La pasada jornada nos ha dejado diferentes noticias relacionadas con la guerra de Ucrania, la mayor parte de ellas relacionadas con la parte diplomática. Por una parte, desde las Naciones Unidas han rechazado la petición hecha desde el Kremlin de que este organismo tomase el control político de Ucrania. Por otra, desde Kiev aseguran no reconocer como deuda la ayuda militar estadounidense. Además de esto, el Fondo Mondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado el desembolso de 400 millones de dólares como parte del último trabajo del programa que entregaría un total de 15.600 millones a Ucrania. Todo mientras Rusia parece seguir intensificando su campaña de ataques con drones contra objetivos civiles, mientras prosiguen los intercambios de acusaciones relativos a violaciones de la tregua temporal y mientras siguen produciéndose combates a lo largo y ancho del frente.
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La última jornada de guerra hasta la fecha ha dejado según el Ministerio de Defensa de Ucrania el lanzamiento por parte rusa de un total de 163 drones de la familia Shahed, de los cuales aseguran haber derribo 89, mientras que otros 51 aparatos no habrían alcanzado su destino bien por acción de los sistemas de guerra electrónica, bien por problemas técnicos. También acusaciones por parte de Ucrania contra Rusia, concretamente de la empresa de gas natural Naftogas, desde donde afirman que Rusia ha atacado recientemente las instalaciones de extracción. Además, desde Ucrania niegan haber hecho en los últimos días lo propio con Rusia, a través de un comunicado publicado por el Estado Mayor del país.
Más allá de los intercambios de acusaciones, se han reportado explosiones sobre la ciudad de Kiev, en la de Sumy, capital de la región homónima y, especialmente, en la ciudad fluvial de Dnipró, en donde se han registrado numerosas explosiones e incendios como consecuencia de los ataques rusos y se habla del empleo de un misil Iskander por parte rusa, al igual que en Yukanivka, en la región de Sumy. Por el momento, se habla de la muerte de al menos cuatro civiles y de más de veinte de heridos en un ataque que ha afectado además al centro «Bartolomeo», una de cuyas construcciones más conocidas, una réplica de un galeón, ha ardido. Además, también habría resultado alcanzada Krivói Rog, hablándose en este caso de un misil.
Del lado contrario, no se han registrado impactos, una jornada más, lo que apunta a que realmente Ucrania está cumpliendo con los términos de la tregua temporal. Ahora bien, desde Rusia aseguran haber destruido drones ucranianos tanto sobre Kursk, como sobre Bélgorod. También sobre Saratov, Lipetsk, Rostov o Tambov, hablando además de supuestos intentos ucranianos contra refinerías.
El Ministerio de Defensa ruso, además, ha publicado su recuento semanal de derribos, afirmando haber terminado, durante los últimos siete días, con «los sistemas de defensa aérea derribaron dos aviones MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania, 27 bombas aéreas guiadas JDAM y 20 cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS de fabricación estadounidense, así como 1.160 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos hoy por ataques aéreos, como el llevado a cabo por la Fuerza Aérea ucraniana contra un puesto de observación ruso en Tyotkino, en el sector de Kursk, o el que han conducido contra un puesto fronterizo en Pogar, en la región de Briansk, más al norte, después al parecer de detectar ataques rusos.
Más allá de esto, siguiendo con Kursk, las Fuerzas Armadas rusas han continuado acumulando pequeños avances, por ejemplo en Guevo y en las inmediaciones de Oleshnya. Además, merece la pena al menos leer las previsiones (en este caso de fuentes prorrusas), que basándose en la situación sobre el terreno, prevén futuras ganancias rusas en esta área, pero ya en territorio ucraniano.
A diferencia de otras jornadas, no hay novedades procedentes ni del sector del Oskil, ni tampoco del de Siversk. Sí de la ciudad de Toretsk, en donde han sido las tropas rusas las que han retomado la ofensiva en las últimas dos jornadas, después de acumular varios problemas y repliegues. Así las cosas, han retomado varios puntos del centro de la ciudad.
De hecho, a colación de los problemas rusos, cabe decir que hay fuentes que afirman que el agotamiento ruso, evidente durante los dos últimos meses, habría sido algo transitorio y que, una vez superada la pausa operacional y reconstituidas algunas unidades, se espera un nuevo esfuerzo ofensivo en puntos como Pokrovsk. Por de pronto, aunque no parece que haya ninguna gran ofensiva en marcha, sí siguen adelante con sus ataques constantes de pequeña entidad, que les sirven para lograr pequeñas ganancias en puntos como Yasenove o Bohdanivka.
Pasando al sector de Kurajove, se han registrado distintos cambios. En primer lugar, al norte, en dirección a Kotlyarivka, en donde han protagonizado los rusos un intento de avance mecanizado, frenado por los drones FPV ucranianos. También en dirección a Bohdanivka. Todo mientras los ucranianos siguen contraatacando contra Andríivka y Konstyantynopil’, localidades situadas a ambas orillas del Vovcha.
Por último, en el sector de Velika Novosilka apenas se han producido novedades, mientras que en el de Zaporiyia continúan los rusos buscando la forma de tomar la T-08-12 e ir incluso más allá, con la vista puesta en Kam’yanske.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Comenzamos por las últimas declaraciones que llegan desde Washington, con el secretario de Estado, Marco Rubio, afirmando que no puede establecer una fecha límite para las negociaciones de paz.
