Guerra de Ucrania – Día 630

Con escasas novedades sobre el terreno, la guerra de Ucrania sigue su curso pendiente de la actividad internacional. La propuesta de sanciones por parte de la Unión Europea a Rusia, la propuesta presentada por el Congreso de los Estados Unidos a su presidente, Joe Biden, para evitar el cierre gubernamental, o la reunión de este último con su homólogo chino, Xi Jinping, han marcado la jornada. Al mismo tiempo, se ha venido hablando del uso de la inteligencia artificial en el campo de batalla, un término que da lugar a error pero que tiene, sin duda, una importancia creciente.

En las últimas horas, curiosamente a raíz del encuentro entre los presidente chino y estadounidense, se ha venido hablando del papel de la inteligencia artificial (IA) en la guerra en general y, concretamente, en la de Ucrania. La cuestión ha saltado a la palestra porque ambos mandatarios no se han comprometido a prohibir las armas autónomas letales, como esperaban algunos, lo que deja por ahora el campo abierto al desarrollo de armamento human-out-of-the-loop, lo que merece una pequeña explicación para evitar malentendidos.

Antes de hablar sobre la utilización de estos sistemas en el campo de batalla ucraniano, conviene explicar qué es exactamente un sistema de armas autónomo, un asunto que genera importantes desacuerdos, existiendo varias definiciones y acrónimos posibles para referirnos a ellos. Así, los angloparlantes hablan normalmente de FAWS (Fully Autonomous Weapon Systems), LAWS (Lethal Autonomous Weapon Systems), LAW (Lethal Autonomous Weapon) o LARs (Lethal Autonomous Robots) e incluso, en tono más informal, de Robots Asesinos (Killer Robots). En realidad, a poco que se bucee entre los muchos artículos que se han escrito al respecto, se pueden encontrar todavía más términos para referirse a lo que aquí denominaremos -por abreviar- como Sistemas Autónomos (SA) y dejando claro que, en realidad, estaremos hablando en casi todo momento de sistemas semi-autónomos, como explicaremos en las próximas líneas.

Ahora bien, independientemente del término o acrónimo empleado, lo realmente importante son las características a las que nos referimos ya que son en última instancia las que lo definen. Es aquí en donde empiezan los verdaderos problemas, pues lo que entendemos por “autonomía”, al existir varios niveles posibles en función del punto de vista desde el que intentemos explicar el concepto, puede entenderse de forma muy diferente. Si nos referimos a la autonomía de los sistemas en función de la participación o no de seres humanos en el proceso de decisión, tenemos tres niveles básicos, o tipos de SA, a saber:

  • Human-in-the-Loop: Armas que requieren de la participación humana tanto para seleccionar los objetivos como para, llegado el caso, atacarlos. Este sería el caso más básico de un UGV (Unmanned Ground Vehicle) dotado de un arma como pueda ser una ametralladora de 12,70, pero sin ninguna capacidad de Inteligencia Artificial (IA) que le permita distinguir posibles objetivos, poder que queda en manos de su operador. Es también el caso de los robots utilizados por los equipos de desactivación de explosivos, aparatos que permiten manejar los bultos sospechosos sin poner en peligro vidas, pero obedecen en todo momento a las órdenes del TEDAX a sus mandos.

  • Human-on-the-Loop: Sistemas capaces de discriminar objetivos, fijarlos e incluso atacarlos por sí mismos pero que, en todo momento, se encuentran bajo supervisión humana, de tal forma que un operador puede, en cualquier momento, intervenir sobre las decisiones que toma el sistema, corrigiendo posibles errores. Es el caso más común y en él podemos englobar desde los drones de observación y ataque (como el MQ-9 Reaper) o UGVs armados (como el TheMIS). En ambos casos, poseen autonomía a la hora de moverse, pudiendo llegar por sí mismos a la zona designada y son capaces de encontrar objetivos, pero no pueden utilizar su armamento sin intervención humana.

