Guerra de Ucrania – Día 762

Desde Ucrania aseguran, además de haber alcanzado en su ataque del 24 de marzo contra Sebastopol los buques de desembarco rusos «Yamal» y «Azov», haber dañado también el buque de obtención de inteligencia «Ivan Khurs» y el buque de desembarco «Konstyantin Olshansky». Por otra parte, Zelenski ha destituido de su cargo a Oleksi Danilov, secretario del Consejo de Defensa ucraniano, quien será sustituido por Olensandr Lytvynenko, hasta ahora jefe del Servicio de Inteligencia Exterior. Además de esto, Francia ha anunciado nuevas medidas destinadas a incrementar la producción y los envíos de armamento a Ucrania, mientras Rusia y Ucrania continúan intercambiando acusaciones relativas al atentado contra el Crocus City Hall.

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En las últimas horas ha vuelto a ser noticia la Flota del Mar Negro de la Marina de guerra rusa. Si tras el ataque llevado a cabo con misiles el pasado día 24 habían aparecido pruebas que hacen pensar que dos buques de desembarco rusos, el «Yamal» y el «Azov» habían sufrido daños mientras estaban en puerto (aunque resultaba casi imposible determinar el grado en el que habían sido afectados únicamente mediante las imágenes por satélite), ahora Ucrania reclama haber alcanzado dos unidades adicionales. En este caso se trataría del buque de obtención de inteligencia «Ivan Khurs» y el buque de desembarco «Konstyantin Olshansky».

El primero de ellos, el «Ivan Khurs», es un buque espía de la clase Yuri Ivanov (Proyecto 18280) y, a la sazón, la única unidad dedicada en exclusiva a la obtención de inteligencia asignada a la Flota del Mar Negro (aunque se creía que había vuelto a la Flota del Norte tras el cierre de los Estrechos tucos. Dado que la Flota del Caspio carece también de este tipo de unidades, resulta difícil que Rusia pueda transferir algún buque de este tipo al teatro ucraniano, salvo que recurra la red de canales interiores que permiten transitar entre el Báltico y el Mar Negro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta impone severas restricciones en cuanto al tamaño de las embarcaciones que pueden moverse por ella. En cualquier caso, dada la capacidad ucraniana para negar el dominio marítimo a Rusia, al menos en superficie, resulta dudoso que estos buques tengan ahora mismo para Rusia una gran utilidad.

Buques bastante desconocidos, fueron diseñados para la obtención de inteligencia electrónica, poseyendo sensores capaces de recolectar información en todo el espectro electromagnético. También se le supone, y es algo que debe tomarse con ciertas reservas, una capacidad para poder interferir los sistemas de defensa antiaérea y control aéreo occidentales, con especial énfasis en el estadounidense AEGIS, que forma el principal escudo de protección contra amenazas balísticas tanto de CONUS como de Europa Occidental, así como de algunas de las marinas de la OTAN.

La Federación Rusa comenzaría a trabajar en el diseño de estos buques a finales de la década de 1990, con la idea de poder sustituir la mescolanza de unidades heredadas de la Unión Soviética mediante una clase estándar susceptible de desplegarse con cada una de las flotas (hay que tener aquí en cuenta que las condiciones del Báltico, las del Mar Negro o las del Norte y el Pacífico llegan a ser totalmente diferentes, con lo que esto implica). Sin embargo, por el momento únicamente se han completado dos unidades, el «Yuri Ivanov» y el «Ivan Khurs», estando un tercer buque en construcción desde 2013, sin que haya sido todavía entregado.

El otro buque supuestamente alcanzado, el «Konstyantin Olshansky», es un buque de la clase Ropucha, que además cuenta con la curiosidad de haber pertenecido a la Marina de guerra de Ucrania hasta que, en 2014 y a raíz de la invasión de Crimea, de la que acaban de cumplirse diez años, Rusia se lo agenció. Según las fuentes ucranianas, habría sido alcanzado con un misiles Neptune, sin que esté en absoluto claro el daño sufrido por el buque.

