Guerra de Ucrania – Día 563

En una jornada sin novedades importantes procedentes del frente, la actualidad de la guerra de Ucrania ha venido protagonizada por la reciente Cumbre del G20, organización a la que se ha sumado la Unión Africana y que apenas ha sido capaz de publicar una declaración que ha estado lejos de contentar a las partes. No ha sido, sin embargo, la única noticia en una jornada en la que el componente internacional ha sido copioso, gracias a la visita del ministro de Exteriores nipón a Ucrania o las discusiones en torno al tipo de tribunal que sería necesario constituir para juzgar a los cargos rusos responsables de la invasión.

El pasado 7 de julio, desde los Estados Unidos incluyeron por primera vez disparos de artillería DPICM de 155mm como parte de uno de los numerosos paquetes de ayuda militar aprobados hasta la fecha. No se especificó la cantidad de proyectiles dotados de submuniciones a suministrar a Ucrania, pero al menos se oficializó algo sobre lo que se había venido hablando durante los meses anteriores –no exenta de controversia– y se dio respuesta a una petición ucraniana que buscaba distintos efectos:

  • Batir las posiciones defensivas, construidas a conciencia entre otras cosas para limitar el efecto de la artillería convencional (y en lo posible, de la de precisión).
  • Reducir la necesidad de emplear fuego directo (como el proporcionado por los carros de combate y vehículos de combate de infantería), saturando las posiciones enemigas antes de los asaltos.
Distribución de las submuniciones dispersadas por un proyectil DPICM. Fuente - US Army.
Distribución de las submuniciones dispersadas por un proyectil DPICM. Fuente – US Army.

Algo que es posible pues cada proyectil DPICM tiene un efecto comparable al de varios proyectiles de cabeza unitaria, no solo por el número de bombetas o submuniciones que dispersa sino -muy importante- por su capacidad para distribuirlas de forma uniforme en un radio de hasta un centenar de metros. Algo que se ve tanto en la imagen superior, como especialmente en el vídeo bajo estas líneas, tomado recientemente en el sector de Bakhmut.

Esto es posible porque el dispensador libera las submuniciones (88 en el caso de las DPICM, cada una de las cuales se divide al explotar en múltiples esquirlas) por encima del objetivo y estas se esparcen a medida que caen cubriendo un área mucho mayor que la cubierta por la explosión de una única ojiva dotada con HE (High Explosive). Posteriormente las submuniciones explotan (en función del modelo se habla de tasas de fallo de un 3%, aunque otras fuentes elevan esta cifra al 17%, lo que supone un peligro a posteriori incluso para las tropas propias), afectando a todo aquello que se encuentre dentro de su radio de acción y siendo especialmente efectivas contra la infantería.

No es pues de extrañar que su envío se haya venido solicitando con insistencia no solo desde Ucrania, sino desde distintos sectores dentro de los Estados Unidos. Es más, a pesar de ser artefactos cuestionados permanentemente, no han sido pocos los que han seguido defendiéndolas en los últimos años ni quienes han visto en la renovada confrontación entre Occidente y Rusia -con especial atención al «Suwalki gap» -aquí los datos llegan a hablar de una efectividad hasta 60 veces mayor contra vehículos y blindados que las municiones ordinarias-. O, incluso, en una hipotética guerra con Corea del Norte, escenarios perfectos para el empleo de municiones de racimo. Lógico tanto por el temor que generaban las fuerzas acorazadas y mecanizadas rusas –que posteriormente se demostrarían hasta cierto punto un bluff-, como por la particular orografía norcoreana y la experiencia de la anterior guerra de Corea, en donde se emplearon con profusión.

En relación a su uso, además, cabe comentar que lo que se temía que fuese una gran campaña rusa de descrédito contra Occidente, apenas ha tenido efecto, limitándose los resultados de la guerra informativa por una razón bastante sencilla que en ocasiones se olvida: solo funciona cuando puede hacer uso de la doble moral occidental, oponiendo la «virtud» propia. En este caso, dado que Rusia, al igual que los Estados Unidos, no es firmante de la Convención Sobre Municiones de Racimo (como tampoco lo es Ucrania), la crítica era más difícil. Máxime cuando hay pruebas sobradas del empleo de este tipo de ingenios por parte rusa contra objetivos civiles ucranianos desde el inicio de la guerra. Esta es, seguramente, la gran diferencia, pues por el momento Ucrania se ha cuidado mucho, por razones evidentes, de utilizarlas únicamente contra las tropas rusas, con lo que ni siquiera la muerte del periodista ruso Rotislav Zhuravlev fue suficiente para impulsar la campaña de desinformación por parte de una Rusia que ha seguido haciendo uso de estas municiones.

