Guerra de Ucrania – Día 258

La novedad del día tiene que ver con los intentos rusos por reanudar las conversaciones. Desde el Kremlin aseguran estar dispuestos a retomar la vía diplomática sin condiciones previas, aunque esto no significa que sus exigencias sean aceptables para Ucrania. Al mismo tiempo, en algunas capitales comienza a valorarse una posible salida al conflicto si Ucrania logra hacerse con Jersón. En el campo de batalla, los combates se han extendido hoy a buena parte del frente, mientras persisten las dudas sobre las razones por las que Rusia ha reducido en los últimos días su campaña de ataques estratégicos contra las infraestructuras críticas ucranianas relacionadas con la electricidad y los hidrocarburos.

En las últimas horas ha continuado creciendo el número de noticias y artículos relativos a una hipotética salida negociada a la guerra -o al menos a una reanudación de las conversaciones- si Ucrania logra tomar Jersón. Sin entrar en si parte de esto viene motivado por las elecciones norteamericanas (Midterm), es cierto que hace unos días que se habla de esta posibilidad, que se resume en que, una vez recuperado el terreno al norte del Dniéper bajo control ruso, Ucrania debería volver a la mesa de negociaciones.

Hemos explicado en informes anteriores que desde los EEUU se ha presionado a Ucrania para esto, pero más con la intención de que mejore su imagen internacional y entre sus socios que por «cansancio de guerra». Naturalmente, una victoria holgada del Partido Republicano podría cambiar las tornas. En cualquier caso, lo interesante del caso es que Jersón sí es un enclave estratégico. No tanto por su posición sino porque una vez Ucrania logre -si lo logra- expulsar a las tropas rusas, la única posibilidad de recuperar el resto del territorio bajo control ruso será un ataque por Zaporiyia.

Rusia, que no dejará de hostigar a las tropas rusas al norte del Dniéper -de ahí las fortificaciones y las posiciones preparadas de antemano para situar a su artillería-, podrá concentrar el grueso de sus fuerzas en Zaporiyia o Donetsk, logrando una gran densidad de efectivos, algo de lo que ha carecido hasta ahora. Si bien es cierto que «libra por libra» se trata de militares peor entrenados y equipados y que difícilmente podrán conducir operaciones ofensivas con garantías, como está demostrando el ataque sobre Pavlivka / Vuhledar, la cantidad es una cualidad en sí misma y en defensiva parte de sus carencias se verán también compensadas.

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Esto no quiere decir que Ucrania no pueda lograr romper las líneas rusas, pero para hacerlo no depende tanto de su voluntad o saber hacer como de que sus socios estén dispuestos a mantener su apoyo a Kiev. Por el momento está siendo así incluso a pesar de la crisis energética o la inflación. No obstante, la campaña de bombardeos rusos sobre las infraestructuras ucranianas ha puesto al país en una situación delicada e incluso entre sus aliados hay quienes estiman que Ucrania ganaría más cediendo un pasillo terrestre, Crimea, Lugansk y Donetsk a Rusia y concentrándose en la recuperación y en la constitución de unas Fuerzas Armadas capaces de disuadir a Rusia en el futuro, que continuando la guerra.

En el caso ruso, está claro que como hemos venido defendiendo, se preparan para una defensa a ultranza mientras intentan reconstituir su Ejército, que ha sufrido unas pérdidas brutales, en la esperanza de que la presión económica (granos, energía…), la campaña de bombardeos estratégicos y la entrada en servicio de sistemas como las municiones merodeadoras Lancet permitan solucionar por vía diplomática lo que ahora mismo les es imposible finiquitar manu militari. La movilización, por más que pueda ayudar a congelar el conflicto, debido a las carencias de formación y entrenamiento, no es una garantía de nada para el Estado Mayor ruso, a la vez que una segunda o incluso tercera movilización, si el ritmo de pérdidas se mantiene, serían muy mal vistas por la población, a la que cada vez es más difícil ocultar la realidad de la guerra.

Hay que tener en cuenta que día tras día se ven pequeñas pinceladas, errores tácticos de bulto, que obligan a hacer una evaluación muy negativa del nivel de las tropas rusas. Pelotones avanzando al descubierto y sin dispersarse en un campo de batalla que se caracteriza desde el primer momento por la multiplicación de sensores. Carros de combate que se acercan a las posiciones enemigas sin apoyo de infantería a sabiendas de que Occidente ha inundado Ucrania de armas contracarro modernas. Son muchos los ejemplos y sin duda Surovikin, a diferencia de sus antecesores, parece consciente de todo ello y sabe que su mejor opción, por más que tenga que demostrar cierta iniciativa, pasa por mantenerse a la defensiva.

