Guerra de Ucrania – Día 584

La guerra de Ucrania sigue marcada, en estas últimas horas, más por la situación política interna en los Estados Unidos que por lo que acaece sobre el campo de batalla. En Washington, parte del partido Republicano junto a los congresistas del partido Demócrata han logrado aprobar in extremis un acuerdo que permitirá mantener el Gobierno abierto durante 45 días. Sin embargo, quedan fuera del texto los fondos que permiten otorgar apoyo militar a su aliado en guerra.

Los congresistas estadounidenses han evitado el precipicio, han ganado un plazo muy valioso de 45 días y, por el camino, han dejado simbólicamente abandonada a Ucrania al mantener fuera del acuerdo, alcanzado in extremis, la ayuda a este país. Finalmente, ya en el último minuto, ayer sábado 30 de septiembre, con 335 votos a favor y 91 en contra, los republicanos más moderados y los demócratas, salvaron parte de sus diferencias para impedir el temido “shutdown”, que habría provocado la parálisis de las actividades no esenciales del Gobierno Federal.

El alivio que impera hoy entre la mayoría de los funcionarios electos está teñido de amargura. Nada se ha resuelto sustancialmente y el drama corre el riesgo de repetirse a mediados de noviembre. Peor si cabe, queda constatada una vez más la enorme división, tanto en el conjunto del país como dentro del seno del partido Republicano, que vive fracturado entre los más radicales, encabezados por Trump y el resto. Es más, si bien todos los demócratas menos uno votaron a favor de la medida, casi la mitad de los republicanos votaron en contra.

De hecho, la  resolución no incluye ninguna financiación para Ucrania en su guerra contra Rusia, una prioridad importante para los demócratas que, no obstante, cuentan con poder a lo largo de estos 45 días desbloquear la ayuda. De hecho, el senador demócrata por Colorado, Michael F. Bennet, llegó a retrasar ligeramente la votación pues quería garantías de que se votaría pronto sobre un paquete de ayuda suplementario para Ucrania, algo que no se logró.

Y es que la ayuda -o no ayuda- a Ucrania está siendo uno de los temas clave, aunque desde luego no sirve para explicar la división imperante no solo entre los dos partidos, sino especialmente dentro del partido Republicano cuya fractura obedece a causas más profundas y viene de mucho antes de que Putin decidiese invadir a su vecino. Lo es hasta el punto de que hay pesos pesados de la vida política norteamericana, como Robert M. Gates, que se preguntan si una superpotencia «disfuncional» y dividida como los Estados Unidos realmente están en posición de disuadir a China y Rusia (así como a Corea del Norte e Irán). Máxime en un momento en el que la política exterior del país se cuestiona desde diversos ángulos (algo que por otra parte es bastante habitual).

Mientras tanto, como no podía ser de otra forma, los medios rusos se hacían eco de lo ocurrido en Washington, pues no en vano la situación supone una doble victoria para Putin. En primer lugar, porque constata que su campaña de guerra informativa, hábilmente tejida durante dos décadas, ha dado en parte resultado, al fomentar las divisiones en el partido Republicano. En segundo lugar, porque al menos a corto plazo, lo sucedido complica en mucho la situación de Ucrania, a la espera de algún tipo de acuerdo en este mes y medio.

Está por ver, pues Zelenski ha visitado muy recientemente el territorio de su principal aliado, reuniéndose con una parte de sus principales cargos electos, qué tipo de garantías han podido dar a Ucrania, en tanto era más que sabido el tipo de situación que se estaba gestando. Mientras tanto, corresponderá esencialmente a la Unión Europea, pero también a Reino Unido (que ya ha dado señales en este sentido), Canadá o Australia sostener a Kiev con nueva asistencia militar, a la espera de que se resuelva de algún modo el embrollo político al otro lado del Atlántico. Todo, sin que en la propia UE falten sobresaltos, toda vez que los votantes eslovacos comenzaron ayer a votar en unas legislativas que podrían, en función del resultado, suponer un cambio mayúsculo para la política exterior de este pequeño estado y su postura sobre Ucrania.

Dado que es una guerra de desgaste, la situación en Ucrania y entre esta y sus aliados es un factor importante que podría condicionar el resultado de la misma, lógicamente. Ahora bien, no es el único. La situación rusa, a pesar de haber sorteado con eficacia las sanciones, tampoco es la más halagüeña, dados los problemas con los que el Gobierno se está encontrando para sostener el rublo y los efectos que esto podría tener a corto plazo sobre su población o sobre la capacidad de gasto del Ejecutivo.

Pueda o no sostener el gasto, sigue buscando formas de mejorar su rendimiento en una guerra en la que si bien ha tardado un tiempo en tomarle el pulso, desde hace meses ha conseguido salvar buena parte de la distancia en aspectos como el de los drones, incluso a pesar de los evidentes problemas de corrupción, que también en Rusia es endémica. En este sentido, no dejan de introducir o probar pequeñas mejoras para el tipo de conflicto que se está librando ahora mismo, como nueva munición de fragmentación -pensada para maximizar el daño a la infantería- desde sus T-90M o, según algunas fuentes, un nuevo modelo de misil tierra-tierra testado recientemente en Kapustin Yar.

