Guerra de Ucrania – Día 634

Al tiempo que las Fuerzas Armadas rusas continúan lanzando ataques sobre distintos puntos de Ucrania con sus drones Geran-1/2, el presidente Ucraniano, Zelenski, ha pedido cambios rápidos en las operaciones llevadas a cabo por su ejército y destituido a la responsable de la sanidad militar, confirmando así rumores de días atrás. En Rusia, mientras tanto, el conocido Ígor Gírkin (AKA «Strelkov»), encarcelado por incitar al extremismo, ha asegurado que pretende postularse como candidato presidencial, a pesar de considerar que las elecciones que tendrán lugar el próximo mes de marzo son una farsa y de que el ganador ya está claro.

Los debates en los últimos días, relativos a la guerra de Ucrania, al estancamiento, al futuro de las operaciones y a cómo volver a la guerra de movimientos, están siendo fieros. Desde que el comandante ucraniano, Zalyzhny, reconociese que se estaba pasando a una fase de estancamiento en la que la tecnología tendría mucho que decir para revertir la situación, han sido muchos los que o bien han criticado duramente a este general, o bien se han sumado a sus conclusiones, haciendo sus propias aportaciones.

En varias ocasiones hemos explicado que, detrás del estancamiento, que es la norma no desde hace unas semanas, sino desde hace ya muchos meses, coexisten varios factores que no son reversibles a corto plazo. Entre ellos, cabe citar los siguientes:

  • Miedo a la escalada, que limita el tipo y cantidad de armamento a entregar a Ucrania;
  • Multiplicación de las posiciones defensivas, establecidas en profundidad y profusión en el empleo de minas;
  • Sensorización del campo de batalla, que impide la sorpresa;
  • Adaptaciones rusas, por ejemplo en el empleo de drones de ataque de bajo coste, que favorecen la defensa;
  • Reducción en el apoyo militar de Occidente a Ucrania;
  • Aumento de la producción militar por parte rusa;

Por otra parte, pare entender qué permitió a Ucrania un brillante desempeño militar entre febrero y noviembre de 2022, culminado en las ofensivas de Jersón y Járkov, es necesario atender a los factores realmente distintivos de sus Fuerzas Armadas, respecto a su contraparte rusa. Elementos que se vinculan, en gran medida, con las innovaciones militares que el país había venido implementando desde 2014, y que han permitido modernizar suficientemente un ejército de ascendencia soviética manteniendo sus pilares materiales, doctrinales y conceptuales; y también con su habilidad para realizar el ciclo OODA más rápido que el ruso por su maestría en la obtención, análisis, fusión y aprovechamiento de los datos.

Dos elementos destacan por encima de los demás: por un lado, la capacidad de las Fuerzas Armadas ucranianas para sensorizar el campo de batalla. La profusión de pequeños drones comerciales, la disponibilidad de medios ISR orgánicos en las unidades, la colaboración de la población civil con smartphones o las aplicaciones móviles permiten detectar, procesar, integrar y compartir la información de cualquier actividad enemiga en tiempo casi real mediante el sistema de conciencia situacional Delta. Por otro lado, la abundancia de municiones de precisión relativamente baratas (desde obuses de artillería con kits de guiado a drones comerciales letalizados) y su capacidad para coordinar, secuenciar y sincronizar los fuegos (mediante el sistema GIS Arta).

Combinados, estos avances han permitido a las fuerzas ucranianas identificar, priorizar y batir los objetivos rusos desde múltiples direcciones, saturar sus defensas y producir efectos en los dominios físico e informativo a través de una campaña de comunicación muy efectiva. Apoyada por una cadena de mando relativamente flexible, esta kill chain se basa en soluciones comerciales como Starlink para proveer internet de banda ancha, Maxar para proporcionar imágenes satelitales, HawkEye 360 para detectar interferencias de GPS, AWS para salvaguardar los datos nacionales o Microsoft para proteger las redes. Soluciones que también proporcionan multiplicadores estratégicos e incrementan la resiliencia nacional.

