Guerra de Ucrania – Día 350

Zelensky ha aterrizado hoy en el Reino Unido, como parte de una gira que le llevará mañana al Elíseo, en busca de más ayuda militar y financiera por parte de sus socios europeos. Los combates en Donetsk y Lugansk prosiguen, con avances para Rusia y a la espera de una ofensiva sobre la que hoy se ha vuelto a especular. Las polémicas del día han girado, no obstante, en torno al artículo escrito por el periodista norteamericano Seymour Hersh, en el que acusa a Washington y Oslo de estar detrás del ataque al Nord Stream y a un nuevo caso de ejecución de prisioneros rusos por parte de militares ucranianos.

La situación en Bakhmut es cada vez más difícil para los ucranianos, a nadie se le escapa. Los efectivos de Wagner Group, a costa de muchas bajas y de tácticas muy arriesgadas, como luchar a distancias mínimas de sus enemigos para que estos no puedan emplear su artillería con eficacia bajo riesgo de provocar incidentes de fuego amigo, están logrando poco a poco rodear la urbe, con una colaboración cada vez más estrecha del Ejército ruso.

Los objetivos de Moscú parecen estar claros: 1) una acción preparatoria destinada a disponer de un punto desde el que proyectarla uno de los ejes de la futura ofensiva; 2) Una acción encaminada a desgastar algunas de las mejores unidades ucranianas mientras el Ejército ruso se recompone y; 3) Un objetivo simbólico que permitiría al Gobierno ruso ofrecer un triunfo a su ciudadanía, después de meses de reveses.

Lo que no está tan claro, es cómo va a desarrollarse, de producirse finalmente, la hipotética ofensiva rusa. En las últimas horas un oficial del Ejército polaco ha hecho su predicción, basada en la doctrina rusa. Lo que Korowaj prevé, es un ataque en dos ejes tratando de rodear lo que se conoce como JFO, algo que realmente los rusos ya han intentado a lo largo de esta guerra, con un resultado nefasto.

Recordemos que una vez se retiraron de Kiev, tras demostrarse imposible la toma de la capital ucraniana, intentaron precisamente lo que relata el oficial polaco, viéndose frenados por los ataques de flanco ucranianos, que terminaron por causar una enorme sangría en sus oponentes, forzando una nueva redefinición de objetivos y la apuesta por concentrarse en las ciudades gemelas de Severodonetsk-Lysychansk, así como en la región de Lugansk.

Jaroslaw Wolski, quien se mostró bastante acertado a la hora de prever las direcciones iniciales de la invasión, en febrero/marzo de 2022, ha hecho un análisis mucho más cercano al que hiciésemos nosotros mismos días atrás. La cuestión aquí es que Rusia, a pesar de la movilización, ni dispone del mismo potencial ofensivo que hace un año, ni puede cometer los mismos errores, dejando largos flancos y líneas logísticas expuestas a la acción ucraniana.

De hecho, hace una afirmación interesante: el objetivo ruso no será tanto tomar Izium o Kramatorsk como causar grandes pérdidas a las fuerzas ucranianas, reuniendo una fuerza que podría superar a la disponible para las AFU en proporción de 2 a 1, se entiende que en número de efectivos y quizá en bocas de fuego. De hecho, predice que las bajas duplicarán a las sufridas en 2022.

En ciertos aspectos tiene sentido, pues no parece haber un objetivo territorial, como pudiese ser la toma de una ciudad, o la conquista del resto de la región de Donetsk que pudiese poner fin per se a la guerra, destruyendo la voluntad de lucha ucraniana o el apoyo de sus aliados a Kiev. Al fin y al cabo, la situación llegó a ser mucho más comprometida para la integridad ucraniana o su viabilidad futura como Estado, en algún punto de la primavera de 2022, cuando todavía se avenían a negociar.

Dicho esto, la alternativa rusa pasa por imponer el mayor coste posible en vidas a los ucranianos, buscando un desgaste que por una parte haga mella en la población, por otra limite las opciones ucranianas a la hora de lanzar con éxito su propia ofensiva más adelante y, por supuesto, que haga cuestionarse a sus aliados el apoyo prestado a Kiev. Es decir, ir a por lo que Rusia considera el «centro de gravedad» ucraniano, que no es su capital, ni tampoco es su Presidente, ni es la JFO, sino el elemento humano que conforma sus Fuerzas Armadas, así como el apoyo que sus aliados, aun a regañadientes en algunos casos, le prestan.