  • Human-out-of-the-Loop: Este último caso es el que todos entendemos por sistema autónomo, aunque como vemos la cuestión no es tan simple. Se trata de sistemas de armas que no están sujetos a control humano y que, por tanto, dependen únicamente de su programación y de la sensibilidad de sus sistemas para encontrar objetivos, seleccionarlos, establecer el orden del ataque y, en su caso, proceder a él.

Por el momento, e independientemente de lo que los titulares más alarmistas digan, en Ucrania únicamente hemos visto en uso sistemas del primer tipo, es decir, aquellos en los que los seres humanos están en todo momento en el centro del proceso de decisión, así como pruebas puntuales con sistemas del segundo tipo, caso precisamente de algunos UGVs y UAS.

Ahora bien, nada de esto implica que, en el futuro, no puedan ponerse en juego sistemas de otro tipo, sin que esto implique, por el momento, dotar a los sistemas de armas de capacidad decisoria sobre la vida y la muerte de personas. Y es que la evolución que viene, como no podía ser de otra manera, pasa por la Inteligencia Artificial.

En este sentido, es más que probable que entren en servicio en los próximos meses drones de mayor tamaño que los FPV que tanta profusión han conocido de un año a esta parte y que empleen unidades de procesamiento neuronales para procesar el dato local. De momento, la aplicación más avanzada reside en el empleo de computer vision para posicionar a un dron y mantenerlo dentro de una trayectoria programada en ausencia de señal GNSS. DEs decir, que de manera comparable a cómo funciona el guiado TERCOM de los Tomahawk de los años 80, pero reduciendo el coste en más de tres órdenes de magnitud, los sistemas de computer vision van a permitir el vuelo preprogramado, en completo silencio y sin depender de ningún otro sensor externo.

Otras utilidades están menos avanzadas y costará más ponerlas en producción debido a su dificultad. La primera pasa por procesar la imagen no para la orientación sino para la detección de puntos u objetos significativos. De esta manera, se reduce la carga cognitiva de los operadores de drones y hasta el ancho de banda requerido, no necesitando mantener una tasa de refresco tan grande por parte del dron. La dificultad, obviamente, pasa precisamente por discriminar por sí sólo cuáles de esos objetos son realmente significativos.

Esto no implica exactamente un humanout-of-the-loop, sino reducir al máximo la carga cognitiva para que el responsable humano tome las decisiones definitivas. En cualquier caso, lo que parece evidente es que estas funcionalidades se van a orientar a corto y medio plazo en la reducción del tiempo necesario para cerrar una kill chain manteniendo la decisión última en el responsable de la misma. De esta forma, cuanta más inteligencia artificial se aporte al campo y al servicio de una unidad, más precisos y actualizados serán los datos a partir de los cuales se tomen decisiones, sin que esto suponga que los sistemas autónomos vayan por ahora -insistimos, en el corto y medio plazo- a tener capacidad de tomar decisiones que plantean unos debates en términos filosóficos y legales de muy profundo calado.

Como quiera que, con sistemas autónomos o sin ellos, la guerra sigue su sangriento curso. Así, en las últimas horas las Fuerzas Armadas rusas han atacado el interior de Ucrania mediante el lanzamiento de misiles antiaéreos desde sistemas S-300 en su función secundaria de ataque a tierra. Entre otros, se han registrado daños en la localidad de Selidove.

Más allá de esto, y mientras se debate acerca de lo definitiva o no que es la actual guerra de posiciones en Ucrania, el estancamiento y el desgaste continúan siendo la norma. En relación con esto, no hay novedades importantes procedentes del sector más septentrional del frente.

En el área de Bakhmut, pese a que continúan los combates, no se han registrado cambios desde que Rusia lograse retomar posiciones al norte de la ciudad, horas atrás.

La mayor parte de la acción ha vuelto a concentrarse, una jornada más, en Avdiívka. Allí se han registrado continuos ataques rusos, tanto al norte como al sureste y sur de la localidad, consolidando este ejército algunas posiciones en el extremo sudoriental de Avdiívka y avanzando nuevamente desde Krasnohorivka.

