Guerra de Ucrania – Día 609

Rusia habría conducido un ataque con drones Shahed contra la central nuclear ucraniana de Khmelnytsky, al oeste del país. Si bien desde Ucrania aseguran haber derribado todos ellos, se han registrado daños en varios edificios de los alrededores, posiblemente por la caída de fragmentos tanto de los drones, como de los interceptores. Además de esto, en las últimas horas ha sido noticia nuevamente, tanto la falta de munición en los stocks occidentales, como la recluta por parte rusa de mujeres, algo fuera de lo habitual, aunque se trate de voluntarias y se destinen a puestos muy concretos. En el apartado internacional, los Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han firmado una declaración conjunta en la que condenan el suministro de armas de Corea del Norte a Rusia.

El Primer Ministro ucraniano, Demys Shmyhal, ha dicho recientemente que «enorme déficit de municiones no sólo en Ucrania sino en todo el mundo». Estas palabras, han sido rápidamente aprovechadas por las cuentas más cercanas a Rusia en las redes sociales, para augurar una pronta derrota de Kiev ante la imposibilidad de competir en este aspecto con un Ejército ruso que se beneficia además de las entregas por parte de algunos de sus socios, como Corea del Norte.

Por supuesto, razón no les falta. Ya han sido varios los informes en los que hemos tocado el tema y hemos indicado cómo, durante los próximos meses y posiblemente hasta finales de 2024 no se superen los actuales problemas en este aspecto y eso siempre que se cumplan los objetivos, algo que no parece estar ocurriendo. Para ello, será necesario que la producción de munición se incremente de forma notable no solo en los Estados Unidos, sino especialmente en la Unión Europea y en la propia Ucrania, algo en lo que están trabajando activamente. De hecho, las declaraciones de Shmyhal iban en realidad en este sentido, pues estaba haciendo referencia a la necesidad de fabricar en el propio país en lugar de depender de terceros.

Desgraciadamente para Ucrania, sus aliados no se están moviendo con la necesaria celeridad. Además, algunas iniciativas como ASAP, cuyo programa de trabajo se hizo público el pasado 18 de octubre, no parece que vayan a dar el resultado requerido. Más allá de que en el texto final no se hayan incluido las exigencias de algunos Estados miembros, que pedían incluir la munición guiada, hay problemas de fondo que hacen muy difícil alcanzar el objetivo de suministrar un millón de disparos de 155mm a Ucrania a través de este y otros mecanismos. Un objetivo para el que se ha establecido una hoja de ruta basada en tres vías, pero que no parece haber tenido en cuenta algunos de los efectos previsibles, como el aumento de los precios, que requerirá una inversión mucho mayor de lo establecido para lograr las metas fijadas.

Hay que tener en cuenta que, desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, al menos según el Jefe del Comité Militar de la OTAN, el almirante Rob Bauer, el precio de un solo disparo de artillería ha subido de 2.000 euros a 8.000 euros. Es decir, que se ha cuadruplicado y eso ya antes de que las compras aumentasen desaforadamente. Obviamente, según crezca la capacidad de producción a ambos lados del Atlántico, las economías de costes se impondrán -o deberían imponerse-, reduciendo el precio unitario. Ahora bien, dadas las dependencias del exterior, especialmente las europeas, a la hora de hacerse con algunas materias primas críticas tanto para la fabricación de los explosivos, como de otras partes de los proyectiles, como mínimo hay que pensar que la reducción no será tan grande como se esperaba de inicio. Y es que si bien ASAP se ha pensado para luchar contra los cuellos de botella en la producción, una cosa son estos y otra los de la cadena de suministro, que depende de materiales llegados de los destinos más insospechados a lo largo y ancho del mundo…

Pasando a un tema completamente diferente, en las últimas horas ha sido noticia también la recluta, por parte de Rusia, de mujeres para luchar en Ucrania. Estas llegarían al frente no como integrantes del Ejército ruso –que por otra parte siempre ha contado con mujeres en su haber-, sino del batallón «Borz» perteneciente a la compañía militar privada Redut, bajo el control del Ministerio de Defensa ruso. Al parecer, a las candidatas potenciales se les ofrece un contrato de seis meses con un salario de 220.000 rublos (unos 2.300 dólares estadounidenses), una compensación por lesiones en el campo de batalla de hasta 3 millones de rublos (unos 32.000 dólares) y prestaciones por fallecimiento de hasta 5 millones de rublos (unos 53.000 dólares). Cifras que están por debajo de lo ofrecido en el pasado por ejemplo por Wagner Group, pero que seguirían siendo atractivas.

