Guerra de Ucrania – Día 1320

El presidente Zelenski ha sido quien ha denunciado la “falta de reacción internacional” tras los últimos ataques rusos contra objetivos civiles y, especialmente, su infraestructura energética, al tiempo que ponía su esperanza en la próxima cumbre del G7, que tendrá lugar en unos días. Mientras el país hace recuento de daños, no obstante, las AFU han lanzado un ataque a gran escala contra objetivos en el interior de Rusia y en Crimea, que ha alcanzado depósitos de combustible, empresas de producción militar, bases aéreas y, también, plantas térmicas. Al mismo tiempo, y mientras en el frente continúan los combates, es de destacar que podrían estar produciéndose avances importantes para la estabilidad estratégica entre los Estados Unidos y Rusia: una cuestión que excede el marco de la guerra de Ucrania y que es fundamental como paso previo a cualquier acuerdo futuro, si bien permanece la incógnita tanto del papel que podría jugar China, como tercera en discordia, como de lo que ocurrirá con los arsenales nucleares más allá de las armas y vectores estratégicos, o el papel que la UE podría llegar a jugar en todo ello.

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Hoy comenzamos hablando de armas nucleares y de Estados Unidos y Rusia, ya que a pesar de que en los niveles más bajos, el enfrentamiento es cada vez más patente, con la Administración Trump cambiando su política tras constatar que el apaciguamiento y el intentar ganarse al Kremlin no servía de mucho en Ucrania y el Este de Europa, no ocurre lo mismo en el nivel más alto, el de la disuasión estratégica.

Decimos esto porque una de las cosas que rusos y estadounidenses han estado negociando los últimos meses, al margen de otros temas de seguridad bilateral, es la situación de los arsenales nucleares, después de años en los que los tratados firmados en la última parte y tras el final de la Guerra Fría, fuesen cayendo uno tras otro. Y dentro de estos, como sabemos, hay que distinguir entre armas nucleares estratégicas y no estratégicas, particularmente el de las primeras, junto a los vectores que hacen posible su transporte hasta el objetivo.

En las últimas horas, Trump y Putin se han lanzado alguna señal positiva al respecto (incluso a pesar de que Rusia intenta jugar la carta de la ruptura de negociaciones para intentar revertir la aparente decisión estadounidense de enviar Tomahawks a Europa, que después podrían ser entregados a Ucrania) y, de hecho, cada vez es más posible que con o sin acuerdo formal, se llegue a algún tipo de pacto que permita mantener los límites actuales, que están en virtud del New Start, en 1.550 ojivas nucleares y 700 misiles balísticos intercontinentales por bando.

Ahora bien, aquí hay que tener en cuenta que aunque esas 1.550 ojivas estratégicas (hablamos de armas de una potencia unitaria muy superior a las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki) son muchas más de las necesarias como para causar un daño inaceptable en Rusia o sobre Estados Unidos (Overkill), en la ecuación entra en juego cada vez más China, país que hasta hace poco tenía unas 300 ojivas y que se ha lanzado a una carrera desenfrenada por ponerse al menos a la par con los dos jugadores tradicionales en este particular juego. De esta forma, se espera que para 2030 el país asiático alcance una situación de práctica paridad, lo que pone a Washington en una situación complicada si rusos y chinos continúan profundizando su alianza.

En cualquier caso, esta competición se librará si cabe más intensamente en los escalones inferiores, que son los que más deben preocupar en esta Segunda Era Nuclear (o según Ankit Panda, Tercera). Algo de lo que debe participar de una forma u otra Europa, quizá yendo más allá de la disuasión extendida estadounidense actual, o del magro y por lo demás bastante inútil arsenal nuclear francés (del británico no merece la pena hablar, pues dependen de los Estados Unidos incluso para sus vectores).

De hecho, si temas como la «Autonomía Estratégica» fuesen medianamente serios, como se ha pedido desde hace años en estas páginas, habrían comenzando la casa por los cimientos y no por el tejado, abriendo el «melón nuclear» y buscando la forma tanto de asegurar la estabilidad estratégica global, como la de la propia UE y conformar un verdadero pilar europeo dentro de la OTAN que cada vez es más dependiente de los EEUU y no menos.

