Hoy ha tenido lugar una reunión crucial para el futuro del esfuerzo militar ucraniano: la mantenida por los ministros de Defensa de los Estados miembros de la Unión Europea en Estocolmo. Por más que la decisión definitiva no se vaya a tomar antes del próximo 20 de marzo, todo indica que se destinarán 2.000 millones de euros a la adquisición de municiones y a la reposición de los stocks de los 27. Sobre el terreno, la lucha por Bakhmut, que la OTAN considera que podría caer en los próximos días, continúa, como también los ataques rusos sobre Avdiívka, en donde han logrado algunos avances al norte de Parmovais’ke.
La implicación europea en la guerra de Ucrania continúa aumentando, en vista de las declaraciones hechas hoy por el español Josep Borrell tras la reunión de los ministros de Defensa de los 27 en Estocolmo, algo que explicaremos en la segunda parte de este informe. Es muy posible, no obstante, que no lo haga de forma proporcional a los intereses que la Unión tiene comprometidos en Ucrania, un país que ha dejado de ser un estado tapón para convertirse en parte de Occidente y en la frontera directa entre este y Rusia.
Esto último se relaciona con un aspecto importante de esta guerra que pocas veces se trata, el del «centro de gravedad», en este caso ucraniano. Como hemos explicado en alguna ocasión, Rusia parece considerar, de ahí el establecimiento de una «kill zone» en Bakhmut, que el centro de gravedad ucraniano no es otro que su personal militar. De esta forma, en la medida en que a través fundamentalmente de Wagner Group logre desgastar las unidades de las AFU implicadas en la defensa de esta ciudad, logrará condicionar la capacidad ucraniana para combatir en el futuro.
El concepto de «centro de gravedad» es en muchas ocasiones elusivo. En primer lugar, porque no tiene por qué ser uno solo. En cualquier caso, este concepto que se sitúa en los «medios» puede ser muchas cosas, desde el grado de apoyo que la población civil presta a su Gobierno y a sus militares (esto es fascinante, pues enlaza con otro concepto propio de Clausewitz, el de «trinidad») o la economía. En el caso ucraniano, merece alguna reflexión.
Si tenemos en cuenta que (cabría introducir varios factores más, pero hemos de acotar): 1) la economía ucraniana tiene unas capacidades reducidas, pese a haberse transformado a lo largo del último año en una economía de guerra; 2) que a pesar de las enormes pérdidas, Ucrania está todavía lejos de agotar su potencial humano y, de hecho, sigue formando cada vez a más tropas en el extranjero; 3) que (tras fracasar en la toma de Kiev) no parece haber un punto determinante en el mapa que pueda considerarse crucial para cambiar el curso de la guerra, provocando el desmoronamiento de sus líneas o cualquier otro efecto estratégico; 4) que el apoyo de la población al Gobierno y a las AFU se mantiene estable siendo los ciudadanos ucranianos bastante reacios a hacer concesiones territoriales, deberemos buscar el probable centro de gravedad en el exterior.
Así las cosas, lo único realmente determinante para que Ucrania siga en la guerra con ciertas garantías de éxito parece ser el grado de apoyo exterior, aspecto sobre el que Rusia ha intentado incidir de todas las maneras, pero generalmente intentando dividir a los estados europeos entre sí y también a la UE y a los Estados Unidos. Dadas las muestras de unidad y la voluntad de seguir apoyando a Ucrania que han demostrado –y que en casos como el europeo son realmente sorprendentes-, por el momento no parece que sus socios vayan a fallar a Kiev. No obstante, en última instancia el grado de apoyo marcará el límite de las aspiraciones y posibilidades ucranianas, algo que nos explica hoy en un artículo el Dr. Sven Biscop.
La decisión tomada hoy en Estocolmo, pendiente de formalizar el próximo día 20, sin embargo, habla a las claras de las dificultades a la hora de orquestar una posición común en la Unión Europea y de ir en el caso de muchos socios, más allá del mínimo exigible. Incluso, en casos como el de Hungría, limitándose por obligación a la abstención constructiva, lo que no deja de ser un logro del resto de Estados miembros, dada su posición respecto a la guerra de Ucrania y respecto a Rusia.
El hecho de destinar 2.000 millones de euros a la adquisición de proyectiles de 122 y 155mm, lo que es la mitad de la propuesta de Estonia (cabe pensar que los estonios hicieron una propuesta de máximos para obtener una cifra aceptable) permitirá abastecer a las Fuerzas Armadas ucranianas durante algunos meses y facilitará en colaboración con la producción nacional y con los envíos por parte de otros países como los Estados Unidos o el Reino Unido una futura ofensiva. No obstante no parece más que un parche más, dada la incapacidad de prestar apoyo sistemático, algo que será imprescindible si pensamos en «el día después».
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, se han vuelto a reportar intentos rusos sobre la localidad de Hryanykivka junto al río Oskil. También en dirección a Nevs’ke y a Bilohorivka. No hay cambios.
