Guerra de Ucrania – Día 672

Los Estados Unidos han liberado un nuevo tramo de ayuda militar para Ucrania, valorado en 250 millones de dólares. Pese a ello, no hay por el momento indicios de que se hayan acercado posturas entre republicanos y demócratas de cara a un nuevo acuerdo. Ucrania, por su parte, ha anunciado que, en los últimos 12 meses, ha sido capaz de triplicar la producción de armamento y municiones, aunque hay que tener en cuenta que el país partía de un nivel bajísimo, dados los problemas de su industria en los últimos años. Al mismo tiempo, en el frente, el Ejército ruso continúa presionando en el este del país y lanzando drones contra el interior de Ucrania, constando la última oleada de casi medio centenar de aparatos.

Como adelantábamos en la entradilla, desde Ucrania han anunciado que, en el plazo de doce meses, han logrado triplicar su producción autóctona de armamento y municiones. Sería una gran noticia para la causa ucraniana, de no considerar el punto de partida, extremadamente bajo, como consecuencia de los problemas atravesados por su industria de defensa en las últimas décadas. Queda pues, mucho camino por andar, para que el país pueda ser mucho menos dependiente de lo que es ahora de la ayuda exterior, en forma de armas, sistemas y municiones.

Para hacerlo posible, el país ha comenzado a confiar en las empresas extranjeras, a las que ha tentado con jugosos acuerdos para instalarse en su territorio, formar joint-ventures y, en definitiva, suplir las carencias de una industria propia que ha sufrido tanto por los recortes en cuanto a compras de su mejor cliente, el Estado, como por la corrupción endémica. En este sentido, las conferencias impulsadas en diferentes países, como la propia Ucrania -a la que no asistieron ninguna de las principales empresas españolas- o los Estados Unidos, jugarán un papel clave.

Más importante si cabe, e independientemente del resultado de la guerra, la Ucrania que salga del conflicto será una potencia mundial en algunos segmentos concretos, como el diseño y producción de drones, las telecomunicaciones, el desarrollo de software, la ciberdefensa o la guerra electrónica, entre otros. Eso, siempre que logre contener la hemorragia de talento que ha supuesto la guerra, con decenas de miles de personas con una importante formación instalándose en el extranjero y que una vez puesto fin a los combates, ofrezca incentivos suficientes para que todos aquellos que están logrando una gran experiencia en estos ámbitos, permanezcan en el país. En cualquier caso, se beneficiará de un contexto mundial en el que la inversión en defensa se mantendrá alta, al menos durante varios lustros.

En relación con esto, las carteras de pedidos de las mayores empresas del sector a nivel global, han crecido alrededor de un 10 por ciento en los últimos dos años. Así las cosas, un análisis realizado por el medio estadounidense Financial Times en el que se recogían datos de una quincena de gigantes del sector, incluidos los mayores contratistas estadounidenses, la británica BAE Systems y la surcoreana Hanwha Aerospace, ha determinado que a finales de 2022 (el último año para el que hay datos disponibles) sus pedidos pendientes combinados sumaban 777.600 millones de dólares, frente a los 701.200 millones de dólares de dos años antes.

https://www.revistaejercitos.com/2023/12/27/el-papel-de-saes-en-las-fragatas-f-110/

No es el único estudio, ni mucho menos, que obtiene conclusiones similares. De hecho, incluso es bastante conservador. No obstante, quien más quien menos, todos coinciden en que el clima de tensión geopolítico seguirá beneficiando a un sector que, no solo en Ucrania, sino a nivel global, se encuentra frente a importantes desafíos, que los expertos de Deloitte resumen en: 1) Necesidad de atraer y desarrollar el talento; 2) Necesidad de asegurar las cadenas de suministro globales (algo a lo que, por cierto, ha hecho una referencia Zelenski en su último discurso); 3) Necesidad de acometer la transformación digital; 4) Necesidad de desarrollar nuevas soluciones en campos como el de las armas hipersónicas.

Conclusiones parecidas a las de PwC, que prevé un gran crecimiento en los próximos años acompañado de la necesidad de reclutar varios millones de trabajadores para poder cumplir con los nuevos pedidos. Un problema que, aunque no suela hablarse de ello, es particularmente grave en España, con una industria de defensa que paga salarios que no son en absoluto competitivos a nivel global -de ahí que muchos ingenieros decidan apostar por Reino Unido, Alemania u otros- y que padece, además, una enorme rotación, con constantes cambios de empresa para el personal más capacitado, en busca de nuevos retos laborales o mayores ingresos.

