Guerra de Ucrania – Día 657

Jornada de contrastes en la guerra de Ucrania. Si por una parte se han registrado nuevos lanzamientos de misiles y drones contra este país por parte rusa, por otra Zelenski ha hablado de señales «muy positivas» tras su paso por los Estados Unidos. Eso, a pesar de que la postura de los senadores republicanos parece no haber cambiado y a la vez que la inteligencia estadounidense desclasifica documentos relativos a los planes rusos y la Administración Biden aprobaba un nuevo paquete de ayuda militar, valorado en 200 millones de dólares. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado el pago de 900 millones de dólares a Ucrania como parte del plan de ayuda anunciado el pasado mes de marzo.

Coincidiendo con la visita de Zelenski a los Estados Unidos, desde la inteligencia estadounidense han facilitado al Congreso un documento en el que se hace una evaluación tanto de las pérdidas rusas desde el 24 de febrero de 2022, como de los planes de Vladímir Putin de aquí en adelante. En el primer caso, según el análisis presentado, Rusia habría sufrido la pérdida para finales de noviembre de alrededor del 25 por ciento de sus fuerzas previas a la invasión, lo que se traduce, entre otros, en 315.000 efectivos, 2.200 carros de combate o 4.400 blindados.

Es más, únicamente desde que comenzara su ofensiva sobre Avdiívka, el pasado mes de noviembre, la cifra de pérdidas se habría incrementado en 13.000 hombres y más de 220 vehículos de combate, el equivalente según los analistas estadounidenses a seis batallones. Cifras, por cierto, que no son en absoluto descabelladas a tenor de los numerosos documentos gráficos que han ido apareciendo y hemos compartido en estas páginas.

Lo más interesante de los documentos desclasificados no es, sin embargo, lo relativo al número de bajas, sino las evaluaciones que se hacen respecto a lo que estas suponen para Rusia, a cuál es la apuesta de Moscú de cara a imponerse en esta guerra y a cuáles son los planes, por tanto, de Vladímir V. Putin para los próximos meses o años. Respecto a lo primero, el análisis es tajante: Rusia ha perdido casi el 90% de su Ejército de antes de la guerra y se han erosionado notablemente los esfuerzos de modernización del mismo realizados en los últimos 15 años. Dicho de otra forma, la ayuda a Ucrania, entendiendo la guerra como una guerra por delegación, ha sido una inversión más que rentable para los aliados de este país.

En cuanto a lo segundo, la apuesta básica de Putin pasa, como hemos explicado en reiteradas ocasiones, por aguantar al coste que sea, mientras se centra en separar a Ucrania de sus aliados. Es decir, que lo que Rusia considera el «centro de gravedad» ucraniano no es ni sus Fuerzas Armadas, ni un punto geográfico en concreto, ni su economía, sino el apoyo que le prestan países como los Estados Unidos. De ahí el discurso enfocado a sembrar la discordia, de ahí los intentos de flanqueo, de los que también hemos hablado y de ahí el aguantar a toda costa, confiando en los «puntos de Schelling» o las amenazas periódicas de escalada. En este sentido, los cambios propuestos por Surovikin en su día parecen haber sido exitosos, pues el agotamiento en Occidente y las divisiones son mucho mayores que hace un año, aunque no es una situación irreversible.

Respecto a lo tercero, y por último, lo más interesante del documento es que viene a confirmar los análisis que hemos ido haciendo respecto a los planes rusos, que consisten básicamente en mantenerse en guerra el tiempo que sea necesario e independientemente de las pérdidas, al menos mientras puedan gestionarlas mediante el recurso a material de stock y a las minorías étnicas. Es así porque, como venimos advirtiendo desde hace demasiado tiempo, para Moscú esta no es una guerra de gabinete, sino que creen verdaderamente estar luchando por la supervivencia del «alma rusa» y, más prosaicamente, por su status de potencia global.

