Guerra de Ucrania – Día 344

Mientras los mercenarios de Wagner continúan ganando terreno en las inmediaciones de Bakhmut, hoy se ha sabido que las primeras tripulaciones ucranianas de carros de combate Leopard 2 comenzarán su entrenamiento la próxima semana. Es una de las noticias publicadas al albur de la 24ª cumbre entre la Unión Europea y Ucrania, que tendrá lugar mañana y que posiblemente que podría quedar en parte eclipsada si desde los Estados Unidos se anuncia un nuevo paquete de ayuda militar, confirmando así la futura entrega de bombas planeadoras GLSDB.

Uno de los aspectos más sorprendentes de la guerra de Ucrania tiene que ver con la táctica y dejará sin duda numerosos análisis una vez los enfrentamientos lleguen a su fin. En varias ocasiones en las últimas semanas hemos podido ver tanto a integrantes del Ejército ruso como de la PMC Wagner Group, llevar a cabo asaltos de infantería por oleadas, en muchos casos con resultado negativo y un alto número de bajas.

Desde fuera, cabría pensar que apuestas de forma inconsciente por tácticas suicidas, asumiendo grandes pérdidas únicamente por incapacidad para explorar otras vías.. En cierto modo es así, aunque no debe subestimarse la formación de algunas unidades, como ocurre con los mismos integrantes de Wagner. No deja de ser verdad que si estamos viendo este tipo de acciones es porque Moscú carece de los medios adecuados para sobrepasar las defensas ucranianas. Sin embargo, lo cierto es que han intentado adaptarse a muchos niveles, incluso cambiando la forma en que utilizan a los francotiradores.

Sin embargo, no se puede obviar que lo que estamos viendo es la consecuencia de los avances tecnológicos asociados a la Revolución Militar en ciernes y que, en términos generales, favorecen el estancamiento y la defensiva sobre la ofensiva y el movimiento. Las armas contracarro modernas, los fuegos de precisión de largo alcance y especialmente la sensorización del campo de batalla, que se deja notar en la multiplicación de medios ISR de todo tipo, provocan que sea imposible esconderse, salvo que se recurra a fortificaciones, preferentemente varios metros bajo tierra.

Así las cosas, avanzar campo traviesa incluso con un fuerte apoyo de artillería, sigue siendo un ejercicio sumamente arriesgado, al que ambos bandos se enfrentan como buenamente pueden, especialmente una Rusia obligada a lograr avances. Además, a sabiendas de que la retaguardia, un espacio tradicionalmente seguro que no hace tantos años estaba apenas unos metros por detrás de la línea de contacto, ya no lo es tanto, incluso en ausencia de aviación, un fenómeno sobre el que ya alertaba John Keegan en los años 70.

En vista de esta situación, lo óptimo pasaría por enfrentarse a unas defensas que se demuestran formidables mediante la dispersión y la guerra no lineal, a ser posible recurriendo a un gran número de sistemas robóticos. Dado que en las actuales circunstancias, y a pesar de los tímidos intentos, esto es todavía imposible, ya que el desarrollo tecnológico (y más en el marco de la guerra de Ucrania) no es ni de lejos el adecuado, toca implementar otro tipo de medidas.

En esas está Rusia, que ha venido adaptando en sucesivas ocasiones sus tácticas para intentar romper las líneas defensivas ucranianas, formidables en el caso de los entornos urbanos, como han demostrado los casos de Járkov, Sumy y tantos otros, incluyendo más recientemente Bakhmut. Aquí, el coste humano asumido por Wagner Group está siendo exorbitado, como hemos explicado en alguna ocasión, pero es posiblemente la única forma realista de intentar su toma, en vista de las circunstancias.

En el siguiente gráfico se aprecia, tomando en cuenta las tácticas soviéticas, cuál era el emplazamiento de un puesto de mando divisionario en los años 80. Fuente - The Soviet Army: Operations and Tactics.
En el siguiente gráfico se aprecia, tomando en cuenta las tácticas soviéticas, cuál era el emplazamiento de un puesto de mando divisionario en los años 80. Fuente – The Soviet Army: Operations and Tactics.
Formación de marcha de las unidades soviéticas en los años 80. Fuente - The Soviet Army: Operations and Tactics.
Formación de marcha de las unidades soviéticas en los años 80. Fuente – The Soviet Army: Operations and Tactics.

De esta forma, asistimos a un espectáculo dantesco, en el que tras importantes preparaciones artilleras, múltiples pequeños grupos se lanzan contra las defensas ucranianas, dado que está asumido que los vehículos -blancos mucho más suculentos- sufrirán indefectiblemente pérdidas inasumibles, como hemos visto recientemente en escenarios como Vuhledar. Se confía en que la dispersión y la abundancia de «carne de cañón» (no hay más que ver el equipamiento individual para comprobar que Moscú no tiene ninguna intención de invertir más que un puñado de rublos por infante) sean suficientes para tomar algunas posiciones a partir de las cuales avanzar.

Esto se ve a la perfección en Bakhmut, en donde después de emplear a fondo la artillería para la neutralización (recordemos lo que explicamos al respecto hace unos días), grupos de mercenarios -últimamente también miembros del Ejército ruso- tratan de acceder al interior de la urbe desde el noreste, este y sur (Opytne). En términos generales, estos grupos están dirigidos por el personal más veterano y mejor formado, y a costa de sacrificar a los elementos más bisoños, permite obtener algunas ganancias mientras la cortina de artillería hace su trabajo.

Posteriormente, los ucranianos se aprovechan del mejor conocimiento del terreno, de la precisión de las armas guiadas y de la superioridad en cuanto a formación y tecnología de sus infantes, para tratar de retomar las posiciones ganadas por los rusos, algo que consiguen recurrentemente, limpiando célula a célula. Pese a ello, no siempre es posible, pues en ocasiones un segundo asalto tiene lugar antes de que puedan eliminar a los de la primera oleada, resultando en pequeñas ganancias incrementales como las que estamos viendo.

Por supuesto, hacer de estas victorias tácticas éxitos operacionales requiere mover grandes unidades y aplicar una doctrina de armas combinadas con la consiguiente exposición, algo que no está tan claro que vaya a funcionar en el futuro próximo, en vista de lo ocurrido en los primeros días de guerra. Sin embargo, tienen efectos tanto en cuanto a la política interna, como en el caso de localidades como Bakhmut, Kreminna o si algún día es tomada, Vuhledar, de cara a los combates que están por venir.

Dicho lo anterior, y pasando al análisis de lo sucedido hoy sobre el terreno, cabe comenzar por el área de Kreminna, al sur de la línea Troits’ke-Svatove-Kreminna, en donde el Ejército ruso con las VDV al frente se muestra cada día más activo. Así, en las últimas horas se han registrado ataques rusos sobre Nevs’ke, Ploshchanka, Chervonopopivka, los alrededores de Dibrova, Kuz’myne, Bilohorivka y Spirne, es decir, prácticamente a todo lo largo del recodo del río Donetsk.

Lo que no está claro por el momento es si esto a lo que asistimos se trata de «simples» contraataques rusos destinados a frenar a los ucranianos en su avance o si, por el contrario, es una ofensiva en toda regla, algo que desde Kiev esperan que se produzca más adelante, coincidiendo con el aniversario del inicio de la invasión.

En torno a Bakhmut la situación es más intensa si cabe. En las últimas horas los mercenarios de Wagner se han hecho con la localidad de Mykolaivka, al norte de Krasnopolivka y muy cercana a la vital Rozdolivka, cuya toma permitiría sobre el papel amenazar las defensas rusas en dirección a Siversk. Además de esto, se han registrado combates en Blahodatne, Krasna Hora, el noreste de Bakhmut, en donde se lucha ya en algunas áreas residenciales y el norte de Klishchiivka.

Un día más, y sigue resultando extraño, no hay noticia alguna de la situación en Donetsk, más allá de los habituales bombardeos, que en este caso habrían afectado a las localidades de Syeverne, Avdiívka, Pervomais’ke, Nevels’ke, Krasnohorivka, Maiínka, Pobjeda y Novomykhaylivka. Lo mismo para el sur, en Vuhledar, en donde lo único que ha trascendido es que el Ejército ruso continúa moviendo refuerzos, con lo que es de prever que los ataques se reanuden en las próximas horas.

Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 2 de febrero de 2023. Fuente – @War_Mapper.
Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 2 de febrero de 2023. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Respecto a la actualidad internacional e institucional, la noticia del día tiene que ver, sin duda, con la próxima cumbre Unión Europea-Ucrania, que se celebrará mañana. Así, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunirán con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski en la que será la primera cumbre de este tipo desde el comienzo de la agresión rusa y desde que el Consejo Europeo concedió a Ucrania el estatuto de país candidato. Los dirigentes debatirán sobre:

  • la senda europea de Ucrania y el proceso de adhesión,
  • la respuesta de la UE a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania,
  • las iniciativas de Ucrania por una paz justa y por la rendición de cuentas,
  • la cooperación en cuestiones de reconstrucción y ayuda y en el ámbito de la energía y la conectividad,
  • la seguridad alimentaria mundial.

Como es habitual tras este tipo de encuentros, se espera que los dirigentes hagan una declaración conjunta al término de la cumbre. Aunque se desconoce el contenido, se ha publicado que podría incluir una referencia a los progresos que el país ha hecho en relación con su posible membresía futura, a pesar de que todavía hay divisiones en el seno de la UE referentes al ritmo de la adhesión.

Mientras tanto, los ucranianos han ido publicando diversas noticias desde su portal gubernamental, avanzando que esperan por ejemplo que el acuerdo de libre comercio con la UE se extienda hasta finales de 2024. También que planean lanzar un programa a «gran escala» de energía solar para hogares con ayuda de la Unión. Además, Denys Shmyhal ha publicado en Twitter una fotografía en la que firmaba, junto a Von der Leyen, el acuerdo sobre la participación de Ucrania en el Programa de Mercado Único, con un presupuesto de 4.200 millones de euros.

También se han comenzado a anunciar nuevas ayudas a Ucrania, como un programa por valor de 25 millones de euros que servirá para financiar el destinado, o el aumento del objetivo de formación de militares ucranianos, que ya adelantamos ayer. Incluso, Dmytro Kuleba ha agradecido a la UE los 545 millones del séptimo paquete de ayuda militar (500 a través de la European Peace Facility + 45 adicionales) concedida a Ucrania, aunque lejos de ser una novedad, es algo que ya se publicó días atrás.

Respecto a la formación de tropas, si bien la Unión Europea se había fijado inicialmente una cifra de 15.000 militares ucranianos a formar a lo largo de los próximos meses, esta cifra se ha visto incrementada tras la última decisión hasta los 30.000 efectivos. Además, las primeras tripulaciones de carros de combate ucranianas según se ha sabido, comenzarán su adiestramiento en el manejo de los Leopard 2 a lo largo de la próxima semana, iniciando así un proceso cuya duración todavía no está nada clara y que podría variar según el país que la ofrezca y la variante de carro de la que hablemos.

Por último, para concluir con la UE, Von der Leyen ha prometido hoy a Zelenski que la décima ronda de sanciones a Rusia sería aprobada antes del próximo 24 de febrero, cuando se cumplirá un año desde el inicio de la invasión.

Más allá de Ucrania y la UE, hoy Putin –quien ha participado en la celebraciones por el 80º aniversario de la victoria soviética en Stalingrado– ha querido dejar claro en una reunión ante miembros de organizaciones patrióticas y juveniles algo sobre lo que hablamos en el informe de ayer:

“Nuestra principal prioridad es preservar Rusia, crear las condiciones para su desarrollo sostenido y fortalecerla, y esta misión ciertamente se completará”, señaló el jefe de Estado.

