Guerra de Ucrania – Día 1126

Finalmente, los Estados Unidos han acordado con Rusia y Ucrania un alto el fuego en el Mar Negro que complementaría al acordado previamente en relación con los ataques a la infraestructura. Ahora bien, a pesar de los anuncios, desde Rusia ya han dejado claro que no entrará en vigor hasta que no se levanten una serie de sanciones, mientras desde Ucrania acusan al Kremlin de instrumentalizar las negociaciones. Todo lo cual habla de la falta de incentivos de ambos bandos para lograr acuerdos sólidos a corto plazo a pesar de la presión por parte de unos Estados Unidos que han ofrecido además a Ucrania un nuevo acuerdo de minerales. Mientras tanto, continúan los ataques rusos contra el interior de Ucrania, afectando en esta ocasión gravemente a Krivói Rog y siguen también los combates, desde Kursk hasta Zaporiyia.

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La última jornada de guerra ha dejado, según Ucrania, el lanzamiento de hasta 139 drones y un misil balístico Iskander-M por parte rusa, de los que afirman haber derribado 78 drones, mientras que 34 más se habrían perdido de camino a su objetivo por otras causas, sean fallos técnicos o bien por acción de los sistemas de guerra electrónica.

Los impactos, en cualquier caso, han sido varios, afectando a la ciudad de Dnipró una jornada más, pero especialmente a Krivói Rog, en donde se han registrando una quincena de explosiones y un gran incendio. Además de esto, en se producido la muerte de una persona en la localidad de Nikopol tras un bombardeo ruso. No ha sido la única localidad víctima de una artillería que podría seguir causando alrededor del 20% de las bajas militares en esta fase de la guerra, pero que también afecta a diario a los civiles. Además, se ha reportado destrucción en Dudchany, en la región de Jersón, en Járkov o en Sumy, en este caso por acción de las bombas planeadoras.

Dicho esto, y como se ha adelantado en la entradilla -y se verá con más detalle en la parte internacional del informe-, se ha acordado un alto el fuego para el Mar Negro, así como dar pasos para implementar el acuerdo anterior, alcanzado por Putin y Trump, sobre el cese de los ataques a las infraestructuras de una y otra parte. Lo que una vez más no ha servido para que desde Rusia acusen a Ucrania de haber violado ya los términos de un acuerdo que la propia Rusia no va a aplicar hasta que se cumplan una serie de condiciones, afirmando su Ministerio de Defensa haber derribado nueve drones sobre el citado mar en la última jornada. Además, también el Ministerio de Defensa ruso asegura haber repelido un ataque ucraniano contra un depósito de combustible en la península de Crimea.

Además de lo anterior, desde Rusia han denunciado también lanzamientos de drones ucranianos contra Bélgorod o Kursk, que aseguran haber neutralizado. En total, afirman haber derribado supuestamente «sistemas de defensa aérea derribaron una bomba aérea guiada JDAM de fabricación estadounidense y 92 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija durante la pasada jornada, sin que haya trascendido noticia alguna de puntos alcanzados dentro de la geografía rusa. Un tema, por cierto, sobre el que se ha publicado recientemente este interesante análisis.

En cuanto a los combates y los movimientos, son un día más relativamente escasos. Comenzando por el sector de Kursk, ya que no hay novedades en el de Bélgorod, tenemos que las tropas rusas han seguido penetrando en la región ucraniana de Sumy, alcanzando las afueras de Veselivka. Todo ello mientras sometían a fuertes bombardeos puntos como Gogolevka o Guyevo, donde resisten las AFU. Dicho esto, y como detalle, las pérdidas materiales ucranianas en la ofensiva de Kursk superan ya con creces a las rusas, diferencial que se va incrementando a medida que pasa el tiempo.

En cuanto al sector del Oskil, continúa el toma y daca en los alrededores de Dvorichna, con los rusos retomando posiciones recientemente perdidas al oeste de la ciudad. Situación diferente a la que se vive en Ivanivka, en donde los infantes rusos siguen presionando al oeste de Ivanivka, aprovechando la «zona de nadie» en dirección a Nove.

No hay cambios en Toretsk, después de los últimos progresos ucranianos al sureste y rusos al este de Niu-York y al norte de Baranivka. Sí en el sector de Pokrovsk, en donde el Ejército ruso pese a todo se ha vuelto a lanzar contra el norte de la vía férrea, intentando volver a progresar hacia el interior de Udachne y en Kotlyne, mientras hace frente a los contraataques ucranianos en dirección a Solone, más al sur y destinados a dificultar la ampliación del saliente.

Tampoco hay grandes novedades ni en el sector de Kurajove, ni en el de de Velika Novosilka, a pesar de que las AFU han contraatacado recientemente según algunas fuentes al norte de Andríivka, logrando retomar algo de terreno.

