendo la venda antes que la herida, los Estados miembros están adoptando también medidas destinadas a paliar los posibles efectos.
Hablando de aliados como Francia y de las posibles nuevas sanciones a Rusia, tras la reciente reunión de ministros de Asuntos Exteriores de varios países europeos (formato Weimar+) y la Alta Representante de la UE, junto a Andrii Sybiha, se ha sabido que en breve tendrá lugar la cuarta reunión de este tipo, programada para el 13 de mayo, tras la cual se ofrecerá una rueda de prensa conjunta. Se espera que se sigan centrando en «los esfuerzos conjuntos para fortalecer la seguridad europea y por una paz justa y duradera en Ucrania» y en la forma de lograr que Rusia acceda al alto el fuego pues, como ha declarado Kaja Kallas, «Tenemos que presionar a Rusia porque está jugando un juego».
En otro orden de cosas, también han mantenido una reunión telefónica en las últimas horas el nuevo Papa, León XIV, y el presidente ucraniano, Zelenski. Desde su llegada a la silla de Pedro, el americano se ha mostrado dispuesto a adoptar una postura diferente a la de su antecesor, algo que agradecen desde Ucrania. Zelenski, dicho esto, ha calificado el encuentro de «cálido» y «realmente sustancioso», resaltando las recientes palabras del norteamericano acerca de la necesidad de una «paz justa y duradera para nuestro país y la liberación de los presos». Además, hablaron también «de los miles de niños ucranianos deportados por Rusia» y el ucraniano informó al Papa «sobre el acuerdo entre Ucrania y nuestros socios, que establece que, a partir de hoy, debe iniciarse un alto el fuego total e incondicional durante al menos 30 días. También reafirmé la disposición de Ucrania a continuar las negociaciones en cualquier formato, incluidas las conversaciones directas, una postura que hemos reiterado repetidamente. Ucrania desea poner fin a esta guerra y está haciendo todo lo posible para lograrlo. Ahora esperamos medidas similares por parte de Rusia».
Pasando a la ayuda militar, se ha sabido que Taiwán tiene la intención de aportar hasta 2 millones de dólares al desminado de Ucrania, como parte de la coalición internacional de desminado, encabezada por Lituania. El anuncio ha sido hecho, precisamente, por parte del ministro de Defensa de este último país, quien ha dicho además que «La eliminación de artefactos explosivos sigue siendo uno de los retos más urgentes para la seguridad civil y la recuperación económica de Ucrania».
Además, siguiendo con la ayuda militar, hace unas horas se ha celebrado en Bruselas el EU-Ukraine Defence Industry Forum (al que tendría que haber acudido Kaja Kallas, quien sin embargo viajó a Londres para la reunión en formato Weimar+), en el que estuvimos presentes. Durante el mismo, el Comisario de Defensa y Espacio de la UE, Andrius Kubilius, habló entre otros temas sobre la intensificación en la colaboración entre ambas industrias de defensa, halagando a la ucraniana por ser «rápida», «moderna» y «capaz de producir productos únicos», llamando a aprender del «poder innovador de Ucrania» y de una industria que es «joven, dinámica y la más innovadora de Europa. Quizás incluso del mundo». Además, en una entrevista concedida en paralelo, Kubilius reiteró que parte de los fondos del plan «ReArm Europe» podrían tener como destino Ucrania, algo que ha sido celebrado desde Kiev. Eso sí, por más que el plan contemple hasta 800.000 millones en fondos, es obligado recordar que esta es una cifra potencial que seguramente nunca llegue a alcanzarse, y menos si el clima cambia tras las negociaciones entre Rusia y Ucrania.
Continuando con la ayuda, aunque en este caso financiera, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha anunciado que «Ucrania recibirá financiación adicional por un total de 84 millones de dólares del Banco Mundial como parte del proyecto HOPE. Los fondos se utilizarán como parte del programa eRecovery para restaurar viviendas dañadas por la agresión rusa. En total, el proyecto HOPE tiene como objetivo apoyar a 98.000 familias para diciembre de 2025».
Cerramos, dicho esto, con un tema que ha vuelto a estar de actualidad, el accidente del vuelo MH17, en tanto la agencia de aviación civil de la ONU, la OACI, se ha posicionado del lado de los países afectados, afirmando que Rusia fue responsable de la caída del aparato, derribado sobre Ucrania hace diez años, matando a 298 pasajeros y tripulantes. Así, la junta directiva de esta organización con sede en Montreal, Canadá, dijo que las quejas presentadas por Australia y los Países Bajos sobre el vuelo de Malaysia Airlines estaban «fundadas en los hechos y en el derecho «. Esta es la primera decisión del consejo de la organización «sobre el fondo de una disputa entre estados miembros». La decisión ha sido celebrada desde Kiev, concretamente por parte del Ministro de Exteriores, Sybiha.
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