Guerra de Ucrania – Día 643

Con las operaciones sobre el terreno ralentizadas por las condiciones climáticas, que se han cobrado una decena de muertos en Ucrania, sigue siendo la actividad internacional la que marca la jornada. Por una parte, desde la Unión Europea se ha aprobado aumentar en casi 200 millones de euros el esfuerzo destinado a formar militares ucranianos. Por otra, los ministros de Exteriores de la OTAN continúan reunidos en Bruselas. Además, se ha sabido que varios países boicotearán la reunión de la OSCE debido a la presencia de Lavrov. Por último, Finlandia ha decidido cerrar por completo su frontera con Rusia, en una jornada en la que desde Ucrania han denunciado el envenenamiento de la esposa del jefe de la inteligencia militar, Kyrylo Budanov.

En previsión de una guerra larga, pues nadie parece confiar en las ofertas de negociación que proceden de Rusia, desde la Unión Europea se ha anunciado una ayuda adicional de 194 millones de euros destinada a proporcionar entrenamiento a los militares ucranianos. Esto supone, en la práctica, cuadruplicar la cifra destinada a este efecto, pasando de los 61 millones inicialmente previstos, a los 255 millones de euros.

Hasta el momento, los Veintisiete han logrado adiestrar en el territorio de los Estados miembros a más de 34.000 militares ucranianos, lo que ha tenido un impacto en el rendimiento de las Fuerzas Armadas de este país que, sin embargo, conviene poner en contexto. Al fin y al cabo, esos más de 30.000 efectivos -a los que hay que unir aquellos entrenados por terceros Estados- continúan siendo una fracción el total de ucranianos movilizados para esta guerra, cuya cifra total se desconoce.

Sí hay datos, proporcionados en su día por el ministro de Defensa, Rustem Umerov, relativos al total que se espera poner en pie de guerra durante este 2023. En este sentido, durante la Conferencia de Estrategia Europea de Yalta, el pasado mes de septiembre, se fijó como objetivo mantener en activo un millón de hombres, de los cuales 800.000 servirían directamente en las Fuerzas Armadas, ocupando el resto otros destinos, como las Fuerzas de Defensa del territorio.

Así las cosas, las decenas de miles de uniformados ucranianos que han pasado por el extranjero para recibir formación, suponen, sumando los entrenados en la UE y en el exterior de la misma, entre el 5 y el 10 por ciento de esta cantidad. Ciertamente no es necesario que todos y cada uno de los ucranianos sea desplazado fuera de las fronteras del país, toda vez que sus propias capacidades de ofrecer adiestramiento han mejorado mucho en los últimos casi dos años. Por otra parte, y desgraciadamente, no todos los puestos a cubrir requieren una gran formación, por diferentes razones. Y es que el tipo de guerra que se está librando en algunos puntos sigue demandando lo que se conoce, desde siempre, como carne de cañón.

https://www.revistaejercitos.com/2023/06/01/la-construccion-de-una-politica-exterior-y-de-seguridad-comun-en-europa/

Aun así, en muchos momentos de la guerra ha sido la mejor formación de los militares ucranianos la que ha marcado la diferencia, permitiendo que la relación de bajas propias y ajenas sea favorable a los intereses de Kiev. Esto, unido a un equipamiento generalmente mejor, en cuanto a protección individual, ópticas, comunicaciones o visión nocturna, ha equilibrado durante buena parte del conflicto la balanza. Algo a lo que, por cierto, ha contribuido notablemente la falta de un cuerpo de suboficiales por parte de Rusia y la carencia de lo que a veces despectivamente se denomina el «cabo estratégico», en referencia al papel que desempeñan los jefes de las unidades a los niveles más bajos, como las escuadras, los pelotones o las secciones.

Diferente ha sido la situación cuando nos elevamos del combatiente individual o desde las pequeñas unidades a las de mayor entidad. Es ahí en donde se han visto saltar las costuras del entrenamiento ofrecido a Ucrania, que durante toda la guerra ha presentado notables problemas para utilizar sus batallones y brigadas al completo, en el marco de combates interarmas. Ahí los errores de coordinación, derivada de la falta de entrenamiento a esos niveles, se ha demostrado crítica, algo que muchos han echado en cara a Kiev y a lo que se sigue achacando en parte el fracaso de la ofensiva estival.

Está por ver si ahora que la Unión Europea va a destinar más fondos a entrenamiento, este se utiliza para paliar algunas de estas deficiencias, buscando hacer de las Fuerzas Armadas ucranianas y de sus grandes unidades un «algo más» que la suma de sus partes. No es cuestión sencilla, máxime para un país que no ha culminado la transición desde un modelo soviético a otro de corte occidentales en cuanto a doctrina o equipación, especialmente sabiendo que la guerra en curso es diferente a las anteriores en algunos aspectos, como los derivados de la sensorización del campo de batalla consecuencia de la difusión de los drones de pequeño tamaño.

