Guerra de Ucrania – Día 1329

La jornada 1329ª de guerra es una jornada de expectación, pues son muchos los que creen que a lo largo de las próximas horas podrían hacerse importantes anuncios relacionados con la ayuda militar a Ucrania, con la vista de todos puesta en el posible envío de Tomahawks por parte de Estados Unidos a este país. Una cuestión controvertida, pues si por una parte el Kremlin intenta disuadir de ello a Washington rescatando la amenaza nuclear, por otra la Casa Blanca seguramente ligue la cuestión a los compromisos por parte de sus aliados de adquirir material militar para Ucrania a través de la iniciativa PURL. No es, ni mucho menos, la única cuestión relevante en un día en el que habrá también reuniones del Grupo de Ramstein, del Consejo de Exteriores de la UE con la participación de los ministros de Defensa y del G7. Y mientras tanto, han continuado los ataques por una y otra parte contra la infraestructura eléctrica contraria, con Ucrania sufriendo apagones en varias regiones y han seguido los combates, con especial atención a Kupiansk, el saliente de Dobropillia y Pokrovsk un día más.

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Rusia ha vuelto a esgrimir la amenaza nuclear, del mismo modo que lo hicieran en otros momentos de la guerra, como otoño de 2022, cuando las cosas en el campo de batalla pintaban muy mal para el régimen de Putin, tras los éxitos ucranianos en Járkov y Jersón.

Lo ha hecho a propósito del posible envío de misiles Tomahawk, que podría anunciarse entre el jueves y el viernes, dado el viaje de Zelenski a los Estados Unidos, y el hecho de que hay, casi al mismo tiempo, tanto reunión ministerial en la OTAN, de ministros de defensa en la UE y, también, reunión del Grupo de Ramstein y, también, reunión de ministros de finanzas del G7. Mucho ruido de fondo que podría desembocar en anuncios relevantes en favor de Ucrania, una vez consumado el cambio de parecer en Washington.

Lo ha hecho, además, mediante dos altavoces diferenciados: Medvedev y Lukashenko, pero con un mismo mensaje común y un argumento de lo más naíf: qué el empleo de misiles de crucero Tomahawk contra territorio de la Federación de Rusia podría desembocar en una guerra nuclear, debido a la imposibilidad por parte de este país a la hora de distinguir si se trata de vectores armados con cabeza de guerra convencional o nuclear.

Decimos que es un argumento banal, por una razón muy sencilla: Rusia sabe de sobra que no hay intención de primer ataque y que, de llevarse a cabo este, sería a una escala mucho mayor de lo que pueden suponer un puñado de misiles de crucero, implicando también por fuerza bombarderos furtivos, submarinos de ataque hundiendo los SSBN rusos, etc. Además, los contactos entre la Casa Blanca y el Kremlin son constantes y se advertiría de los lanzamientos con casi total seguridad, del mismo modo que la propia Rusia advirtió a los estadounidenses previamente, antes de lanzar un misil balístico Oreshnik que no es sino un misil pensado para un uso nuclear estratégico modificado para funcionar aprovechando únicamente la energía cinética de los vehículos de reentrada.

Así las cosas, a pesar de los miedos que el Kremlin intenta infundir en los aliados de Ucrania, buscando por todos los medios evitar el envío de un armamento que podría dar la puntilla a su sector de hidrocarburos (dentro de que ningún sistema de armas por sí solo va a decidir el resultado de la guerra), después de que los Estados Unidos hayan estado apoyando a Kiev con inteligencia, para que Ucrania lograse sacar un mayor partido de sus propias armas de largo alcance, las posibilidades reales de escalada son muy bajas, si se dan los pasos correctos. Y si llega a producirse algún tipo de escalada (que sin duda se dará al menos en la Zona Gris), debería ser asumible.

Cambiando de tercio, tenemos una nueva noche de apagones en Ucrania, país cuya infraestructura crítica ha vuelto a ser atacada por Rusia. Se habla, de hecho, de más de una veintena de drones de largo alcance de la familia Shahed (que Ucrania intenta combatir, entre otros, mediante drones C-UAS Sting) empleados contra una central eléctrica en Kamianske, localidad sita en la región de Dnipropetrovsk, lo que ha dejado la ciudad sin suministro eléctrico ni agua. A falta de datos oficiales, se habla también de nuevos ataques con misiles balísticos Iskander.