Sin duda, no son avances que vayan a ganar una guerra de estas características por sí mismos, pero dan fe de la voluntad rusa por adaptarse y de su capacidad para ello, muchas veces puesta en entredicho y que hemos de tener en cuenta a la hora de contrapesar su esfuerzo. Y es que, cada vez más, Rusia parece menos proclive a hacer de regiones como Jersón o Zaporiyia, elementos de canje en una futura negociación, lo que da idea de su postura actual y de cómo, a pesar de todo, se consideran en una postura de fuerza. De ahí que Putin hable sobre la «regeneración» de las cuatro regiones ucranianas ocupadas (Crimea siempre queda al margen), mientras voceros como Medvedev prometen nuevas conquistas y la propaganda rusa vende en las redes las labores de reconstrucción llevadas a cabo en localidades como Mariúpol.

Sobre el terreno, ha sido otra noche de ataques aéreos sobre Ucrania, país que asegura haber dado cuenta de 30 de los 40 drones Shahed (Geran-2) empleados por Rusia. Entre los lugares alcanzados, se habla de diversas infraestructuras en la zona de Vynnytsia, de explosiones en Odesa y, por encima de todo, de los daños a un oleoducto cerca de la localidad de Strumba, en la región de Ivano-Frankivks, lo que ha provocado un importante incendio.

En cuanto al frente, las novedades son pocas en las últimas horas. Al norte del frente, a falta de movimientos, las noticias más relevantes tienen que ver con la campaña llevada a cabo por Rusia en los últimos meses de cara a destruir los puentes sobre el río Oskil, como forma de dificultar el abastecimiento a las fuerzas ucranianas al este del mismo.

En el área de Bakhmut, continúan los combates tanto al norte, en donde tropas rusas han cargado en dirección a Orikhovo-Vasylivka, como al sur, en torno a Klischiívka y Andriívka, con los habituales ataques ucranianos y contraataques rusos, pero sin cambios en la línea de frente. Según algunas fuentes, la Fuerza Aérea ucraniana habría logrado hacer impactar dos bombas equipadas guiadas en un cuartel del Ejército ruso en el interior de Bakhmut.

Sin novedades al oeste de Donetsk.

Al sur, se han registrado diversos ataques ucranianos en el eje de Velyka-Novosilka, así como otro ruso en dirección a Urozhaine, con pequeños avances rusos en Priyutne. En cuanto al eje de Orihiv, se ha vuelto a combatir al norte de Novokropopivka, así como en dirección a Verbove. Rusia, por cierto, ha lanzado un ataque algo al norte de este eje, en dirección a Novopokrovka, que si bien difícilmente tendrá como objetivo buscar convertir una penetración ucraniana en una bolsa, pues carecen ahora mismos de fuerzas para este tipo de acciones y los avances rápidos que serían necesarios son sumamente difíciles, obliga a prestar atención sobre sus intenciones, ahora que están prestas a llegar más tropas a la zona.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Como era de esperar, las autoridades ucranianas han publicado más detalles sobre el Foro de Industrias de Defensa de Ucrania. Un total de 252 empresas de defensa de más de 30 países se dieron cita en Kiev para “impulsar la cooperación y la coproducción con socios ucranianos”.

Según el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, “el poder militar del mundo libre se está forjando en Ucrania”. Por su parte y en esta línea, el presidente Zelenski durante su discurso de apertura destacó que “estamos sentando las bases para el arsenal del mundo libre”. De este modo, también dio las gracias a todos aquellos involucrados en el suministro de armamento a Ucrania y puso de relieve que es bien sabido lo que necesitan: munición de 155mm. 

Además, anunció la creación de la Alianza de Industrias de Defensa, acompañada de una declaración que ya ha sido firmada por 13 empresas destacadas. A esta declaración pueden unirse los fabricantes de armas y equipos militares de todo el mundo “que comparten nuestra intención de brindar una protección real contra la agresión en este entorno de alto riesgo de nuestro tiempo”.

En segundo lugar, anunció que este formato que Ucrania está desarrollando un régimen económico especial para el complejo industrial-defensivo para tratar de brindar todas las oportunidades a aquellas empresas que “trabajan por el bien de la defensa, en Ucrania y con Ucrania, o que quieran venir a Ucrania”.

En tercer lugar, ha subrayado la creación de un Fondo de Defensa especial que proporcionará recursos adicionales, incluido el desarrollo de la producción militar y el apoyo a colaboraciones relevantes, para la creación de nuevas instalaciones y programas militares necesarios. Este fondo se nutrirá de los dividendos de activos de defensa de propiedad estatal y ganancias de la venta de activos rusos confiscados. Este último punto no debe pasar desapercibido pues es una cuestión que, sin lugar a duda, no estará exento de polémica.