Como sucede cada vez que se desclasifica un documento de esta índole, y más en las circunstancias en las que esto se ha hecho, responde a unos intereses concretos. En este caso, demostrar a la oposición republicana, al menos a los sectores más radicales, que el apoyo estadounidense a Ucrania tiene sentido, es rentable y que, en caso de no mantenerse, permitirá a Rusia obtener una victoria, erosionando de paso la situación de Estados Unidos en el mundo. Por el momento, no parece que hayan tenido demasiado éxito a la hora de mover al ala dura republicana de sus posiciones. No obstante, como también hemos venido advirtiendo, es muy posible que la postura de máximos se reduzca según los fondos disponibles terminen de agotarse, llegando a algún tipo de acuerdo in extremis.

Como quiera que mientras en los despachos se libra una guerra, sobre el terreno se libra otra muy diferente, Rusia ha aprovechado la presencia de Zelenski en Washington para lanzar una nueva oleada de misiles y drones contra el país que preside. Así, en las últimas horas desde el Ministerio de Defensa ucraniano han informado del derribo de 9 de los 15 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) supuestamente lanzados por Rusia, además de dos misiles Kh-59.

Sin embargo, parecen ser cifras parciales, pues a la hora de redactarse este informe estaban llegando noticias de nuevas explosiones por ejemplo en Kiev, en donde se habían registrado ya más de una treintena de heridos debido a la caída de restos de misiles, según su alcalde, y también cortes de luz. Además de esto, también se han registrado explosiones en Odesa.

Además, en relación con los ataques, en las últimas horas se ha informado de fallos en el sistema de alerta ucraniano frente a los ataques aéreos, después de que se haya producido un hackeo en los servidores de la empresa Kyivstar. Al parecer, la pérdida de conexión habría dejado a los habitantes de Bucha, Irpin y Vyshneve sin poder informarse de las alertas a través de redes sociales y aplicaciones específicas, lo que ha obligado a recurrir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y al uso de altavoces para alertar a los vecinos. Una situación que se habría repetido además en la región de Dnipró y no solo en la de Kiev.

Más allá de esto, y comenzando por el norte del frente, además de lanzar nuevos ataques sobre Sinkiv’ka, al norte de Kupiansk, Rusia ha logrado retomar una pequeña fracción de terreno entre Yahidne e Ivanivka, después de un contraataque ucraniano los días pasados que había servido para expulsarles de la misma.

En el área de Bakhmut, cabe comenzar por el norte, concretamente por el norte Vesele, en donde las tropas rusas han lanzado un ataque en dirección a la zona entre esta pequeña localidad y la vecina Berestove. También han continuado presionando tanto en la zona de Khromove y de Chasiv Yar, al norte, como al sur de Bakhmut.

En el caso de Avdiívka, en donde Rusia continúa sacrificando tropas sin miramientos, los ataques en las últimas horas han vuelto a redoblarse tanto al noroeste, hacia Stepove y las zonas en torno a la planta de tratamiento de aguas, como en las áreas industriales al sureste de la ciudad de Avdiívka. La situación continúa degradándose para las tropas ucranianas, al igual que en Mariínka, en donde el Ejército ruso ya controla la práctica totalidad del desaparecido núcleo urbano. En términos generales, Rusia parece estar alcanzando sus objetivos en la zona, que pasan por lograr un área de seguridad o buffer lo más amplia posible en torno a la capital regional, de forma que esta deje de estar al alcance de la artillería ucraniana de menor alcance y que no pueda ser atacada por tierra.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, es obligado comenzar por la visita de Zelenski a Washington, que ha seguido su curso sumando, a las reuniones de ayer, encuentros con Biden y con los representantes electos tanto del Senado como del Congreso.

A pesar de los esfuerzos de Zelenski, las posiciones republicanas por el momento se mantienen, enrocada el ala más dura en la exigencia de cambios en la política de seguridad fronteriza de la Administración Biden. Aun así, Zelenski ha asegurado durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto a su homólogo estadounidense, haber recibido señales «muy positivas» en su solicitud de apoyo.

