Guerra de Ucrania – Día 1237

Jornada de cambios drásticos en Ucrania, con el hasta ahora primer ministro, Denys Shmyhal, pasando a ocuparse del Ministerio de Defensa, mientras que la primera viceprimera ministra Yulia Svyrydenko, artífice del acuerdo de minerales con los Estados Unidos, pasa a sustituir al anterior, en un movimiento que viene muchos matices que van desde aumentar el control sobre su propio gobierno por parte de Zelenski, hasta contentar a Washington o seguir luchando contra la corrupción, que ha llegado a salpicar al hasta ahora ministro Umerov, que podría ser el futuro embajador en Washington. Los Estados Unidos, concretamente su presidente, son los otros protagonistas del día, toda vez que han anunciado que abrirán sus arsenales a aquellos aliados que quieran enviar material a Ucrania, aunque eso sí, deberán costear las adquisiciones, en lo que se antoja como un negocio redondo, pero también un importante apoyo a Ucrania si se implementa bien. Por el contrario, Trump, dando una vez más muestras de su falta de comprensión de la mentalidad rusa al dar 50 días a Moscú para que cierre un acuerdo con Ucrania bajo la amenaza de potentes sanciones, si bien no deja de ser una mejora, como reconocen los propios ucranianos, frente a la situación previa. Mientras tanto, Rusia ha continuado bombardeando el interior de Ucrania con decenas de ataques con drones y misiles, al tiempo que presionando en el frente en busca de nuevos avances.

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La última jornada ha dejado el lanzamiento, por parte rusa y según el Ministerio de Defensa de Ucrania, de hasta 140 misiles y drones, incluyendo 4 misiles S-300 en función de ataque a tierra y 136 drones de la familia Shahed-131/136/138. Del total, los ucranianos aseguran haber derribado 61 drones por medios cinéticos, mientras que 47 más habrían sido neutralizados por medios no cinéticos o bien habrían sufrido problemas técnicos de algún tipo.

Entre los puntos alcanzados, un día más, Sumy, en donde tras las explosiones se han registrado hasta media docena de heridos. También Járkov, en donde una parada de autobús resultó alcanzada, así como Chuhuiv, Zlatopil (con un muerto y siete heridos como consecuencia del impacto de un dron ruso), Samar, Dnipró, Mykolaiv y Umán. Ataques, todos ellos, a los que hay que sumar el efecto de las múltiples bombas planeadoras empleadas por la aviación rusa.

Además de todo ello, también ha sido noticia la detención de dos presuntos operativos del GRU (inteligencia militar rusa) en las ciudades ucranianas de Poltava y Dnipropetrovsk, al parecer ciudadanos ucranianos con antecedentes por tráfico de drogas y hurto que habrían sido tentados por Rusia.

Lo que no hay, en las últimas horas, son noticias relativas a ataques ucranianos sobre el interior de Rusia, lo que apunta, después de examinar los patrones de los últimos meses, a que desde este país están haciendo exactamente lo mismo que su enemigo: concentrar cada vez más los ataques en oleadas contundentes, capaces de superar la «zona de muerte» conformada por las defensas rusas, tanto cinéticas como particularmente de guerra electrónica (no se corresponde, como apunte, con la «zona de muerte» que afecta a las unidades terrestres).

En cuanto a la actualidad en el frente, ahora sí, comenzamos un día más por Sumy/Kursk, en donde a los ataques rusos contra Yunakivka, que siguen en marcha y habrían permitido la captura de buena parte de esta población, se suman las contras ucranianas, una jornada más, al norte de Kindrativka y en Oleksíivka.

En el sector del Oskil, las únicas novedades del día se han producido en dirección a Limán, ya que las tropas rusas han estado presionando de nuevo sobre la localidad de Torske, al sur de Terny.

Sin novedades de Siversk, el siguiente punto de interés está en Chassiv Yar, en donde han seguido produciéndose ataques y pequeñas ganancias rusas al sur de la ciudad, todavía en poder ucraniano.