En el eje de Orijiv, por su parte, los bombardeos rusos confirman los leves avances ucranianos en dirección al norte de Verbove.

Más interesante es, sin embargo, la situación en Jersón, en la orilla oriental del Dniéper, en donde Ucrania está consolidando poco a poco sus cabezas de puente y, de hecho, desde el mando sur, su portavoz declarado que las intenciones pasan por empujar a las tropas rusas varios kilómetros al sur del Dniéper. Al mismo tiempo, el jefe de la administración rusa en la región, Vladímir Salo, ha admitido que Ucrania ha tomado posiciones en la zona, aunque ha tratado de quitar importancia al tema en un comunicado a través de las redes sociales.

Para finalizar con la parte militar del informe, tal y como hemos adelantado mediante la imagen que lo encabeza, ha sido presentado el nuevo comandante de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania, el coronel Serhiy Lupanchuk, quien ha recibido la bandera de combate de manos de su antecesor, en el marco de una ceremonia presidida por el jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Valeriy Zaluzhny.

Mapa de situación de la guerra de Ucrania a 15 de noviembre de 2023. Autor - @Majakovsk73
Mapa de situación de la guerra de Ucrania a 15 de noviembre de 2023. Autor – @Majakovsk73.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, es necesario comenzar por la nueva propuesta de sanciones presentada a los Veintisiete por parte de la Comisión Europea y del Alto Representante de la UE, Josep Borrell. Según el comunicado publicado por el Servicio de Acción Exterior, se propone sancionar a más de 120 personas y entidades adicionales por su papel a la hora de socavar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

El Alto Representante, junto con la Comisión, también propone adoptar nuevas prohibiciones de importación y exportación, así como acciones para endurecer el límite de precios del petróleo y contrarrestar la elusión de las sanciones de la UE. Ahora bien, la presentación de la propuesta no implica su aprobación inmediata, para lo cual se requiere acuerdo entre los Estados miembros, algo que gobiernos como el de Hungría utilizarán una vez más para negociar a propósito de otras cuestiones.

Entre las medidas más interesantes, además de las que pretenden incidir sobre el límite de precios del petróleo –que no está afectando a Rusia en demasía– se incluye una prohibición total de la venta dentro del bloque comunitario de diamantes en bruto rusos y de joyas manufacturadas con gemas extraídas de las minas siberianas del país. Se pretende así reducir la recaudación rusa en más de 4.500 millones de euros durante el próximo año, a la espera de comprobar su efectividad.

Más allá de esto, la presidenta de la Comisión Europea, la germana Úrsula von der Leyen, se ha reunido en las últimas horas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para hablar sobre la colaboración entre las dos organizaciones y sobre el apoyo a Ucrania, tanto en forma de municiones, como de medios para aumentar su resiliencia.

A colación de esto, pues sin duda el tema se habrá tratado aunque sea de refilón, desde Rusia han dejado claro que la adhesión de Ucrania a la Alianza es inaceptable en cualquier forma. Al menos, esas han sido las palabras de la portavoz de Exteriores, María Zajárova, aunque no se refería a la reunión entre von der Leyen y Stoltenberg sino a los recientes comentarios del ex-secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, sobre una membresía parcial de Ucrania.

En otro orden de cosas, el Gobierno de Chequia ha congelado los bienes inmuebles pertenecientes a Rusia en el país, incluyendo en su lista de sanciones a la empresa que gestiona propiedades rusas en el extranjero. Según el ministro de Exteriores del país, Jan Lipavsky: «El gobierno aprobó la congelación de las propiedades estatales rusas. […] Este es el fin de las actividades comerciales utilizadas por Rusia para financiar el asesinato de ucranianos «.