Lo interesante de este último ataque, que de confirmarse elevaría el número de buques rusos dañados y hundidos en lo que va de guerra hasta alrededor de un tercio del total de unidades desplegadas en el Mar Negro, es que ha vuelto a dirigirse contra los grandes buques de desembarco, con la clase Ropucha como objetivo prioritario de los ataques. En relación con esto, alguno de nuestros lectores en las redes sociales sugería que la intención ucraniana pasa por evitar un desembarco sobre Odesa en el futuro. Sin embargo, esto no parece nada obvio. Dada la capacidad ucraniana de negar con éxito el control del mar a Rusia, dadas las construcciones defensivas erigidas desde el comienzo de la invasión en las costas de esta región y dada la imposibilidad por parte de Rusia de alcanzar un mínimo grado de sorpresa, entre otros factores, resulta absolutamente imposible que su marina se aventure en un intento de este tipo, que concluiría en desastre.

Por el contrario, las razones por las que Ucrania busca destruir en primer lugar los buques de desembarco es mucho más sencilla: llevan tiempo siendo utilizados por Rusia como alternativa al ferrocarril y al transporte por carretera de cara a abastecer a las tropas rusas tanto en el «pasillo terrestre» como en la península de Crimea. Por lo tanto, en la medida en que queden fuera de servicio, la logística rusa, y con ello la capacidad de combate de sus tropas, se resentirá. Además, hay siempre un cierto componente propagandístico en el hecho de apunta a los buques de mayor entidad, por no hablar de la facilidad de acertar a objetivos grandes. Especialmente en casos como este en los que en lugar de emplear vehículos de superficie no tripulados, que son manejados por control remoto y permiten una notable maniobrabilidad y precisión hasta el momento mismo del impacto, los objetivos habrían sido atacados con misiles antibuque reconvertidos a misiles de crucero, con un grado de precisión algo menor.

Así las cosas, el número de bajas de la Marina de guerra rusa en lo que va de guerra de Ucrania asciende ya a veinticuatro unidades, quedando el listado, según nuestras cuentas, como podéis ver en la siguiente tabla. Huelga decir que algunos de los casos presentan dudas.

Cruceros de misiles guiados (1 hundido):
1 Crucero de misiles clase Slava o Proyecto 1164: (“Moskva” hundido por misil Neptune antibuque).
Submarinos (1 severamente dañado):
1 Submarino clase Kilo mejorado o Proyecto 636.3: (“B-237 Rostov del Don” dañado sin posibilidad de repararlo por un ataque con misiles).
Buques de desembarco (3 destruidos y 5 dañados):
1 Buque de desembarco clase Tapir o Proyecto 1171: (“BDK-65 Saratov”, destruido con un misil Tochka-U).
7 buques de desembarco clase Ropucha o Proyecto 775: (“Minsk” dañado sin posibilidad de repararlo por ataque con misiles), («Tsezar Kunikov», dañado por un misil balístico Tochka-U) («Olenegorsky Gornyak», dañado por USV), («Novocherkassk», hundido por misiles SCALP/Storm Shadow en Feodosia), («Yamal», «Azov» y «Konstantin Olshansky», dañados por misiles Neptune).
1 Lancha de desembarco clase Serna o Proyecto 11770: (Sin identificar, destruida por un drone Bayraktar TB2).
Otras unidades (6 destruidas y 6 dañadas)
1 Dragaminas clase Natya o Proyecto 266M: (Sin identificar, dañado por USV).
5 Patrulleros clase Raptor o Proyecto 03160: (1 sin identificar, destruido por Bayraktar TB2), (2 sin identificar, destruidos por Bayraktar TB2), (1 sin identificar, dañado por Bayraktar TB2) (2 sin identificar, dañado por ATGM).
1 Lancha de asalto de alta velocidad BK-16 o Proyecto 02510: (Sin identificar, destruido por Bayraktar TB2).
1 Lancha patrullera pequeña Proyecto 640: (Sin identificar, destruida por TB2).
1 Remolcador de rescate Proyecto 22870: (“SB-739 V’asily Bekh” destruido por un Bayraktar TB2 y misil Harpoon).
1 Corbeta Proyecto 22800: (“Askold”, destruida por el impacto de tres misiles SCALP-NG o Storm Shadow mientras estaba siendo finalizada en las instalaciones de Zaliv en Kerch, Crimea).
1 Corbeta Proyecto 12411: («Ivanovets», destruida por el impacto de dos drones de superficie ucranianos junto a la península de Tarjankut, en Crimea).
1 Patrullero Proyecto 22160: («Sergei Kotov», alcanzado por dos drones de superficie ucranianos en el estrecho de Kerch).
1 Buque de obtención de inteligencia Proyecto 18280: («Ivan Khurs», dañado por un misil Neptune)

Pasando ya a la actualidad sobre el terreno, tenemos que en las últimas horas, y a pesar de que se han producido diversas alarmas aéreas en Ucrania, no se ha publicado un nuevo recuento de drones o misiles lanzados contra el país. Entre otros, se habrían lanzado misiles Kh-59 que habrían sobrevolado Krivói Rog.