Hacemos referencia al informe de ayer, porque en él explicamos cómo Rusia no está luchando por un territorio concreto, sino por una idea de lo que Rusia debe ser, una lucha que en ciertos sentidos es espiritual y tiene mucho que ver con el nacionalismo entendido en términos territoriales, pero casi más con lo moral y con cierta visión del «alma rusa», asociada a la historia común, la fe ortodoxa, etc.

En este sentido, como alertábamos en el mismo informe, es poco razonable intentar razonar -valga la redundancia- con quien tiene una idea tan fija y firme. De hecho, lo más probable es que si se alcanza algún tipo de alto el fuego -y salvo que el Gobierno de Putin haya caído-, este no sea más que un periodo temporal de paz mientras Moscú se prepara para una nueva guerra, pues Ucrania es irrenunciable, ya que cederla a Occidente supondría algo parecido a renunciar a la propia Rusia (de la que Ucrania es, para Putin, parte).

Solo así se entienden declaraciones como las de hoy de Lavrov, a propósito de Moldavia, acusando a las potencias occidentales de pretender hacer de este país la «próxima Ucrania». Las declaraciones no tienen desperdicio, habiendo afirmado el jefe de la diplomacia rusa que:

«Occidente ahora tiene la vista puesta en la República de Moldavia para desempeñar el papel de la próxima Ucrania . Ahora se considera a Moldavia para este papel. En primer lugar, porque ellos (los occidentales) fueron capaces de poner al frente del país un presidente por métodos muy concretos, lejos de ser libremente democráticos, un presidente que quiere entrar en la OTAN, que tiene nacionalidad rumana, que está dispuesto a unirse con Rumanía y que, en general, está lista para casi todo”

También hoy ha tenido lugar una reunión entre el Secretario de Defensa británico, Ben Wallace y el Primer Ministro australiano, Richard Marles, en el que se han tratado, entre otros temas, el de la ayuda y el compromiso con Ucrania. Por el momento no ha trascendido si lanzarán algún tipo de ayuda conjunta o si simplemente han tratado de coordinar sus posiciones más si cabe.

Hablando de Wallace, Ben Wallace, hoy a diferencia de lo que hizo recientemente Biden, no descartó suministrar a Ucrania aviones de combate a Ucrania. Según sus declaraciones: “En el tema de los aviones fui claro. Si hay algo que hemos aprendido del año pasado, es no hacer nada por adelantado y no descartar nada». No obstante reconoció que entrenar a los aviadores ucranianos, podría llevar «meses».

Por otra parte, continúa la polémica en torno a la próxima celebración de los Juegos Olímpicos de verano, que Ucrania ha amenazado con boicotear si se permite la participación de atletas rusos. De hecho, hoy desde el Estado Mayor del país han lanzado un tuit de lo más ilustrativo, dejando clara cuál es su postura. Resulta hasta cierto punto curioso que en la época moderna los Juegos Olímpicos se hayan utilizado una y otra vez como arma diplomática, cuando la idea original en la época clásica era básicamente la contraria.

En relación con el tema, la Primera Ministra de Estonia, Kajsa Kallas, se ha reunido hoy con el Presidente del movimiento paralímpico, a quien ha agradecido su «postura y sus principio» en referencia a la participación de atletas rusos y bielorrusos en las olimpiadas «mientras los atletas ucranianos mueren defendiendo a sus familias y sus hogares de Rusia».

Desde Washington, mientras tanto, han aprobado la participación de atletas rusos en las Olimpiadas, siempre que lo hagan bajo bandera neutral, es decir, que no expongan sus propias banderas.

Por otra parte, continúan las expulsiones de diplomáticos rusos desde estados europeos. El último caso ha sido el de Austria, que ha echado del país a 4 integrantes del cuerpo diplomático ruso por actos «incompatibles con su status diplomático», aunque no han explicado cuál es el motivo concreto de la expulsión, aunque se achaca a que realizaban labores de espionaje. Dos de ellos trabajaban en la embajada rusa en Viena, mientras que los dos restantes formaban parte de la misión permanente ante las Naciones Unidas.


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