Por otra parte, el stock de armas de precisión de largo alcance parece estar bajo mínimos, aunque esta es una apreciación que se viene repitiendo una y otra vez a lo largo de la guerra y sin embargo Rusia siempre logra reanudar los ataques, aunque tenga que recurrir a armamento antiaéreo o naval en función de ataque a tierra, o a drones iraníes. Analistas británicos se muestran muy convencidos de que esta vez va en serio y de que Rusia tiene verdaderos problemas al respecto. Es posible, pero también lo es que el parón de los últimos días se deba a motivos políticos, intentando abrir la puerta a las negociaciones, antes de reanudar la campaña si Ucrania no accede a sentarse en la mesa y a la espera de que nuevos cargamentos de drones Shaheed-136 y Shaheed-131 lleguen desde Irán, ahora que parece cada vez más difícil que envíen misiles balísticos, debido a las sanciones.

Del lado contrario, y a pesar del «cansancio de guerra» que puedan acumular algunos socios de Ucrania, en los más beligerantes, como el Reino Unido, siguen hablando de la necesidad de enviar cazabombarderos F-16 a Ucrania, mientras desde Kiev esperan que al fin fructifiquen las negociaciones con Alemania para el suministro de carros de combate Leopard 2A4. Y es que el Gabinete de Zelensky se muestra convencido de poder dar una solución militar al conflicto, o al menos no deja que trascienda ninguna posición que no sea esta, aunque seguramente dentro del propio Gobierno habrá posiciones encontradas respecto a qué nivel de sacrificio asumir para recuperar todo el territorio perdido mientras se negocia a cara de perro con los aliados. Pese a esto último, Zelensky ha extendido la ley marcial hasta el próximo 19 de febrero, 90 días más.

Por fortuna para todos, en los últimos días Rusia ha rebajado nuevamente la retórica nuclear, seguramente consciente de que el mensaje lanzado por Occidente por una vez ha sido claro, firme y unánime y de que cualquier uso de armas atómicas tendría una respuesta, como aseguró Borrell, que «aniquilará» al Ejército ruso. Además, como hemos explicado, hay razones prácticas que hacen muy difícil que un ataque nuclear sea efectivo.

Cambiando de tercio, y pasando a analizar la situación sobre el terreno, en las últimas horas en la línea Svatove-Kreminna se ha combatido ampliamente, con ataques ucranianos sobre Kysylivka, Kuzemivka y en dirección a Krasnorichens’ke, así como rusos sobre Yampil’ y Bilohorivka. Pese a ello, no se han registrado avances tangibles por ninguna parte en las últimas horas. La impresión general, como hemos comentado en días anteriores es que Ucrania se está consolidando en la última línea de localidades al oeste de Svatove, mientras castiga la logística rusa en lo posible, a la espera de que el final de la raspútitsa permita reanudar la ofensiva.

En la zona de Bakhmut, los ataques encabezados por Wagner se han concentrado en la parte sudoriental de la ciudad. Sigue sin haber pruebas de que hayan logrado alcanzar la misma, siendo sólido el control ucraniano, pero sin duda están concentrando tropas en las inmediaciones, en la zona de Vesela Dolyna y Zaitseve, para intentar romper las defensas ucranianas, mientras el desgaste continúa. También se han registrado ataques sobre Klishchiivka, así como desde Gorlóvka en dirección a la estación de tren al noroeste de la ciudad.

En Pavlivka y en Donetsk se ha repetido, aunque a menor escala, el guión de días anteriores. Las tropas rusas y milicianas han atacado desde Donetsk en dirección a Vodiane, al norte de Pisky, así como desde Oleksandrivka hacia Mariínka, en ambos casos sin resultado aparente. Más al sur, en la zona de Pavlivka, se habrían lanzado sobre el sur de esta localidad, así como sobre el sur de Vuhledar.

Respecto a Jerson, si bien no hay movimientos, sí hay intensificación en los intercambios artilleros, mientras desde el canal prorruso Grey Zone se quejan de que las autoridades estarían preparando la capital regional para la rendición, aunque seguimos manteniendo nuestro análisis de días anteriores y no vemos indicios de que Rusia esté retirándose sino preparándose para infligir un alto costo a Ucrania antes de hacerlo.

Mapa de situación actualizado a 8 de noviembre de 2022. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Continúan los intercambios de declaraciones sobre las negociaciones entre Ucrania y Rusia mientras los líderes mundiales se encuentran en la Conferencia sobre cambio climático en Egipto y en Estados Unidos están teniendo lugar las elecciones de mitad de mandato.

De un lado, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha subrayado que en estos momentos “no hay conversaciones constructivas” y que estas “terminaron este abril cuando, en respuesta a la propuesta de Ucrania, enviamos una vez más nuestras sugerencias y después, todo se bloqueó”. Asimismo, ha arremetido contra los países occidentales por enviar armas a Ucrania dado que considera que esto influye directamente en la disposición de Kiev para negociar.  