En el caso de Rusia, la ciudad de Bélgorod habría sido nuevamente objetivo de los drones ucranianos, publicándose vídeos en los que se apreciaba la intensa actividad vivida durante las últimas horas por su defensa antiaérea. El Ministerio de Defensa ruso hablaba, además de sobre drones, de ataques llevados a cabo con cohetes RM-70 Vampire. Algunas fuentes hablaban de ataques llevados a cabo contra la ciudad por los grupos de voluntarios formados por opositores al Kremlin, que continúan operando en la región. Todo ello mientras, curiosamente, uno de los propagandistas rusos más conocidos, Vladimir Solovyov, acusaba a los ciudadanos de Bélgorod de histéricos, por quejarse por vivir bajo continuos ataques.

Dicho todo esto, y pasando a los combates, el Ejército ruso continúa tratando de alcanzar Terny, al oeste de Kreminna, así como la vecina Yampolivka, confirmando algunas fuentes pequeños avances en la zona.

En el caso de Bakhmut, más al sur, sigue discutiéndose a propósito de la situación de Ivanivske, ya que aunque desde Rusia aseguran que está totalmente bajo control ruso, las evidencias visuales no parecen confirmar este extremo, al menos por el momento.

En cuanto a Avdiívka, las tropas rusas han proseguido, como en jornadas anteriores, con sus intentos por avanzar más allá de la línea Berdychi-Semenivska-Orlivka-Pervomaiske. Después de tomar tanto Orlivka como Tonenke, ahora parecen concentrarse en la localidad de Berdychi, aunque por el momento los avances son mínimos. Han aparecido, además, hace unas horas, nuevos testimonios que dan fe del altísimo número de bajas que implica cada intento ruso de avance.

En otro orden de cosas, en relación con el ataque terrorista el Crocus City Hall, cabe decir dos cosas. Por una parte, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, ha desmontado en buena medida el argumentario del Kremlin al asegurar que los terroristas se dirigían a Bielorrusia y que, al no poder cruzar a este país, habrían cambiado su rumbo para intentar llegar a Ucrania. Por otra, y mientras continúa el espectáculo público en Rusia en relación con las detenciones y los juicios, desde Ucrania han redoblado sus ataques contra Rusia, asegurando que lo ocurrido es un ataque de falsa bandera orquestado por el FSB y aportando como prueba la supuesta presencia en el escenario del ataque de operativos –que se distinguirían por su indumentaria-, alguno de los cuales, también supuestamente, habría participado posteriormente en la detención de alguno de los acusados. Pruebas, en el mejor de los casos, muy endebles, lo que ha llevado a conocidos analistas OSINT como Aric Toler, de Bellingcat, a desacreditarlas. Por el momento, la hipótesis más probable sigue siendo la del fallo de seguridad ruso que, posteriormente, el Kremlin ha tratado de aprovechar en su propio beneficio desviando la atención sobre sus errores e intentando relacionar lo ocurrido de alguna manera con Ucrania y Occidente.

Por último, es obligado hacer una referencia a dos temas. Por una parte, sin que se hayan aportado razones y por decreto presidencial, el secretario del Consejo de Defensa de Ucrania, Oleksi Danilov, ha sido destituido. Zelenski, quien le ha agradecido el servicio prestado, ha anunciado que se darán más detalles en el futuro sobre su nuevo destino. Será reemplazado por Oleksandr Lytvynenko , ex jefe del servicio de inteligencia exterior de Ucrania, cargo que a su vez ocupará Oleh Ivashchenko.

