La jornada 1334ª de guerra en Ucrania ha estado protagonizada por las discusiones en torno a las palabras de Trump, quien habría intentado forzar a Zelenski a aceptar las premisas del Kremlin según algunas fuentes, algo que otras niegan. Sea o no, sí ha dejado claro el norteamericano que Rusia se quedará parte del territorio ucraniano, al tiempo que desde este último país aseguran estar trabajando muy seriamente en la preparación del próximo encuentro entre Trump y Putin. Y es que, más allá de lo que ocurra en Ucrania, hay cuestiones bilaterales que son mucho más relevantes, al menos desde la óptica de la Casa Blanca, lo que condiciona su apoyo a Kiev y explica en buena parte los vaivenes de Trump. Mientras tanto, los combates continúan, con una situación cada vez más complicada en puntos como Limán o Pokrovsk y Myrhorad.
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(A partir de mañana ya podremos realizar los informes con cierta normalidad…)
En las últimas horas habríamos asistido, según algunos analistas, al enésimo cambio de opinión de Donald Trump respecto a la forma en que debería cerrarse la guerra de Ucrania. Sin que esto signifique que vaya a dejar de apoyar a su aliado, por el momento parece que se descarta la opción de los Tomahawk, al tiempo que podría estar presionando a Kiev para que acepte los términos de Putin, sin dejar demasiado claros cuáles son.
Ahora bien, es una información a tomar con todas las precauciones, ya que no todas las fuentes coinciden en ello, ni mucho menos. Sea como fuere, los ucranianos ya han dejado claro que se niegan a retirar a sus militares de ningún punto en el que estén ahora mismo y previsiblemente, como en ocasiones anteriores, busquen nuevamente el apoyo de sus aliados de la UE como forma de presionar a Washington.
A propósito de las exigencias de Putin, recordemos que en el informe de ayer ya se decía que Putin podría haber exigido el Donbás, como añadido a los territorios de Ucrania que ya controla (nadie se plantea un intercambio por Zaporiyia o Jersón). No hay datos fiables como para saber si estaría dispuesto a otros cambios territoriales, sea en Járkov, Sumy, algunas porciones de Zaporiyia o Jersón que no comprometan el «corredor terrestre», etc. Tampoco para elucubrar acerca de cuál sería la situación en la que quedarían puntos en disputa como Vovchansk o instalaciones sensibles, como la mina de Udachne, que Rusia no controla, pero que estaría demasiado amenazada como para funcionar con normalidad si desde el Kremlin consideran necesario presionar de esa forma.
Del mismo modo, aunque Trump habría afirmado que Putin le habría dicho que de no aceptar los términos «destruiría» Ucrania, lo cierto es que este no deja de ser un argumento demasiado débil, ya que es la amenaza habitual. Además, desde Rusia siempre han dejado clara su disposición a luchar este conflicto «hasta el final». Así las cosas, y sin contexto, resulta también difícil saber si las palabras de Trump se basarían simplemente en la disposición rusa a llegar hasta el final previa movilización y aceptando el coste que sea en tiempo y bajas (opción más probable) o si, por el contrario, estas palabras esconderían una referencia a una hipotética escalada vertical, sea en forma de ataques a la infraestructura rusa o más allá, hacia lo nuclear (opción muy improbable, pues EEUU sigue ofreciendo disuasión suficiente).
Más bien parece que, una vez más, Trump simple y llanamente está demostrando su prisa por poner fin a un conflicto aunque sea de forma endeble e inestable, como en Oriente Próximo, anotándose un tanto y recuperando de paso cierto ancho de banda para centrarse en otras cuestiones de su interés, desde Venezuela al restablecimiento de las relaciones comerciales y económicas con Rusia, algo lógicamente del agrado de Ucrania), amén de «desatascar» la cuestión estratégica con este país (eso sí, mientras buscan sustituir a Rusia como suministrador de gas y petróleo a Europa
Este último punto nunca debe minusvalorarse, pues como explicamos los EEUU deben llegar a algún tipo de acuerdo que les permita sentirse cómodos a la vez que se asegure una estabilidad estratégica que ya no es una diada, como en la Guerra Fría (URSS/Rusia Vs EEUU) sino una complicada triada de la que también participa China e, incluso, una combinación más compleja si cabe si tenemos en cuenta el papel de otras potencias como Corea del Norte, que introducen un punto adicional de incertidumbre.
Y todo lo anterior, mientras la guerra de Ucrania no sólo se libra en el interior de este país o de la propia Rusia, sino que como hemos visto en otras ocasiones en África u Oriente Próximo, ambos contendientes podrían estar dirimiento sus diferencias mucho más allá de sus fronteras a través de terceros, como en este caso Pakistán, Afganistán, Myammar o Bangladesh… (aunque hay dudas respecto a lo ocurrido en Dhaka).
Pasamos ahora a hablar de los intercambios de ataques a larga distancia. Un apartado en el que apenas hay noticias, en buena medida porque el informe de ayer fue publicado bastante más tarde de lo habitual, recogiendo las novedades que se habrían producido hasta entonces.
Dicho esto, la noticia más relevante de la jornada tiene que ver con los ataques rusos contra la región de Dnipropetrovsk, que habría sido batida con drones y bombas planeadoras. Y, concretamente, con un incidente que ha afectado a unas instalaciones mineras, que ha culminado con 192 trabajadores atrapados en el subsuelo tras los ataques rusos, lo que ha forzado a lanzar una operación de rescate que está en marcha a estas horas. Para ser exactos, drones tipo Geran-2 rusos habrían alcanzado una subestación eléctrica en la ciudad de Ternovka, provocando un apagón que habría afectado a las instalaciones mineras.
Del lado contrario, sigue haciéndose evaluación de daños tras los recientes ataques ucranianos contra la planta de procesado de gas de Oremburgo, que ha forzado a suspender los envíos que llegan a la misma desde el vecino Kazajistán y la refinería de Novokuibyshevsk.
En cuanto a los combates y los movimientos, mientras se habla sobre los envíos de munición bielorrusa a Rusia, como puede verse sobre estas líneas, continúan las grandes tendencias de los últimos días tanto en el Oskil, como en Myrhorad/Pokrovsk y los ríos Vovcha y Yanchur.
Comenzamos por Limán, en donde los ataques rusos contra dicha ciudad son cada vez más consistentes, al tiempo que el Ejército de este país continúa sin apartarse ni un ápice de su manual, cortando antes de un intento de asalto directo, las carreteras y vías férreas que permiten abastecerla.
En Myrhorad/Pokrovsk, apenas hay noticias nuevas, más allá de que continúan los ataques rusos tanto al noreste y sureste de la primera de estas ciudades (mientras los rusos siguen afianzando sus posiciones en el saliente de Dobropillia), como desde el sur de la segunda, cada vez más cercadas ambas. Además, se han registrado bombardeos con FABs en zonas al norte de Pokrovsk, que posiblemente adelanten los próximos pasos rusos y que, por de pronto, sirven para eliminar cualquier punto de resistencia ucraniano a través del overkill, causando de paso una notable confusión.
En el sector del Vovcha, las cosas no están mucho mejor. Al norte, prosiguen los intentos rusos por hacerse con el recodo que forma este río, así como por ir más allá, ascendiendo en dirección norte en paralelo al Solona. En dirección al río Yanchur, al sur del sector, el Ejército ruso habría tomado Novomykholaivka, a pesar de los intentos de restablecimiento de las AFU, lo que implica disponer de una nueva cabeza de puente en la zona.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada dominical la actividad institucional y diplomática se ha reducido considerablemente, teniendo en cuenta que durante la semana ha habido reuniones de ministros de Defensa de la OTAN y de la UE, del grupo de Ramstein, llamada entre Putin y Trump, y la reunión entre los líderes de EE. UU. y Ucrania en la Casa Blanca.