Al margen de lo anterior, al menos por el momento todo indica que el empleo de submuniciones ha beneficiado a Ucrania, ayudando a facilitar los progresos de una contraofensiva que ha sido mucho más lenta en cuanto a avances de lo esperado por muchos. En este sentido, si bien no son en absoluto una «varita mágica» (ningún arma suele serlo, en realidad, salvo de forma muy puntual y temporal), son varios los testimonios que dan fe de la ayuda que han supuesto para los ucranianos en puntos críticos del frente.

De ahí que la Administración Biden, una vez superadas o dejadas hasta cierto punto de lado las críticas iniciales, esté pensando en suministrar más municiones de este tipo a Ucrania, tanto por razones de coste/efectividad, como de idoneidad para el tipo de guerra que se está librando allí. Todo incluso cuando hay testimonios que hablan de una efectividad limitada, al menos contra las posiciones defensivas, cada vez más elaboradas, que han venido construyendo las tropas rusas.

En este sentido, se está viviendo cada vez más una situación análoga a la de la Primera Guerra Mundial, en la que las trincheras relativamente sencillas de los primeros momentos fueron dando lugar a construcciones cada vez más complejas, con largas redes de túneles y de posiciones subterráneas en las que cobijarse en los momentos más duros de los bombarderos enemigos. Periodos que solían anunciar ulteriores ataques de la infantería y que se convertían en enormes matanzas no solo por el poder de la artillería y las armas de repetición de los que debían defenderse, sino porque prácticamente siempre sobrevivía a los bombardeos preparatorios un número más que suficiente de infantes como para atender dichas armas.

https://twitter.com/DefMon3/status/1700483537382629475?s=20

Mientras la situación descrita continúa evolucionando, en las últimas horas Rusia ha lanzado la habitual oleada de drones sobre territorio ucraniano que en esta ocasión se ha centrado en la capital ucraniana, Kiev, en donde se ha registrado destrucción material, pero no víctimas. Las defensas antiaéreas ucranianas aseguran haber derribado 26 de los 33 drones lanzados por Rusia. Además, los ucranianos habrían alcanzado un depósito de armas ruso en Simferopol, en la península de Crimea.

En lo relativo a los movimientos, en la última jornada se habrían reanudado los ataques rusos en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, concretamente al sur de esta última localidad, en el área de los bosques de Serebrianske.

En la zona de Bakhmut, las tropas ucranianas han continuado progresando al sur, en torno a Andriívka, localidad que los ucranianos están tratando de sobrepasar tanto por el norte como por el sur de la misma, a la vez que atacan posiciones rusas en otros puntos de la zona, como Klischiívka o Kurdyumivka.

No hay noticias en las últimas horas procedentes del oeste de Donetsk, más allá de las referencias habituales en los informes de uno y otro lado.

Al sur, en el eje de Orijiv las Fuerzas Armadas ucranianas, pese a los contraataques rusos en dirección a Robotyne, habrían mejorado su control del área cercana a Novoprokopivka. Además de esto, y a levante del eje de Velyka-Novosilka, los ucranianos han continuado con los ataques de los últimos días en dirección a Novomaiorske, para cuyo control deben lograr traspasar el río Shaitanka.

Al margen de todo lo anterior, un día más desde el Ministerio de Defensa ruso han publicado una nota de prensa relativa a la supuesta destrucción de tres lanchas rápidas ucranianas que operaban en el Mar Negro, en este caso cerca de la Isla de las Serpientes y según Rusia en dirección a la península de Crimea. Al igual que con notas anteriores, como las referentes a la destrucción de varias semirrígidas en el Dniéper de los últimos días, no han aportado pruebas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Pese a ser fin de semana, la actividad institucional y diplomática no ha disminuido. Entre otras cosas, porque ha comenzado la Cumbre de los líderes del G20 en India bajo el lema “Una Tierra, una familia, un futuro”. Una cita a la que nuevamente, recordemos, no asiste el presidente de Rusia, Vladímir Putin, sino que es el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, quien encabeza la delegación rusa. Además, hay otro gran ausente, el presidente de China, Xi Jinping.

Durante el primer día de la Cumbre los países del G20 han adoptado por consenso una Declaración conjunta en la que realizan un llamamiento a no utilizar la fuerza para conquistar áreas territoriales, pero sin condenar la invasión de Rusia a Ucrania.  Un hecho interesante es que la declaración no llega a incluir el término “agresión” como sí se hiciese en la Cumbre anterior del G20 en Bali.

De otro lado, la declaración refuerza el principio de inadmisibilidad del uso de las armas nucleares y que “una paz justa debe basarse en los principios de la Carta de las Naciones Unidas, en particular los principios de soberanía e integridad territorial”. Además, se incluye que “Los ataques a infraestructuras civiles (…) deben cesar”. Por otro lado, los países del G20 también abogan por la implementación de iniciativas, -incluida la Iniciativa de Granos del Mar negro-destinadas a garantizar el transporte seguro de cereales, fertilizantes y productos alimenticios ucranianos y rusos en el Mar Negro.