La empresa ucraniana DTEK ha anunciado, además, cortes no sólo en dicha región, sino también en la de Donetsk o en la de Kiev. En este último caso, los ataques han provocado una sobrecarga de la red eléctrica que ha culminado con el suministro eléctrico interrumpido en buena parte de la región capital, afectando a los distritos de Holosiivskyi, Shevchenkivskyi y Pecherskyi. Además, ha sido atacada con drones también Pavlograd, así como Mykolaivka, en Sloviansk, donde ha sido alcanzada una escuela también por estos drones.

Por otro lado, se ha registrado un tiroteo por investigar en la ciudad de Sumy, un ataque con drones FPV se ha llevado por delante la vida de un civil en Nikopol, un convoy de la misión humanitaria de las Naciones Unidas habrían sido atacado por Rusia en la región de Jersón y las bombas planeadoras y la artillería (que ha dejado cuatro muertos y tres heridos en Jersón) han vuelto a ser empleadas con profusión contra distintos puntos cercanos al frente, con especial virulencia en localidades como Druzhkivka.

Del lado contrario, los ucranianos han hecho lo propio en las últimas horas, atacando una subestación eléctrica rusa en Arzamasskaya, concretamente una instalación de 500 kV situada unos 700 kilómetros en el interior de Rusia. En este país, la red, salvo que estemos equivocados, se divide en el caso de la alta y extra alta tensión, en subredes de:

  • 1.150 kV: Rusia posee unas pocas líneas de ultra alta tensión para proyectos específicos, caso de Siberia, que permiten transmitir energía a distancias extremas, aunque su empleo es muy limitado;
  • 750 kV: Usada para líneas de transmisión de larga distancia, especialmente en regiones como el norte o este del país, donde se conectan grandes centrales hidroeléctricas o térmicas con centros de consumo;
  • 500 kV: Similares a otros países, sería el nivel clave para la red troncal nacional, transportando energía a largas distancias;
  • 330 kV: Utilizadas para transmisión regional o interconexión entre grandes nodos y;
  • 220 kV: Común para redes de transmisión regionales, al conectar subestaciones de menor escala.

A partir de ahí habría otras redes de 110, 35, 10 o 0,4 kV para otros usos, locales o residenciales, que revisten menor importancia, de forma que, como vemos, los ucranianos estarían buscando, como hacen los rusos con sus Shahed y misiles, efectos sistémicos que paralicen la industria pesada o permitan colapsar el sistema en su conjunto.

Todo ello mientras, después de dos días, sigue ardiendo la terminal de hidrocarburos de Feodosia, en la península de Crimea.

Pasando a la actualidad sobre el frente, debemos comenzar nuestro repaso compartiendo la decisión del Gobierno ucraniano de evacuar obligatoriamente a las familias con menores a su cargo de 40 nuevos asentamientos localizados en torno a Kupiansk. También con nuevos datos sobre el reclutamiento en Rusia, que permanece estable a costa de seguir incrementando los bonus.

Dicho esto, la guerra continúa con los ucranianos intentando conservar vidas gracias al empleo de drones, mientras en la mayor parte del frente son los DRGs rusos, sobre vehículos ligeros, los que cargan con el peso de la ofensiva. Drones que, por cierto, intentan combatirse con la instalación masiva de redes sobre las carreteras, que habíamos visto inicialmente en puntos como la carretera de Bakhmut a Chassiv Yar, pero que con el paso del tiempo se ha generalizado.

Comenzando por Sumy/Kursk, lo más relevante serían los progresos ucranianos de los últimos cuatro días en el interior de Oleksíivka, que les habrían llevado a alcanzar el centro de dicha población.

En cuanto a Kupiansk, Rusia habría continuado enviando nuevas unidades de refuerzo a esta zona del sector del Oskil, donde como hemos visto han sido anunciadas evacuaciones masivas y se sigue hablando de una posible retirada de las AFU de zonas céntricas de la urbe.

Al sur del Oskil, en dirección a Limán, las tropas rusas han seguido afianzándose en Dobrysheve y Stavky, tras lanzar ataques en dirección sur desde este saliente.