Lo consiga o no Rusia, parece difícil que su ofensiva, de llegar, pueda servir para cerrar la guerra. De una forma u otra, Ucrania lanzará la suya antes de sentarse a negociar, pues de otro modo ninguna de las entregas de armas que estamos viendo, tendría sentido. Que la ofensiva ucraniana sea exitosa o sea un fracaso, además de depender de la correcta asunción de lecciones dejada por experiencias como la de Jersón, dependerá de cómo la respuesta a lo que haga Rusia en las próximas semanas melle a las AFU, de ahí que Ucrania esté intentando al mismo tiempo lo que podría denominarse como «nadar y guardar la ropa», tratando de aguantar en Bakhmut por las razones que hemos ido señalando, pero rotando unidades cada poco tiempo para que su desgaste sea asumible y el «core» de las mismas se mantenga intacto, necesitando periodos mínimos de R&R.

Cambiando radicalmente de tema y antes de pasar al análisis de lo ocurrido sobre el terreno, cabe mencionar la polémica despertada hoy por un artículo publicado por el periodista estadounidense, ganador de un premio Pulitzer, Seymour Hersh, conocido por haber destapado numerosos escándalos relacionados con el Pentágono y con la CIA en la segunda mitad del pasado siglo, pero también por ir siempre en contra del mainstream, en ocasiones con sonoras equivocaciones. Según explica Hersh, serían los Estados Unidos y no Rusia quienes estarían detrás del ataque al Nord Stream, colofón a una operación diseñada durante meses.

El problema en este caso es el mismo que cuando se trata de acusar a Rusia: no hay pruebas, más allá de las circunstanciales. A lo largo de su artículo en ningún caso ofrece prueba alguna o alude a fuentes que puedan cotejarse, lo que obliga a cuestionarse la veracidad de las mismas. Y es que precisamente la gracia de los ataques en la Zona Gris, es la dificultad a la hora de atribuirlos, algo que hemos explicado hasta la saciedad. En el caso del ataque al Nord Stream, hay tantas razones o más que implican a Rusia, país que además cuenta con los medios más adecuados para llevar a cabo este tipo de ataques y, sin embargo, difícilmente esto se demostrará de forma fehaciente en alguna ocasión. Más importante es pues estar preparados para la siguiente acción de este tipo, provenga de donde provenga.

Más allá de lo anterior, hoy se ha publicado un vídeo extremadamente crudo en el que militares ucranianos ejecutaban a prisioneros pertenecientes a la empresa Wagner Group. Por más vueltas que se le quiera dar o por más que haya quien se aferre al hecho de que no son militares sino combatientes, es una acción injustificable y los responsables deben ser castigados. No es la primera vez que ocurren hechos de este tipo y en Ucrania deben entender que no todo está permitido, máxime si quiere pertenecer a lo que damos en llamar Occidente.

Por último, también conviene hacer una referencia, si acaso breve, a una noticia publicada por el diario estadounidense The Washington Post, en el que hablan sobre «fuertes indicios» de que la decisión de dotar a los separatistas prorrusos de sistemas antiaéreos habría sido tomada por el mismísimo Putin, algo que habría hecho posible el ataque al vuelo MH17 en 2014, con las consecuencias de todos conocidos. Tiene su lógica, pues enviar sistemas de este tipo a un proxy no es una decisión que se tome al azar ni que pueda ser asumida por los puestos más bajos de la cadena de mando. Al ser una decisión estratégica, más que operacional, corresponde al mando político. De hecho, no hay más que ver la lentitud con la que se toma la decisión de enviar determinados tipos de armas a Ucrania para entender cómo funciona el proceso y las resistencias que deben vencerse, especialmente en las democracias. En cualquier caso, incluso aunque apareciesen pruebas que indudablemente apuntasen a Putin, difícilmente se enfrentará nunca a las consecuencias, como es obvio.

Pasando al análisis de lo ocurrido hoy sobre el terreno, en las últimas horas y comenzando por el norte de la línea de frente, se han registrado ataques rusos en dirección a Syn’kivka, localidad que protege Kupiansk por el este y también hacia Novoselivs’ke, en este caso desde Kuzemivka. No hay cambios apreciables, a la espera de que los refuerzos rusos pertenecientes al 1º Ejército de Tanques de la Guardia (DMO) que están llegando a la zona entren en liza en los próximos días.

Más al sur, en torno a Kreminna, los ataques rusos continúan transformándose lentamente en pequeños avances tanto al noroeste de la localidad, hacia Ploshchanka, como en Dibrova y en los bosques al sur de Kreminna. También se han registrado ataques contra Bilohorivka y hacia Verkh’okam’yans’ke, como en las jornadas previas, aunque por el momento las posiciones ucranianas están aguantando.

Estos ataques, especialmente los dirigidos contra Verkh’okam’yans’ke, unidos a los lanzados contra Spirne y Fedorivka (por donde intentan flanquear Rozdolivka), dejan claro que una vez tomada Soledar y ahora que Rusia ha movido unidades a la zona, en breve incrementarán los esfuerzos por tomar Siversk, un objetivo que les fue imposible alcanzar tras la conquista de Severodonetsk y Lysychansk, pero que ahora podría ser asumible dada la relación de fuerzas tras la movilización.