Mientras tanto, hay otras preocupaciones para los decisores militares ucranianos, como el estado de buena parte de sus fuerzas armadas, pues muchas de las brigadas existentes desde antes de que se crearan unidades nuevas para ser utilizadas en el marco de la ofensiva estival están en mal estado y tienen carencias serias de material, por lo que necesitarían ser reequipadas. Además, Ucrania está topándose con problemas para encontrar nuevos hombres, lo que puede limitar el tamaño de sus Fuerzas Armadas y penar su rendimiento durante los próximos meses, aunque difícilmente conducirá a una situación caótica o a su hundimiento. Mientras tanto, por cierto, en Occidente se analizan las lecciones que la guerra deja en este sentido. No es de extrañar que sean varios los países que se plantean recuperar el servicio militar, pues si algo ha demostrado la guerra de Ucrania es que cualquier conflicto convencional seguirá siendo, durante mucho tiempo, enormemente demandante en cuanto a recursos humanos.

Dicho todo lo anterior, y pasando a la actualidad sobre el terreno, un día más escasa, cabe comenzar por los nuevos ataques rusos con drones sobre territorio ucraniano. Desde el Ministerio de Defensa de Ucrania han hablado del derribo de dos aparatos, a lo que el gobernador de la región de Zaporiyia añade un supuesto Iskander-M lanzado contra su región. Las defensas antiaéreas han estado, en cualquier caso, activas una noche más en Kiev y en Starokonstiantyniv, desde donde se ha hablado de «grupos de drones», con lo que la información es confusa.

Del otro lado, se ha registrado un ataque ucraniano sobre un edificio de Tokmak -en la parte de Zaporiyia ocupada por Rusia- que los ucranianos identifican con un acuartelamiento ruso y los rusos con un hospital militar, sin que haya trascendido el número de víctimas. Por otra parte, merece hacer una referencia a la situación en Crimea, debido a las condiciones climáticas. Por una parte, hasta tres buques civiles de gran porte habrían sufrido desperfectos al chocar mientras que, por otra, las defensas exteriores de la base de Sebastopol han resultado también dañadas.

Más allá de esto, hay novedades procedentes de la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, al norte del frente. Lo más reseñable han sido los avances rusos en el área de Synkivka, combatiéndose en las zonas boscosas al noreste y norte de esta población. Por otra parte, en el área de Kupiansk ha entrado en acción, como puede verse sobre estas líneas, uno de los Leopard 1A5 donados por Dinamarca y Alemania, aunque con mal resultado. Además, se han producido ataques rusos contra Stelmakivka y Novoselivke, así como en dirección a Zarichne, en los bosques de Serebryanske y contra Bilohorivka.

En cuanto a Bakhmut, en las últimas horas se ha reportado la supuesta entrada de tropas rusas en Kromove, al norte de la ciudad, dirigiéndose hacia la carretera T0506 en ese punto. Además, en Gorlóvka, se han seguido produciendo choques entre ambas fuerzas, aunque la situación se mantiene estática después de los últimos avances ucranianos días atrás.

En el caso de Avdiívka, Rusia ha seguido progresando en la zona industrial al sureste de la ciudad, aunque siguen acumulando una notable cantidad de bajas en sus ataques. Al sur, por el contrario, se han visto obligados a retirarse de las zonas aledañas a Severne.

Al sur de Ucrania, por último, la situación permanece sin cambios, constatándose por parte de algunos analistas algunos movimientos mínimos de los que ya habíamos hablado.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, y más allá del aumento de la ayuda de la UE a Ucrania para la formación de sus militares, han sido varias las noticias en esta última jornada, comenzando por la reunión de ministros de Exteriores de los países miembros de la OTAN en el cuartel general de la Alianza en Zaventem, Bruselas. Durante la misma, el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, se ha mostrado convencido de que los Estados Unidos continuarán brindado apoyo a Kiev, pues «es de su interés».

Aunque todavía no ha trascendido el resultado de las conversaciones que se están produciendo, una parte importante de las discusiones -previas a la Cumbre de Washington- tienen como objetivo asegurarse de que Ucrania está implementando las medidas necesarias para avanzar hacia la “membresía definitiva” en la OTAN “cuando las condiciones sean adecuadas”.

