Guerra de Ucrania – Día 459

Durante la pasada jornada, una nueva oleada de drones rusa atacó Ucrania. Lo hizo con la particularidad de ser la mayor registrada hasta la fecha con destino a una única ciudad, en este caso Kiev. Según las fuentes de este país, fue neutralizada casi por completo, aunque se han reportado víctimas como consecuencia del impacto de los restos de misiles antiaéreos y drones en distintos punto de la ciudad. Al margen de esto, y mientras el mundo miraba a Turquía, que ha decidido renovar por tercera vez a Erdogan como Presidente, desde Rusia Lavrov hablaba, en referencia al envío de aviones de combate F-16 a Ucrania, de «escalada inaceptable».

La noticia militar más relevante de la jornada es, sin duda, la oleada de drones iraníes lanzada contra la capital ucraniana, Kiev. A la sazón, se trata del mayor ataque de este tipo lanzado hasta la fecha contra un solo punto de la geografía ucraniana, lo que hace pensar que el único objetivo ruso es el de seguir profundizando en sus intentos de saturar las defensas antiaéreas de este país.

Hay, no obstante, algunos apuntes interesantes. En primer lugar, al menos un drone ruso se habría dirigido contra la relativamente cercana Zythomyr, logrando impactar contra infraestructura ucraniana sin detallar, lo que apunta al menos a que el único objetivo no sería Kiev. En segundo lugar, el hecho de que el ataque no haya venido acompañado del uso de misiles, especialmente hipersónicos, para «completar la tarea» y que no haya combinado distintos tipos de vectores, es bastante sugerente.

Según los datos que han trascendido -aportados por Ucrania, con lo cual se dejan a la consideración del lector-, en esta oleada habrían sido utilizados 54 drones de diseño iraní Sahed-136/131, de los cuales hasta 52 habrían sido derribados por las defensas antiaéreos que protegían la capital. No hay información relativa a cuáles podrían ser los objetivos concretos del ataque, es decir, si se dirigía contra los propios antiaéreos (lo hemos visto con los Kinzhal a propósito de los Patriot), si por el contrario apuntaban a la infraestructura energética, comunicaciones, edificios gubernamentales o cualquier otro objetivo.

Lo que está claro es que, en base únicamente al uso de drones Shahed-131/136 y misiles de crucero, los ataques rusos podrán seguir siendo una molestia -una gran molestia en ocasiones-, pero difícilmente una verdadera amenaza para Ucrania y para el futuro de la ofensiva. Dicho de otra forma: salvo que veamos una evolución en la forma y número de los ataques, Rusia ha perdido la oportunidad que tuvo el pasado otoño/invierno de «poner de rodillas» a Ucrania en base a un uso estratégico de sus drones y misiles de crucero.

Ahora, por el contrario, lo que vemos son ataques destinados a saturar las defensas antiaéreas ucranianas. Ataques que implican el uso de un gran número de drones, para, en la mayoría de los casos, lograr magros resultados. Tengamos en cuenta que, en un escenario óptimo -y desde luego, el que vemos día a día dista mucho de serlo para Rusia-, desde las Fuerzas Armadas rusas deberían tratar de:

  • Lanzar ataques en oleadas: Rusia trataría de lanzar múltiples y sucesivas oleadas de drones y misiles para agotar los recursos de la defensa antiaérea y, de no lograrlo, al menos para que los defensores no tuviesen tiempo para recargar de misiles sus antiaéreos sus lanzadores entre una oleada y otra. Esto requiere de una elaborada coreografía que en la práctica es bastante compleja de ejecutar, así como de la disponibilidad de un número altísimo de drones y misiles, en relación directamente proporcional a la densidad de las defensas antiaéreas ucranianas.
  • Distraer y dividir: Además de sucederse las oleadas, estas deberían maximizar los dilemas ucranianos atacando desde diversas direcciones a un tiempo, forzando a los sistemas de defensa aérea a dividir sus recursos. Además, y en la medida de lo posible debería recurrirse siempre a avenidas de aproximación inesperadas, que aprovechasen la orografía para camuflar su llegada, de forma que la detección no fuese posible hasta el último instante. Por otra parte, si bien algunos de los drones y misiles sí tendrían un objetivo claro, buena parte de ellos serían lanzados contra otros incluso aleatorios, para maximizar la confusión de los artilleros ucranianos, que deberían asignar prioridades en base a información incompleta.
  • Señuelos y engaños: En relación con lo anterior, algunos drones podrían ser utilizados directamente como señuelos para atraer el fuego antiaéreo, permitiendo que los drones de ataque más importantes pasen desapercibidos. Ahora bien, en este caso no parece que Rusia opte de forma decidida por esta táctica, salvo cuando envía algunos sin carga explosiva, puesto que el 99% de los drones que vemos en acción son de los mismos modelos.
  • Guerra electrónica: Sobre el papel, el lanzamiento de oleadas de drones y misiles debería ir acompañado del uso de medios de guerra electrónica capaces de confundir a los operadores de los sistemas antiaéreos ucranianos, generando ecos falsos, inutilizando radares, etc. Lógicamente no contamos con todos los datos necesarios para hacer una evaluación objetiva, puesto que son secretos, pero tampoco hay nada que haga pensar que Ucrania esté sufriendo grandes dificultades en este aspecto.
  • Buscar una relación de costes favorable: Los drones tipo Shahed-131/136 fueron, a su llegada, una sorpresa. Una vez Ucrania se ha logrado adaptar a ellos, su derribo es cada vez más sencillo, pues estos aparatos no tienen margen de mejora ni parecen haber evolucionado. Lo que es mejor para Ucrania, puede utilizar para su destrucción medios relativamente económicos, como los Gepard germanos, susceptibles de conseguir que la que era la gran ventaja de estos drones -la relación de costes- se iguale o incluso se invierta.
  • Combinar distintos tipos de medios ofensivos: La lógica dicta que, estando disponibles, a mayor variedad de medios utilizados en un solo ataque -y siempre que el número sea suficiente-, mayores serán también las dificultades de los defensores para identificar cada uno de ellos, determinar las trayectorias, priorizar los objetivos y asignar de forma óptima el medio más adecuado para neutralizar cada amenaza, buscando tanto la economía de medios, como la eficacia.

En el caso ruso, lo que vemos últimamente no es nada de esto, sino que la impresión es la de que los ataques son más que sistemáticos, como deberían, «de oportunidad». Dicho de otra forma, en lugar de recolectar inteligencia, establecer los objetivos, planificar el ataque y entonces determinar los medios necesarios para que este sea exitoso, lo que hacen es lanzar de forma periódica aquello que su industria les proporciona, perdiendo con ello buena parte de sus oportunidades de causar un daño real a Ucrania.

Si recordamos lo visto en las primeras fases de la guerra, cuando Rusia lanzó un gran número de misiles de crucero y balísticos contra Ucrania -e incluso los primeros Kinzhal-, pero sin una estrategia clara, lo que tenemos es que hemos vuelto a una situación parecida, seguramente por mera incapacidad. Volviendo sobre la teoría, y de cara a un conflicto cualquiera, lo propio sería priorizar los ataques con misiles (y drones, y aviación…) de la siguiente manera:

  • Mando y Control (C2): Los centros de mando y control son a menudo los primeros objetivos, ya que eliminarlos puede desorganizar y desorientar al enemigo, dificultando su capacidad para coordinar defensas y lanzar contrataques. Lo vimos en los primeros días de guerra, pero no con la suficiente intensidad y buen hacer como para desbaratar el C2 ucraniano, que además se vio beneficiado sobremanera por la posibilidad de acceder a Starlink, por el recurso para las comunicaciones a canales de lo más variopintos como Discord, etc.
  • Defensas antiaéreas: Antes de que los ataques a gran escala puedan llevarse a cabo de manera segura, se suele dar prioridad a la neutralización de las defensas antiaéreas del enemigo, tanto para permitir a la aviación propia utilizar el espacio aéreo enemigo con la mayor libertad posible, como para que los propios misiles de crucero y demás puedan llegar hasta sus blancos con las mejores probabilidades de éxito.
  • Infraestructuras militares: Esto puede incluir bases, instalaciones de almacenamiento de armas, instalaciones de producción de armas, etc. Todo con tal de mermar las posibilidades -en este caso ucranianas- de establecer una defensa sólida.
  • Infraestructuras críticas: Esto puede incluir la infraestructura de comunicaciones, energía y transporte, lo que tiene como objetivo tanto limitar el apoyo que la economía de un país puede brindar a sus fuerzas armadas, como separar a la población de su Gobierno, al imponerles un coste inaceptable.
  • Fuerzas enemigas: Las fuerzas enemigas que representan una amenaza directa a las fuerzas propias o a los objetivos estratégicos también son prioritarias.

