Guerra de Ucrania – Día 1190

Moscú ha propuesto que la próxima ronda de sanciones tenga lugar en Estambul el próximo 2 de junio. Sin noticias por el momento del Memorando a partir del cual negociar un alto el fuego, desde el Kremlin, tras hablar Lavrov con el ministro de Exteriores turco y con Marco Rubio, han decidido dar un nuevo paso, sin abandonar, eso sí, su política de gestionar los tiempos. Al mismo tiempo, desde Bielorrusia han anunciado que Rusia desplegará misiles Oreshnik en el país a final de año. Por otra parte, Alemania, que ha recibido a Zelenski, ha prometido 5.000 millones de euros en nuevas ayudas, sin hacer no obstante referencia alguna al envío de misiles Taurus, pese a que Merz se ha mostrado en repetidas ocasiones proclive a ello. Mientras tanto, los combates han continuado, así como los intercambios a larga distancia, una jornada más.

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La última jornada de guerra en Ucrania nos ha dejado escasísimas informaciones relativas a ataques rusos sobre este país. Sí ha habido reportes de impactos de drones tipo Geran por ejemplo en Eskhar, en la región de Járkov, en donde ha resultado destruido un edificio céntrico, que al parecer había sido evacuado previamente y en Vasyshcheve, en la misma región, en donde ha resultado destruida una fábrica de plásticos. Además, se ha hablado del lanzamiento de nuevos drones «Banderol» sobre Odesa.

Por otra parte, se han registrado varias explosiones en Sloviansk, aunque en este caso podrían ser consecuencia del empleo por parte rusa de bombas planeadoras, que sí han sido usadas con profusión un día más. Estos mismos ingenios habrían causado heridas a tres civiles en Dovha Balka, en Donetsk y provocado la muerte de un anciano en Sumy.

Sea como fuere, a la hora de redacción de este informe, el Ministerio de Defensa ucraniano hablaba de un total de 90 drones lanzados por las Fuerzas Armadas rusas, de los que aseguran haber abatido una decena por medios cinéticos y 46 más por medios no cinéticos.

Del lado contrario se han producido varios incidentes que es obligado señalar. Por un lado, el vicealcalde de Stavropol y veterano de la guerra contra Ucrania, Zaur Gurtsiyev, falleció como resultado de una explosión cuyas causas no se han determinado, en esta localidad rusa. Más allá de esto, un edificio de viviendas ruso fue alcanzado por un dron presumiblemente ucraniano sin provocar daños personales y, más relevante para la guerra, se registró un incendio antecedido por varias explosiones en la planta de electrónica Avangard de San Petersburgo, instalación que habría sufrido daños severos.

En cuanto a las novedades sobre el frente, mientras Zelenski advierte del peligro que supone la acumulación de fuerzas rusa –que cifra en 50.000 hombres– en la frontera con la región de Sumy, cabe decir que hoy son también muy escasas. Precisamente en esta región, la de Sumy, ha continuado la operación rusa, por el momento limitada, en dirección a Bilovody o Loknya.

No hay hoy, tras las novedades de la jornada anterior, noticias procedentes del norte del sector del Oskil, con lo que cabe concluir que Rusia se ha situado en Stroivka, pero no ha ido por el momento más allá.

En el sector de Siverks, por su parte, se han registrado intensos bombardeos en parte sobre esta ciudad, pero especialmente contra posiciones en los bosques al sur de Kreminna, un día más.

Entre Toretsk y Pokrovsk, las tropas rusas han seguido ampliando el saliente en dirección a Konstyantynivka (ver hilo). En concreto, en las últimas horas han avanzado tanto en dirección noreste, hacia Yablunivka, como en dirección oeste, siguiendo el trazado de la T0504, hacia Myrne desde Malynivka.

Además de lo anterior, entre los sectores de Pokrovsk y Kurajove, varias fuentes más han confirmado los recientes avances rusos, ya recogidos en informes anteriores, en dirección a Horikhove, esto es, al sur de la vecina Troitske.

