Guerra de Ucrania – Día 1194

La jornada 1194ª de guerra en Ucrania ha sido una de las más intensas hasta la fecha, de forma que en las próximas líneas buscaremos, más que entrar en el fondo de los detalles, dar una imagen lo más completa y certera posible de lo ocurrido. En primer lugar, del ataque ucraniano contra las bases de las Fuerzas Estratégicas rusas, que tiene implicaciones que van más allá de este conflicto. En segundo lugar, de los ataques rusos con drones y misiles, en una de las jornadas récord en lo que va de guerra, con cerca de medio millar de vectores empleados. A partir de ahí, de lo ocurrido sobre el terreno y, por supuesto, de la diplomacia, que en cuestión de horas debería reanudar su actividad en Estambul, algo ahora más en el aire que nunca.

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El 1 de junio de 2025 pasará a los libros de historia militar por ser testigo de uno de los ataques más audaces llevados a cabo jamás contra un objetivo estratégico. Una acción, bautizada como «Operación Tela de Araña» (ya se están diseñando por parte de particulares parches conmemorativos), que nada tiene que envidiar a las llevadas a cabo en su día por la Décima Flottiglia MAS italiana o al ataque Günther Prien contra Scapa Flow, por citar solo dos de las más conocidas. Con la diferencia de que, en esta ocasión, el objetivo no eran cruceros enemigos, portaaviones o destructores, sino los bombarderos de largo alcance empleados por una parte para atacar Ucrania con misiles prácticamente a diario y, por otra, como tercera pata de la triada nuclear rusa.

El ataque, llevado a cabo utilizando varios comandos que habían logrado introducir en lo más profundo de Rusia camiones cargados con drones, fue conducido desde la distancia. El propio Zelenski aseguró que los equipos encargados de la inserción se habían retirado de Rusia horas antes de la acción, aunque esto podrían no ser del todo así y más una cortina de humo para dificultar su detención por parte de Rusia o para incrementar la paranoia de su enemigo. Paranoia que ahora mismo debe ser extrema, toda vez que cualquier vehículo sospechoso cercano a cualquiera de sus decenas de bases es motivo de sospecha; máxime teniendo en cuenta que este ataque ha coincidido con las filtraciones de documentos relativos a las Fuerzas Estratégicas rusas, ya citadas en informes anteriores.

En cualquier caso, la de hoy habría sido de todo menos una operación rápida, ya que los ucranianos habrían llevado a cabo el grueso de la preparación en el interior de la propia Rusia, alquilando para ello un almacén en Chelyabinsk, en el que habrían sido ensamblados los contenedores portadrones. En total, dicho esto, los ucranianos afirman haber empleado 117 drones manejados empleando Ardupilot y 4G/LTE. Es decir, que no dependían de radiofrecuencia directa, sino que operaban como nodos conectados por red móvil, posiblemente con control remoto vía VPN o redes mesh.

Lo que no se sostiene son las declaraciones de quienes afirman que los aparatos rusos estaban estacionados a cielo abierto debido al tratado START, que obliga a que estén a la vista de satélites y medios de observación contrarios, para asegurar la transparencia. Al fin y al cabo, Rusia suspendió su participación en el tratado el 21 de febrero de 2023. Más bien es un tema estructural, ya que el país no es dado (aunque trabaja en ello, por cierto) a construir refugios reforzados y menos para las aeronaves de mayor tamaño, confiando en lo aislado de sus bases y en la capacidad de prealerta ante un conflicto con la OTAN; un escenario que ya no se sostiene debido a los cambios técnicos de los últimos años.