En el marco del Foro también tuvo lugar una reunión con representantes de empresas y asociaciones de defensa de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Turquía, Suecia y la República Checa para discutir las perspectivas de asociación y producción conjunta de armas.

A este respecto, el presidente Zelenski ha insistido en que la prioridad de Ucrania “es el desarrollo de la producción de defensa utilizando tecnologías modernas, incluida la producción de proyectiles, misiles y drones en Ucrania, en cooperación con los líderes mundiales en este campo”. Asimismo, el presidente Zelenski les trasladó la idea de que “Ha llegado el momento de crear un hub militar en Ucrania”.

Así la cosas, el principal resultado del Foro ha sido la conclusión de 20 Memorandos de Entendimiento (MOUs) sobre la producción conjunta, intercambio de tecnología y suministro de componentes. El ministro de Defensa Umerov puntualizaba que plantean establecer un “Fondo de Defensa” para desarrollar tecnologías militares, infraestructura y bienestar de nuestros guerreros”.

Al margen del Foro, el presidente Zelenski se ha reunido con el ministro de Defensa de Eslovaquia, Martin Sklenár, quien acudió también como participante. Zelenski agradeció a Eslovaquia el apoyo prestado tanto a nivel humanitario y militar a Ucrania desde los primeros días de la invasión. Además, Zelenski le informó sobre la situación en el campo de batalla y las necesidades prioritarias de las AFU. Por otro lado, las partes también discutieron sobre las necesidades de Ucrania en el ámbito del desminado humanitario y valoraron el potencial de cooperación en la producción de equipos en Ucrania.

Por otro lado, en el Foro también tomó parte André Denk, subdirector ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa (EDA), quien tuvo ocasión de reunirse personalmente con el ministro de Industrias Estratégicas ucraniano, Oleksandr Kamyshin. El representante ucraniano agradeció a la EDA su papel en la adquisición conjunta de municiones de 155 mm por parte de los Estados miembros para Ucrania.

Durante la jornada del día 30 de septiembre propiamente dicha, el jefe adjunto del gabinete de Zelenski, Ihor Zhovkva, se reunió con la delegación encabezada por el secretario de Estado del Ministerio de Defensa de Portugal. El objetivo era el de discutir sobre la ayuda suministrada por Portugal a Kiev, pero también sobre la implementación de la Fórmula de Paz.

Por otro lado, en Moscú han celebrado el primer aniversario de la “reunificación” de las regiones de las autodenominadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Al respecto, el Ministerio de Exteriores de Rusia enfatizaba que recuerdan “el momento histórico del 30 de septiembre de 2022, cuando nuevas regiones volvieron a formar parte de Rusia”.

Asimismo, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, no ha dudado en enviar sus felicitaciones a los nuevos jefes de las regiones rusas que han sido recientemente elegidos. En su comunicado, destaca la importancia de “intensificar los esfuerzos para integrar” las cuatro regiones anexionadas ilegalmente en el sistema jurídico y socioeconómico de Rusia.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Ucrania expresaba que “A pesar de todas las ficciones imperialistas de Rusia, Ucrania permanece intacta dentro de sus fronteras reales: aquellas que son reconocidas globalmente. Estos son hechos simples de la realidad que prevalecerán sobre cualquier ambición ilegal del estado terrorista ruso”.

El embajador de Rusia en Washington, Anatoly Antonov, incidía en un comunicado que “La vida ha confirmado que el rumbo de los Estados Unidos hacia la asfixia económica de la Federación de Rusia está condenado al fracaso. Nuestro país se está adaptando con éxito a las prácticas ilegítimas impuestas por el G7. Estamos ampliando nuestra propia flota de petroleros, desarrollando instrumentos de seguros y reorientando suministros a mercados más dinámicos”.

Sobre esto añadía que Washington se ha disparado en el pie provocando un nuevo aumento de los precios de la gasolina en los Estados Unidos, por lo que debería reconsiderar que tales acercamientos con prácticas ilegales y ajenas al mercado “amenazan con volverse contra los propios Estados Unidos y los estadounidenses comunes y corrientes”. 

En otro orden de cosas, recientemente el Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha visitado las instalaciones e infraestructuras portuarias de Odesa, desde donde ha aprovechado para lanzar diversos mensajes relativos a la forma en la que Rusia recurre al hambre como arma de guerra.

Por último, también se hizo público que el jefe del gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, con ocasión del aniversario de la masacre de Babyn Yar mantuvo la novena reunión con el personal diplomático acreditado en Ucrania para discutir sobre la Fórmula de Paz. El encuentro estuvo destinado en esta ocasión a discutir sobre la implementación del séptimo punto de la Fórmula de Paz “restauración de la Justicia”, contando con la participación de representantes de 76 países tanto de manera presencial como en remoto. La reunión, además, se llevó a cabo en la Reserva Conmemorativa Histórica Nacional Babyn Yar, lugar simbólico para honrar la memoria de las víctimas del genocidio.


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