En dirección a Konstyantynivka, aunque ya la semana pasada había cuentas que hablaban de una retirada ucraniana de todo el territorio al sur de Kleban-Byk (una vez más), todo indica que los ucranianos continúan operando en la zona, al menos si no con unidades completas, sí con incursiones destinadas a mantener a los rusos alejados el máximo tiempo posible de los embalses.

En dirección a Dobropillia, mientras sigue hablándose sobre el ataque blindado ruso contra el sur de Shakove, que culminó en buena medida en tragedia, la situación sigue siendo caótica, con informaciones muy enfrentadas y difíciles de contrastar. En cualquier caso, con la presencia del «carnicero de Vuhledar» en la zona, y de la 155ª división rusa, lo más previsible es que las acciones mecanizadas, por las razones explicadas en informes pasados, continúen produciéndose durante los próximos meses, independientemente del coste en vehículos y vidas.

En Myrhorad/Pokrovsk continúan los ataques rusos especialmente al sur de la segunda de estas dos ciudades. Por el contrario, al suroeste de dicho sector, las Fuerzas Armadas ucranianas habrían retomado una serie de posiciones en la frontera entre las regiones de Donetsk y Dnipropetrovsk,

En el sector del Vovcha, se habla de ganancias rusas en torno a Zelenyi Hay, localidad que se les resiste desde hace meses. También, más al sur, de nuevos ataques contra Oleksíivka (no confundir con la de Sumy) y Verbove.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Comenzamos la parte internacional con el presidente estadounidense, Trump, quien después de su éxito en Oriente Medio, parece decidido a mover las cosas en Ucrania, afirmando que debería «hacer algo», aunque sin especificar exactamente el qué. Algo en lo que coincide con Zelenski, quien ve en lo ocurrido en Oriente Medio una prueba de que se puede y se debe presionar a Rusia, la «mayor fuente de inestabilidad global».

Lo interesante de la jornada, en cualquier caso, no es tanto las declaraciones de unos u otros, como el hecho de que en cuestión de horas los ministros de defensa de la OTAN se reunirán en Bruselas para debatir cómo fortalecer la respuesta de la Alianza Atlántica ante las múltiples incursiones rusas en el espacio aéreo europeo. Consideradas en Bruselas como otra prueba del Kremlin contra los Aliados, estas intrusiones fueron seguidas por el lanzamiento de la operación «Centinela Oriental» para reforzar la vigilancia del flanco oriental de la Alianza. Sin embargo, varios países consideran que esta respuesta es insuficiente y que es necesario hacer más, con varios de ellos apostando por el «muro de drones» propuesto por Kubilius, una idea cuanto menos controvertida. Por supuesto, al margen de esto se hablará también de Ucrania, con la mirada de todos puesta en la decisión de Washington a propósito de los Tomahawks, cuestión que seguramente la Casa Blanca ligue a las compras de material estadounidense para Ucrania por parte de sus aliados europeos a través de PURL… Una reunión, por cierto, en la que pintan bastos para una España que va de tirón de orejas en tirón de orejas.

Además, como complemento, se reunirá también en la capital europea el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (Grupo de Ramstein), que será donde se apoyo material y de entrenamiento. La reunión, convocada por el Secretario de Estado de Defensa del Reino Unido, John Healey, y el Ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, y en la que tomarán parte los Estados Unidos, debería servir precisamente para hablar sobre PURL y sobre dinero contante y sonante. Todo ello con una presión creciente tanto por los avances rusos en el frente, por más que relativos, como por la campaña rusa en la Zona Gris contra la UE, los ataques a la infraestructura ucraniana y el hecho, constatable, de que la ayuda militar a Ucrania ha caído abruptamente en los últimos tiempos, siendo durante julio y agosto un 43% menor a la recibida durante el primer semestre de 2025, según se desprende de los datos publicados por el Kiel Institute.

Como colofón a todo lo anterior, los ministros de Defensa de la UE se reunirán también durante la tarde-noche bruselense, al margen de la OTAN y como parte del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE (que incluye a los responsables de Exteriores), para lo cual mantendrán una cena de trabajo.