Finalizamos, dicho esto, con el sector de Zaporiyia, en donde Rusia ha vuelto a situarse a la ofensiva, incrementando su grado de control tanto sobre las inmediaciones de Stepove como sobre las de Mali Shscherbaky, asentándose además según algunas fuentes en las primeras edificaciones al sur de Lobkove, después de varios días de intentos. Cabe decir que las fuentes difieren notablemente respecto al grado de control ruso en algunos puntos, ya que hay quien considera que controlan de hecho las dos primeras localidades citadas y parte de la tercera. En cualquier caso, a lo que asistimos es a un intento por parte de las Fuerzas Armadas rusas de llevar la línea de frente al norte de la carretera entre Orijiv y Vasilivka, esto es, la T-08-12.

Situación en el sector de Zaporoyia a

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Abrimos la sección internacional nuevamente desde Arabia Saudí, donde a la hora de finalizar nuestro anterior informe, los equipos estadounidense, ruso y ucraniano por separado seguían negociando y no se conocían los resultados de esta nueva ronda de conversaciones. Esta jornada, de hecho, ha estado marcado por los resultados de las negociaciones, con noticias prácticamente inexistentes relativas a otros aspectos o declaraciones de los socios de Ucrania.

De este modo, y tal y como se esperaba, la Casa Blanca ha emitido dos comunicados en los que señala los resultados de los grupos de expertos de EE. UU. y Rusia, y de EE. UU. y Ucrania. Era entonces cuando llegaban las noticias positivas de que las partes han acordado un alto el fuego en el mar Negro, más allá del cese de los ataques contra la infraestructura energética.

Más concretamente, Estados Unidos ha acordado con ambas partes lo siguiente:

  • Garantizar una navegación segura, eliminar el uso de la fuerza y ​​evitar el uso de buques comerciales con fines militares en el Mar Negro.
  • Desarrollar medidas para implementar el acuerdo del presidente Trump y los presidentes Zelenski y Putin de prohibir los ataques contra las instalaciones energéticas de Rusia y Ucrania.
  • Acogen con satisfacción los buenos oficios de terceros países con vistas a apoyar la aplicación de los acuerdos energéticos y marítimos.
  • Seguirán trabajando para lograr una paz duradera y perdurable.

En lo que concierne al alto el fuego en el mar Negro, el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, comentaba en redes sociales que es importante tener en cuenta que para Ucrania “cualquier movimiento por parte de Rusia de sus buques militares fuera de la parte oriental del Mar Negro constituirá una violación del espíritu de este acuerdo, se considerará una violación del compromiso de garantizar la navegación segura en el Mar Negro y una amenaza para la seguridad nacional de Ucrania. En este caso, Ucrania tendrá pleno derecho a ejercer su legítima defensa.”

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, por su parte, señalaba que Rusia está a favor de la reanudación de la Iniciativa del Mar negro “en alguna forma que sea conveniente para todos”, pero que necesitan garantías “muy bien definidas, verificables y efectivas, dados los constantes retrocesos e incumplimientos de los acuerdos por parte de Kiev”.

Sin embargo, llama la atención que no se señala expresamente ningún tipo de fecha a partir de la cual entrará en vigor el acuerdo, si bien por las declaraciones de unos y otros se puede asumir que estos tienen efecto inmediato. Al respecto de las fechas, desde Rusia comentaban que cuentan como inicio del alto el fuego contra la energía el 18 de marzo, ya que fue el día que hablaron los presidentes Putin y Trump.

Por otro lado, conviene destacar que en cada uno de los comunicados se recoge un punto de acción específico para cada parte implicada.

De un lado, en el caso de Rusia, han acordado que  “Estados Unidos ayudará a restablecer el acceso de Rusia al mercado mundial de exportaciones agrícolas y de fertilizantes, reducirá los costos de los seguros marítimos y mejorará el acceso a los puertos y los sistemas de pago para dichas transacciones”. Por tanto, y dicho de otro modo, EE. UU. ha accedido a ejercer presión para conseguir levantar algunas sanciones contra Rusia. De hecho, desde Rusia han dejado claro que no habrá alto el fuego hasta que no se levanten algunas sanciones, como las que afectan a contra Rosselhozbank y la industria agrícola rusa.

De otro, en el caso de Ucrania, han acordado que “Estados Unidos sigue comprometido a ayudar a lograr el intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de detenidos civiles y el regreso de los niños ucranianos transferidos por la fuerza”. Un resultado al que ha dado especialmente la bienvenida la iniciativa del Presidente de Ucrania “Bring Kids Back UA” que señalaba que una paz justa no puede alcanzarse sin que todos los niños deportados vuelvan a casa.

Por último, en ambos comunicados se subraya que el equipo estadounidense ha reiterado a las partes la exigencia del presidente Trump de que cesen las matanzas en ambos bandos como paso necesario para lograr una paz duradera. Además, enfatizan que EE. UU. seguirá facilitando las negociaciones para llegar a una solución pacífica y expresa su agradecimiento al príncipe heredero Mohammed bin Salman por su liderazgo y hospitalidad al facilitar las conversaciones en Arabia Saudí.