Precisamente sobre esta última han comenzado a filtrarse detalles; relacionados también una vez más con la actitud del presidente Trump respecto de Ucrania. Según Financial Times, el presidente Trump instó a Zelenski a aceptar las condiciones de Putin para poner fin a la guerra, es decir, entre otras y como decíamos en nuestro informe anterior, la cesión de Donetsk a cambio de algunas áreas en las óblasts de Jersón y Zaporiyia. De hecho, también advirtió al ucraniano que, de lo contrario, Putin le había dicho que “destruiría” a Ucrania si no aceptaba. Además, de esto, según las mismas fuentes, Trump descartó mapas de la línea del frente en Ucrania y repitió continuamente los puntos de conversación que Putin había puesto de manifiesto en su llamada del día anterior a la reunión con el líder ucraniano.
Sin embargo, el propio Trump ha negado la mayor, declarando a la prensa durante la noche que Putin y él no discutieron sobre el Donbás y reiteró su deseo de que ambas partes se detengan donde está la línea de frente. Además, señalaba que el 78% del Donbás ya está ocupado por Rusia y que pueden negociar algo más adelante.
Por otro lado, Trump comentaba en una entrevista para Fox News (emitida este domingo, pero grabada justo después de que hablase con el líder ruso) que el presidente Putin ha “ganado ciertas propiedades” durante la invasión y se espera que se quede con territorio ucraniano como parte de un acuerdo de paz.

Desde Moscú, María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores, comentaba que los diplomáticos rusos están llevando a cabo una labor “muy exhaustiva y verdaderamente seria” para preparar la próxima reunión entre Trump y Putin. No obstante, del lado de Rusia no han dicho nada respecto de la posible fecha.
El presidente Zelenski por su parte declaró antes de volver a Ucrania para NBC que “Si queremos detener esta guerra y entablar negociaciones de paz urgentemente y por la vía diplomática, debemos quedarnos donde estamos y no darle nada extra a Putin solo porque él lo quiera, porque es un terrorista”.
Igualmente, declaró su disposición para ir a Budapest y reunirse con Putin y Trump, al tiempo que instaba a EE. UU. a ejercer más presión sobre Moscú que “es bastante similar a Hamás, pero más fuerte”.
Ya en Kiev, el presidente Zelenski se dirigía a la población en su discurso diario en el que, entre otros, destacaba que se están comunicando casi a diario con los líderes para asegurarse de que todos en Europa tengan una postura común sobre la presión a ejercer sobre Rusia, enfatizando que “no le haremos ningún favor al agresor ni olvidaremos nada” dado que Moscú representa una amenaza a largo plazo. Asimismo, el líder ucraniano ha instruido a sus diplomáticos y ha discutido con los líderes para que se prepare la Coalición de Voluntarios “próximamente”, pero sin ofrecer ninguna fecha.
Por otro lado, el líder ucraniano se ha referido a la cuestión energética defendiendo que en Europa debería haber cero energía rusa. Así, destacaba que las señales de EE. UU. son claras, pues “están listos para suministrar a Europa tanto gas y petróleo como sea necesario para reemplazar los suministros rusos”. En el caso de Ucrania, Zelenski confirmaba que han presentado propuestas a EE. UU. en materia de infraestructura de gas, generación de energía nuclear y otros proyectos.
Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, ya se encuentra en Luxemburgo para participar en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE. Allí, se ha reunido con su homólogo turco, Hakan Fidan, para discutir, entre otros, sobre los últimos acontecimientos geopolíticos, las vías para lograr una paz justa y duradera, y sobre cómo el impulso de paz en Oriente Medio puede contribuir a la paz en Ucrania y Europa, si bien Sybiha también informó a su homólogo sobre la reunión entre Zelenski y Trump. Con todo, los ministros se centraron en la seguridad europea, los acontecimientos en el mar Negro y las formas de profundizar la asociación estratégica entre Ankara y Kiev en materia de seguridad, industria de defensa, comercio y cooperación humanitaria.
Para concluir, según RFE/RL la UE está considerando mover parte de su Misión de Asistencia Militar de la UE a Ucrania (EUMAM Ukraine) y la Misión Asesora para la reforma del sector de seguridad civil (EUAM) a territorio ucraniano y ampliar su apoyo a Kiev. De este modo, el plan sería permitir que los instructores de la UE operen dentro de Ucrania por primera vez. Sin embargo, para modificar los mandatos de las misiones y, en este caso, ampliarlos, se requiere la unanimidad de los Veintisiete.

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