Las bases atacadas, dicho esto, han sido las de Olenya, en Murmansk, Belaya, en Irkutsk, Ivanovo en la región del mismo nombre y Dyagilevo, en Riazán. Además, durante horas se estuvo especulando sobre posibles daños incluso a submarinos nucleares en las bases del Extremo Norte ruso, algo que parece desmentido. Por otra parte, no todos los camiones portadrones ucranianos funcionaron como se esperaba, sino que hubo casos en los que se produjeron fallos de algún tipo o fueron localizados antes del ataque, como en el caso de uno que iba a atacar la base aérea de Ukrainka, en Amur o de otro en dirección a Olenegorsk (base, la de Olenya, que sí ha sido alcanzada). Además, aunque habrían podido ser inspeccionados (y, en cualquier caso, han trascendido imágenes suficientes y vídeos incluso de los lanzamientos), al menos uno de los camiones empleados se autodestruyó una vez personal ruso accedió a su interior. Por otra parte, parece que uno de los conductores de los camiones habría resultado muerto, aunque no están del todo claras las causas, hablándose de estrangulamiento.

Por el momento, no hay una cifra definitiva del número de aeronaves afectadas. Los datos varían entre el 34% de aparatos dañados (lo que podría suponer hasta unos 40 aviones entre Tu-95 y Tu-160 de ser cierto) que aseguran haber logrado los ucranianos y la poco más de media docena que dan por válidas algunas fuentes prorrusas. Desde medios oficiales rusos, por su parte, reconocen daños en aeronaves (era imposible negar la evidencia en este caso), pero no su número, como es lógico. En cualquier caso, la prensa del país ha pasado totalmente por encima del incidente, por razones obvias. Curiosamente, el ataque se ha producido incluso cuando en jornadas previas la Fuerza Aérea rusa había estado alejando bastantes de sus aviones de las bases más occidentales del país.

En cuanto a las consecuencias inmediatas, por el momento parece que implicarán una respuesta convencional por parte de Rusia, parte de la cual ya se ha visto en forma de un incremento del número de lanzamientos de misiles y drones contra objetivos en Ucrania. No se descarta una escalada, incluso nuclear (lo que no implicaría necesariamente un uso directo contra Ucrania), pues la doctrina nuclear rusa determina que este tipo de ataques podría ser motivo de respuesta atómica. Lo más probable, no obstante, es que la Federación Rusa vuelva a hacer empleo de misiles Oreshnik (son muchos los que desde el país y cuentas afines han pedido su lanzamiento) lo que abre un debate sobre los mismos, su capacidad de disuasión y el control de la escalada. Por de pronto, desde Rusia lo único que se dijo, por parte de uno de los negociadores llegados a Estambul, es que se «espere a mañana».

Decimos debate, pues en el pasado Rusia ya utilizó los Oreshnik para hacer signalling sobre Occidente, buscando mantener el control de la escalada. Sin embargo, la ayuda ha seguido fluyendo a Ucrania e, incluso, recientemente desde Alemania se dejaba claro que este país puede emplear el armamento occidental para atacar objetivos en el interior de Rusia. Es decir, que más allá de la espectacularidad del ataque en su momento, los efectos han sido limitados. Por otra parte, la acción conducida con Ucrania se ha llevado a cabo con medios muy limitados, a pesar de ocupar más de un año y medio de planificación y preparación. Responder con Oreshnik, cuyo número es muy limitado, diría más de las deficiencias rusas, que de sus capacidades y, en cualquier caso, salvo que el ataque escale más allá de Ucrania (harto improbable, ya que la disuasión que ejerce la OTAN funciona) o busque objetivos mayores en la propia Ucrania (edificios gubernamentales, por ejemplo), solo serviría para destruir algo «caro», pero de poco valor militar; todo lo contrario del ataque ucraniano, que ha dejado muy tocada la capacidad rusa tanto de lanzar misiles de largo alcance contra la propia Ucrania, como su capacidad de disuasión estratégica (tanto nuclear como subnuclear).

De hecho, uno de los mayores beneficiarios del ataque ucraniano es la Unión Europea. Más allá de las barrabasadas del Comisario de Defensa y del Espacio, quien ha salido en Redes Sociales celebrando el ataque como un hooligan más en lugar de mantener una postura de moderación, como debería ser el caso, lo cierto es que al quedar minada la capacidad rusa de utilizar vectores de largo alcance contra la UE, el actual desequilibrio en este área, se corrige en parte. Eso sí, solo en parte, ya que Rusia conserva una importante capacidad de ataque (como venimos diciendo desde hace mucho tiempo, preocupa particularmente el estratégico subnuclear), frente al cual los Veintisiete no tienen apenas nada que oponer.