En cualquier caso, con la información disponible, no puede afirmarse que Ucrania haya integrado los sensores, decisores y ejecutores en una red distribuida – entendida esta como una kill web que integre los ámbitos terrestre, naval, aeroespacial, cibernético y cognitivo en una red dinámica – capaz de detectar el objetivo, determinar qué vector lo batirá, y organizar, priorizar, sincronizar y secuenciar los fuegos para destruirlo en el primer impacto. En este sentido, a pesar del éxito ucraniano en sensorizar el campo de batalla, fusionar la información procedente de una amplia gama de fuentes, lograr un ciclo OODA efectivo o amasar fuegos de precisión capaces de batir blancos en profundidad, parece que el enfoque del país al mando y control o proceso de planeamiento para los fuegos de largo alcance continúa fundamentándose en la doctrina soviética. También parece que el grueso del reconocimiento, observación y adquisición de objetivos se realiza con los medios orgánicos de las propias unidades artilleras y que estas no asignan el tirador más apropiado para batir el objetivo, sino que utilizan – mediante el “Uber de la artillería” cualquier medio que esté a disposición para ejecutar el ataque.

¿Por qué incidimos en esto? Porque dentro de lo poco que puede hacer Ucrania en un contexto en el que la ayuda militar se reduce y Rusia ha podido completar con éxito una serie de adaptaciones importantes -de las que hablaremos en próximos días-, quizá dos de los aspectos en los que todavía tiene margen de mejora sean precisamente estos: 1) el de la integración de sensores, decisores y ejecutores en una red distribuida y; 2) el definitivo abandono de los fundamentos soviéticos de su doctrina. Por supuesto son dos cambios muy difíciles de implementar cuando la mayor parte de tu oficialidad se ha formado dentro de un esquema soviético y el grueso del material sigue siendo de esta procedencia. Además, las doctrinas occidentales tampoco garantizan la victoria y menos cuando ni el entrenamiento ni el número de sistemas entregados permite trasladar ciertos usos al campo de batalla ucraniano. Ahora bien, innovar, en un sentido amplio, no solo implica mejoras técnicas, sino también ser valientes en lo doctrinal, desarrollando su propia síntesis superadora.

Mientras esto se produce -o no-, Rusia sigue firme en su estrategia y continúa tensando las defensas antiaéreas ucranianas con ataques limitados mediante drones Shahed-131/136 (Geran-1/2). Durante la última jornada, Ucrania ha contabilizado hasta una veintena de unidades, de las que habría dado cuenta, según sus autoridades, de una quincena. A diferencia de otras ocasiones, este último ataque habría estado focalizado en la capital ucraniana, Kiev.

En otro orden de cosas, ha sido noticia recientemente la destitución de la general de división del servicio médico Tetiana Ostashchenko, hasta ahora al frente del Mando de las Fuerzas Médicas de las Fuerzas Armadas Ucranianas, quien ha sido relevada por orden de Zelenski por el también general de división del servicio médico Anatoliy Kazmirchuk, hasta ahora jefe del Centro Clínico Médico Militar Nacional «Hospital Clínico Militar Principal» en Kiev. Según las declaraciones de Zelenski:

«La tarea es obvia –y esto se ha discutido repetidamente en la sociedad, en particular en la comunidad de nuestros médicos de combate–: se necesita un nivel fundamentalmente nuevo de apoyo médico para nuestros militares. Desde torniquetes de alta calidad hasta la total digitalización y transparencia en el suministro, desde una formación de alta calidad hasta una comunicación sincera con los médicos de combate en aquellas unidades donde la atención médica se organiza de forma verdaderamente adecuada y eficaz»

En lo relativo a los combates, que continúan produciéndose y derivando en importantes bajas. Además, hay novedades en cuanto al armamento empleado, ya que se ha constatado el uso por parte rusa, por primavera vez, de las bombas de racimo de lanzamiento aéreo RBK-500 en la región de Donetsk.

Más allá de esto, las novedades sobre el terreno continúan siendo escasas. Al menos en lo relativo al sector más septentrional del frente, de donde continúan los esfuerzos rusos por avanzar en torno a Kupiansk o Kreminna, aunque sin cambios de posiciones.

Tampoco del área de Bakhmut llegan noticias nuevas, más allá de los avances rusos al sur, en la zona de Klischiívka, a los que ya habíamos hecho referencia en la jornada anterior.

En cuanto a Avdiívka, donde Ucrania ha trasladado material moderno, como algunos carros de combate Leopard 2 y vehículos de combate de infantería Bradley, la situación sigue deteriorándose lentamente para las Fuerzas Armadas ucranianas, a costa de grandes pérdidas rusas. Algo que no impide que sigan conduciendo asaltos rusos sobre diferentes puntos al norte, sureste (en donde se lucha en las zonas boscosas) y sur de la ciudad.