En relación con esto último, el gobierno de Ucrania acaba de aprobar el borrador del Programa Nacional Anual (ANP) para 2024, que se presentará precisamente a los Estados miembros de la OTAN durante estos dos días de reuniones. Según Olha Stefanishyna, jefa de la Comisión para la Coordinación de la Integración Euroatlántica de Ucrania y viceprimera ministra para la Integración Europea y Euroatlántica del país:

La ANP adaptada es lo más concisa y práctica posible, centrada en reformas en los sectores de seguridad y defensa. En el ámbito de la transformación democrática, hay una clara referencia a las tareas que Ucrania está cumpliendo en el camino de la integración europea. Hemos hecho un buen trabajo internamente y hemos consultado minuciosamente con la sede de la OTAN.

Además de esto, en las últimas horas ha sido particularmente intensa la actividad del ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, quien se encuentra en Bruselas y ha participado en numerosas reuniones. En primer lugar, con el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, junto a quien ha anunciado la concesión del fondo de 194 millones de euros para formación.

Además de esto, ha tenido tiempo para visitar el Parlamento Europeo, en donde ha destacado la necesidad de dejar de lado las diferencias y crear un tribunal especial plenamente funcional que permita juzgar el crimen de agresión contra Ucrania. También de reunirse con su homólogo español, Albares, a quien ha agradecido el apoyo y ayuda prestados, con el ministro de Exteriores danés, con quien ha discutido la cooperación en materia de defensa e industria militar, con el de Estonia y el de Eslovaquia, así como con la de Francia. El hilo común de todas las reuniones ha sido la preparación del Consejo Europeo (EUCO) que se celebrará en diciembre de este año.

En otro orden de cosas, se ha iniciado la primera ronda de consultas con la República de Italia sobre la celebración de un acuerdo bilateral sobre garantías de seguridad, tal como se prevé en la Declaración Conjunta de Apoyo a Ucrania del G7. Los interlocutores, entre los que se encontraba del lado ucraniano el jefe adjunto de la Oficina Presidencial, Ihor Zhovkva, discutieron enfoques sobre el contenido y el formato del futuro acuerdo bilateral y acordaron un cronograma para futuras comunicaciones.

Respecto a la cumbre de la OSCE, a punto de comenzar, lo más significativo es el anuncio por parte de Ucrania de que boicoteará el evento debido a la presencia del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. En concreto, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha hecho público que ninguna delegación de su país asistirá a la reunión ministerial de Skopje, una posición a la que se han sumado poco después las repúblicas bálticas, como puede verse en el siguiente tuit.

Cambiando de tercio, Finlandia ha anunciado que el último paso fronterizo con Rusia aún abierto estará cerrado durante dos semanas a partir de este jueves para frenar la afluencia de solicitantes de asilo, aunque se permitirá el tránsito de mercancías. Según el primer ministro finés, Petteri Orpo: «En la situación actual, es necesario cerrar toda la frontera oriental. Tomamos esta decisión para preservar la seguridad nacional de Finlandia contra esta operación híbrida rusa«.

En otro orden de cosas, se ha conocido que una decena de Estados del norte de Europa, miembros de la Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF), han decidido activar una «cláusula de defensa» que prevé el despliegue de medios militares adicionales para proteger las infraestructuras submarinas en el mar Báltico, después de los incidentes registrados en los últimos meses. La JEF es una coalición de diez países liderada por el Reino Unido, que incluye a Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Noruega y Suecia, asociados en torno a cuestiones operativas de defensa en el norte de Europa.

También durante la jornada ha causado gran revuelo el supuesto envenenamiento de la mujer del máximo responsable de la inteligencia militar ucraniana (GRU), Kyrylo Budanov. Al parecer, Marianna Boudanova habría presentado un cuadro médico causado por la ingesta de metales pesados que, según fuentes ucranianas, habrían sido introducidos en su comida. Actualmente se encuentra en el hospital, recuperándose de la intoxicación, mientras se investiga cómo ha podido producirse esta brecha en la seguridad, ya que se afirma que Boudanova está constantemente en presencia de su marido, precisamente para garantizar su integridad.

Por último, recientemente se ha sabido que la detención preventiva del periodista estadounidense Evan Gershkovich, capturado a finales de marzo en Rusia por “espionaje”, ha sido prorrogada hasta el 30 de enero de 2024, según ha anunciado el servicio de prensa del tribunal Lefortovski de Moscú. La decisión ha sido dada a conocer en presencia del acusado, aunque no se ha permitido la entrada de la prensa internacional. Desde la embajada de los Estados Unidos en Rusia, como no podía ser de otra forma, han llamado a su liberación inmediata, a través de un comunicado, mientras que desde el medio para el que trabajaba, el Wall Street Journal, han denunciado la actitud de la justicia rusa.


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