Todo lo cual nos lleva a los dos últimos puntos que trataremos en relación con el ataque ucraniano. En primer lugar, el apoyo que por activa o por pasiva habría prestado Occidente, bien por haber ayudado a Ucrania en la planificación (que ha sido el elemento más destacable, por encima del técnico) suministrado a Ucrania datos sobre objetivos, comunicaciones y demás elementos necesarios para conducirlo, bien porque no se ha opuesto al mismo (obviamente, no se asume relación alguna y se afirma que administraciones como la de EEUU fueron informadas sobre la marcha). Sea como fuere, la acción ha llegado apenas horas después de que Trump amenazase a Putin con consecuencias, de no sentarse a negociar de buena fe. De ahí que muchos vean en lo ocurrido un aviso de primer nivel a una Rusia que, a pesar de sus avances sobre el terreno, no está en una posición tan fuerte, de cara a unas negociaciones, como el Kremlin cree. De hecho, la amenaza de EEUU de retirarse de las negociaciones si no apreciaba interés iría más por la dirección de presionar a una Rusia que tiene en Washington su mejor valedor en estos momentos, por el interés de Trump en alejarle de China, que en la de dejar a sus socios en la estacada. Es decir, que llegado el caso y como explicamos mucho tiempo atrás, Trump tendría que posicionarse del lado de Ucrania, hasta forzar a Rusia a negociar o garantizar una paz «por la fuerza», como querría Kiev.

Imagen de la planificación ucraniana del ataque, señalando los puntos en los que los Tu-95 y Tu-22 son más vulnerables y pueden sufrir un daño irreparable. Fuente: UAControlMap.

En segundo lugar, el mal lugar en el que quedan una vez más no solo Rusia (que, por cierto, podría llevar ataques de este tipo a cabo, ya que posee los conocimientos técnicos, pero tiene limitaciones institucionales que frenan la implementación de innovaciones), sino todas las Fuerzas Armadas que siguen confiando en el sistema tradicional de bases militares, en la concentración y en redes antiaéreas convencionales. Y es que el ataque que ha llevado a cabo Ucrania podía ser conducido por un enemigo decidido lo mismo contra bases estadounidenses en Nevada, que contra Ramstein o, por supuesto, contra cualquier objetivo militar o civil de alto valor en España. Todo lo cual obliga a pensar que estamos ante un cambio de paradigma frente al cual no vale con recurrir únicamente al «endurecimiento» de las instalaciones…

En este caso, se diga lo que se diga, lo más relevante de la acción ucraniana es que tiene la virtud de dejar una vez más al descubierto la vulnerabilidad rusa (extensible a muchos otros países). Es, por lo demás, un ataque de mayor grado, muy interesante por la planificación, pero que no supone una ruptura ya que Ucrania venía atacando objetivos en el interior de Rusia, incluidos los estratégicos, desde mucho tiempo atrás. Así las cosas, el ataque puede ser empleado por el Kremlin para romper las negociaciones o para justificar una mayor escalada convencional (o, incluso, para todo lo contrario, está por ver si bien a priori es lo más probable), pero no tiene mayor importancia relativa que acciones como en su día el primer ataque al puente de Kerch, por ejemplo. A la espera de lo que ocurra en Estambul, todo indica que lo que el ataque a las bases aéreas rusas implica, es el pistoletazo de salida a las operaciones de verano y es que la mejor forma de obligar a Rusia a negociar no pasa seguramente por los ataques de este tipo, sino por minar sus fuerzas convencionales.