Respecto a la rueda de prensa, en la misma Biden ha hablado sobre cómo Putin está esperando que los Estados Unidos retiren su apoyo a Ucrania y también sobre cómo esto sería el mejor regalo de Navidad para Rusia, a la que los republicanos «estarían ayudando» si se deniega la ayuda a Kiev. Zelenski, por cierto, ha reiterado su oposición a ceder territorios a Rusia, calificando la idea de una «absoluta locura».

Mientras los legisladores estadounidenses intentan desbloquear la situación, Biiden a anunciado mientras comparecía junto a Zelenski un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 200 millones de dólares. Una decisión que han agradecido, entre otros, el jefe de la Oficina del Presidente ucraniano, Andriy Yermak. Siguiendo la línea de los últimos paquetes de asistencia, este último incluye misiles, disparos de artillería, armas contracarro, munición de pequeño calibre y otros equipos, como puede verse a continuación.

Dicho esto, y hasta el momento, desde los Estados Unidos han comprometido con Ucrania fondos por valor de 44.900 millones de dólares. Si bien se está cerca de agotar los fondos provisionados, algo que en Rusia han querido destacar los medios oficialistas, al ritmo actual habría todavía recursos para varias semanas y, posiblemente, para algunos meses sumando las dos herramientas a disposición de los EEUU.

Terminando con el resultado de la vista de Zelenski a este país, cabe decir que finalmente el Fondo Monetario Internacional ha dado luz verde a la transferencia de una ayuda de 900 millones de dólares a Ucrania, de la que hablamos ayer. Este montante es parte de un programa de préstamos en vigor valorado en 15.600 millones de dólares destinado a sostener la economía ucraniana y de los que, en lo que va de año, se han proporcionado al país 4.500 millones.

Hablando de la economía de Ucrania, según el primer ministro del país, Denys Shmyhal, esta ha dado muestras de estar mejorando en los últimos meses. En concreto, durante el tercer trimestre del año el Producto Interior Bruto habría crecido el 9,3% respecto al del año anterior, mientras que la inflación se ha controlado en parte, siendo del 5,1% en términos interanuales. Además de esto, ha anunciado que la cosecha total este año será de 81,3 millones de toneladas, un 20% más de lo esperado inicialmente.

Pasando al Viejo Continente, en donde también se enfrenta Zelenski al reto de cambiar la voluntad de los socios más reacios a su causa, y después de los últimos encuentros entre políticos ucranianos y húngaros, parece que los Veintisiete están buscando formas de sortear el previsible veto húngaro al plan de ayuda de 50.000 millones de euros para los próximos años. Concretamente, se estaría buscando el modo de entregar fondos de emergencia a Ucrania hasta que la situación se desbloquee.

Más allá de lo anterior, el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, se ha reunido con su homólogo letón, Andris Spruds, de visita en Ucrania, con quien ha tratado acerca de una posible coalición de drones que permita fortalecer a las Fuerzas Armadas ucranianas. También hablaron sobre los programas de entrenamiento en marcha y sobre ciberdefensa.

Desde el Reino Unido, y siguiendo con la ayuda militar, después de haber anunciado hace unas horas la entrega de dos buques de guerra de minas, acaban de hacer público que también suministrarán a Ucrania una veintena de vehículos anfibios Viking, además de 23 embarcaciones de asalto.

Cerrando con el apartado humanitario, el Gobierno irlandés ha anunciado que reducirá el apoyo prestado a los ucranianos que huyen de la guerra, en línea con lo hecho recientemente por parte de otros países europeos. Hasta el momento, la isla ha acogido a 101.200 personas procedentes de Ucrania, de las cuales 74.500 están a cargo del Estado. Según el gobierno irlandés, más de 16.000 de estas personas tienen empleo. Según los cambios anunciados el martes, que entrarán en vigor a principios del próximo año, los recién llegados de Ucrania tendrán derecho a alojamiento por un período limitado a 90 días y, durante este tiempo, también a una asignación semanal de 38,8 euros por adulto (frente a los 220 euros anteriores) y 29,80 euros por niño.


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