En este sentido, el secretario comentaba que es prematuro esperar negociaciones al más alto nivel entre Rusia y Estados Unidos, así como que la fecha para conseguir la paz no depende solo de ellos, señalando entre otros, que también depende de los europeos y las sanciones impuestas contra Rusia. Además, cuando la prensa le preguntó si Moscú le estaba dando largas enfatizó que esta es una “guerra compleja” y nunca dijo que sería fácil, enfatizando que hay mucho trabajo que hacer con ambas partes, pero especialmente con Rusia ya que llevaban tres años sin hablar.
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov, afirmaba que la negativa de los europeos a levantar las sanciones impuestas a Rusia demuestra que no quieren la paz, reitrando que el levantamiento de las sanciones contra Rosselkhozbank es “parte integral del acuerdo del mar Negro”.
Por su parte, el presidente Putin comentaba poco antes durante una visita al submarino Arkhangelsk que los países “amigos” de Rusia tales como Corea del Norte, China, Sudáfrica o India podrían participar en el proceso de solución pacífica en Ucrania.
Desde Kiev, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Herohii Tykhyi, respondía a la propuesta del presidente Putin de establecer una “administración de transición” en Ucrania bajo los auspicios de Naciones Unidas con anterioridad a cualquier negociación de un acuerdo de paz. Este proponía establecer una administración provisional de las NN. UU. en Rusia comenzando por la ciudad siberiana de Vortkutá, conocida por sus condiciones climáticas extremas y por haber contado con varios gulags durante la época soviética.
Desde NN. UU. su secretario general, Antonio Guterres, ha afirmado que Ucrania cuenta con un gobierno legítimo que debe ser respetado, de modo que la sugerencia de Rusia ha sido rechazada.
Por su parte, el presidente Zelenski acusó a su homólogo ruso de intentar prolongar la guerra con esta propuesta de una administración de transición. Más allá de esta cuestión, Zelenski ha confirmado que dentro de una semana habrá una reunión en Kiev en la que Francia y Reino Unido sin duda estarán presente junto con otros que están “totalmente dispuestos a enviar un contingente a territorio ucraniano”.
En cuanto al acuerdo de minerales con EE. UU., Zelenski confirmó que han recibido una nueva versión sin dar más detalles. Lo que sí ha comentado es que este nuevo documento es “completamente diferente al acuerdo marco anterior” y “Ucrania no reconocerá la ayuda militar estadounidense como deuda”. Más concretamente, estarían solicitando a Ucrania que entregue todos los ingresos por los recursos naturales durante años con el objetivo de reembolsar todo el importe de la ayuda militar brindada en tiempos de guerra más los intereses. Adicionalmente, Zelenski declaró que tampoco firmará un acuerdo de minerales, ni nada, que “pueda amenazar la adhesión de Ucrania a la UE”.
Pasando a la ayuda militar, Zelenski ha comentado que durante la próxima reunión de Ramstein los socios anunciarán más programas de asistencia. De hecho, el líder ucraniano espera que los aliados europeos proporcionen más inteligencia militar e intensifiquen la producción conjunta de armas y artillería de defensa aérea.
Empezando por Dinamarca, el gobierno ha decidido asignar 300 millones de coronas danesas (unos 40 millones de euros) a un fondo de innovación para Ucrania que se centrará en campos tecnológicos de rápida evolución como los drones y la guerra electrónica.
Siguiendo con el país vecino, Suecia destinará 7 millones de euros a las coaliciones internacionales de drones (a la que se unió el pasado enero) y desminado como parte de su ayuda a Ucrania en el marco del formato Ramstein. Según el ministro de Defensa, Pål Jonson, “este apoyo garantiza que Ucrania pueda desarrollar su tecnología de drones y sus capacidades de desminado”.
En el caso de Francia, el presidente Macron ha asegurado a través de un vídeo que la ayuda a Ucrania no se financiará con “impuestos ocultos o adicionales”, tras haber anunciado esta semana un nuevo paquete de 2.000 millones de euros. Más concretamente, defiende que esta ayuda “está debidamente financiada gracias a la ley de programación militar, a los esfuerzos que habíamos previsto y gracias a la financiación europea y en el marco del G7 que decidimos”.
Asimismo, en ese mismo vídeo, Macron comentaba que había hablado con el presidente Trump para informarle sobre los “progresos” alcanzados en París durante la jornada anterior en la cumbre de líderes de países que estarían dispuestos a formar parte de la “coalición de voluntarios” y contribuir a las garantías de seguridad para Ucrania.
En cuanto a otro tipo de ayuda, el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) ha entregado esta semana una ambulancia especializada al Centro Técnico de Emergencias de Energoatom para que puedan responder a emergencias médicas en plantas de energía nuclear o cerca de ellas.
Por otro lado, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ha transferido 7 detectores First Defencer RM a Ucrania. Además, Ucrania y la OPAQ han acordado impartir la capacitación necesaria próximamente y se espera que estos nuevos equipos ayuden a documentar mejor los crímenes de guerra cometidos por Rusia y a responder ante emergencias químicas.
Igualmente, la embajada de Japón en Ucrania ha informado que dos soldados ucranianos han llegado al país nipón para recibir rehabilitación y tratamiento protésico, gracias a la ampliación del programa de ayuda a los soldados concluida el pasado febrero.
Asimismo, el Fondo Mondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado el desembolso de 400 millones de dólares como parte del último trabajo del programa que entregaría un total de 15.600 millones a Ucrania.
Por último y del lado humanitario, nos encontramos con dos noticias relevantes durante esta jornada. De un lado, Ucrania ha recuperado los cuerpos de 909 soldados caídos en combate, en lo que significa el mayor intercambio de este tipo desde que diese comienzo la guerra. Es importante destacar que desde octubre de 2024, Ucrania ha recuperado un total de 2.826 cuerpos. De otro, 5 menores ucranianos deportados o trasladados ilegalmente han vuelto a sus hogares.
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