“Ahora no hay dudas sobre quién está detrás de ellos, los que les suministran armas y les proporcionan enormes sumas de dinero, a veces prohibiéndoles siquiera pensar en negociaciones y a veces difundiendo una historia que todo debe decidirse en el campo de batalla, pero luego [Occidente] vuelve nuevamente al tema de las conversaciones, pero en el contexto de acusar a nuestro país de que no las estamos conduciendo.”

De otro lado, el viceministro de Exteriores de Rusia, Andrey Rudenko, ha afirmado que en estos momentos Moscú y Washington no están manteniendo conversaciones sobre el tema de Ucrania. Ha enfatizado además que del lado ruso “no hay precondiciones, excepto la condición principal: que Ucrania muestre buena voluntad”. 

Por último, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, ya ha dejado claro que Rusia seguiría estando lista para continuar las negociaciones sobre Ucrania. En particular, Moscú estaría dispuesto a escuchar a los países occidentales si presentan una propuesta para organizar un diálogo sobre la reducción de las tensiones teniendo en cuenta los intereses de Moscú. A esto se suma que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, considera que las conversaciones deberían darse con Estados Unidos, ya que Kiev estaría actuando “por órdenes externas”. 

El presidente Zelenski durante su intervención hoy en la Conferencia sobre el clima COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto, ha señalado que Ucrania está dispuesta a considerar negociaciones “genuinas” con Rusia. Esto es, si se restablecen las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania, se compensa a las víctimas de la invasión y los ataques de Rusia, y se realizan esfuerzos para que los perpetradores de dichos ataques rindan cuentas. 

De igual modo, ha enfatizado que la invasión de Rusia a Ucrania ha distraído a los gobiernos mundiales en sus esfuerzos para combatir el cambio climático. Considerando que “no puede haber una política climática sin paz” ha puesto el acento en el impacto de la invasión rusa en el mercado energético mundial, el aumento de los precios de los alimentos y en los propios bosques ucranianos. Sobre esto último, el dato sí es significativo pues se estima en menos de seis meses se destruyeron 5 millones de acres de bosques.    

Sobre las exportaciones de los productos agrícolas ucranianos también ha tenido ocasión de discutir personalmente el presidente Zelenski con la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield. La Embajadora le ha reiterado al líder ucraniano el apoyo inquebrantable de Washington y trasladado que lograr la prórroga del acuerdo -recordemos que su vigencia finaliza el 19 de noviembre- para facilitar los envíos de cereal ucraniano y otros productos básicos es una prioridad para Naciones Unidas.

Por tanto, pese a que Rusia decidiese reanudar su participación en el acuerdo tras la suspensión con motivo del ataque de la base de Sebastopol, esto no significa que automáticamente el acuerdo vaya a prorrogarse. De hecho, debemos tener en mente que Rusia no está satisfecha con la implementación del acuerdo dado que aún encontrarían barreras para exportar sus productos agrícolas y fertilizantes a terceros Estados debido a las sanciones.

Cambiando de tercio, hoy hemos conocido que Alemania ha decidido proporcionar 7,6 millones de euros al proyecto de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP) para ayudar a Ucrania a encontrar a los desaparecidos como resultado de la invasión rusa de Ucrania. En el marco de este proyecto también está prevista la formación de expertos e investigadores forenses ucranianos.

Desde Asia, Corea del Norte continúa negando las afirmaciones estadounidenses sobre la transferencia encubierta de armas a Rusia, sosteniendo que Estados Unidos estaba tratando de “manchar la imagen” del país. Según el comunicado emitido por las autoridades norcoreanas: “Nunca hemos tenido ‘negocios con armas’ con Rusia…no tenemos planes de hacerlo en el futuro”. 

Sin perjuicio de lo anterior, Radio Free Asia asevera que las fábricas de Corea del Norte están cosiendo uniformes de invierno, ropa interior y zapatos a partir para el ejército ruso a partir de materias primas rusas. Una de estas fábricas habría estado produciendo uniformidad durante aproximadamente un mes. Además, de ser así, Pyongyang estaría violando las sanciones derivadas de la Resolución 2375 del Consejo de Seguridad adoptada en 2017 que establece una prohibición total a las exportaciones de textiles desde Corea del Norte. 

Por último, sobre las posibles evacuaciones, Denys Shmyhal, primer ministro ucraniano, ha comentado que no tendría sentido en este momento de evacuar Kiev o cualquier otra ciudad que no esté cerca del frente de batalla. Ha sido además Shymhal quien ha confirmado que casi el 60 por ciento de todas las instalaciones del país “han comenzado a recibir calor”, aunque continúan preparándose para el invierno:

“Las regiones del sur se están conectando a un ritmo más lento, pero este proceso también ha comenzado allí. En cinco regiones el nivel de conexión a calefacción supera el 85% y en dos regiones ya ha llegado al 100%.”


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