En el área de Bakhmut, la acción se ha desarrollado en las últimas horas en dirección a Spirne, Vyimka, Fedorivka, Berkhivka, Dubovo-Vasylivka, Orihovo-Vasylivka, Bakhmut, Bohdanivka, Ivanivske y Klishchiivka. Entre los hechos reseñables hoy, la visita de Prigozhin al este de Bakhmut, los avances rusos al norte de la urbe, en el barrio de Ilynovka, así como las ganancias que también han logrado en la parte más meridional de la ciudad pese a la llegada de refuerzos ucranianos. Todo lo cual no ha evitado las críticas de Girkin, ya habituales. Desde donde también se han pronunciado es desde la OTAN, en boca de su Secretario General, quien ha afirmado que Bakhmut podría caer en los próximos días.
En Donetsk los intentos rusos se han seguido centrando al noroeste en Avdiívka, localidad que intentan cercar con ataques hoy en dirección a Kam’yanka, Serene, Vodyane y Permovais’ke, con ligeros avances hacia el norte de esta localidad. Al suroeste hoy se habían registrado intentos nuevamente en Mariínka y más al sur, en Vuhledar.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada de hoy finalmente ha tenido lugar la cita esperada de las últimas semanas a nivel de la UE; la de los ministros de Defensa en Estocolmo. Un encuentro informal centrado en esencia en el apoyo militar a Ucrania. Una reunión en la que ha vuelto a participar el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, enfatizando que se necesita implementar lo que él denomina la “Fórmula Triple-T” del desarrollo del sector de seguridad y defensa de Ucrania. Esta triple “T” respondería a los términos “targeted”, “timely” y “transparent”, es decir, contar con una ayuda dirigida, en tiempo y transparente. Considera que con el apoyo de sus socios Ucrania “definitivamente ganará”.
Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, el Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha subrayado los principales resultados de la jornada destacando que las próximas semanas serán críticas debido a que la situación en el campo de batalla sigue siendo complicada, especialmente en Bakhmut.
En primer lugar ha destacado que a finales de este mes la Misión de la UE de Asistencia Militar a Ucrania (EUMAM Ukraine) habrá formado a más de 11.000 soldados. También que a finales de año esperan haber entrenado a 30.000 efectivos. De este modo, todos los Estados miembros habrían expresado su satisfacción con la implementación de la Misión y se han comprometido a “hacer más” cuando los carros de combate lleguen a Ucrania y haya que adiestrar a las tropas.
Borrell ha destacado en este punto uno de los comentarios del ministro Reznikov, quien defiende que “Para que Ucrania gane la paz, tiene que ganar la guerra”. En consecuencia, Borrell ha sostenido que debemos apoyar a Ucrania y que precisamente las AFU necesitan el apoyo de la UE, especialmente en lo que se refiere a munición de artillería.
Ahora bien, en palabras de Borrel no basta solo con eso pues “tenemos que suministrar más y más rápido” según ha reiterado el Alto Representante. En consecuencia, ha propuesto a los ministros de Defensa de la UE un enfoque basado en tres ejes como ya se había anticipado días atrás:
- Se propone un nuevo paquete de apoyo a través del Fondo Europeo de Ayuda a la Paz (EPF) por valor de 1.000 millones de euros. Estos fondos se destinarán al reembolso de la entrega inmediata de munición de 155 mm (estándar OTAN) o 122 mm (calibre soviético) por parte de los Estados miembros, ya proceda de sus existencias nacionales o bien de la que tengan comprometido adquirir a la industria.
- Articular una demanda coordinada para que los Estados miembros adquieran munición de 155 mm a través de la Agencia Europea de Defensa. Borrell les ha insistido en la idea de que hay que actuar de manera coordinada para dirigirse a la industria pues la demanda tendrá un doble objetivo: enviar más munición a Ucrania y reponer las existencias nacionales. Para ello, la EDA ya ha elaborado un proyecto con el fin último de reducir los precios unitarios, pero también el plazo de entrega. Al igual que en la propuesta anterior, se prevé que se destinen 1.000 millones de euros para ponerla en marcha también a través del EPF.
- Aumentar la capacidad industrial no solo para apoyar a Ucrania, sino también para reponer los stocks de nuestros ejércitos. De este modo, los ministros de Defensa están de acuerdo en apoyar un aumento de las capacidades de fabricación en la UE y reducir los tiempos de producción. El Alto Representante ha señalado que si los Estados miembros reciben garantías de que tendrán sus reservas reabastecidas estarán más dispuestos a apoyar a Ucrania.
Tras enunciar este último punto Borrell ha dejado claro que “Estamos en tiempos de guerra y hay que tener -perdón por decirlo- mentalidad de guerra”, si bien él preferiría hablar de paz y de negociaciones de paz, según ha reconocido. De esta forma, ha reiterado que desgraciadamente han tenido que hablar hoy sobre municiones, “aunque manteniendo la puerta abierta a las negociaciones”.
En resumen, hoy se ha logrado un acuerdo general entre los ministros de Defensa de los 27. Penden aún algunas cuestiones que deben ser abordadas, a pesar de que todos han estado de acuerdo en la urgencia y necesidad de apoyar a Ucrania tan rápido como sea posible. Como consecuencia, el acuerdo “concreto y formal” aún no se ha adoptado. Previsiblemente esto tendrá lugar en la próxima reunión “Jumbo” del 20 de marzo, esto es, de los ministros de Exteriores y de Defensa de la UE.