Una vez Rusia fracasó en su intento de lograr todo esto, se dedicó a probar distintas opciones, como atacar los ferrocarriles ucranianos, sin demasiada decisión. Solo la campaña estratégica de otoño/invierno estuvo cerca de lograr sus objetivos, al seguir unas directrices claras y beneficiarse de la llegada de nuevos medios como los citados Shahed, teniendo como intención castigar a la población -a la vez que a la industria- y minar el apoyo a Zelenski.

Disipado su efecto inicial, especialmente tras la llegada masiva de antiaéreos occidentales,Rusia vuelve a estar en una fase de dudas, sin que por el momento se atisbe un nuevo enfoque claro, más allá de que en las últimas semanas hayan intentado algún ataque de saturación mejor enfocado, como los que hemos ido relatando a propósito de Kiev, caso del que hace unos días llevó al uso de misiles hipersónicos Kinzhal y permitió dañar algunos elementos de un sistema Patriot.

Más allá de lo anterior, sobre el terreno han seguido desarrollándose los combates, que han afectado en las últimas horas, en el caso del norte del frente, a Mayutivka una vez más, así como a Bilohorivka, en donde rusos y milicianos -posiblemente con ayuda de los chechenos de Kadírov- presionan desde el nordeste y sureste, habiendo logrado tomar algo de terreno en la primera dirección.

Pasando a las inmediaciones de Bakhmut, se han producido enfrentamientos cerca de Khromove, al oeste, así como en Klishchiívka, al sur. Además han trascendido algunas imágenes anteriores, tomadas por satélite, que dan cuenta de la crueldad de las batallas en Bakhmut y de las grandes pérdidas, en este caso de Wagner, entidad de la que se confirma que se está retirando de la ciudad.

Más al sur, al oeste de la ciudad de Donetsk, los combates se han centrado en torno a Avdiívka, concretamente en dirección a Severne y Permovaiske. También, una jornada más, en Mariínka.

Más interesante si cabe es la acentuación de los ataques ucranianos, utilizando tanto drones como cohetes guiados y misiles, contra diversos puntos de la logística rusa en el sur de su territorio. Así, tras las discusiones de ayer en torno a si la ofensiva había o no empezado, lo que está claro es que la fase de preparación se está intensificando, especialmente entre Mariúpol y Berdiansk.

Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 28 de mayo de 2023. Fuente - @War_Mapper.
Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 28 de mayo de 2023. Fuente – @War_Mapper.

Contesto internacional, diplomacia y sanciones

El fin de semana ha concluido sin grandes anuncios en lo que al plano institucional y diplomático se refiere. Una jornada dominical que coincide con el Día de Kiev y, como se ha recogido en la sección anterior, día en el que la capital ha sufrido el mayor ataque desde que comenzó la invasión el 24 de febrero de 2022. 

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski ha pronunciado su discurso diario en las calles de Kiev poniendo en valor que a lo largo de su historia la capital de Ucrania ha “visto varias mezquindades de los invasores” y que “ha sobrevivido a todos, y sobrevivirá a los ruscistas”. Sobre esto, ha añadido: 

“Kiev y todas nuestras ciudades, toda nuestra Ucrania, pondrán fin a la historia del despotismo de Moscú, que ha estado trayendo la esclavitud a muchos pueblos diferentes durante mucho tiempo. Ni Shaheds ni ningún otro medio de terror que busca humillantemente en todo el mundo lo salvará. Porque la fuerza está en las personas, está en las ciudades, está en la vida, y cuando se desprecia la vida, las personas y las ciudades más importantes para la cultura, Rusia solo enfrentará la derrota. E incluso cientos de Shaheds no lo salvarán de esto. Solo aumentarán la desgracia de Rusia.”