En Toretsk y Pokrovsk, las últimas horas nos dejan, por un lado, recientes avances rusos en dirección a Konstyantynivka, incluyendo la toma de Leonidivka y progresos hacia Novospaske, al oeste de Toretsk. Por otro, también cambios en dirección a Myrhorad y Pokrovsk. En concreto, hablamos de nuevos asaltos rusos en dirección a Rodynske, punto vital al controlar buena parte de la logística ucraniana en la zona, que pasa por la más septentrional Dobropillya. Así las cosas, durante la última jornada las tropas rusas han avanzado hacia el sur de Razine, con la vista puesta en tomar Novoekonomichne, en cuya zona norte habrían entrado ya.

El asunto aquí es que, dado que Trump ha dejado un margen de 50 días a Putin y aunque sigue tratándose de ciudades demasiado grandes para caer a corto plazo, los rusos podrían llegar a situarse antes del fin del plazo (que, por otra parte, nada les obliga a cumplir a falta de definir cómo implementar las posibles sanciones) en una posición óptima para futuros asaltos. Recordemos que las tropas rusas se benefician de la llegada al extrarradio de las ciudades, pues pueden cobijarse en las construcciones evitando los problemas que acarrea en esta guerra el campo abierto.

Curiosamente, en esta última jornada no se han producido novedades en el sector del Vovcha, aunque sí en el de Zaporiyia, con el que finalizamos. Así, en este sector nos encontramos con tropas rusas asaltando nuevas posiciones en el interior de la población de Malynivka, al este de Huliaipolé, la localidad más importante de la zona para el entramado defensivo de las AFU junto a Orihiv.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Ante nosotros se presentaba una jornada de expectación por varios motivos: 1) Se esperaba un anuncio “importante” por parte del presidente Trump a propósito de Rusia; 2) El secretario general de la OTAN viajaba a Washington para verse con Trump y otros miembros de la administración y del Congreso; y 3) El enviado especial de EE. UU. para Ucrania, Keith Kellogg, se reuniría con Zelenski en Kiev.

Comenzamos con el esperado anuncio de Trump desde la Casa Blanca, dirigido directamente a Putin. Junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el líder estadounidense expresó su decepción con el presidente ruso y amenazó con aplicar sanciones a los receptores de las exportaciones rusas a menos que Rusia alcance un acuerdo de paz en 50 días – lo que supone un giro en la posición de Washington que está completamente en línea con lo explicado en nuestros informes anteriores, si bien insuficiente-. De este modo, Trump explicaba que de no acceder Rusia al acuerdo, se aplicarían fuertes aranceles secundarios.

Trump ha dicho que “es muy sencillo: estarán al 100%”. Posteriormente, además, el embajador de EE. UU. ante la OTAN, Matt Whitaker, aclaró que esto significa aranceles del 100% sobre Rusia y sanciones secundarias a otros países que compran petróleo ruso como India o China. Anuncio que, dicho sea de paso ha propiciado que el rublo ruso revirtiese pérdidas frente al dólar y subiese frente al yuan chino, y que la Bolsa de Moscú subiese un 2,7%, posiblemente porque el mercado había descontado que las sanciones se aplicarían inmediatamente y los 50 días de margen se han interpretado como una buena noticia.

Trump, añadía, además, que utiliza el comercio para muchas cosas, “pero es excelente para resolver guerras”, si bien señalaba que “de hecho probablemente llegamos a un acuerdo cuatro veces. Y luego el acuerdo no se concretaba porque esa noche se lanzaban bombas y uno decía que no íbamos a hacer ningún acuerdo”. En este sentido, decía que las conversaciones con Putin “son muy agradables y luego los misiles explotan por la noche”, negando curiosamente al mismo tiempo haber caído en la trampa tendida a sus predecesores: “Engañó a Clinton, Bush, Obama, Biden; no me engañó a mí”.

El de los 50 días de plazo no ha sido el único anuncio hecho por el presidente estadounidense, pues ha confirmado también que su país fabricará armamento de última generación que será enviado a la OTAN, de forma que los aliados paguen por esa asistencia que, una vez recibida, podría ser enviada a Ucrania, en lo que se antoja un negocio redondo para los EE. UU. que se compromete indirectamente con Ucrania, pero deja en manos de terceros la decisión de cuánto y cuándo gastar (hay fuentes que creen que se podría enviar armamento a Kiev por valor de hasta 10.000 millones de dólares por esta vía). Eso sí, no cabe hacerse demasiadas ilusiones sobre las cantidades que puedan enviarse, teniendo en cuenta que los EE. UU. también tienen problemas de inventarios.

