Día de intercambio de golpes, en forma de ataques con drones y misiles tanto sobre el territorio ruso o el ocupado por Rusia, como sobre el interior de Ucrania. Día, además, de buenas noticias para Ucrania, en tanto se ha confirmado la llegada al país de los primeros carros de combate M1A1 Abrams donados por los Estados Unidos. Día también de polémicas, en este caso debido al homenaje rendido a un antiguo miembro de las Waffen SS nazis en Canadá, durante la visita de Zelenski al país norteamericano. Y día, por último, de acción para la maquinaria propagandística y de control de la sociedad que posee el Kremlin, a tenor de las noticias sobre el submarino Kilo dañado en el ataque a Sebastopol o de lo ocurrido a «Strelkov» durante su cautiverio.
La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha ha sido abundante en cuanto a noticias de interés para el desarrollo del conflicto y de todo lo que le rodea. En primer lugar, desde la Presidencia ucraniana ha llegado la confirmación de que la primera tanda de carros de combate M1A1 Abrams donados por los Estados Unidos ha llegado ya al país. demás, un tiempo antes de lo esperado, lo que permitirá que estos sistemas de armas tomen parte en la ofensiva meridional antes de que esta se vea dificultada por el cambio de estación y el efecto de las lluvias –algo que un año más, no está tan claro que ocurra o no de la misma forma que en conflictos de hace décadas-.
Obviamente, la llegada de estos carros, per se, no cambiará el curso de la guerra. No obstante, permitirá a Ucrania equipar nuevas unidades, supondrá una importante inyección de moral y contribuirá a mantener la presión sobre las líneas rusas en los próximos meses. Al fin y al cabo, aunque mucho se esté hablando sobre las bajas de los Leopard 2 –que tampoco son tantas teniendo en cuenta que llevan meses en servicio en Ucrania y que se han enviado cantidades limitadas-, están prestando un servicio interesante a Ucrania, teniendo en cuenta la forma en la que ha elegido librar esta fase de la guerra.
La de los Abrams no ha sido la única noticia relevante. Aunque Canadá coge lejos de Ucrania, lo ocurrido allí en las últimas horas reviste cierta importancia, pues tiene que ver con otra batalla, la del relato, que se libra quizá sin sangre, pero sí de forma encarnizada. El caso es que mientras se producía la visita del presidente ucraniano Zelensky al Parlamento canadiense, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 98 años, Yaroslav Hunka, recibió un cálido homenaje por parte de los presentes, después de que el líder de la Cámara de los Comunes, Anthony Rota, se refiriese a él como «héroe».
Hasta aquí todo normal, salvo que el citado Hunka había sido miembro de la división «Galicia» de las Waffen-SS nazis durante la contienda mundial, lo que obviamente ha levantado duras críticas contra Canadá y algunos de sus políticos, especialmente desde Polonia, dado el historial de dicha unidad durante la ocupación de este país.
Independientemente de si se ha tratado verdaderamente de un error o de si hay alguna intención oculta detrás, lo que está claro es que el suceso hace un muy flaco favor a Ucrania y a Zelenski, en tanto llevan desde el inicio del conflicto no solo haciendo por separarse de los grupos de extrema derecha que existen en Ucrania y que han tenido cierto peso en su vida política, sino por combatir el argumentario ruso, que el Kremlin difunde a través de medios como Sputnik a un público especialmente receptivo.
Recordemos, pues alguna vez lo hemos explicado, que una de las razones por las que la propaganda rusa no sirvió para justificar la invasión, fue precisamente porque sacaba a la luz sus propias dobleces y miserias morales; su cinismo. Esto, que funcionaba de manera óptima al criticar decisiones estadounidenses como la de invadir Irak, se volvió en contra de Putin y sus acólitos. Por el contrario, cada vez que se ha producido un incidente como el ocurrido en Canadá, lo que se ha hecho es precisamente dar munición a la maquinaria de propaganda del Kremlin, de forma que pueda alimentar a sus trolls y dar contenido a sus medios de difusión.
Hablando de la maquinaria del Kremlin, lo primero que hay que tener claro sobre la misma es que, aunque suele trascender lo que parte de ella hacia fuera del país, es un elemento de control de la sociedad con un papel eminente de dominio interno, destinado a garantizar la estabilidad del país y la pervivencia del gobierno en el poder.