En el sector de Velika Novosilka, se confirma la captura por parte de Rusia de Zelene Pole, lo que sitúa a las tropas de este país, en esta zona concreta del frente, ya prácticamente en la frontera con la región de Zaporiyia. Además de esto, continúan los intentos, desde Fedorivka, por alcanzar Komar.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Desde el Ministerio de Exteriores ruso, su principal responsable, Serguéi Lavrov, ha anunciado que la próxima ronda de negociaciones podría tener lugar el próximo 2 de junio en Estambul, si Ucrania accede a ello (por el momento, han exigido que antes se haga entrega del Memorando prometido). El anuncio se producía tras mantener el ruso un encuentro con su homólogo turco, Hakan Fidan (con quien no sólo ha hablado sobre el proceso de paz, sino también sobre otros temas en común, como Siria) y una conversación telefónica con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, quien pidió al ruso negociar «de buena fe» con Ucrania, mientras desde este país continúan asegurando que Rusia «no quiere la paz».

Esta última conversación se producía después de los intercambios de la jornada anterior entre Trump, Medvedev y Kellog, y casi al mismo tiempo que el propio Trump decía ante los periodistas que su país sabrá «dentro de dos semanas» si Putin está siguiendo o no las indicaciones de la Casa Blanca, eso sí, al tiempo que ha descartado una vez más, presionar a Moscú imponiendo sanciones. Una situación curiosa, pues aunque no hay noticias del famoso Memorando que Rusia debía haber presentado a Ucrania con sus demandas (sobre ello han hablado Umerov y Sybiha en Redes Sociales), sí hay rumores en torno a parte de sus contenidos, dirigidos en realidad más a los Estados Unidos y demás aliados de la OTAN que a Kiev.

Así, según se dice, «Putin está dispuesto a hacer la paz, pero no a cualquier precio», exigiendo un compromiso «escrito» de las principales potencias occidentales de no ampliar la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos hacia el este, una forma abreviada de descartar formalmente la adhesión de Ucrania, Georgia, Moldavia y otras ex repúblicas soviéticas. Una petición lógica desde el punto de vista de un país que ha visto cómo buena parte de lo que se denominaba su «extranjero cercano» abandonaba o intentaba abandonar sus filas para entrar en la órbita occidental (no sin un impulso desde Bruselas y Washington, como en su día en Georgia), no tanto probablemente por razones securitarias o por miedo al control de Moscú, como por la promesa de un estilo de vida y un aumento de las rentas que Rusia no podía -ni puede- asegurarles.

Esto hace pensar que, a pesar de que desde Occidente se puedan dar garantías por escrito de no ampliación de la OTAN hacia el Este, los intentos por seguir cooptando a buena parte de ese «extranjero cercano» ruso continuarán, canalizándose a través de otras organizaciones e instituciones, comenzando por la propia Unión Europea. Será un tema espinoso, pues si bien esta última es todo menos un actor militar creíble, con los próximos aumentos presupuestarios en defensa (forzados en buena medida desde los EEUU) y la nueva conciencia sobre el tema, podría llegar a ser sentida como una amenaza por parte de Moscú; máxime si tenemos en cuenta la existencia del Art. 42.7 y el hecho de que aunque no todos, buena parte de sus miembros sí forman parte de la OTAN.

Es decir, que aunque países como Moldavia o Ucrania pudiesen entrar en la UE, pero sin cobertura de la OTAN, en la práctica el entramado de alianzas, tratados y especialmente de lazos económicos, políticos y culturales hace muy difícil que, llegado el caso (y la guerra de Ucrania, país que ha recibido ayuda masiva por parte de Occidente sin ser parte de la UE o la OTAN adelanta lo que podría pasar), no hubiese reacción alguna. Sin embargo, ese compromiso escrito podría servir a Moscú para vender una victoria política y militar sobre Occidente a nivel interno y entre parte de sus socios, si bien en muchos sentidos sería, desde el principio, papel mojado; especialmente en un mundo en el que los conflictos están sufriendo un «desplazamiento al blanco».

Rusia, como es lógico, seguirá incrementando el tamaño de sus Fuerzas Armadas para intentar contrapesar convencionalmente los incrementos en defensa de la UE y lo que seguirá considerando una amenaza, en forma de presencia estadounidense y británica en Europa continental a través de la OTAN. Además, como ya se ha anunciado, desplegará los nuevos misiles Oreshnik en Bielorrusia; vectores que plantean un enorme problema no a los EEUU, pero sí a varias naciones europeas, ya que su capacidad de disuasión en un escalón estratégico subnuclear es inexistente; lo mismo que ocurre en algunas franjas de la guerra convencional, como la que tiene que ver con drones de pequeño tamaño (salvo por las capacidades que pueda aportar Ucrania en el futuro y la experiencia que se importe desde este país).