No obstante lo anterior, los embajadores de la UE reunidos en el COREPER II sí han aprobado que se destinen 2.000 millones más al Fondo Europeo de Ayuda a la Paz.
El ministro de Defensa de Suecia, Pål Jonson, además de incidir en los resultados obtenidos hoy en relación con el apoyo a Ucrania pese a que falte el acuerdo formal del próximo día 20 de marzo, ha hecho especial hincapié en que una de las prioridades de Suecia durante su presidencia es aumentar la cooperación entre la UE y la OTAN pues “nunca antes habían trabajado de manera tan estrecha como en el periodo previo y durante la guerra”. Asimismo, se han centrado en discutir una mayor cooperación con Naciones Unidas en lo que concierne especialmente a las operaciones. De hecho, en el almuerzo también ha participado el secretario general adjunto de Operaciones de Paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, y la presidenta del Subcomité de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo, Nathalie Loiseau.
Sobre Naciones Unidas también hay que resaltar que hoy el secretario general Antonio Guterres ha visitado Kiev por tercera vez desde que comenzase la invasión. Durante su encuentro con el presidente Zelenski ha discutido sobre el apoyo de Naciones Unidas a la resolución sobre una paz justa, amplia y duradera en Ucrania adoptada el pasado 23 de febrero. Asimismo, el líder ucraniano ha subrayado: “En este momento, es Ucrania la que defiende los objetivos y principios de la Carta de la ONU. Por lo tanto, es ahora y en Ucrania donde se decide el futuro de la ONU y el papel global de las Naciones Unidas”. También ha agradecido a Guterres que condene de manera clara la agresión rusa como una violación a la Carta. Así pues, han discutido sobre la implementación de la Fórmula de Paz propuesta por Zelenski.
Por otro lado, han discutido sobre la continuación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro y ambos coinciden en que la extensión del acuerdo más allá del 18 de marzo “es de importancia vital para todo el mundo”.
Otro de los temas sobre los que el secretario Guterres ha puesto el acento ha sido sobre la necesidad de garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia, cerca de la cual hoy se ha registrado un incendio. Más concretamente, ha manifestado que Naciones Unidas está lista para ofrecer mediación y lograr la desmilitarización total del territorio de la central nuclear y asegurar la reanudación del funcionamiento normal de la planta.
Volviendo sobre lo sucedido en Estocolmo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante su participación en el almuerzo de trabajo con los ministros de Defensa de la UE ha hecho hincapié en que los aliados han enviado a Ucrania 150.000 millones de euros en ayuda desde el inicio de la guerra, incluidos 65.000 millones en ayuda militar.
Durante la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el gobierno de Canadá ha anunciado un nuevo paquete de asistencia a Ucrania. De un lado, el primer ministro Justin Trudeau y la ministra de Exteriores Mélanie Joly han confirmado que donarán 7 transformadores eléctricos para ayudar a Ucrania a reparar su red energética. Los generadores serán, además, entregados a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE.
De otro lado, en estrecha coordinación con la UE, financiarán las acciones de desminado en Ucrania con 3 millones de dólares adicionales. Cifra que ha de añadirse a los más de 32 millones de dólares que Canadá ya ha comprometido en este ámbito.
A colación de la situación energética, Ukrenegro, la operadora estatal de energía en Ucrania, ha confirmado que no han registrado déficits en el suministro en los últimos 25 días. Lo cual, supone todo un logro del lado ucraniano y de la rapidez con la que han podido restaurar y reparar parte de su infraestructura.
El primer ministro Denys Shmyhal por su parte también ha acordado con el comisario europeo, Maroš Šefčovič, los pasos adicionales para la integración de Ucrania en la UE y de la recuperación del sector energético.
Además, le ha agradecido el lanzamiento de la iniciativa para cambiar las bombillas antiguas por otras de bajo consumo en Ucrania y la asignación de 180 millones de euros para la compra de paneles solares para el país. Pese a que pueda parecer una ayuda no significativa, lo cierto es que sí lo es y así lo percibe el propio Shymhal considerando que es una contribución importante a la estabilidad energética y a una mayor transformación ecológica de Ucrania.
Por último, en las últimas horas la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, ha llegado a Emiratos Árabes Unidostras haber sido invitada a participar en el “Forbes 30/50 Forum” que está teniendo lugar en Abu Dabi desde ayer con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Durante su encuentro con el jeque Mohamed bin Zayen Al Nahyan le ha agradecido el apoyo de EUA en el plano humanitario y le ha presentado el proyecto de su fundación para construir viviendas seguras para acoger a menores en Ucrania. De hecho, Emiratos ha confirmado ya su participación en esta iniciativa. Asimismo, la primera dama ha visitado la Biblioteca y los Archivos Nacionales del país y ha donado libros en ucraniano como parte de su otra iniciativa encaminada a distribuir ejemplares en ucraniano en bibliotecas de todo el mundo. Por el momento, ya han logrado distribuirse en bibliotecas de más de 20 países.
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