Dicho todo esto, además de los ataques a las bases aéreas, las Fuerzas Armadas ucranianas también habrían lanzado además al menos un centenar de drones contra posiciones rusas en Voronezh y Kursk, lo que tiene interés en relación con el último punto. Acciones que se suman a las llevadas a cabo contra su red ferroviaria recientemente y que son, como hemos explicado en varias ocasiones, imprescindible para evitar la llegada de suministros a las tropas rusas en el frente (hoy se ha registrado un nuevo sabotaje cerca de Mariúpol). Además, medios rusos han hablado del supuesto empleo de misiles Storm Shadow por parte de Ucrania contra objetivos en Sorokine, en la región de Lugansk. Es de esperar que Ucrania siga incrementando este tipo de ataques que, salvo que se ejerza una fuerte presión política por parte de los aliados de Ucrania sobre Rusia, son la mejor herramienta en manos de Kiev para demostrar al Kremlin que las nimias ganancias territoriales no servirán para obtener sus objetivos estratégicos.

Del lado contrario, a pesar de quedar opacado por lo anterior, la jornada (todo el mes de mayo, en realidad) también ha sido particularmente intensa. El Ministerio de Defensa de Ucrania ha hablado de hasta 479 vectores empleados por Rusia en las últimas 24 horas, incluyendo misiles balísticos y de crucero, y drones. Del total, aseguran haber derribado 3 misiles de crucero y 382 drones de distintos tipos. Estaríamos, en cualquier caso, ante cifras récord una vez más.

Entre los múltiples objetivos atacados se cuenta una vez más Járkov, en donde se han registrado media docena de heridos. También la capital ucraniana, Kiev. En Sumy se ha registrado la llegada, entre otros, de misiles Iskander, lo mismo que en Hrebinka, en la región de Poltava.

El ataque más relevante, en cualquier caso, habría sido conducido por Rusia contra una base de entrenamiento ucraniana en Novomoskovsk, en la región de Dnipró. Una acción que habría costado la vida a una docena de militares ucranianos y en la que se habría empleado un misil balístico dotado de submuniciones. El objetivo concreto sería el 239º Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Terrestres ucranianos, que, además de los fallecidos, habría costado a las AFU al menos 60 heridos.

Además de lo anterior, ataques aéreos rusos llevados a cabo con bombas planeadoras habrían costado la vida a tres personas en Ternuvate, en la región de Zaporiyia. Por otra parte, un ataque con drones tácticos habría herido a cinco civiles más en Stanislav, en la región de Jersón.

En cuanto a las novedades sobre el frente, aquí las noticias son ya más escasas y, en cualquier caso, por motivos de tiempo nos vemos obligados a resumir. Más relevante incluso que los cambios de posiciones ha sido la dimisión del hasta ahora comandante de las Fuerzas Terrestres ucranianas, Mykhailo Drapatyi, al parecer como consecuencia de los ataques a un centro de entrenamiento ucraniano por parte de Rusia el pasado 20 de mayo.

Dicho esto, en las regiones de Sumy y Járkov la situación permanece igual a la jornada anterior, a pesar de los combates. Así, aunque se han reseñado avances rusos hacia Oleksivka, ya habían sido recogidos en informes anteriores.

En el sector del Oskil, han continuado también los ataques rusos en el saliente de Makíivka. De hecho, ahí se ha producido uno de los escasos cambios de posiciones de la jornada, con un avance ruso desde Nove y Ribkoduv, recientemente tomada, hacia Karpivka.

En dirección a Konstyantynivka, lo primero que tenemos es que esta localidad ha sido objetivo de las bombas planeadoras rusas, que han dejado varios incendios en la urbe. A partir de ahí, en el caso de Toretsk se han registrado nuevos ataques rusos en dirección noroeste, tanto desde el centro urbano como al norte de la ciudad, pero sin cambios tangibles.