Por otra parte, desde Rusia continúan insistiendo en la necesidad de establecer garantías que impidan que el conflicto se reanude, afirmando Tatyana Dovgalenko, jefa del Departamento de Asociación con África del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso que «La parte ucraniana es consciente de nuestra postura de que una solución definitiva y sostenible del conflicto solo es posible mediante la eliminación completa e irreversible de sus causas profundas. Necesitamos acuerdos y mecanismos fiables y jurídicamente vinculantes que garanticen los intereses nacionales, incluyendo la seguridad y la prevención de crisis». Algo que, en cualquier caso, es mucho más difícil de decir que de hacer.

Mientras tanto, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, ha presentado la nueva estrategia de los Veintisiete para el Mar Negro, anunciando además que están intensificando los trabajos de cara a la creación de un nuevo Centro de Seguridad Marítima, para mejorar la movilidad militar y para establecer una cooperación más fuerte contra las amenazas híbridas.

El segundo punto de interés del día lo encontramos en Alemania, pues hasta allí se ha desplazado el presidente ucraniano, Zelenski, quien ha sido recibido, entre otros, por el nuevo canciller teutón, Merz y por la presidenta del Bundestag, Julia Kloeckner, con quien ha hablado, entre otros, sobre los caminos hacia una paz justa y duradera, pero también sobre integración europea e inversiones en la industria de defensa ucraniana. Ni rastro, eso sí, de los misiles Taurus…

Lo más relevante del encuentro ha sido sin duda el anuncio de un nuevo paquete de ayuda militar por parte del país teutón que totalizará 5.000 millones de euros y que servirá, tanto para sufragar por ejemplo municiones, como para la coproducción de sistemas de armas, mejorar la defensa aérea ucraniana y, de cara al futuro, costear los gastos de desarrollo de armas de largo alcance para Ucrania, particularmente misiles. El asunto es interesante, porque los alemanes son los que mejor se están posicionando en Ucrania, enlazando profundamente su propia industria con la ucraniana que, una vez termine el conflicto, será muy dependiente de Berlín.

Además de todo lo anterior, Merz ha asegurado que hará todo lo posible por mantener paralizado el gasoducto Nord Stream 2, de forma que no vuelva a reanudarse el flujo de gas por el mismo (en realidad, únicamente llegó a estar en fase de pruebas antes de la guerra y después, como sabemos, sufrió el famoso sabotaje, muy probablemente a manos de la propia Ucrania). A propósito, no dejéis de escuchar el reciente podcast de los compañeros de Global Strategy, sobre la seguridad energética en Europa, en el que se habla entre otros sobre la parte que corresponde a este factor en relación con los inicios de la guerra.

En otro orden de cosas, pero sin abandonar Alemania, la Fiscalía Federal del país anunció recientemente que tres hombres, un ruso, un ucraniano y un armenio, habían sido acusados como sospechosos de espiar para Rusia a un ex militar ucraniano, con el posible objetivo de intentar matarlo, en lo que han calificado de un incidente «particularmente grave».

Zelenski, además de con las autoridades germanas, se ha reunido con el pastor Franklin Graham, presidente de la Asociación Evangelística Billy Graham y de Samaritan’s Purse, con quien ha hablado sobre la ampliación de distintas iniciativas humanitarias, como el establecimiento de centros médicos, la rehabilitación de veteranos y la prestación de asistencia a los huérfanos y a las personas afectadas por la guerra que se vieron obligadas a huir de sus hogares.

Mientras todo esto ocurría, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se reunía con su homólogo finlandés, Petteri Orpo, así como con distintos hombres de negocios fineses, con la intención de atraer inversiones nórdicas hacia la industria de defensa ucraniana, para lo cual han mostrado parte de sus avances.

También se reunió con el finés el Presidente de la Rada Suprema de Ucrania, Ruslan Stefanchuk, quien trató sobre asuntos políticos, humanitarios y militares, entre otros temas, además de expresar su agradecimiento por el apoyo prestado a Ucrania desde el país nórdico.

Cambiando nuevamente de tercio, desde la Comisión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas sobre Ucrania, cuyo representando ha visitado este país durante la pasada jornada, han afirmado a través de un reciente informe que «Las fuerzas armadas rusas cometieron crímenes contra la humanidad, incluido asesinato, y crímenes de guerra al atacar a civiles durante varios meses de ataques con drones contra civiles en la margen derecha del río Dniéper en la provincia de Jersón». Un informe que se centra únicamente en esta región del sur de Ucrania y que concluye que «estos actos se cometieron con el objetivo principal de sembrar el terror entre la población civil, en violación del derecho internacional humanitario». 


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