Del lado del dirigente ucraniano, la principal noticia del día ha sido la presentación de un proyecto de ley a la Verkhovna Rada (Parlamento ucraniano) imponer sanciones contra Irán durante 50 años debido al papel que Teherán está jugando en la guerra al suministrar material militar a Rusia, incluidos los ya conocidos Shahed-136.

Las sanciones, de ser aprobadas, incluirán una prohibición total del comercio con Irán, las inversiones y la transferencia de tecnologías, así como detener el tránsito de población iraní a través de territorio ucraniano, y evitar la retirada de activos iraníes de Ucrania. No obstante, no sería el único país que impone sanciones a Irán por esta razón pues recordemos que Estados Unidos y la UE han venido adoptando estas decisiones con anterioridad. 

El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, también se ha sumado a las felicitaciones por el Día de Kiev y, en un mensaje grabado en vídeo y publicado por separado, ha señalado que más Bushmasters, blindados “Hawkeis” y Australia en la coalición de carros de combate es lo que Ucrania necesita para la victoria.

Sobre las coaliciones, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha criticado los planes acerca del posible envío de aviones de combate F-16 a Ucrania. Más concretamente, ha definido la situación del siguiente modo: “Ciertamente, esta es una escalada inaceptable. Espero que haya gente sensata en Occidente que entienda esto”. Además, ha incidido en que los analistas políticos occidentales quieren dividir a Rusia, añadiendo “Espero que la gente sensata abandone su imprudente apoyo al régimen neonazi que fue creado por Occidente mismo”. 

En lo que concierne a la ayuda, Austria sigue enrocada en su posición de no contribuir al entrenamiento de los militares ucranianos en las tareas de desminado humanitario mediante la aportación de personal militar especializado. Según el país, esto supondría una contradicción con la neutralidad austríaca. No obstante, tal y como ha incidido el vicecanciller de Austria Werner Kogler: “Ser neutral no significa que nos quedemos sentados y miremos hacia otro lado.” De esta forma, junto con el canciller Nehammer, pone en valor los 2 millones de euros que Praga empleará para financiar equipos que ayuden en el desminado de Ucrania. 

Cambiando de tercio, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha afirmado que las naciones que estén dispuestas a unirse al “Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia” recibirán armas nucleares. Más allá del mensaje de “habrá armas nucleares para todos”, el dirigente bielorruso no ofreció más detalles en esta entrevista televisada, si bien añadió que “a nadie le importa que Kazajstán y otros países tengan las mismas relaciones cercanas que tenemos [Bielorrusia] con la Federación Rusa”.

En respuesta, el asesor de la presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, ha remarcado que las declaraciones de Lukashenko “indican que la Federación Rusa está ‘matando’ deliberadamente el concepto de disuasión nuclear global y ‘enterrando’ el Tratado Global sobre la No-Proliferación de Armas Nucleares”. Así pues, defiende que ante esta situación solo puede haber una solución consistente en una postura dura por parte de los estados nucleares, resoluciones pertinentes de Naciones Unidas y de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), amplias sanciones contra Rosatom, sanciones financieras sistemáticas contra Bielorrusia y contra Rusia

Por último, la jornada ha concluido con las felicitaciones a Recep Tayyip Erdoğan por su reelección como presidente de Turquía en segunda vuelta. Unas felicitaciones alineadas y en las que se incide en el fortalecimiento de la cooperación para la seguridad y la estabilidad en Europa, y la importancia estratégica de las relaciones con Turquía. Para muestra, la del presidente Zelenskiel Alto Representante de la UE, Josep Borrell, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, etc. Sin embargo, más interesante resulta la del primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, señalando que “nuestra seguridad común es una prioridad futura” en clara referencia a la adhesión del país a la OTAN. 


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