En relación con este último punto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, habría pedido a los líderes mundiales “que faciliten el seguro de las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes por parte de Lloyd’s de Londres y que vuelvan a conectar a Moscú al sistema SWFIT para pagos internacionales”. Esto coincide, recordemos, con algunas de las demandas de Rusia que considera necesarias para una posible reactivación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro.

El portavoz del Ministerio de Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, ha agradecido públicamente a aquellos socios que han intentado incluir una “redacción contundente” en el texto, pero subraya que “el G20 no tiene nada de qué enorgullecerse” en lo que concierne a la agresión de Rusia contra Ucrania.

Antes de pasar a otras cuestiones y al margen de la Guerra, otro de los resultados ha sido la admisión de la Unión Africana (UA) como miembro permanente del G20.

Mientras tanto en Kiev, el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, ha recibido a su homólogo nipón, el ministro Yoshimasa Hayashi, para discutir sobre los esfuerzos de recuperación y reconstrucción. Además, Hayashi no se ha desplazado a Kiev pues ha ido acompañado por representantes de empresas japonesas debido a su interés en invertir en Ucrania.

Por otro lado, el ministro Kuleba ha denunciado hoy “la falta de voluntad” en Occidente para llevar a cabo una transferencia de activos congelados rusos a Ucrania con el objetivo de destinar dichos fondos a la reconstrucción del país. Asimismo, horas antes había denunciado “un impasse” en las negociaciones con el G7 para el establecimiento de un tribunal internacional especial para enjuiciar los crímenes rusos cometidos en Ucrania indicando que “estamos divididos sobre esto”. En particular, los países del G7 estarían a favor de la creación de un “tribunal híbrido” basado en la legislación ucraniana, aunque según Kiev esto no permitiría levantar la inmunidad a los dirigentes rusos, incluidos el presidente Putin, el primer ministro Mishustin y el ministro Lavrov. En este sentido, Kuleba incidía en que “Es imposible explicar a los ucranianos que un tribunal de este tipo podría tener lugar sin Putin en el banquillos”, pues “todos los ucranianos quieren un tribunal donde Putin sea procesado y juzgado”.

En consecuencia, Ucrania junto con otros socios, insisten en la necesidad de crear un tribunal internacional similar al de Nuremberg, responsable de juzgar a los criminales de guerra nazis tras la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado, el ministro japonés también se ha reunido, por separado, con el primer ministro Shmyhal y el presidente Zelenski. De un lado, en la reunión con el primer ministro los temas en la agenda no han sido otros que la cooperación entre ambos países para la reconstrucción de Ucrania, el apoyo a las pymes, el desminado humanitario y la ciberseguridad. De otro, en el caso del encuentro mantenido con Zelenski –aunque también estaba presente el ministro Kuleba-, el tema central de conversación ha sido Declaración conjunta sobre las garantías de seguridad para Ucrania. Como resultado del encuentro, Ucrania y Japón han acordado iniciar las negociaciones bilaterales que determinen el papel del socio nipón en este ámbito. Por el momento, las negociaciones ya se han lanzado oficialmente con Estados Unidos, Reino Unido y Canadá.

En su discurso diario, además, Zelenski ha indicado que “la asociación entre Ucrania y Japón se convertirá en un ejemplo mundial de protección de la vida y creación de nuevas oportunidades para las naciones”. Asimismo, ha resalado que el presidente de la Verkhovna Rada (Parlamento ucraniano), Ruslan Stefanchuk, ha visitado Japón para asistir a una cumbre de los jefes parlamentarios del G7 y que ha concluido con una “fuerte declaración”. En la cumbre “se ha mostrado un apoyo claro a Ucrania y señales contundentes de que todo el territorio ucraniano debe quedar libre de tropas rusas”, lo que consideran que “abre el camino para lograr una paz justa y fiable”. De igual modo, ha destacado la audiencia de Stefanchuk con el emperador de Japón.

Sobre su visita a Japón, Stefanchuk también ha destacado su reunión con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, con quien ha podido discutir sobre “la dinámica y coherencia del apoyo militar a Ucrania, la integración europea de Ucrania y la cooperación interparlamentaria”.

Para finalizar y volviendo sobre uno de los temas ya mencionados, Polonia ha decidido asegurar a los inversores polacos y de otros países interesados en participar en la reconstrucción de Ucrania. De hecho, a tales efectos, Polonia ha creado un programa para la restauración de Ucrania con la participación de empresas polacas en torno a tres puntos: 1) comercio seguro con Ucrania; 2) apoyo a las inversiones de empresas polacas y; 3) apoyo al desarrollo de Ucrania.

Luxemburgo, por su parte, se unirá al apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas en Ucrania, y en desarrollar una metalurgia verde. De otro lado, se está discutiendo la cooperación entre Ucrania y Luxemburgo en el desarrollo de infraestructura digital, el fortalecimiento de la ciberseguridad y la creación de una plataforma de datos.


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