Guerra de Ucrania – Día 670

A pesar de que desde Rusia aseguran haber tomado el control de Mariínka -algo que en Ucrania niegan-, la actualidad de la guerra nos lleva en las últimas horas a los cielos de Ucrania, en donde dos bombarderos tácticos Su-34 han sido supuestamente derribados, sumándose a los tres más que la Fuerza Aérea rusa habría perdido días atrás. También a las costas de Crimea, pues misiles de crucero ucranianos se han cobrado un nuevo buque de la Marina rusa, en esta ocasión una unidad de desembarco de la clase Ropucha, el «Novocherkassk». Todo en una jornada en la que ha sido también noticia el proyecto de ley ucraniano destinado a las cuestiones de movilización, registro militar y finalización del servicio militar.

En nuestro anterior informe, hablábamos sobre la posible destrucción de tres bombarderos tácticos Su-34 por parte de la defensa antiaérea ucraniana, a la vez que adelantábamos la también posible destrucción de al menos otro aparato en las últimas horas. Finalmente, desde el Ministerio de Defensa ucraniano han terminado contabilizando no uno, sino dos aeronaves más de este tipo, lo que haría un total de cinco (uno sobre el mar Negro, otro cerca de Mariúpol y tres en la región de Jersón) pérdidas en apenas cuatro días para la Fuerza Aérea rusa.

Más allá del impacto en el estado de ánimo (y volvemos a dejar claro que no hay pruebas de que todos los derribos anunciados sean reales, aunque al menos sí alguno), algo a lo que se ha referido el propio Zelenski, de ser cierto lo que Ucrania asegura, implica que: 1) el apoyo aéreo a las tropas terrestres, que llevan casi dos meses en ofensiva se verá reducido, al menos temporalmente, en la medida en que ya no es igual de seguro continuar con las misiones que hasta ahora acometían: 2) los aparatos ucranianos podrán acercarse más al frente, dado que cuentan con una cobertura de la que antes no disfrutaban.

La primera cuestión es importante, en tanto una fracción nada desdeñable del daño sufrido por las tropas ucranianas sobre el terreno en los últimos meses ha corrido a cargo de las bombas guiadas rusas, precisamente las que lanzan los Su-34. La segunda, porque, como explicábamos ayer, las nuevas capacidades antiaéreas ucranianas ofrecen una cobertura adicional por ejemplo a los aparatos encargados de lanzar misiles de crucero. Estos, si bien su número es limitado, ya han protagonizado algunas de las acciones más sonadas de los últimos seis meses, como la destrucción del submarino «Rostov del Don».

Cuestión que nos lleva a la gran noticia de las últimas horas, y es que una vez más misiles ucranianos han vuelto a alcanzar un buque de la Marina rusa. En este caso una unidad de desembarco de la clase Ropucha, el «Novocherkassk», atracado en el puerto de Feodosia, y que ha resultado completamente destruido. Como es habitual en estos casos, el Gobierno ruso ha hablado únicamente de daños, a pesar de que las imágenes y vídeos que iban trascendiendo durante la madrugada y las fotografías como la que ilustra este artículo daban a entender que la pérdida de esta unidad era un hecho.

El ataque, que habría costado la muerte al menos a una persona -cuesta creer que no haya sido un número mayor, incluso aunque solo hubiese a bordo un pequeño retén-, ha corrido a cargo de la Fuerza Aérea ucraniana. Como resultado del mismo, y según ha reconocido el gobernador regional, Sergei Aksionov, además de la pérdida del «Novocherkassk» hasta seis edificios habrían sufrido distintos daños. Más importante si cabe, la Marina rusa pierde otro importante activo, pues utilizan este tipo de buques como complemento al transporte ferroviario entre el territorio ruso y la costa norte del mar de Azov o la península de Crimea.

Así las cosas, si hacemos recuento de las pérdidas recientes de la Marina rusa, tenemos que alrededor del 20 por ciento de la Flota del Mar Negro ha causado bada en los últimos meses. Todo ello gracias al concurso de los misiles de crucero, hábilmente empleados por Ucrania. Pérdidas que se suman a las acumuladas desde el inicio de la invasión y que son considerables, totalizando ya las que se recogen en la siguiente tabla:

Cruceros de misiles guiados (1 hundido):
1 Crucero de misiles clase Slava o Proyecto 1164: (“Moskva” hundido por misil Neptune antibuque)
Submarinos (1 severamente dañado):
1 Submarino clase Kilo mejorado o Proyecto 636.3: (“B-237 Rostov del Don” dañado sin posibilidad de repararlo por un ataque con misiles)
Buques de desembarco (3 destruidos y 2 dañados):
1 Buque de desembarco clase Tapir o Proyecto 1171: (“BDK-65 Saratov”, destruido con un misil Tochka-U).
4 buques de desembarco clase Ropucha o Proyecto 775: (“Minsk” dañado sin posibilidad de repararlo por ataque con misiles), (Sin identificar, dañado por un misil balístico Tochka-U) (Olenegorsky Gornyak, dañado por USV), («Novocherkassk», hundido por misiles SCALP/Storm Shadow en Feodosia)
1 Lancha de desembarco clase Serna o Proyecto 11770: (Sin identificar, destruida por un drone Bayraktar TB2)
Otras unidades (6 destruidas y 3 dañadas)
1 Dragaminas clase Natya o Proyecto 266M: (Sin identificar, dañado por USV)
5 Patrulleros clase Raptor o Proyecto 03160: (1 sin identificar, destruido por Bayraktar TB2), (2 sin identificar, destruidos por Bayraktar TB2), (1 sin identificar, dañado por Bayraktar TB2) (2 sin identificar, dañado por ATGM)
1 Lancha de asalto de alta velocidad BK-16 o Proyecto 02510: (Sin identificar, destruido por Bayraktar TB2)
1 Lancha patrullera pequeña Proyecto 640: (Sin identificar, destruida por TB2)
1 Remolcador de rescate Proyecto 22870: (“SB-739 V’asily Bekh” destruido por un Bayraktar TB2 y misil Harpoon)
1 Corbeta Proyecto 22800: (“Askold”, destruida por el impacto de tres misiles SCALP-NG o Storm Shadow mientras estaba siendo finalizada en las instalaciones de Zaliv en Kerch, Crimea)

Por desgracia para Ucrania, este tipo de ataques solo han tenido un efecto relativo sobre el conflicto, en tanto las operaciones navales han sido en todo momento secundarias. Ahora bien, además del efecto propagandístico está el innegable hecho de que las Fuerzas Armadas ucranianas han expulsado a la Marina rusa de la parte occidental del Mar Negro, haciendo posible el establecimiento de un pasillo de seguridad a través del cual la sufrida economía del país toma oxígeno.

Por otra parte, hemos de recordar siempre que la guerra de Ucrania tiene un marcado componente de guerra proxy o por delegación y que, ataques como el que ha costado a Rusia el «Novocherkassk» no hacen más que confirmar las palabras del general estadounidense James Stavridis, quien hace poco afirmaba que con el equivalente al 5% del presupuesto de Defensa de los Estados Unidos, se ha conseguido infligir a Rusia pérdidas equivalentes a la mitad de su ejército.

Sea o no del todo cierto la afirmación de Stavridis y dada la rentabilidad de algunas armas, como los misiles de crucero, e independientemente de si el apoyo militar a Ucrania se mantiene en términos absolutos, conviene plantearse si los aliados de Kiev no tienen un fuerte incentivo para continuar suministrando armamento avanzado. Al fin y al cabo, unas docenas de estos misiles han conseguido un efecto mayor sobre la situación naval en la región.

En otro orden de cosas, y como decíamos al inicio del informe, en las últimas horas una nueva oleada de misiles y drones rusos ha sido lanzada sobre Ucrania, con destino a puntos como Odesa, Khmelnitsky o Krivói Rog. Según este último país, hasta 31 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) habrían sido empleados, así como dos misiles de crucero. Habrían sido derribados 28 y 2, respectivamente.

Más allá de esto, la ofensiva rusa continúa su curso en el este de Ucrania, confirmándose en las últimas horas algunos de los avances del ejército de este país en la zona al oeste de Kreminna.

En el área de Bakhmut, a la vez que intentan avanzar en la zona al norte de la ciudad, por Bohdanivka y hacia Ivanivske, continúan lanzando ataques al sur, sobre Klichiívka o Andriívka. Los progresos son constantes, aunque escasos, controlando posiblemente alrededor del 40% de Bohdanivka después de semanas de combates.

Ha sido más al sur, en Mariínka, en donde se ha producido la otra noticia del día, en tanto varias fuentes, especialmente las rusas o afines, hablan de la captura total de la localidad, algo que desde Ucrania niegan. Si bien, después de lo ocurrido durante las últimas semanas, la caída de Mariínka parecía inevitable, hay que decir que apenas cambia nada, en tanto Ucrania ha tenido tiempo sobrado de construir posiciones defensivas al oeste de la misma, por lo que seguirán defendiéndose en Heorlivka o Pobjeda, por ejemplo.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Coincidiendo con el Día de Navidad, durante su discurso diario el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski ha puesto el acento en la necesidad de fortalecer las capacidades de defensa aérea ucranianas, pues cuanto más fuerte sea “menos demonios ruso habrá en nuestros cielos y en nuestra tierra”.