La noticia, de hecho, ha sido magnificada por la prensa como si se tratase de una novedad o como si respondiese a los problemas de Putin para responder a las crecientes bajas de tropas. Sin embargo, se trata de dos afirmaciones muy poco sólidas. En el primer caso, y sin necesidad de remontarnos a las «Brujas de la noche», sino centrándonos exclusivamente en la guerra de Ucrania, han sido ya unas cuantas las mujeres que han tomado parte en la misma por parte rusa. De hecho, ya en julio de 2022 se reconoció la primera muerte, concretamente de la cabo Anastasia Savitskaya, natural de Volgogrado.

En el segundo, lo cierto es que salvo recientemente, a propósito de los costosos intentos que Rusia está acometiendo en Avdiívka, el número de bajas se había reducido de forma ostensible, mientras que las Fuerzas Armadas rusas afirman estar mejorando su capacidad de recluta después de los problemas padecidos en los meses previos. El hecho de que no haya sido necesaria por el momento una segunda movilización parcial, es indicativo en este aspecto, siendo capaz Rusia sin ella de mantener en Ucrania una fuerza que la propia inteligencia de este país calcula en unos 400.000 efectivos.

En cualquier caso, es casi más interesante que el hecho de que Rusia emplee mujeres en la guerra de Ucrania, conocer cuál será su papel. Este parece que se centrará en conformar unidades de francotiradores –al modo de los antiguos «Ángeles vengadores» durante la Segunda Guerra Mundial– y en formar pilotos de drones. Esto último es particularmente interesante, en tanto uno de los problemas que enfrentan ambos ejércitos, en un marco en el que la producción de drones está creciendo exponencialmente, es la falta de pilotos. En este sentido, es relativamente fácil hacerse con fusileros, que no necesitan en el peor de los casos un gran entrenamiento, especialmente cuando se trata de aguantar en posiciones defensivas fijas como las construidas por Rusia en el sur de Ucrania, pero no tanto con pilotos de drones capaces, en donde hay un cuello de botella que las mujeres podrían ayudar a paliar.

En cuanto a lo ocurrido sobre el terreno, cabe destacar que el último ataque ruso mediante drones Shahed (Geran-2) se habría concentrado, según el propio presidente ucraniano, Zelenski, sobre la central nuclear de Khmelnytsky, al oeste de Ucrania. Si bien las instalaciones no habrían sido alcanzadas y el Ministerio de Defensa ucraniano asegura que se han derribado todos y cada uno de los once drones empleados en esta acción, sí se han reportado daños en edificios de los alrededores. Todo indica, más allá de la voluntad de hacer daño, que al concentrar todos los drones sobre un único objetivo lo que Rusia hace es tanto probar las defensas de esta instalación en concreto -por motivos obvios de las más protegidas de Ucrania-, como tensionar estas mismas defensas al obligarles a un gran consumo de misiles o municiones.

En lo relativo a los combates, ha sido una jornada relativamente ausente de novedades, al menos reseñables. De hecho, no las hay en el sector más septentrional del frente, más allá de un pequeño avance ruso en la zona de Orlyans’ke, cercana a Kupiansk.

Lo mismo es aplicable al área de Bakhmut, en donde las únicas noticias se refieren a cambios ya conocidos, como los avances rusos en Khromove.

Diferente es la situación en Avdiívka, en donde Rusia continúa acumulando fuerzas mientras las cuentas cercanas al Kremlin se vanaglorian de que los ucranianos ya no pueden enviar refuerzos a la zona dado el control que el Ejército ruso ejerce a través del fuego. Sea o no cierto esto último, no se han registrado nuevos avances rusos, después de los logrados ayer en la zona de Terrikon, en Krasnohorivka, aunque los ataques son continuos.

Al sur del país, por último, las novedades son también mínimas. Hay fuentes que hablan de un ligero avance ruso en la zona de Pryiutne, situada a poniente del eje de Velyla-Novosilka. Más allá de esto, las noticias siguen girando en torno a las operaciones ucranianas al este del Dniéper, de las que se ha hecho eco incluso el famoso propagandista ruso Semen Pegov (AKA WarGonzo). Lo más relevante es que las fuerzas ucranianas habrían logrado tomar parte de la carretera que conecta las aldeas de Poima, Kozachi Lageri y Krynka, a la espera de ver cómo continúa evolucionando la situación.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, y mientras Israel comienza las primeras operaciones terrestres en Gaza -lo que sigue preocupando a quienes creen que los Estados Unidos podrían derivar la ayuda que actualmente conceden a Ucrania hacia este otro aliado– la noticia más importante de la jornada es, sin duda, la firma de una declaración conjunta entre Estados Unidos, Japón y la República de Corea, condenando las transferencias de armas entre Corea del Norte y Rusia. El texto de la declaración fue firmado por el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony J. Blinken, el Ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Kamikawa Yoko, y el Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Corea, Park Jin y, según el mismo:

«Estados Unidos, Japón y la República de Corea (ROK) condenan enérgicamente el suministro de equipo militar y municiones por parte de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) a la Federación Rusa para su uso contra el gobierno y el pueblo de Ucrania. Esas entregas de armas, varias de las cuales ahora confirmamos que se han completado, aumentarán significativamente el costo humano de la guerra de agresión de Rusia».