En Bakhmut la situación continúa empeorando para los ucranianos, con avances rusos al norte de la ciudad, en donde posiblemente hayan cortado de forma efectiva los accesos a la E-40 al oeste de Krasna Hora, con combates registrados en las inmediaciones de la localidad de Zaliznyanske. También al este de la propia Bakhmut estarían logrando ganar metros, en combates casa por casa, mientras que al sur, en torno a Ivanivs’ke continúan con los esfuerzos por llegar hacia Chasiv Yar, sin que hoy se haya registrado ningún cambio de posición relevante. En vista de la situación, salvo sorpresa, Ucrania no debería tardar demasiados días en decretar la evacuación hacia líneas más seguras.

En el caso de Donetsk, hoy se habrían reportado ataques a todo lo ancho del frente, comenzando por Kam’yanka y Avdiivka, al norte de la capital regional, siguiendo por Vodyane y Permovais’ke y finalizando por Krasnohorivka y Mariinka. No hay cambios reseñables. Respecto a la propia Donetsk, hoy se ha registrado una fuerte explosión en un antiguo cine de la ciudad, aunque no está del todo claro a estas horas que pueda achacarse directamente a la guerra, bien sea por ataque artillero, bien por sabotaje. También en la zona de Vuhledar se ha vuelto a combatir, apareciendo nuevas evidencias de bajas rusas.

Mapa de situación actualizado a 8 de febrero de 2023. Fuente - @War_Mapper.
Mapa de situación actualizado a 8 de febrero de 2023. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada 350ª de guerra en Ucrania ha transcurrido de manera intensa, sobre todo para el Presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en vísperas del inicio de la Cumbre del Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas entre mañana y el próximo viernes. 

Durante el día hoy Zelenski se ha trasladado hasta el Reino Unido, en donde ha sido recibido por el primer ministro Rishi Sunak en Downing Street y también por el rey Carlos III en Buckingham. Asimismo, Zelenski ha visitado la base militar de Bovington Camp donde los soldados ucranianos están siendo entrenados. 

Volodímir Zelenski dirigiéndose a las dos cámaras del Parlamento británico. Fuente - Gobierno de Ucrania.
Volodímir Zelenski dirigiéndose a las dos cámaras del Parlamento británico. Fuente – Gobierno de Ucrania.

Además, ha sido claro ante el Parlamento británico en su petición para que se les envíe más ayuda militar: “Tenemos libertad. Dadnos alas para protegerla”. Más allá de las palabras, el gesto también cuenta pues Zelenski ha entregado al portavoz de la Cámara de los Comunes un casco de un piloto ucraniano en el que rezaba dicho mensaje. Por tanto, y como hemos venido destacando en los últimos informes, las autoridades ucranianas parecen reiterar su necesidad de recibir aviones de combate por parte de sus socios y aliados. 

De hecho, ha agradecido de antemano al Reino Unido el envío de “los poderosos aviones ingleses” que espera recibir en algún momento, haciendo especial hincapié en que saben que Rusia perderá y que la victoria cambiará el mundo. El premier británico en la rueda de prensa conjunta, al igual que haría hace unos días el presidente Macron, ha resaltado que “nada está fuera de la mesa”. 

Como cabía esperar, la Embajada de Rusia en el Reino Unido no ha tardado en advertir a Londres que el “derramamiento de sangre, la próxima ronda de escalada y las consecuencias militares y políticas resultantes para el continente europeo y el mundo entero” recaerían sobre su conciencia si envía aviones de combate a Ucrania. 

A colación, sobre el envío de aviones de combate F-16 también ha discutido hoy el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, con su homólogo neerlandés, Wopke Hoekstra, señalando que continúan su diálogo con Países Bajos y otros países para lograr la transferencia de los aparatos. También han conversado con el objetivo de coordinar los pasos de Ucrania y Países Bajos a nivel internacional a medida que se acerca el primer aniversario de la invasión. 

Retomando el hilo, con ocasión de la visita, el primer ministro ha realizado dos anuncios importantes. De un lado, y antes de que Zelenski aterrizase, ha aseverado que Londres proporcionará armamento de mayor alcance a Ucrania y que entrenarán a pilotos e infantes de marina ucranianos.

De otro, la imposición de nuevas sanciones contra élites y entidades rusas. En el comunicado oficial se detalla que esta nueva tanda de medidas restrictivas afecta a 6 entidades que proporcionan equipo militar como, por ejemplo, el fabricante de drones CST y RT-Komplekt que produce piezas para helicópteros. A esto se suman sanciones contra 8 personas y 1 entidad “conectadas a redes financieras nefastas que ayudan a mantener la riqueza y el poder entre las élites del Kremlin”. 