Curiosamente, la necesidad de aumentar la producción en defensa y, con ello, de construir nuevas instalaciones, está topándose con problemas en países como Alemania, en donde empresas como Rheinmetall o Diehl están sufriendo enormes contratiempos por la aversión de la población a ver cómo se construyen fábricas de armas o explosivos en sus localidades. Algo que ha sucedido recientemente en Colonia y en la región de Sajonia y que podría tener mucho que ver con el problema de mentalidad que padece este país.

Volviendo sobre Ucrania, y mientras sigue recibiendo ayuda desde el exterior, lo que consiga hacer con su industria de defensa -recordemos que hace relativamente poco sustituyó al responsable de la empresa estatal Ukroborompron y que han anunciado un récord en la producción de drones– determinará, en gran medida, la capacidad de disuasión futura. Si embargo, para ser realmente sostenible, el país deberá evitar caer en la tentación de destinar a defensa un volumen exageradamente alto de recursos, en detrimento de otros sectores, pues el grueso de su seguridad no debería depender de lo que su industria produzca o deje de producir, sino de su inclusión en las estructuras de seguridad occidentales.

Y es que aunque suela abordarse este tema únicamente desde el punto de vista de la seguridad física, también los aliados de Ucrania y las decisiones que tomen respecto de las garantías de seguridad tendrán un importante papel a la hora de permitir a la economía del país (y con ello, a su sociedad), respirar y avanzar, acercándose a los estándares europeos y norteamericanos. Dicho de otra forma: cuanto antes se integre a Ucrania en la OTAN y la UE o cuanto antes se le den garantías de seguridad del tipo que sea, generando una disuasión efectiva, más posibilidades habrá de que la economía ucraniana deje de ser totalmente dependiente del exterior, reduciendo el coste total para sus aliados.

Como los aliados de Ucrania no parecen avanzar excesivamente en este apartado, toca volver la vista sobre la realidad del terreno, que en la última noche pasa por un nuevo ataque ruso protagonizado por drones Shahed-131/136 (Geran-1/2). Concretamente, en estas últimas horas se habrían empleado hasta 46, de los que las defensas antiaéreas aseguran haber derribado 32. También ha sido noticia la aparición de un nuevo vídeo en el que se observa la ejecución de prisioneros ucranianos por parte de militares rusos, algo que desde Ucrania han denunciado.

Del lado contrario, Rusia ha denunciado ataques ucranianos contra las regiones de Bélgorod y Rostov, llevados a cabo por sendos drones que, aseguran, han sido neutralizados. Todo mientras, como puede verse sobre estas líneas, continúan apareciendo evidencias de las graves consecuencias del ataque ucraniano sobre Feodosia, que habría afectado también a las instalaciones portuarias y que, además, podría haber provocado la muerte a 33 marinos.

Más allá de esto, en las últimas horas han proseguido los combates en todo el este de Ucrania, así como en el sur del país, pese a lo cual se constata que la gran tendencia de este 2023 ha sido el estancamiento, con variaciones mínimas en el frente a pesar de las intensas pérdidas acumuladas por uno y otro ejército.

Si bien no hay novedades procedentes del norte del frente, sí las hay del área de Bakhmut, en donde las tropas rusas han continuado logrando avances en Bohdanivka y Klischiívka, acercándose cada vez más al canal de agua dulce tanto a norte como sur de la urbe.

Al oeste de la ciudad de Donetsk, las noticias son similares, con avances rusos, si bien nimios, tanto en la zona de Avdiívka, como en Mariínka o Novomykhailivka.

En cuanto al sur del frente, todo indica que los ucranianos han tomado la decisión de retirarse si no a las posiciones previas a la ofensiva de verano, sí a otras más cercanas a estas, abandonando la que sería la primera línea defensiva rusa (recordemos la disposición de las mismas, muchas veces motivo de equívocos) en el eje de Orijiv.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En cuanto al apartado internacional, la principal noticia de la última jornada de guerra pasa por la aprobación, por parte estadounidense, de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania valorado en 250 millones de dólares. Como en todos los últimos tramos de ayuda que hemos venido viendo estos meses, el contenido consiste básicamente en munición de artillería y armas contracarro y antiaéreas, siendo los medios justos para que Ucrania pueda persistir en su defensa, pero sin posibilidad alguna de que puedan intentar dar un vuelvo a la situación, a la espera de lo que ocurra con las negociaciones entre republicanos y demócratas, por ahora estancadas.

En total, desde el inicio de la invasión, los Estados Unidos han suministrado a Ucrania ayuda por valor de 44.200 millones de dólares, destacando además de los sistemas antiaéreos y las armas contracarro, todo lo relacionado con la artillería, desde los 39 lanzadores HIMARS a los 198 obuses de 155mm y los más de 2.000.000 de disparos para estos.