Asimismo, se ha conocido que el gobierno ucraniano ha presentado ante la Verkhovna Rada (Parlamento) un proyecto de ley destinado a las cuestiones de movilización, registro militar y finalización del servicio militar. Entre otros, cabe recordar que el presidente Zelenski anunció que los líderes militares de Ucrania habían propuesto movilizar ente 450.000 y 500.000 reclutas nuevos, pero subrayó que antes de dar su apoyo necesitaba más argumentos. Así pues, en el este proyecto de ley se trataría de cambiar el enfoque de la movilización para garantizar que la sociedad no vea el servicio militar obligatorio como un “castigo”.

Por otro lado, Ucrania ha recibido 1.340 millones de dólares adicionales a través del mecanismo “PEACE” del Banco Mundial para apoyar al sector social. En particular, los fondos se emplearán para compensar parcialmente los gastos no relacionados con la seguridad y la defensa del presupuesto ucraniano, incluidos los pagos sociales relativos a pensiones y empleados del Servicio Estatal de Emergencia. Entrando en detalle, la financiación consiste en un préstamo por importe de 1.086 millones de dólares del Banco Mundial, proporcionados a través del Fondo Fiduciario “Advancing Needed Credit Enhancement for Ukraine (ADVANCE Ukraine) bajo la garantía del gobierno de Japón. No obstante, este sexto tramo de ayuda a través de PEACE incluye una subvención por los siguientes importes: 190 millones de dólares de Noruega a través del Fondo Fiduciario de Ayuda, Recuperación, Reconstrucción y Reforma de Ucrania (URTF); 50 millones del gobierno de Estados Unidos; y 20 millones del gobierno de Suiza.

Sin embargo, esta ayuda no ha sido la única que ha recibido Ucrania en las últimas horas. El ayuntamiento de la ciudad de Odesa ha entregado 61 embarcaciones a las Fuerzas de Defensa Territorial del país por un importe total de 44,5 millones de grivnas (1.083.036,55 euros). Por su parte, Letonia ha enviado a Ucrania 271 coches confiscados a sus dueños por conducir en estado de ebriedad y cuyo valor se estima en aproximadamente 1 millón de euros.

Por otro lado, Islandia ha anunciado su adhesión a las coaliciones internacionales de Tecnologías de la Información (IT) y de Desminado para proporcionar ayuda en estos dos ámbitos específicos. Asimismo, Reikiavik ha anunciado financiación adicional por importe de 340.000 euros a través del Paquete de Asistencia Integral de la OTAN para la compra de suministros médicos. 

Del lado de Rusia, la directora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, declaraba que Rusia debe prepararse para un incremento en la presión de las sanciones internacionales, destacando que “es tentador pensar que nos fue bien en 2022 y ahora no tenemos ninguna preocupación en el mundo”. De hecho, hace apenas unos días la UE aprobaba el 12º paquete de sanciones en el que se incluye entre otros la prohibición de importar diamantes rusos y se fija el precio máximo del petróleo en 60 dólares por barril. Por su parte, Estados Unidos también aprobaba recientemente sanciones adicionales para ejercer presión sobre las instituciones financieras que benefician y ayudan al esfuerzo bélico de Rusia.

A lo anterior se suman decisiones como la de empresas de China, Francia y Japón que han suspendido su participación en el proyecto ruso Artic LNG-2 en la península de Gydan en el norte de Siberia debido precisamente a las sanciones dirigidas contra Rusia.

Pasando a otras cuestiones, el presidente Vladímir Putin ha confirmado que la cumbre del décimo aniversario de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) se celebrará en Moscú en mayo de 2024 a propuesta del Kremlin. Sin embargo, esta no es la única noticia que rodea a la UEEA, dado que los líderes de los países integrantes de la Unión (Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajstán y Kirguistán) han firmado un acuerdo de libre comercio “a gran escala” con Irán.

Para concluir, en el caso de Bielorrusia, su presidente, Alexander Lukashenko, ha criticado las declaraciones del Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, en las que instaba a prepararse para “un conflicto prolongado con Rusia”. Así, Lukanshenko ha manifestado que ni los rusos ni los bielorrusos están interesados en la guerra:

“¡Esto es estúpido! ¡Este hombre es simplemente estúpido, ya ves, es un tonto! ¡No tiene nada que ver con la política! Si hubiera sido inteligente, lo habría pensado bien, ya sabes, con prudencia. Rusia y nosotros, ya Si tenemos las manos ocupadas con los problemas existentes, ¿debemos añadir más problemas a estos? Cualquiera lo hubiera pensado. (…) «¿Estamos en condiciones de iniciar una nueva guerra? Ya tenemos una que afrontar. Especialmente ahora que la situación se vuelve favorable para nosotros y para ellos también, para no perder Ucrania”.


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