Además de esto, aseguran estar monitorizando las entregas realizadas por Corea del Norte, pero también las posibles transferencias de tecnología nuclear o relacionada con misiles balísticos que partan de Rusia en dirección al país juche.

En otro orden de cosas, si bien recientemente se conocía la decisión de Erdogan de someter a votación en el Parlamento turco la ratificación de entrada de Suecia en la OTAN, Hungría parece decidida a seguir dificultando el proceso, pues los legisladores del partido gobernante, que posee mayoría en cuanto a escaños, han rechazado incluir este tema en la agenda, tras alegar que políticos suecos han hecho comentarios despectivos sobre el país. Deberemos pues esperar al menos hasta noviembre para que el caso vuelva a examinarse.

Hungría, como sabemos, es el país perteneciente tanto a la OTAN como a la Unión Europea más cercano a Rusia, hasta el punto de que no son pocos quienes se cuestionan si realmente debería formar parte de estas organizaciones. Sin embargo, podría dejar de estar tan aislado en este sentido, toda vez que la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputova ha nombrado formalmente como primer ministro a Robert Fico, líder del partido Smer-SD.

Más allá de esto, y pasando a Ucrania, su primer ministro, Denys Shmyhal continúa de visita en Alemania, intentando recabar apoyos. Allí, tras reunirse con los empresarios, ha mantenido encuentros tanto con el vice canciller germano, como con el presidente de este país, Frank-Walter Steinmeier. En el primer caso, Shmyhal, y Robert Habeck, discutieron el fortalecimiento de la cooperación económica. En el segundo, además de agradecer el paquete de ayuda invernal aprobado por Alemania por valor de 1.400 millones de euros, discutieron el desarrollo conjunto de la industria de defensa y la implementación de la fórmula de paz de Zelenski.

Además de lo anterior, la subdirectora de la Oficina del Presidente de Ucrania, Yulia Sokolovska, inauguró el primer foro ucraniano sobre Capital Humano y habló sobre las direcciones prioritarias para preservar y desarrollar el capital humano en Ucrania, uno de los grandes problemas de un país que ha perdido buena parte de su población, entre ella una cantidad sustancial de profesionales con una alta preparación que han encontrado su destino en el extranjero después de la invasión.

Por su parte, el El jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Sybiha, se reunió con una delegación del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza de la que formaba parte el encargado de negocios interino de Suiza en Ucrania, Peter Hafner. Más allá de agradecer la colaboración de Suiza en materia humanitario, el interés ucraniano pasaba por ganar su apoyo en todo lo relativo a la implementación de la «Fórmula de paz» de Zelenski.

En cuanto a la ayuda militar, lo más relevante de la jornada llega desde Arizona, en los Estados Unidos, pues los pilotos ucranianos, que llevan semanas recibiendo formación, habrían pasado a recibir lecciones prácticas de entrenamiento de vuelo a bordo de los F-16, en lo que supone un importante paso.

También se ha sabido que el Parlamento Europeo está estudiando la posible entrega a Ucrania hasta 150 vehículos blindados confiscados, 41 de ellos a una empresa naviera neerlandesa acusada de violar el embargo de armas sobre Libia en octubre de 2022.

En el apartado más industrial, después de los acuerdos en fechas pasados con empresas como Rheinmetall o BAE Systems, acaba de saberse que la empresa germana KMW se ha unido también a la Alianza de Industrias de Defensa, que incluye ya a 59 empresas de 23 países y que espera que muchas de ellas terminen por implantarse en el país.

Pasando a Rusia, en las últimas horas la cámara alta del país, es decir, el Consejo de la Federación, ha aprobado por 156 votos a favor y ninguno en contra la ley que retira la ratificación por parte de Moscú del tratado global que prohíbe las pruebas de armas nucleares. Una aprobación que llega apenas unos días después de que el Parlamento ruso hiciera lo propio, también por unanimidad.

Quizá para «celebrarlo», las Fuerzas Estratégicas rusas han llevado a cabo recientemente unos ejercicios que tenían por objetivo probar la capacidad de respuesta del país ante un ataque nuclear masivo, confirmando que la represalia funcionaría, según el Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. El ejercicio, por cierto, ha sido seguido puntualmente por el propio Putin, aunque en este caso por videoconferencia.


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