Por lo demás, pasando ya a Ucrania, los servicios de rescate de este país y sus autoridades continúan haciendo recuento de daños, tras la oleada masiva que, con más de medio millar de vectores, golpeó ayer el país, los ataques rusos han continuado produciéndose, aunque a un ritmo menor. En total, el número de fallecidos habría ascendido a seis, mientras que el número de heridos lo habría hecho a dieciocho, siendo como se explicó los puntos más afectados Leópolis, así como distintos puntos de dicha óblast, y Chernígov.

Dicho esto, desde entonces apenas se han registrado incidentes, siendo los más notables la muerte de un civil en la región de Jersón como consecuencia de un bombardeo ruso, el ataque por medio de un dron FPV filoguiado contra un vehículo en el interior de la ciudad de Kramatorsk (lo que deja a las AFU ante la preocupante perspectiva de que esta urbe quede al alcance de estos ingenios), o la muerte de dos civiles más, en este caso en Kolodiazne, en el distrito de Kupiansk, tras un ataque por medio de un dron Molnila. Los rusos, además, han destruido un puente sobre el río Donets en Raihodorok, aunque en puridad esta acción tiene más que ver con las operaciones que con el castigo estratégico a Ucrania.

Del lado contrario, también hay noticias. Por un lado, se ha hablado de un ataque ucraniano contra Krasnyi Luch, localidad bajo control ruso en la región de Lugansk. Sin embargo, finalmente, parece que se ha tratado de un incidente fortuito relacionado con un escape de gas.

Por otro, en este caso sí, parece que los ucranianos habrían respondido a la oleada masiva rusa, alcanzando distintos puntos de este país. Así, tras alzanzar la refinería de Kstovo, se habría producido un ataque ucraniano con drones contra Dzerzhinsk, en Nizhniy Novgorod, del que están por conocerse las consecuencias, aunque todo apunta a que ha sido alcanzada la planta de producción de explosivos Sverdlov.

Además, también se ha registrado otro en la región de Krasnodar, concretamente en Tuapse. Otro más en Crimea, en Feodosia, en donde ha ardido un depósito de combustible. También, según el alcalde de Moscú, las defensas aéreas habrían derribado un dron que se dirigía contra la capital rusa. Por último, drones o misiles ucranianos habrían dañado la planta térmica de Klintsy, en la región de Briansk, provocando importantes desperfectos, así como otra que abastecía a Bélgorod.

En cuanto a la situación en el frente, aquí las novedades son mínimas, entre otras cosas porque el último informe fue publicado unas horas más tarde de lo normal.

En dirección a Limán, lo más interesante no tiene que ver con ningún avance o combate concreto, sino con cómo las condiciones climáticas adversas continúan siendo un hándicap para los drones más ligeros, en particular los FPV, que no podrían volar. Gracias a ello, medios blindados rusos habrían podido cruzar en los últimos días puntos críticos, como algunos de los meandros que forma el Donets, para acercarse a esta ciudad, aunque su número es mínimo.

En el sector de Siversk continúan los combates y los intentos rusos en dos ejes con dirección en el primero, tanto a la propia Siversk, como a Yampil, mientras que en el segundo, intentan progresar al sur del sector, buscando cortar la carretera que parte del sur de Siversk.

En dirección a Dobropillia un día más la situación permanece confusa, siendo muchas más las zonas grises que las que se sabe que están sólidamente bajo el control de una de las partes. Se habla, eso sí, de avances rusos en dirección a Volodymyrivka, desde el sur.

En Myrhorad/Pokrovsk, en donde la aviación rusa habría lanzado desde mayo al menos 6.000 bombas planeadoras, lo más relevante sería la aparente toma rusa de la pequeña localidad de Chunyshyne, al sur de la ciudad.

En dirección al Dniéper, por último, se han registrado durante el fin de semana distintos avances rusos. Por una parte, hacia Novovasylivks’ke y Okhotnyche. Por otra, al norte de Ternove, aunque esta zona se daba tiempo atrás por posiblemente controlada por una Rusia que sigue intentando llegar a Vyshneve desde Verbove, viéndose frenada por las contras ucranianas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Como viene siendo lo propio de las jornadas dominicales, las noticias y declaraciones han sido escasas tanto del lado de Ucrania y sus socios, como de Rusia, y los últimos ataques masivos rusos han seguido en el foco.

El presidente Zelenski ha sido quien ha denunciado la “falta de reacción internacional” tras los últimos ataques rusos contra objetivos civiles y, especialmente, su infraestructura energética – dejando solo en la óblast de Zaporiyia a más de 73.000 usuarios sin electricidad. De este modo, subraya que “Precisamente por eso Putin actúa así: simplemente se burla de Occidente, de su silencio y de la falta de respuestas contundentes”, así como que Rusia ha rechazado “toda propuesta de detener la guerra o, al menos, los ataques”.