En su encuentro con el rey, Zelenski ha puesto de manifiesto que es un honor para él “ser el primer presidente de Ucrania en las relaciones ucraniano-británicas en ser honrado por el monarca británico con una audiencia”.  

Tras esta visita y al tiempo de escribir estas líneas se espera que el presidente Zelenski se desplace hasta París para reunirse con el presidente Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz esta noche. 

No es una cuestión baladí, pero el orden de las visitas oficiales que está haciendo el presidente Zelenski -al igual que realizan habitualmente otros dirigentes- no es azaroso y está marcado de simbolismo. 

Cabe recordar que su primera salida de Ucrania desde que comenzó la invasión fue a Estados Unidos y en el viaje de vuelta a Polonia, siguiéndole la visita de hoy al Reino Unido y posteriormente a Francia para reunirse con los líderes del eje franco-alemán y, por último, ya mañana, será el turno de Bruselas. Este orden está íntimamente ligado, además de con el apoyo recibido desde que comenzó la invasión y mucho más importante, con quiénes son interlocutores válidos para Zelenski. Un asunto que también hemos abordado en informes y artículos anteriores a colación de quién considera el Kremlin un interlocutor válido habiendo visto que en ningún momento ha mantenido llamadas telefónicas o recibido a ningún dirigente de la UE, si bien sí ha conversado tanto con Macron como con Scholz. 

Mañana, además, pese a que desde las Instituciones europeas se han mostrado cautelosas a la hora de afirmar o no si el presidente Zelenski acudirá presencialmente a la cumbre del Consejo Europeo tras haber sido invitado, todo parece apuntar a que así será. De desplazarse hasta Bruselas, se espera que el presidente intervenga ante el Parlamento Europeo, máxime teniendo en cuenta que fue la presidenta de dicha Institución, Roberta Metsola, la primera líder de la UE que visitó Kiev tras el inicio de la invasión. 

Una de las cuestiones que, sin duda, se pondrá sobre la mesa será la relativa al establecimiento de un mecanismo para dedicar los activos rusos incautados a la recuperación de Ucrania. Más concretamente, se espera que esta conversación la impulsen Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, dado que ya han pedido “una discusión política concluyente” para dar a la Comisión Europea “orientaciones concretas” para llevarlo a cabo. 

En paralelo, el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, durante su visita a Varsovia hoy y tras la realizada ayer a Kiev, ha confirmado que los representantes de Alemania, Polonia y Ucrania se reunirán para discutir el suministro de carros de combate de fabricación occidental a Ucrania la semana que viene. A la “cumbre de los carros de combate” también estarían invitados aquellos países que efectivamente quieren formar parte de la coalición. 

En el caso de Alemania, se esperara que el primer lote de 31 carros de combate Leopard 2A6 llegue a Ucrania a finales el mes de marzo o abril. A esto se suma que tras su visita de ayer Pistorius también confirmó que a finales de febrero Berlín entregaría cinco nuevos sistemas antiaéreos Gepard además de otros cinco vehículos de apoyo Pioneer Panzer 2A1 Dachs.

Desde Portugal se confirma finalmente el envío de tres Leopard 2 a Ucrania. Según ha informado el primer ministro Antonio Costa en estos momentos están reparando algunos de sus carros y, “de acuerdo con el plan estamos en condiciones de poder enviar tres de ellos en marzo”. 

Pasando de Alemania a Suiza, una encuesta revela que el 55 por ciento de la población de la Confederación respalda la reexportación de armamento a Ucrania. Si finalmente se levanta el veto, Alemania y España serían dos de los países que podrían verse beneficiados y, en consecuencia, podrían exportar munición y equipo militar de fabricación suiza, respectivamente, a Ucrania. 

Mientras tanto al otro lado del Atlántico, el presidente Joe Biden en el discurso del Estado de la Unión ante el Congreso ha reafirmado que Estados Unidos apoyará a Ucrania “el tiempo que sea necesario”. Palabras que, por supuesto, han sido agradecidas por el presidente Zelenski: 

En la misma línea, el secretario de Estado americano Antony Blinken ha conversado con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, sobre el “firme apoyo continuo a Ucrania mientras siguen luchando por su libertad casi un año después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala” y enfatizando al igual que el presidente Biden que “Estados Unidos continuará este apoyo durante el tiempo que sea necesario”. 

Para concluir, el Equipo Conjunto de Investigación sobre el derribo del avión MH17 de Malaysia Airlines en 2014 afirma que “hay fuertes indicios de que el presidente ruso decidió suministrar” el sistema de misiles Buk, arma empleada para dicho derribo. No obstante, los fiscales neerlandeses apuntan que, aunque hablen de pruebas sólidas “no se alcanza el alto nivel de prueba completa y concluyente”.


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