En cuanto a la tipología de armamento, el propio Trump ha aclarado que enviarán sistemas Patriot, especificando que se tratará de «un equipo completo con las baterías”, añadiendo que “recibiremos algunas muy pronto, en cuestión de días…un par de países que tienen Patriots van a intercambiarlos y reemplazarlos con los que ya tienen”. Es decir, que países como Alemania podrían enviar sistemas a Ucrania, recibiendo luego otros nuevos desde los EE. UU.

No obstante, no solo se espera que EE. UU. suministre Patriots, sino también que venda misiles de corto alcance, obuses y misiles aire-aire de alcance medio a los miembros de la OTAN para que, posteriormente, sean transferidos a Ucrania. Más concretamente, el embajador Whitaker ha precisado que no descartan el suministro de armas ofensivas, dejando la puerta abierta a otras armas y sistemas.

En cuanto a las reacciones a los anuncios de Trump, desde Bruselas la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha comentado que la UE da la bienvenida a las nuevas acciones de EE. UU. en relación con Ucrania, describiéndolo como algo “muy positivo”, si bien destaca que 50 días “es mucho tiempo si vemos que están matando a civiles inocentes”.

Tras la reunión entre Trump y Rutte, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, recibía a su homólogo alemán, Boris Pistorius; lo que muestra la coreografía perfectamente organizado para la jornada y que se complementa con lo sucedido en Kiev y que explicaremos en las próximas líneas.

En este formato bilateral, Hegseth ha subrayado que, según el presidente Trump, Alemania “ha acordado proporcionar algunos de sus propios misiles a Ucrania, que la OTAN reemplazará”. Ha añadido, además, que han visto “un progreso increíble dentro de la OTAN, y con Alemania dando el salto en ese compromiso inicial con su gasto y su compromiso con el liderazgo europeo”; algo que ha agradecido. Es decir, que todo lo que ahora está ocurriendo sería también en parte consecuencia de los tiempos con los que juegan en Washington, de forma que una vez conseguido el objetivo de «poner en orden» a los aliados OTAN (salvo en el caso de España, por motivos de política interna), ahora sí los EE. UU. les corresponden en otras áreas.

Eso sí, Hegseth ha trasladado a su homólogo que espera “una mayor cooperación”, destacando el compromiso alemán al enviar una brigada a Lituania y de comprar 22 aviones de combate F-35 según lo anunciado en 2022 (por el momento y pese a los rumores, un incremento en esta cifra no se ha confirmado, aunque podrían ser en total 50 aparatos).

Pistorius, por su parte, ha reiterado el compromiso continuo de Alemania no solo con la asociación con EE. UU., sino también con la OTAN y la seguridad europea. Además, ha señalado que Berlín alcanzará el gasto del 3,5% del PIB en defensa para 2029 y recuerda que se han comprometido -como el resto de los Aliados- a aumentar sustancialmente sus inversiones en defensa hasta alcanzar el 5% del PIB para 2035. El ministro germano añade también que el Ejército alemán planea estacionar unos 4.800 militares en Lituania, además de personal civil y que esta alcanzará la plena capacidad operativa para 2027.

Pasamos ahora a las reacciones de Kiev tras los anuncios llegados desde Washington,. Así, tenemos que el presidente Zelenski ha conversado por teléfono con el presidente Trump y, posteriormente, con el secretario general de la OTAN. De un lado, ha definido como “muy buena” la conversación con Trump, quien ha compartido con él todos los detalles de su encuentro con Rutte. Además, Zelenski ha señalado que han discutido sobre “los medios y soluciones necesarios para brindar una mejor protección a la población contra los ataques rusos y fortalecer nuestras posiciones”, mostrando una vez más su disposición para “trabajar de la manera más productiva posible para lograr la paz”. Igualmente, han acordado hablar por teléfono con más frecuencia y coordinar sus pasos en el futuro.