Y, además, la reunión de ministros de Finanzas del G7, que también se celebrará en breve y antes de la cual el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, quien se ha visto con la Primera Ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, ya ha dejado caer que está dispuesto a  colaborar con los socios de la organización para intensificar significativamente la presión sobre Rusia y su economía, así como contra cualquier país que financie la maquinaria bélica rusa.

No ha sido ni mucho menos la única llamada o reunión de la jornada. La Primera Ministra de Ucrania, Yulia Svyrydenko, junto con buena parte de su equipo, se reunió con el Comisario de Economía y Productividad de la UE, Valdis Dombrovskis, en Washington. Según la nota de prensa «Se hablaron de muchos temas: la continuación del apoyo financiero a Ucrania y la implementación del nuevo mecanismo financiero para préstamos de reparaciones anunciado por la Unión Europea». También hablaron sobre la protección del sector energético de Ucrania y el apoyo a la resiliencia del país este invierno.

El jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha mantenido por su parte una llamada desde Washington con el asesor de Seguridad Nacional británico, Jonathan Powell, de la que apenas ha trascendido nada, si bien el hecho de que haya cerrado el mensaje con la habitual proclama «paz mediante la fuerza» es indicativo de que han hablado de la guerra de Ucrania antes de las reuniones cruciales de las próximas horas.

Por otra parte, el viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Olexandr Mischenko, se reunió con Anne-Marie Descôtes, Secretaria General del Ministerio para Europa y Asuntos Exteriores de Francia. Las partes discutieron áreas prioritarias de la cooperación ucraniano-francesa, incluida la continuación del apoyo militar a Ucrania, la cuestión del fortalecimiento de las sanciones contra el estado agresor, el apoyo a los esfuerzos de integración europea de Ucrania, la prestación de ayuda humanitaria y la reconstrucción de las ciudades ucranianas.

Antes de cambiar de tema, durante la visita de la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, a Kiev, de la que hablamos en informes precedentes, se anunció la concesión a este país de ayuda por valor de 6,5 millones de euros en forma de distintos vehículos y medios, incluidos sistemas de jamming contra drones, destinados a labores de protección y rescate en zonas remotas.

En otro orden de cosas, el Presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Pere Joan Pons Sampietro, ha designado a la parlamentaria sueca Carina Ödebrink como Enviada Especial sobre la cuestión de los secuestros y deportaciones de niños ucranianos por parte de Rusia. Una medida que ha sido bienvenida desde el Ministerio de Exteriores ucraniano, por parte de su máximo responsable.

También se ha pronunciado en las últimas horas el vicepresidente italiano, Antonio Tajani, quien también lleva la cartera de Cooperación, ha denunciado públicamente el ataque ruso al convoy de Naciones Unidas en Ucrania, del que hemos hablado en la primera parte del informe, exigiendo a Rusia que cese la violencia y actúe con responsabilidad.

Por otro lado, hablando sobre Rusia, se ha sabido que el presidente sirio Ahmed al-Sharaa viajará a Moscú en cuestión de horas, para reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Esta sería la primera visita de al-Sharaa a Rusia desde el derrocamiento en diciembre pasado del exlíder sirio y aliado de Moscú, Bashar al-Assad, quien se ha refugiado en la capital rusa. Una cita importante, pues serán muchos los temas a tratar incluyendo, sin duda, la cuestión de las bases militares que Rusia mantenía en el país y que ahora no puede utilizar como antaño.

Además de todo esto, ha sido un día de intrigas políticas en Ucrania, en donde el alcalde de Odesa, Hennadiy Trukhanov, ha sido desposeído por Zelenski de su ciudadanía ucraniana, tras confirmarse por parte del Servicio de Seguridad ucraniano que poseía también la ciudadanía rusa, lo que ha llevado al afectado a anunciar que recurrirá la medida en los tribunales, mientras esta importante localidad ucraniana queda provisionalmente desgobernada.

También en Bielorrusia, en donde el régimen de Lukashenko habría detenido al menos a 88 personas relacionadas al parecer con el grupo Hajun, dedicado a obtener inteligencia OSINT. Ese grupo, del que el grueso de sus actividades cesó en febrero tras un ataque informático contra sus base de datos, ha seguido no obstante funcionando, algo que desde el gobierno de este país ven como una amenaza.


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