En los sectores de Kurajove y Velika Novosilka, por último, también han continuado los combates, pero igualmente sin cambios en el grado de control de uno u otro ejército.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En vísperas de la siguiente ronda de las conversaciones directas entre Ucrania y Rusia que darán comienzo en Estambul el 2 de junio a las 14:00 CET, como se ha explicado en la sección anterior, las fuerzas ucranianas han llevado a cabo la operación “tela de araña” (Spiderweb) en el interior de Rusia. Por tanto, las noticias han estado ligadas a este ataque, sin que se hayan reportado numerosas reacciones por parte de la comunidad internacional. De otro lado, las noticias han estado centradas en los preparativos de la segunda ronda de conversaciones, incluida la filtración de las propuestas que Ucrania presentará a Rusia, así como la confirmación de los participantes de ambos bandos en la reunión.

Empezando por el que ha sido el gran acontecimiento de la jornada, desde Kiev, el presidente Zelenski elogiaba los resultados “brillantes” de este ataque que, según él, llevaba planeándose 1 año, 6 meses y 9 días, y subrayaba que Ucrania nunca había llevado a cabo una operación “de tan largo alcance”. De igual modo, Zelenski hace hincapié en que “Ucrania se está defendiendo y con razón: estamos haciendo todo lo posible para que Rusia sienta la necesidad de poner fin a esta guerra”. Tampoco ha dudado en recordar que la propuesta de alto el fuego presentada por Estados Unidos y aceptada por Ucrania lleva sobre la mesa desde el 11 de marzo y Rusia no la ha aceptado y han decidido continuar la guerra. Así, Zelenski apela a una mayor presión sobre Rusia “para que vuelva a la realidad” a través de sanciones, diplomacia y de sus “fuerzas”.

Asimismo, era el propio líder ucraniano quien confirmaba que los agentes implicados en la preparación del ataque “fueron sacados a tiempo del territorio ruso”. Una información que contrasta con la ofrecida por Rusia, ya que el Ministerio de Defensa afirma haber detenido a los “participantes”. 

Desde el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) afirman que los daños ocasionados a la aviación rusa ascienden a 7.000 millones de dólares. Sin embargo, es difícil saber cómo las autoridades ucranianas han cuantificado los daños, máxime teniendo en cuenta la antigüedad de los aparatos alcanzados, así como el número total de aeronaves afectadas tal y como se ha explicado en la sección anterior.

En cuanto a las reacciones de los socios de Ucrania en particular, estas han sido muy limitadas hasta la hora de redacción de este informe. Es más, en el caso de la UE solo se ha pronunciado el Comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, quien calificaba en X el ataque de Ucrania contra “más de 40 bombarderos” como “altamente sofisticado”, pero no se limitaba a este comentario. Así, Kubilius añadía que “una vez más los ucranianos no solo demuestran a Putin lo poderosos e inventivos que son, sino que también recuerdan a los europeos cuánto podemos aprender de ellos”, cerrando su post con un “Slava Ukraini”.

Pasando a la segunda ronda de conversaciones entre Ucrania y Rusia, por el momento, y tras el ataque, no ha habido ningún indicio que apunte a que la delegación rusa no asistirá a la reunión, sino lo contrario, pues al parecer estaban de camino durante la tarde.

Durante la jornada, además, han continuado los preparativos para el encuentro. De hecho, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ha hablado por teléfono con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a petición de este último. En un comunicado más escueto de lo habitual, el Departamento estadounidense únicamente se señala que han mantenido una llamada y que durante esta Rubio reiteró el llamamiento del presidente Trump a continuar las conversaciones directas entre Rusia y Ucrania para lograr una paz duradera.

Sin embargo, el Ministerio de Exteriores ruso tampoco se ha explayado en los detalles, mencionando únicamente que durante la llamada “se discutió la situación relacionada con la crisis de Ucrania”.

El jefe de la delegación negociadora rusa, Vladímir Medinsky, por su parte, ha anunciado en la televisión rusa que la posición de Moscú relativa a las condiciones para una paz duradera será explicada “en detalle mañana”. Es decir, que tal y como ya habían anunciado, no harán llegar el “borrador de memorando” con carácter previo a la reunión, sino que lo presentarán durante el segundo encuentro y proporcionarán las aclaraciones necesarias.

En el caso de Ucrania que, si bien no se opone a la reunión, pero sí ha venido insistiendo en que es necesario que les compartan el memorando, ha anunciado que la delegación estará encabezada una vez más por el ministro de Defensa, Rustem Umerov. A este respecto, el presidente Zelenski señalaba que más allá de confirmar la delegación, también ha definido la posición y prioridades del país de cara a la reunión. En lo que a las prioridades se refiere, estas serían lograr “un alto el fuego completo e incondicional” y el “regreso de los prisioneros” y de los menores ucranianos deportados y trasladados forzosamente por Rusia.

Es más, como parte de su posición, se espera que Ucrania presente una hoja de ruta con sus propuestas de paz; un texto que ha revelado Reuters y que aquí reproducimos de manera íntegra y literal:

Marco de las negociaciones Ucrania-Rusia

I. Principios clave del acuerdo y del proceso de negociación

  • Alto el fuego total e incondicional en el cielo, la tierra y el mar como antecedente necesario y requisito previo para las negociaciones de paz.
  • Medidas de fomento de la confianza – tratamiento de las cuestiones humanitarias: retorno incondicional de todos los niños ucranianos deportados y desplazados ilegalmente. Intercambio de todos los prisioneros (principio de «todos por todos»). Liberación por Rusia de todos los rehenes civiles.
  • No repetición de la agresión: El objetivo de las negociaciones es restablecer una base permanente para una paz y seguridad duraderas y garantizar que no se repita la agresión.
  • Garantías de seguridad y compromiso de la comunidad internacional: Ucrania debe recibir sólidas garantías de seguridad. Las partes invitarán a la comunidad internacional a participar en las negociaciones y a ofrecer garantías para asegurar la aplicación de los acuerdos.
  • Soberanía: Ucrania no está obligada a ser neutral. Puede elegir formar parte de la comunidad euroatlántica y avanzar hacia la adhesión a la UE. El ingreso de Ucrania en la OTAN depende del consenso dentro de la Alianza. No pueden imponerse restricciones al número, despliegue u otros parámetros de las Fuerzas Armadas de Ucrania, ni al despliegue de tropas de Estados extranjeros amigos en el territorio de Ucrania.
  • Cuestiones territoriales: Los avances territoriales logrados por Rusia desde febrero de 2014 no son reconocidos por la comunidad internacional. La línea de contacto es el punto de partida de las negociaciones. Las cuestiones territoriales solo se discuten tras un alto el fuego total e incondicional.
  • Sanciones: Pueden levantarse algunas sanciones a Rusia, pero por etapas y solo gradualmente, con un mecanismo para reanudar las sanciones en caso necesario (snapback). Los activos soberanos rusos congelados se utilizan para la reconstrucción o permanecen congelados hasta que se paguen las reparaciones.
  • Implementación: Acordar una hoja de ruta clara, equilibrada y alcanzable para la aplicación y el cumplimiento de los acuerdos.

II. Próximo paso: acordar el alto el fuego y el orden del día de la reunión de líderes

  • Tras la reunión de Estambul, las partes proseguirán las conversaciones, que se centrarán en: (1) alto el fuego total e incondicional: sus modalidades y supervisión; (2) medidas de fomento de la confianza; (3) preparación, acuerdo del orden del día y estructura de las futuras negociaciones de los líderes sobre temas clave.
  • Las negociaciones se celebrarán con la participación de Estados Unidos y Europa.

III. Alto el fuego

  • Alto el fuego total e incondicional en el cielo, la tierra y el mar al menos durante 30 días (con la posibilidad de prórrogas renovables cada 30 días) como trasfondo necesario y requisito previo para las negociaciones de paz.
  • Supervisión del alto el fuego, dirigida por EE.UU. y apoyada por terceros países.