Pese a ello, y como explicábamos en la primera parte del informe, una Ucrania que cada vez confía menos en sus aliados y en la ayuda que estos puedan prestarle a medio y largo plazo sigue tomando medidas para aumentar su producción de armas propia. Un tema que ha centrado el último discurso de Zelenski, en el que además de hablar sobre cómo la producción se ha triplicado en el último año, ha hecho algunas referencias significativas en relación con el peso del sector de la defensa dentro del conjunto de la economía del país y, también, sobre los puntos en los que se centrarán durante el próximo año, como el aumento en la producción de explosivos y pólvora. No es casualidad, toda vez que los productores dependen para rellenar sus proyectiles de suministros llegados de puntos como Australia, todo lo cual no solo complica la logística, sino que provoca problemas en las cadenas de suministro, dada la alta demanda y el limitado número de oferentes.

En otro orden de cosas, aunque podría haber relación toda vez que Sudáfrica es un gran productor de municiones, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, se ha reunido por vía telefónica con su homólogo sudafricano, Sydney Mufamani. Durante su charla, además de hablar sobre la «Fórmula de paz» de Zelenski y su implementación, han tocado otros temas como la relación entre ambos países y la forma de intensificarla en un futuro próximo.

También ha estado activo el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, quien ha anunciado que la embajada de Ucrania en Accra, capital de Ghana, ha comenzado a funcionar. Es parte de los esfuerzos, que hemos ido relatando en estos casi dos años de guerra, para aumentar la presencia de Ucrania en África, un continente en el que tiene grandes intereses, pero escaso impacto a pesar de ser uno de los principales suministradores de alimentos. Todo mientras, del lado contrario, Rusia está perdiendo parte de su influencia en este continente, toda vez que la que antes ejercía a través de Wagner Group parece estar diluyéndose a medida que la organización y sus activos y empresas dependientes son repartidos entre la élite rusa.

Por otra parte, el primer ministro ucraniano, Demys Shmyhal, ha logrado que se apruebe la nueva Estrategia Nacional de Ingresos para 2024-2030, de la que dependerá la estabilidad financiera del Estado ucraniano y que, además, se ha elaborado en colaboración con el Fondo Monetario Internacional. Según Shmyhal, «El objetivo de la estrategia es fortalecer la capacidad fiscal del Estado, adaptar la legislación fiscal y aduanera a los estándares de la UE y crear incentivos para la recuperación de la posguerra y el crecimiento económico».

A pesar de los esfuerzos de Shmyhal, la economía ucraniana sigue siendo totalmente dependiente del exterior, algo posible gracias a la ayuda europea y estadounidense, pero también japonesa. No en vano, Japón se ha convertido en el tercer mayor donante de ayuda financiera, con un total hasta el momento de 3.700 millones de dólares solo en 2023, repartidos en distintos préstamos destinados a apoyar a los más afectados por la guerra, restaurar infraestructuras, prestar atención sanitaria y garantizar la educación.

Pasando a Rusia, el ministro de Exteriores de este país ha vuelto a asegurar que Ucrania no tiene ninguna voluntad de paz, ni tampoco de establecer conversaciones encaminadas a poner fin al conflicto. Según las declaraciones de Lavrov, la prohibición establecida el 30 de septiembre de 2022 por el presidente ucraniano, según la cual queda vetada cualquier conversación con los líderes rusos, sigue en vigor. Además, Lavrov ha hecho hincapié una vez más en que Putin sigue dispuesto a abrir negociaciones, claro está, siempre que se acepten las condiciones rusas.

No ha sido lo único que ha hecho Lavrov en las últimas horas, toda vez que se ha reunido con su homólogo indio, Subrahmanyam Jaishankar, quien le ha felicitado por la «cooperación económica, los intercambios energéticos, los esfuerzos de conectividad, la cooperación técnico-militar y los intercambios entre ambos pueblos». En su reunión, además de hablar sobre Ucrania y Gaza, lo hicieron también sobre comercio e inversión bilaterales, y sobre la próxima visita de Putin a Narendra Modi, que se podría llevar a cabo durante el próximo año.

Siguiendo con Rusia y la India, en las últimas horas se ha sabido que, como consecuencia de las sanciones y la dificultad para realizar pagos internacionales, están teniendo problemas para materializar los acuerdos de suministro de petróleo alcanzados con India. En concreto, la empresa Sokol no ha podido cumplir con sus compromisos dada la dificultad de recibir los pagos correspondientes en divisas distintas del dólar, como el Dirham.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *