Guerra de Ucrania – Día 724

En las últimas horas, Rusia ha continuado haciéndose con más y más partes de la ciudad de Avdiívka, de la que ya reclama el control completo. Tras la retirada ucraniana, han apresado como cabía esperar, pequeños grupos de militares de esta nacionalidad, algunos de los cuales podrían haber sido ejecutados a tenor de las imágenes que han trascendido. Mientras se debate acerca de las consecuencias de la pérdida de la ciudad, Biden ha trasladado a Zelenski su confianza en que los Estados Unidos seguirán suministrando ayuda a su aliado, Orban ha asegurado que Hungría está «en camino» de ratificar la entrada de Suecia en la OTAN y Olaf Scholz ha vuelto a pedir que Europa refuerce sus capacidades defensivas, mientras se especula con que el presupuesto de defensa alemán podría sobrepasar en los próximos años el 3% del PIB.

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El Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha asegurado que Rusia ha establecido ya un control total sobre la localidad de Avdiívka, una vez que la retirada ucraniana ordenada por Syrsky horas atrás se ha completado. Una retirada que se ha producido finalmente en relativo orden, a pesar de los mensajes de militares ucranianos describiendo la confusión y desesperación con la que vivían las últimas horas en esta ciudad y de las mofas en las cuentas más cercanas a Rusia en las redes sociales. La prueba del orden con el que Ucrania ha logrado completar la salida de Avdiívka está, una vez más, en el hecho de que apenas han dejado prisioneros en manos rusas.

No obstante, se sospecha que algunos de ellos han podido ser ejecutados, después de que trascendiesen imágenes de prisioneros maniatados y muertos. Así las cosas, desde Ucrania han asegurado que «apelarán a las organizaciones humanitarias internacionales y a los países intermediarios para que el enemigo trate a los prisioneros de guerra con humanidad, de conforme con las normas del derecho internacional humanitario».

Dicho lo anterior, buena parte de los debates de la jornada han girado en torno a las consecuencias reales que para Ucrania puede tener la pérdida de Avdiívka. En este sentido, conviven desde las opiniones que apenas otorgan ningún tipo de importancia operacional y estratégica a la ciudad ahora en manos rusas, con aquellas que sostienen que era un punto clave en el entramado defensivo ucraniano y que esto podría ofrecer a Rusia una oportunidad de explotación.

Diferente es el aspecto simbólico, que será maximizado en el caso de Rusia por unas razones y, en el ucraniano, por las contrarias. Así, si en el primer caso Putin ha hablado de una «victoria importante» para sus fuerzas armadas, en el segundo Zelenski está empleando la caída de Ucrania para exponer las carencias ucranianas en materia de armamento. En este sentido, ha dejado claro que en varias ocasiones «los ucranianos hemos demostrado que podemos obligar a Rusia a retirarse», para añadir que «lamentablemente mantener a Ucrania en un déficit artificial de armas, particularmente en un déficit de artillería y capacidades de largo alcance, permite a Putin adaptarse a la intensidad actual de la guerra».

En relación con esto, Biden ha manifestado a Zelenski su confianza en que los Estados Unidos van a seguir ayudando a Ucrania en el futuro, a la espera de que los republicanos de la Cámara de Representantes den o no su brazo a torcer y concedan la luz verde a los fondos ya aprobados por el Senado estadounidense. En palabras de Biden, quien incide siempre en los costes para la seguridad estadounidense que tendría una derrota ucraniana: «Lucharé para que [los ucranianos] tengan la munición que necesita». Todo mientras Zelenski ha vuelto a extender a Trump una invitación para visitar el frente de su mano y ver así la realidad de la guerra.

También mientras espera que las nuevas coaliciones (artillería, antiaérea, IT, drones, F-16…) sirvan para abastecer a las Fuerzas Armadas ucranianas de los medios materiales que necesita. Eso y el refuerzo de la ayuda por parte de una Unión Europea que carece de Fuerzas Armadas y stocks capaces de asegurar su propia seguridad pero que, al menos, posee capacidad económica y está demostrando una cierta voluntad de ocupar el lugar estadounidense, especialmente en el caso alemán, país que está sufriendo según muchos un auténtico cambio de paradigma.

Hasta el punto de que su canciller, Olaf Scholz y su ministro de Defensa, a pesar de que Alemania ha sido desde finales de los 80 un país remiso a invertir en defensa, comienzan a hablar abiertamente de cifras de gasto, en los próximos años, que sin alcanzar las de los momentos álgidos de la Guerra Fría, supondrían un cambio sustancial en la actitud germana. También un vuelco importante en términos de poder relativo en el continente, al menos si logran no solo llegar a esas cifras, sino materializarlas en capacidades, algo que necesitará de años de esfuerzos.

Una Alemania, por cierto, que está viendo también una importante oportunidad económica en Ucrania, al menos para empresas como Rheinmetall, que no solo están abriendo instalaciones en diversos países de la UE, sino que van a producir munición de mano de un socio local en el país invadido. Se espera que las nuevas instalaciones sean capaces de alcanzar una cifra de producción de seis dígitos por año, en relación con la munición de 155mm (dato extraño, pues hay mucha diferencia entre producir 100.000 o 999.999 disparos).

Se espera así contribuir además a la producción de guerra de la propia Ucrania, un país que, a pesar de los esfuerzos -y de los logros en facetas concretas, como la fabricación de drones-, continúa teniendo notables problemas, como el resto de los europeos, para producir cifras ínfimas de munición. En relación con esto, y ya que suele compararse la guerra de Ucrania, por su estancamiento y consumo de todo tipo de suministros y medios con la Primera Guerra Mundial, cabe recordar que entonces, Francia, logró transformar por completo su industria bélica. Así:

«Importando carbón de Gran Bretaña y acero de Estados Unidos, liberando 350.000 soldados para las industrias de guerra y reforzándolas con más de 470.000 mujeres, pudo aumentar su producción diaria de proyectiles de 75 mm de 4.000 en octubre de 1914 a 151.000 en junio de 1916. , y el de los proyectiles de 155 mm de 235 a 17.000. En 1917 producía más proyectiles y piezas de artillería al día que Gran Bretaña».

Pasando ya a la actualidad sobre el terreno, tenemos que en las últimas horas Rusia ha vuelto a atacar distintos puntos de Ucrania con misiles y drones. Los ucranianos hablan de 12 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) derribados, así como de un misil Kh-59. Respecto al efecto de la última oleada rusa, se han registrado por ejemplo impactos en Sloviansk y Kramatorsk, en donde dos civiles han fallecido.

Además de lo anterior, hablan también del derribo de un bombardero táctico Su-34. Este último ha sido un tema polémico, pues durante buena parte de la jornada se ha especulado con el derribo de hasta tres aparatos rusos, los ucranianos finalmente han publicado la cifra de uno y los canales rusos que usualmente sirven para confirmar estas informaciones, no han admitido pérdida alguna.

Más allá de esto, los combates y los movimientos han seguido en el frente, aunque por razones lógicas la atención sigue centrada en el oeste de la ciudad de Donetsk en general y en el área de Avdiívka en particular. Así las cosas, el Ejército ruso ha atacado nuevamente en las últimas horas en la zona de Kreminna, en dirección hacia la localidad de Terny y el río Zherebets, logrando un pequeño avance.

En el caso de Avdiívka, como hemos visto, la retirada se ha completado con notable éxito. De hecho, a pesar de que el anuncio ha sido hecho hace horas, lo cierto es que todo indica que los ucranianos llevaban ya días abandonando de forma ordenada diversas posiciones (lo vimos, por ejemplo, con Zenith). Para hacerlo posible, han ido dejando dichas posiciones en pequeños grupos durante los últimos cinco o seis días, generalmente al amparo de la noche.

Por el momento, aunque los rusos han logrado tomar por completo el caso urbano, haciéndose con las posiciones ucranianas más conocidas, como la planta de coque, entre otras edificiaciones significativas de esta ciudad, el frente no se ha acortado por completo, precisamente por la dificultad de avanzar en terreno abierto, constatada durante los últimos meses. Tardarán seguramente unos días, si es que intentan hacerlo, en llegar a la línea sugerida ayer.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En cuanto al apartado diplomático, sobre el que ya hemos hecho algunos comentarios en la primera parte del informe, lo más relevante sigue siendo todo lo que concierne a los Estados Unidos y a la decisión relativa a la ayuda a Ucrania. Además de la presión que se está ejerciendo desde la Casa Blanca, como hemos venido viendo en los últimos días también desde Ucrania están poniendo toda la carne en el asador para cambiar el parecer de los miembros de la Cámara de Representantes.

Así, en las últimas horas Zelenski se ha reunido con una delegación de miembros de esta institución compuesta por congresistas de ambos partidos, a los que informó sobre la situación en el frente y sobre las necesidades del país.

Además, ha compartido un vídeo en las redes sociales en relación con su discurso durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el que advirtió sobre «las amenazas catastróficas que el régimen ruso representa para Europa y el mundo».

Vladimir Putin, por su parte, y en referencia a la guerra, ha asegurado hace unas horas que  «lo que está sucediendo»  en Ucrania es  «una cuestión de vida o muerte»  para Rusia, mientras que para Occidente es sólo una cuestión de «mejorar [su] posición táctica». Así lo ha afirmado en respuesta a las preguntas del periodista de la Compañía Estatal de Radio y Televisión de toda Rusia, Pavel Zaroubine, quien ha compartido el momento a través de Telegram. Posteriormente la agencia de noticias TASS se ha hecho también eco de las declaraciones de Putin, que eran en realidad comentarios a la entrevista anterior concedida a Tucker Carlson.

En otro orden de cosas, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, se ha reunido con su homólogo chino durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, apenas unas horas después de que hiciese lo propio el Alto Representante de la UE, Josep Borrell. Según Kuleba, han discutido acerca de «las relaciones bilaterales, el comercio y la necesidad de restaurar una paz justa y duradera en Ucrania». Además, habría informado al ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi sobre la visión de Ucrania de cara a la próxima Cumbre de Paz Global en Suiza.

El jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, por su parte, se ha reunido con el primer ministro de Qatar, con quien ha hablado sobre la implementación de la Fórmula de paz de Zelenski y a quien ha agradecido la ayuda prestada hasta el momento por el país árabe.

Además de lo anterior, el primer ministro del país, Demys Shmyhal, ha anunciado un acuerdo entre Ucrania, el Gobierno de Italia y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo gracias al cual serán suministrados al país en guerra 200 millones de euros destinados a la reconstrucción y modernización de su infraestructura eléctrica.

Pasando a la ayuda militar, se ha sabido en las últimas horas que los Estados Unidos proporcionarán entrenamiento en el empleo de cazabombarderos F-16 a un total de 12 pilotos ucranianos, según un funcionario de la Guardia Nacional. De esta docena de pilotos, ocho ya estarían recibiendo entrenamiento y cuatro más lo harán a lo largo del año, completando su adiestramiento antes de que este finalice.

Por otra parte, desde Noruega han anunciado una nueva donación de material médico destinado a las Fuerzas Armadas ucranianas. Se trata de material habitualmente usado por el Ejército del país nórdico y que incluye instrumentos médicos, mesas y lámparas quirúrgicas, bombas de succión, pinzas arteriales, pinzas anatómicas y quirúrgicas o material odontológico entre otros.

Además, se ha sabido que la empresa germana Dynamit Nobel Defense GmbH (DND), en realidad una filial de la israelí Rafael Advanced Systems, ha firmado un acuerdo de cooperación con la empresa estatal ucraniana Ukroborompron, que permitirá producir más material bélico para Ucrania, desde lanzagranadas a equipos de comunicación.

En otro orden de cosas, desde los Estados Unidos han tomado la determinación de transferir a Estonia 500.000 dólares en fondos rusos confiscados con el fin de ayudar a Ucrania. Aunque son cifras pequeñas, no dejan de ser importantes por el precedente que crean. Así, será la segunda vez que Estados Unidos envía dinero ruso confiscado a Ucrania, y la primera vez que dichos fondos se envían a un aliado extranjero con la intención de brindar ayuda a Ucrania.