Al mismo tiempo, el líder ucraniano lamentaba que “cada misil y dron de ataque ruso contiene piezas que siguen siendo suministradas a Rusia por países occidentales y varios países vecinos”. Además, daba los datos: un misil ruso Kinzhal contiene 96 componentes de fabricación extranjeras -muchos de ellos críticos que Rusia no produce- y “Los casi 500 drones utilizados por los rusos durante la noche contienen más de 100.000 piezas extranjeras” y entre los fabricantes se cuentan empresas de EE. UU., China, Taiwán, Reino Unido, Alemania, Suiza, Japón, la República de Corea y Países Bajos.

Sobre este asunto comentaba que la próxima semana tendrá lugar una reunión de los coordinadores de sanciones del G7, así como que los socios de Ucrania ya cuentan con todas sus propuestas sobre sanciones y planes de restricción de la oferta, por lo que “ahora es necesario tomar decisiones”.

Por su parte, la primera ministra Yuliia Svyrydenko se ha trasladado hasta la región de Sumy para ver de primera mano las consecuencias de los últimos ataques, incluido el que ha dañado estación de Shotska, e informaba de los trabajos que se están llevando a cabo para rehabilitar las comunidades lo antes posible, así como el suministro de equipo necesario para reemplazar rápidamente la infraestructura dañada.

Desde la UE, la jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, declaraba que Rusia “está enmascarando su fallida ofensiva de verano con ataques terroristas contra civiles e infraestructuras ucranianas” y “no se detendrá hasta que se vea obligada a hacerlo”. Asimismo, reitera que la UE seguirá apoyando a Ucrania mientras sea necesario a través de sanciones -se está ultimando el 19º paquete-, garantizando la financiación y proporcionando armamento.

Moviéndonos hasta Estados Unidos, el presidente Trump ha comentado que le “parece una buena idea” la oferta del presidente Putin de prorrogar el tratado New START, cuya expiración está prevista para febrero de 2026. De hecho, ha sido la primera vez desde que el líder ruso hiciese esta propuesta días atrás que el presidente estadounidense se pronuncia – aun de manera muy escueta.

Siguiendo con Rusia, el presidente Putin comentaba que la posible decisión de Washington de suministrar misiles Tomahawk a Ucrania “arruinará nuestras relaciones, o al menos la tendencia positiva emergente en estas relaciones”. Añadía, además, que cómo reaccionar ante la visión general “honesta” de la situación que ofreció en sus declaraciones el jueves pasado durante el Foro del Club Valdái, depende de sus homólogos, enfatizando que siempre es sincero en sus discurso.

Del lado de la ayuda a Ucrania, hay que destacar que esta semana Ucrania también ha recibido 133 millones del Banco Mundial bajo el programa “SURGE” (Apoyo a la Reconstrucción mediante una Gobernanza Fiscal Inteligente) y que se han transferido al fondo general del presupuesto del Estado.

Concluimos con varias noticias del plano humanitario. Por un lado, la Fiscalía Nacional Antiterrorista francesa ha anunciado la apertura de una investigación por un “crimen de guerra” por la muerte del fotoperiodista Antoni Lallican a manos de un dron ruso.

Por otro, merece destacar que un total de 40 menores ucranianos deportados forzosamente y/o trasladados ilegalmente han regresado a sus hogares. En particular, durante la semana, un grupo de 22 niños y adolescentes han regresado desde los territorios ocupados, pero también otro grupo de 16 menores y por separado dos jóvenes de 18 años recién cumplidos que temían tener que servir en el Ejército ruso.


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 1320»

  1. Avatar de Francisco
    Francisco

    ¿Qué capacidades tendría Ucrania de lanzar un gran contraataque que le permita recuperar la iniciativa en algún sector del frente? Desde hace meses se habla de una acumulación de reservas ucranianas que permita una ofensiva de este tipo, pero el tratamiento de los medios difiere mucho del que se dio a la contraofensiva de 2023: ahí cada país aliado casi que anunciaba con pelos y señales la cantidad de blindados que había prestado para esta acción, y prácticamente podía conocerse de antemano su orden de batalla exacto. En cambio ahora parece haber bastante secretismo.

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