Es aquí en donde entra la represión de los elementos subversivos, entre ellos Ígor Girkin, más conocido como «Strelkov», quien ha pasado en más de una ocasión por estas páginas, quien habría sido víctima de una paliza en las últimas horas, por parte supuestamente de un elemento de extremista, que no habría visto con buenos ojos sus discursos contrarios al Kremlin. Aunque todavía está por confirmar tanto el hecho, como la forma en que se habría producido, de ser cierto hay muchas posibilidades de que sea un mensaje del Kremlin no tanto a Gírkin -lo sorprendente es que siga vivo, conociendo su historia personal y sus declaraciones durante los meses anteriores a ser encarcelado- como a sus acólitos.
Y para finalizar con la propaganda, hoy cabe destacar lo ocurrido en relación con el submarino de la clase Kilo dañado en el ataque ucraniano con misiles sobre Sebastopol de la pasada semana. Así, según medios oficialistas rusos como TASS, este apenas habría recibido daños, que serían de hecho superficiales, no habiendo afectado a su casco de presión y, por lo tanto, a ningún elemento en el interior de este, como la cámara de torpedos.
Decimos propaganda, porque en vista de las imágenes, de la forma en que se ha doblado el casco exterior, del tamaño de las perforaciones y sabiendo que la mayor parte del daño se ha producido por fuerza en la parte no visible, ya que hablamos de impactos directos, no hay ninguna oportunidad de que sea así. De hecho, ni siquiera hay tanta distancia entre el casco exterior y el interior como muchos creen, con lo que cabe inferir que el boquete que se aprecia en el costado de estribor, dada su profundidad, afecta al segundo.
Para finalizar, antes de pasar al análisis de lo ocurrido en las últimas horas sobre el terreno, cabe hablar sobre la posible muerte del comandante de la Flota del Mar Negro de la Armada Rusa en el ataque lanzado contra el Cuartel General de la misma hace escasos días. Así lo afirman fuentes ucranianas, que hablan también de un gran número de militares rusos muertos en dicha acción aunque, pese a todo, por el momento no hay confirmación oficial por parte rusa, algo que quizá nunca llegue aunque los datos ofrecidos por Ucrania sean ciertos.
Pasando a lo ocurrido en el campo de batalla, lo más reseñable en las últimas horas vuelve a ser cómo este ha trascendido por completo la línea de frente, para llegar al interior de uno y otro país. De un lado, Rusia ha vuelto a lanzar una oleada de misiles y drones sobre territorio ucraniano. Las defensas antiaéreas ucranianas afirman haber derribado la inmensa mayoría de los vectores empleados por Rusia en su contra. Pese a ello, se han registrado diferentes impactos, con varias víctimas mortales. Sin ir más lejos, en Odesa, Berislav y Jersón. También se habría atacado, aunque con nulo resultado, la base aérea de Dovhyntsivskyi, en Krivói Rog.
Del otro lado, en las últimas horas se ha cortado el tráfico aéreo en el aeropuerto moscovita de Domodedovo, aunque no están del todo claras las causas. Desde el Ministerio de Defensa ruso, han hablado de varios «intentos» de ataque ucranianos con drones, por ejemplo sobre la península de Crimea, sobre la región de Briansk, sobre Bélgorod y sobre Kursk. Aunque no han admitido daños, han trascendido algunas imágenes de impactos o caída de restos, como esta de Briansk. También en Sorokino, en la zona controlada por Rusia de la región de Donetsk se habría producido una gran explosión, posiblemente de un depósito de municiones.
Respecto al frente, en las últimas horas no hay noticias del sector más septentrional, más allá de las que hemos ido recogiendo en los días pasados y que se resumen en que los ataques rusos, pese a producirse, siguen siendo mínimos en su entidad y capacidad de poner en situación de peligro las defensas ucraninas.
En el área de Bakhmut, si bien no hay cambios importantes, merece la pena hacer un comentario sobre un vídeo aparecido recientemente, en el que se puede ver uno de los acceso utilizados por las tropas rusas y que habría sido jalonado con redes antidron en distintos puntos. Un sistema bastante rudimentario que fuentes rusas afirman que ha sido efectivo, pero que cuesta pensar que, en la práctica, sirva para hacer frente a los FPV, vista su maniobrabilidad.