Por otra, el Ministerio de Defensa ucraniano ha creado una nueva unidad, el Departamento de Planeamiento del Apoyo Logístico, que tendrá como razón de ser el desarrollo de planes anuales de adquisiciones para las Fuerzas Armadas que permitan a su vez tanto hacer frente a la corrupción, que ha sacudido en varias ocasiones al ministerio, como gestionar de forma más eficiente las compras, evitando que estas sean siempre de urgencia y, por lo tanto, a precios más altos.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, hay que decir que ha sido una jornada particularmente parca en cuanto a novedades.

La más importante del día ha sido el anuncio, por parte del Banco Mundial, de la provisión a Ucrania de un nuevo tramo de ayuda financiera, por valor de 1.500 millones de dólares, otorgado en el marco de su programa de Préstamos para Políticas de Desarrollo. Esta ayuda ha sido respaldada por dos de los socios de la entidad, Japón y el Reino Unido, que actuarán como garantes, con 984 y 516 millones respectivamente.

También han sido relevantes las palabras del ministro galo de Defensa, Sébastien Lecornu, quien además de anunciar incrementos en la producción de armamento, incluyendo las municiones (Francia producirá 100.000 disparos de 155mm en 2024 de los que 80.000 tendrán como destino Ucrania), ha planteado la dicho que no descarta la posibilidad de realizar requisas para acelerar la producción de armas. Según Lecornu, esta no es la herramienta prioritaria, aunque sí ha adelantado que en las próximas semanas se prevé imponer niveles mínimos de existencias a determinados fabricantes para poder producir armas más rápidamente o dar prioridad a los pedidos militares sobre los civiles para responder tanto a las necesidades de las Fuerzas Armadas francesas, como a las necesidades a largo plazo de Ucrania. Las declaraciones tienen miga, pues suponen el primer paso tangible, de cumplirse lo anunciado, en dirección a una economía de guerra. Término repetido hasta la saciedad por distintos líderes europeos en los últimos meses, pero que está lejos de materializarse.

El anuncio ha sido hecho por el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, quien se ha reunido en las últimas horas con el presidente del Riigikogu, el parlamento de Estonia, Lauri Hussar, a quien ha agradecido el apoyo prestado por su país, concretamente en todo lo relacionado con la implementación de la «Fórmula de paz» de Zelenski y con las negociaciones de cara al empleo de los activos rusos congelados en la UE para ayudar a Ucrania. El representante estonio se ha reunido también con el propio Zelenski, con quien ha hablado, en lo básico, de los mismos temas, así como con su homólogo ucraniano, Ruslan Stefanchuk.

Además de esto, Shmyhal ha mantenido una conversación telefónica con el responsable de Exteriores británico, David Cameron, con quien ha intercambiado opiniones respecto a la escalada llevada a cabo por Rusia en los últimos días contra las infraestructuras civiles ucranianas y, también, sobre la forma en que se gestionará la exigencia de compensaciones a Rusia una vez el conflicto llegue a su fin.

El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha agradecido a su contraparte lituana el esfuerzo hecho no solo en lo relativo a la provisión de paquetes de ayuda militar, sino también en lo concerniente a la organización y la mediación frente a otros aliados.

En otro orden de cosas, ha sido noticia nuevamente la «Flota fantasma» o «Flota gris» rusa, esto es, la multitud -hasta varios centenares- de buques petroleros que se encargan de transportar los hidrocarburos rusos hasta sus clientes finales, eludiendo así las sanciones. En esta ocasión, se ha debido a que cada vez más suponen un riesgo para la seguridad marítima, en tanto se trata de buques sin asegurar que, en caso de accidente, podrían provocar una catástrofe medioambiental sin que hubiese un responsable último que corriese con los costes de la limpieza.

También la situación de distintos prisioneros estadounidenses en Rusia, un arma que el Kremlin utiliza en sus negociaciones con la Casa Blanca, consciente de que tiene en su mano las mejores cartas, en tanto durante años ha procedido a detener a numerosos ciudadanos de este país, lo que le permite hablar, cada vez que se negocia un intercambio, desde una posición de fuerza.

Por último, hay que decir que en Ucrania ha sido muy celebrada la clasificación para la Eurocopa de fútbol 2024, algo que han conseguido tras derrotar a la selección de Islandia. Desde instancias políticas ucranianas han hecho diversas referencias al tema, aunque ha primado el agradecimiento a Islandia por haberse unido a la iniciativa checa de compra de municiones, tal y como explicamos ayer.