Más allá de los puntos acordados, ha habido declaraciones por parte de unos y otros. Desde Ucrania, el ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, señalaba que están agradecidos a EE. UU. por impulsar el proceso de conversaciones, pero que “lamentablemente, ya vemos que Rusia intenta manipular y condicionar los acuerdos al alivio de las sanciones o a cualquier otra cuestión”, insistiendo en que Rusia siempre miente y no confían en las palabras rusas. De este modo, insta a que todos se centren en las acciones de Rusia en lugar de las declaraciones, señalando que los próximos días serán “cruciales para determinar si Rusia se toma en serio la paz o pretende engañar a Estados Unidos y al mundo”. Para Sybiha, “la presión es la única cura para las mentiras rusas”.

Unas declaraciones compartidas por el presidente Zelenski, quien comentaba en su discurso diario que no confían en Rusia y que deben demostrar que están dispuestos a terminar la guerra y dejar de mentirle al mundo, al presidente Trump y a EE. UU. Asimismo, el líder ucraniano señalaba que en Ucrania harán todo lo posible para garantizar que los acuerdos funcionen y no haya ataques, pero que si los rusos atacan se enfrentarán a una respuesta contundente y asumirán la responsabilidad.

Por otro lado, Zelenski habría declarado ante la prensa que Estados Unidos ha propuesto un nuevo acuerdo “importante” sobre minerales basado en el acuerdo anterior, si bien y por el momento, no han trascendido más detalles al respecto.

Moviéndonos a Moscú, el Ministerio de Exteriores se ha pronunciado sobre cuestiones energéticas, empezando por la planta nuclear de Zaporiyia. Para el Ministerio ruso, “Compartir el uso de la central nuclear de Zaporiyia con cualquier otro país también es inaceptable. Esto no tiene precedentes en la práctica mundial. En particular, en tal caso, sería imposible garantizar adecuadamente la seguridad nuclear y resolver las cuestiones de responsabilidad civil por daños nucleares”. De este modo, el Ministerio enfatiza que Moscú nunca entregará la central a Ucrania ni a ningún otro país, afirmando que la comunidad internacional tiene que aceptar que la restauración de la central como parte de la industria nuclear rusa es una realidad. Además, señalan que todos los empleados de la planta son rusos y nadie puede jugar con sus vidas, además de confirmar que los representantes de los Estados miembros de la OTAN no pueden visitar la planta debido al potencial sabotaje por parte de sus agencias de inteligencia que cooperan con Ucrania.

Hay que tener en cuenta que una de las opciones que Washington había planteado es que EE. UU. pase a tener la propiedad de la central.

Para concluir, Lavrov ha confirmado que EE. UU. y Rusia también están conversando sobre el Nord Stream señalando que “por supuesto, hay diferencias” y lanzando la pregunta de si solo a Rusia y EE. UU. le interesa restablecer el suministro normal de energía en Europa. Además, añadía que “será interesante si los Estados Unidos ejercen su influencia sobre Europa y la obligan a no rechazar el gas ruso”, calificándolo de “surrealista”. Pero, además, dirigía sus críticas contra líderes concretos (y todos alemanes) acusándoles de padecer enfermedades mentales o ser unos suicidas por afirmar que nunca permitirán la restauración del Nord Stream. En particular, estos son: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Robert Habeck, vicecanciller alemán, y Boris Pistorius, ministro de Defensa alemán.

En conjunto, lo que nos encontramos es que los incentivos para una negociación seria siguen siendo escasos. En el caso ruso, es evidente que «dan largas», como admite el propio Trump que podría estar pasando, pues saben que el campo de batalla les favorece y esperan más allá de ganancias territoriales o de que se acepten sus imperativos securitarios, volver a los mercados europeos, entre otras cosas o, en caso de no lograr estos objetivos, al menos tiempo para seguir reconstruyendo sus Fuerzas Armadas y volver a confiar en las operaciones militares sea contra Ucrania o más allá.

En el caso de Ucrania, sin garantías de seguridad y partiendo claramente en desventaja de cara a una negociación, incluso los estadounidenses consideran que su opción más lógica pasa por seguir combatiendo por sus propios medios (recordemos que llevan mucho tiempo procurándose capacidades industriales para sostener el esfuerzo bélico, aunque sea para continuar simplemente aplicando tácticas fabianas), con la ayuda europea como soporte. Se cumple así nuestra evaluación de unas semanas atrás, cuando decíamos que la UE difícilmente puede hacer que Ucrania se imponga, pero sí que puede frenar cualquier acuerdo de paz ofreciendo apoyo e incentivos a este país para seguir, mientras intentan reunir voluntad política y medios materiales para una aproximación propia a la salida de la guerra, que es lo que tratan de hacer sin mucho éxito por ahora Macron o Starmer e intentan no ceder a la presión de EEUU.


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