Sin novedades al oeste de Donetsk, la actualidad de la guerra nos lleva un día más al sur de Ucrania, en donde la ofensiva ucraniana progresa entre intensos debates acerca de las condiciones que deben darse para que los logros tácticos lleguen a tener un impacto operacional. Sea como fuere, las Fuerzas Armadas ucranianas –no sin asumir bajas– han seguido progresando tanto en dirección a Verbove, en donde se lucha ya en el sector más occidental de esta población -que ocupa unos 5 kilómetros de oeste a este- como en el espacio entre dicha localidad y Novoprokopivka, en donde han sobrepasado la «Línea Surovikin» y luchan por progresar hacia el sur de este poblado. Desde Rusia, como es habitual, niegan la mayor y aseguran que todos los ataques ucranianos han sido repelidos un día más.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, la de hoy ha sido una jornada particularmente parca en noticias, más allá de la polémica, ya explicada, sobre el homenaje a un antiguo miembro de las Waffen-SS en Canadá. Pese a ello, alguna se ha producido. Por ejemplo, después de los encontronazos entre Ucrania y Polonia de hace unos días, recientemente el presidente polaco, Andrzej Duda ha propuesto enviar a su aliado sistemas y armas antiguos, una vez sean reemplazados por otros más modernos en proceso de adquisición.
Pasando de Polonia a Hungría, el primer ministro de este estado, Víktor Orban, ha declarado hoy que su país no tiene prisa ninguna de cara a ratificar la candidatura de Suecia a la OTAN, amparándose en que «nada amenaza la seguridad física de Suecia». Así las cosas, es poco probable que Hungría lleve a votar sobre este tema al menos hasta el próximo año, siendo junto a Turquía los dos únicos miembros de la organización que continúan poniendo trabas, aunque por distintos motivos, a la entrada de Suecia.
Siguiendo con Hungría y con Orban, el político húngaro ha afirmado también hoy que únicamente apoyará a Ucrania si restablece «las leyes que garantizan los derechos de los húngaros». Según Budapest, los cambios en la legislación ucraniana han servido para oprimir a las decenas de miles de húngaros que viven en Ucrania y, pese a que desde Kiev ya han aprobado enmiendas a textos que datan de 2017, todavía no se habrían dado todos los pasos necesarios para contentar a su vecino.
Cambiando de tercio, desde Naciones Unidas, el presidente de la Comisión de investigación de las Naciones Unidas (ONU) sobre Ucrania expresó el lunes su preocupación por ciertos discursos difundidos por los medios de comunicación rusos que podrían constituir una «incitación al genocidio.
Por otra parte, Rusia ha añadido hoy al presidente de la Corte Penal Internacional (CPI), el polaco Piotr Hofmanski, a su lista de buscados, sin especificar el motivo. No ha sido el único miembro de este tribunal en ser declarado en busca y captura, toda vez que la vicepresidente, Luz del Carmen Ibáñez y el juez Bertram Schmitt también han sido añadidos a la lista sin que se conozcan las razones, más allá de que se trate seguramente de una respuesta a la orden de arresto contra Putin emitida por esta institución el pasado 17 de marzo.
Siguiendo con Rusia, quien ha dado hoy un titular ha sido el presidente de la Duma estatal, Vyacheslav Volodin, quien ha asegurado que «Ucrania se rendirá según los términos de Moscú o dejará de existir». Más interesante que el titular, no obstante, es el cuerpo de la noticia, que independientemente de que uno se crea o no las cifras que el político ruso aporta y sus argumentos, sirve para entender cómo se ven desde los estamentos del poder rusos la guerra y las probabilidades de victoria de Moscú.
Pasando a las sanciones, hoy el presidente estadounidense, Joe Biden, ha impuesto restricciones comerciales a un total de 11 empresas chinas y 5 rusas, pero también a varias finlandesas y alemanas, tras ser acusadas algunas de ellas de suministrar componentes utilizados por Rusia en la fabricación de drones de guerra.
En otro orden de cosas, hoy se ha producido un encuentro entre el director general de la corporación nuclear estatal rusa Rosatom, Alexey Likhachev, y el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi. Si bien no han llegado a ningún acuerdo sobre una posible retirada rusa de la central nuclear de Zaporiyia, al menos han pactado seguir manteniendo encuentros regulares, además de discutir sobre la seguridad física de la que es la planta nuclear más grande del continente.
No ha sido la única noticia protagonizada hoy por Grossi, quien ha sido reelegido director de la OIEA, con lo que seguirá al frente de esta institución durante los próximos cuatro años, según ha anunciado Mangklatanakul, presidenta de la conferencia general del organismo.
Para finalizar, una noticia importante, al menos para Ucrania, y es que su economía ha crecido un 19,5% interanual durante el segundo trimestre de 2023. Sin que esto signifique que esta se haya recuperado por completo después de sufrir una contracción durante 2022 de casi el 40%, se trata de una cifra positiva que viene de la mano de la vuelta de muchos de los habitantes que habían abandonado Ucrania al país y también de la estabilización de la situación en el frente en los últimos meses.
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