IV. Medidas de fomento de la confianza

  • Tras el éxito del intercambio de prisioneros de guerra después de las conversaciones de Estambul, las partes continúan el proceso de intercambio de todos los prisioneros de guerra (principio de «todos por todos»).
  • Acuerdo sobre el retorno incondicional por parte de la Federación Rusa de todos los niños ucranianos deportados y desplazados, y liberación por parte de Rusia de todos los prisioneros civiles. Estas medidas deberían incluir a todas las categorías de personas enumeradas, a partir de febrero de 2014.

V. Reunión de líderes

  • Los dirigentes de Ucrania y Rusia se reúnen para acordar los aspectos clave del acuerdo de paz definitivo.
  • Los líderes acuerdan los temas clave del acuerdo de paz: 1) Cese permanente y completo de las hostilidades: condiciones, supervisión, sanciones en caso de violación; 2) Garantías de seguridad y no repetición de la agresión; 3) Cuestiones territoriales; 4) Economía, compensación, reconstrucción; 5) Sanciones por incumplimiento de los acuerdos, y 6) Conclusión de un acuerdo de paz definitivo.

Dejando a un lado este marco de acuerdo que Ucrania presentará durante la próxima jornada, podemos comentar también la composición de cada una de las delegaciones que tomarán parte en las discusiones.

Del lado de Rusia, tal y como anunció la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajarová, la delegación se mantendrá sin cambios. Esto significa que estará encabezada por Medinski, a quien le acompañarán el viceministro de Exteriores, Mijaíl Galuzin, el jefe de la Dirección General de Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, Igor Kostyukov, y el viceministro de Defensa, Aleksandr Fomin. Igualmente, se asume que formarán parte de las delegación los mismos expertos que en la primera reunión.

Del lado de Ucrania, el presidente Zelenski sí ha incluido cambios en la delegación. Por un lado, Alexey Malovatsky, jefe del Departamento de Derecho Internacional del Departamento Jurídico Central del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, no participará en las conversaciones. Por otro lado, la delegación incluirá a tres nuevos miembros: Yury Kovbasa, un enviado del Defensor del Pueblo para los derechos humanos de la Verjovna Rada (Parlamento), Yevgeny Ostryansky, jefe adjunto del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, y Andrey Fomin, miembro de alto rango de la Dirección Jurídica Central del Estado Mayor.

Siguiendo con las reuniones, en cuanto a un posible encuentro entre los presidentes Trump y Putin, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, ha comentado que ello requiere acuerdos previos que aún no se han alcanzado, al tiempo que califica de “útiles” las llamadas entre los líderes. De este modo, Ushakov subrayaba que una reunión bilateral a este nivel sería “un evento a gran escala que debería arrojar resultados importantes” y mostraba su negativa a comentar sobre cuándo podría producirse: “Podemos especular que [una cumbre] podría celebrarse, digamos, a finales de este año, pero, desde luego, no es un hecho que vaya a suceder”.

Cambiando radicalmente de tercio y para finalizar, han concluido unas elecciones presidenciales muy reñidas en Polonia. Finalmente, el candidato del partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), Karol Nawrocki, se ha proclamado ganador con un 50,89% de los votos en la segunda vuelta. Su principal rival, Rafal Trzaskowski, el candidato afín al primer ministro Donald Tusk, ha obtenido un 49,11% de los votos, por lo que prácticamente han quedado empatados. En lo que respecta a Ucrania, ambos candidatos se han mostrado a favor de incrementar el gasto en defensa y apoyar a Ucrania, si bien, no coinciden en puntos como la adhesión del país a la OTAN. De este modo, Nawrocki se ha mostrado abiertamente en contra de la membresía de Kiev a la OTAN comprometiéndose a bloquearla llegado el caso.


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 1194»

  1. Gracias por el informe tan detallado un día más. Solo algunos puntos a revisar en el texto:

    – pone «cambios» en vez de «camiones» varias veces
    – «llevaba planeándose 1 año, 9 meses y 6 días»: sería 6 meses y 9 días creo
    – en «a diferencia de Nawrocki» sobra «a diferencia de» creo

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