Por su parte, el secretario general Rutte también ha compartido los detalles de su encuentro con Trump y los detalles de la cooperación entre Europa y Estados Unidos con el presidente Zelenski. En este sentido, durante su discurso diario, Zelenski también ha agradecido a su equipo, a EE.UU., a Alemania y Noruega por preparar la nueva decisión sobre los Patriots para Ucrania, señalando que están trabajando en “importantes acuerdos” de defensa con Washington pero que todavía no es el momento de revelar los detalles públicamente.

Asimismo, no hay que perder de vista que la cita clave del día en la agenda de Zelenski era la reunión con el general Keith Kellogg, tanto en formato bilateral como ampliado incluyendo a otros miembros de su equipo. Para Zelenski la conversación ha sido “productiva” y, en este primer día de visita han discutido sobre los ataques masivos de Rusia contra civiles e infraestructura crítica, el fortalecimiento de la defensa aérea ucraniana, la situación general en el frente y las necesidades de los soldados ucranianos. Más concretamente, Zelenski confirmó nuevamente la disposición de Ucrania de comprar armas estadounidenses y, en particular, sistemas de defensa aérea, y discutieron sobre la producción conjunta de drones, la posibilidad de que EE. UU. compre directamente UAVs ucranianos y la posibilidad de adquirir armamento en cooperación con socios europeos.

Además, discutieron sobre las perspectivas de un alto el fuego, la necesidad de aumentar la presión sobre Rusia, incluido el proyecto de sanciones de los senadores Graham y Blumenthal, y los pasos conjuntos para lograr una paz justa y duradera.

Por otro lado, y como viene siendo lo habitual, Zelenski ha pedido que se incremente la presión sobre Rusia señalando que “el mundo sabe dónde atacar para que Putin sienta el dolor y Rusia sienta la necesidad de buscar la paz”. Así, insta a cortar la financiación de la guerra, incluido cortar los lazos con Irán y Corea del Norte, así como cualquier suministro de componentes y equipos para la industria militar rusa.

No obstante, estas no han sido las únicas noticias del lado de Kiev, ya que tras varias jornadas de rumores y de discusiones al respecto, Zelenski ha anunciado importantes cambios en el poder ejecutivo. De este modo, el plan del líder ucraniano pasa por que el actual primer ministro, Denys Shmyhal, -y, dicho sea de paso, una de las pocas figuras junto a Zelenski que se ha mantenido desde el inicio de la guerra- sea el nuevo ministro de Defensa, sustituyendo a Rustem Umerov (sin ofrecer datos sobre su próximo destino si bien cabe la posibilidad de que sea nombrado embajador de Ucrania ante EE. UU.). A su vez, Shmyhal será sustituido por Yuliia Svyrydenko, actual viceprimera ministra y ministra de Economía, y, como nuestros lectores recordarán, la encargada de cerrar el acuerdo por el que se establece un fondo de inversión entre Ucrania y EE. UU. o también llamado acuerdo de minerales.

Según Zelenski, propone a Svyrydenko para que renueve la labor del Gobierno, basándose en su amplia experiencia a la producción y emprendimiento ucranianos, mientras que en el caso de Shmyhal considera que su “vasta experiencia” será valiosa en el cargo de ministro de Defensa, ya que “es este precisamente el área donde residen los mayores recursos, la mayor carga de trabajo y la mayor responsabilidad para el país en este momento”.

Asimismo, el líder ucraniano aclaraba que cuenta que, con el apoyo suficiente de los diputados para esta nueva configuración del Gobierno, así como que es necesario que se realice pronto una auditoría de todos los acuerdos con sus socios para determinar “qué funciona y qué requiere una reevaluación o una intensificación”.

Los cambios, como hemos adelantado en la entradilla, tendrían diferentes lecturas. Por una parte, sustituir a un personaje «quemado» como Umerov, por alguien sobre quien no haya sospecha alguna de corrupción y que ha demostrado enormes capacidades de gestión, siendo además un sujeto respetado. Por otro, poner en un puesto de altísima responsabilidad a una mujer que es apreciada en los Estados Unidos, ganándose el afecto de Washington. Además, Zelenski incrementa su grado de control sobre el propio Gobierno, al situar cargos de su absoluta confianza. Eso sí, no todo el mundo ve con buenos ojos no ya estos, sino otros cambios recientes hechos por Zelenski, a quien acusan de estar promoviendo un giro autoritario en Ucrania.