Pasando ya a Ucrania, el primer ministro del país, Denys Shmyhal, ha mantenido varias reuniones en las últimas horas relativas a la reconstrucción. En primer lugar, con el director ejecutivo de la empresa surcoreana POSCO, a la que ha vendido las ventajas de invertir en Ucrania y, en segundo lugar, con el enviado especial del Gobierno de Francia para la Ayuda y la Reconstrucción de Ucrania, Pierre Heilbronn, con quien ha discutido acerca de la implementación de distintos proyectos. Además de esto, ha encontrado tiempo para hablar ante un grupo de periodistas africanos, como parte de la campaña que está llevan a cabo Ucrania para contrarrestar la influencia y el relato ruso en este continente, a la vez que logra aumentar el grado de cooperación económica y política.

Hablando de África, también le ha dedicado tiempo a la reunión con los medios el presidente ucraniano, Zelenski, quien ha vuelto a afirmar que su país es capaz de garantizar la seguridad alimentaria en la región, además de tratar otros aspectos de la relación entre Ucrania y las naciones de este continente. Es más, ha asegurado que «Ucrania está lista para ser un socio estratégico de los países africanos».

No ha sido la única actividad de Zelesnki durante la jornada, pues también ha mantenido una reunión telefónica con uno de sus principales aliados, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Durante la misma, además de agradecer el apoyo financiero y militar del país norteamericano, han hablado sobre la situación en el campo de batalla, la colaboración en materia de defensa y los futuros pasos a dar para continuar fortaleciendo las capacidades antiaéreas ucranianas.

Hablando de ayuda, aunque no hay noticias de la llegada de nuevos materiales en las últimas horas, se ha pronunciado sobre ella el hasta ahora ministro de Defensa de Eslovaquia, Martin Sklenar, criticando duramente la decisión del nuevo primer ministro, Robert Fico, de no apoyar militarmente a Ucrania. A su juicio, esto será «desastroso para la seguridad eslovaca».

Y más allá de Ucrania, merece la pena dedicar unas líneas a la reunión mantenida por los máximos mandatarios estadounidense y chino aprovechando la cumbre de la APEC. Aunque como hemos adelantado a propósito de la inteligencia artificial, no se ha avanzado en todos los aspectos en los que sería deseable, al menos han llegado a un acuerdo para retomar las conversaciones militares de alto nivel. Esta herramienta, aunque parezca secundaria, en realidad es un activo de primer nivel, en tanto permite reducir fricciones y evita malentendidos cuando uno u otro toman tal o cual decisión, al reducir el grado de incertidumbre del contrario mediante las explicaciones o alertas pertinentes. No olvidemos que la situación en torno a Taiwán continúa siendo tensa y que, un escenario de este tipo, se presta a los errores de cálculo, muchas veces asociados a la información incompleta. Se desconoce, eso sí, hasta qué punto han tratado todo lo relativo a Ucrania, aunque sin duda tanto la situación en este país, como la que se está viviendo en Oriente Medio han sido dos de los temas sobre la mesa.

Y siguiendo con Estados Unidos, en las últimas horas parece que se han dado pasos definitivos de cara a superar la amenaza de cierre gubernamental, lo que ha implicado cesiones por parte del conservador Mike Johnson, elegido hace unas semanas como presidente de la Cámara de Representantes, y el consiguiente revuelo entre los más extremistas dentro del partido Republicano. Con todo, la ayuda a Ucrania queda por el momento fuera de la ecuación…

Un tema sobre el que ha hablado en las últimas horas el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dimitry Medvedev, quien considera que la ayuda de los Estados Unidos a Ucrania está «cerca de su fin inevitable», asegurando que «Estados Unidos fácilmente descarta a sus secuaces cuando se vuelven inútiles» y siguiendo por tanto la línea de sus declaraciones habituales. Lo mismo que ha hecho también María Zajárova, por cierto, al referirse a la corrupción en Ucrania, asegurando que entre el 20 y el 36 por ciento de la ayuda occidental se ha malversado, aunque no ha explicado cuáles son sus fuentes.


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