Del sur del país, por último, no han llegado novedades en las últimas horas, más allá de los leves avances ucranianos en Robotyne, en donde habrían expulsado a las tropas rusas de algunas de sus posiciones al noroeste de la localidad, mientras las tropas rusas podrían haber hecho lo propio al noreste. En la margen oriental del Dniéper, donde las AFU insisten en que han hecho retroceder a Rusia entre 3 y 8 kilómetros en algunos puntos, cabe destacar la destrucción de un sistema antiaéreo Pantsir situado muy a retaguardia de las líneas rusas, cerca de Chaplynka.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, comenzamos por el presidente ucraniano, Zelenski, quien en su discurso diario ha anunciado que se incrementará la actividad diplomática encaminada a «garantizar que el apoyo a Ucrania también sea suficiente el año que viene». En relación con esto, ha agradecido al primer ministro neerlandés, Mark Rutte, el anuncio de un fondo de 2.000 millones de euros destinado a ayudar militarmente a Ucrania durante el próximo año.

Por su parte, su esposa, Olena Zelenska, se ha reunido representantes de diversos medios de comunicación africanos, ante quienes ha dado un discurso muy parecido al que días atrás diera el primer ministro del país, Denys Shmyhal, aunque en el caso de la primera dama ucraniana se ha centrado más en los aspectos humanitarios y morales de la guerra. Es, en cualquier caso, una parte más del importante esfuerzo diplomático que está llevando a cabo Kiev para lograr imponer su relato en África, un continente que se ha mostrado bastante reacio al mismo desde el inicio de la invasión.

Continuando con la actividad diplomática, aunque en este caso rusa, se ha sabido que el presidente del país, Putin, participará en la próxima cumbre del G20, que se celebrará virtualmente el próximo 22 de noviembre. No será el único compromiso de Putin, quien también se reunirá en Moscú la próxima semana con el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, y tomará parte presencialmente el próximo 23 de noviembre en la cumbre de líderes de la OTSC a celebrar en Minsk, Bielorrusia.

Siguiendo con Rusia, han sido noticias las declaraciones del encarcelado Ígor Gírkin, más conocido como «Strelkov» y quien ha asegurado que está pensando en postularse como candidato a la presidencia rusa en las elecciones que se celebrarán el próximo mes de marzo. Gírkin, quien tiene muy pocas posibilidades de llevar a cabo sus planes, en cualquier caso, da por hecho que el resultado de los comicios está decidido de antemano y que son una «farsa». Lo interesante del caso es que continúa cargando contra Putin, a quien considera poco competente en temas militares y demasiado blando.

Además de esto, en las últimas horas los ministros de Exteriores ruso e iraní han mantenido una llamada telefónica de la que solo ha trascendido uno de los temas tratados: la situación en Oriente Medio, en relación con la guerra entre Israel y Hamás. Ahora bien, se ha hecho referencia a que han tocado también otras materias importantes para ambos estados, con lo que es muy posible que hayan hablado también sobre la situación en Ucrania o los suministros que Irán facilita a Rusia.

Volviendo sobre África, en las últimas horas se ha venido hablando de la presencia de elementos de las fuerzas de operaciones especiales ucranianas y de su inteligencia militar en dicho continente, para hacer frente a los mercenarios de Wagner en algunos de los puntos en los que siguen desarrollando su actividad, como Sudán. Se confirmaría así lo expuesto en su día por Bellingcat, en base a diversos documentos gráficos.

Otra noticia de este tipo tendría que ver, según ha publicado el medio estadounidense Financial Times, con la supuesta intención por parte rusa de sabotear la industria de armamento de Bulgaria, citando las denuncias del magnate Emilian Gebrev, propietario de la empresa EMCO. Una empresa que es responsable del envío de buena parte de la munición de calibre soviético que recibe Ucrania, algo vital para la continuación de las operaciones.

Hablando de municiones, en el seno de la Unión Europea se ha producido un intercambio de acusaciones interesante. Si hace unos días, el Alto Representante, Josep Borrell, afirmaba que la industria de defensa europea exportaba el 40% de su producción al resto del mundo, en lugar de entregarla a Ucrania, ha obtenido respuesta por parte de la industria, en concreto de la asociación ASD, que engloba a los principales fabricantes. Estos no solo han dicho que el objetivo de aumento de la producción era «político» y «demasiado ambicioso», sino que se ha defendido argumentando que los contratos firmados deben respetarse, bajo riesgo de «socavar gravemente la credibilidad de la industria de defensa europea como proveedor».


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