En otro orden de cosas, durante la pasada jornada el presidente Zelenski también se ha reunido con el ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, para discutir sobre los próximos pasos conjuntos, incluida la preparación de una conversación con el presidente francés Emmanuel Macron. En la reunión, además, tomó pare la ministra de Exteriores, Industria y Comercio de las Islas Feroe -parte del Reino de Dinamarca- Sirið Simona Stenberg, quien visitaba Ucrania por primera vez.

Más allá de esto, el presidente y el ministro han discutido sobre las necesidades militares de Ucrania, el fortalecimiento de la defensa aérea, la lucha contra las amenazas de los misiles rusos y el desarrollo de la producción conjunta de armas y, en particular, de tres tipos de UAVs: drones de primera línea, drones interceptores y drones de largo alcance. De igual modo, discutieron el desarrollo del modelo danés, incluyendo el aumento de la inversión y el lanzamiento de la producción de defensa ucraniana en Dinamarca, la seguridad energética y los preparativos para el invierno, y más apoyo humanitario como, por ejemplo, asistencia para construir refugios en hospitales y escuelas.

Además, se espera que Copenhague proporcione al Ejército ucraniano servicios de comunicaciones por satélite de origen europeo a través de la Agencia Europea de Defensa. Más concretamente, esta donación incluye soluciones que amplían el acceso de Ucrania a comunicaciones satelitales seguras y estables, proporcionando acceso a terminales receptores.

Por último y siguiendo con la ayuda, el primer ministro de Defensa, Sergiy Boyev, se ha reunido con el embajador de Irlanda en Ucrania, Jonathan Conlon, para abordar las perspectivas de cooperación bilateral y multilateral, destacando este último que el gobierno irlandés ha decidido asignar 100 millones de euros en ayuda militar no letal a Kiev. Además, la parte ucraniana explicó los mecanismos mediante los cuales ya se está implementando o se establecerá la cooperación con otros países en apoyo de la industria de defensa ucraniana.

En cuanto a Rusia, lo más relevante del día pasa por la visita del ministro de Exteriores del país, Serguéi Lavrov, a China, en donde se ha reunido con Xi Jinping. El encuentro, se habría producido en paralelo al que ha reunido a líder chino con los demás ministros de Asuntos Exteriores de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y, aunque no ha trascendido el contenido de la misma, a buen seguro han hablado sobre los últimos movimientos de Washington, que llegan entre otras cosas tras reconocer la diplomacia china lo conveniente de mantener a EE. UU. enfangado en Ucrania.

Por otra parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha hablado sobre las supuestas «políticas agresivas» de los gobiernos del Báltico, a los que acusa de incrementar la tensión regional y de estar involucrados en «acciones provocadoras», aunque no ha especificado más. En cualquier caso, sus declaraciones serían una referencia a los últimos ejercicios militares llevados a cabo por Estonia, en los que se habría hecho uso de sistemas HIMARS. Las declaraciones de Peskov han ido acompañadas de otras en las que hablaba específicamente de Alemania, país que considera que «vuelve a ser peligroso», tras unas recientes palabras de su ministro de Defensa, Boris Pistorius, en las que decía que los alemanes estarían dispuestos a matar soldados rusos si Moscú ataca a un país OTAN.

Antes de cerrar, y como curiosidad, dedicaremos unas líneas a hablar sobre la polémica que ha desatado un artículo de The New York Times sobre la incursión ucraniana en Kursk bastante crítico con las Fuerzas Armadas ucranianas en varios sentidos, y que ha desatado las iras de una parte de la prensa de Ucrania, que le ha dedicado varias entradas a modo de respuesta, acusando al medio norteamericano de «podredumbre moral». En relación con esto, aunque sin duda el artículo estadounidense pueda errar en distintos puntos, cabe decir que los ucranianos no están precisamente para dar lecciones de ética periodística, toda vez que ni siquiera son capaces de poner las fuentes en las que se basan en sus propios artículos; eso por no hablar del sensacionalismo del que muchas veces hacen gala o de los problemas más generales de falta de libertad de prensa en el propio país. En cualquier caso, una disputa interesante.


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