Tras la conversación con Donald Trump, el presidente ruso Vladímir Putin ha aceptado un alto el fuego inmediato contra la energía y la infraestructura ucraniana. No, por el momento, una tregua en el frente, ni tampoco en el mar, a falta de que el próximo día 23 se produzcan nuevas conversaciones entre los negociadores estadounidenses y rusos en Arabia Saudita y en las que se intentará avanzar en algunos puntos conflictivos, como los relativos al suministro de armamento a Ucrania por parte de sus aliados, que Moscú quiere evitar a toda costa. Zelenski, quien no ha ofrecido curiosamente su discurso diario, sí ha dicho que “no hay confianza en Putin” añadiendo además que “todo su juego consiste en debilitarnos lo máximo posible”. Todo mientras los drones rusos viajaban en dirección al territorio ucraniano y mientras los combates seguían produciéndose en sectores como los del Oskil o Zaporiyia.
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Durante la última jornada, y a pesar del acuerdo temporal alcanzado por Putin y Trump (posterior al lanzamiento de los drones) para frenar los ataques contra las infraestructuras de uno y otro lado, hasta 137 Shahed-131/136/138 (Geran-1/2/3) rusos habrían sido empleados contra Ucrania, según el Ministerio de Defensa de este país. Del total, aseguran haber derribado 63, mientras que otros 64 habrían sido neutralizados por medios no cinéticos o bien habrían sufrido problemas técnicos que les habrían impedido alcanzar su destino.
Dicho esto, ya que los ucranianos han denunciado la llegada de drones rusos tras alcanzarse el acuerdo, cabe decir que debido al tiempo que necesitan para alcanzar su destino (varias horas en muchos casos) es posible que al menos una parte de ellos hubiese sido lanzada antes de que el acuerdo se cerrase. Habrá que esperar a las próximas horas para ver, por tanto, el grado de cumplimiento por parte rusa (y ucraniana) de los términos acordados.
En cualquier caso, y una vez más, se ha registrado actividad antiaérea en la región de Zaporiyia, donde se habrían producido además explosiones según algunas fuentes. La mayoría de los ataques, en cualquier caso, habrían tenido como objetivo la capital ucraniana, Kiev, en donde los restos de los Shahed derribados habrían provocado algunos daños. Además, otro dron habría alcanzado un centro médico en Sumy, concretamente en Krasnopillya. Y, por otra parte, volvieron a registrarse un buen número de lanzamientos de bombas planeadoras por parte rusa.
Un elemento que como sabemos (de hecho, le dedicamos un capítulo completo en nuestro cuarto libro) ha sido crucial para que Rusia de la vuelta al conflicto en muchos aspectos y que, sin embargo, no está nada claro que vaya a quedar dentro del acuerdo alcanzado por Trump y Putin, ya que los rusos pueden alegar que no golpean con ellas infraestructuras, sino objetivos militares tanto tácticos como en algunos casos operacionales.
Del lado contrario, cabe decir que los ucranianos también han seguido atacando, pues habrían alcanzado una estación de bombeo de petróleo en la ciudad de Kavkazskaya, en la región rusa de Krasnodar, a unos 400 kilómetros del frente. En este caso, y como hemos dicho antes, queda esperar y ver si el acuerdo de alto el fuego finalmente se cumple o no, aunque las horas iniciales (tampoco se ha firmado nada por parte de los beligerantes ni se ha ofrecido una hora formal de entrada en vigor) están siendo poco halagüeñas.
Desde el Ministerio de Defensa ruso afirman haber derribado, dicho todo lo anterior, hasta «cinco bombas aéreas guiadas JDAM y un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense, así como 117 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija en las últimas 24 horas. Además, han publicado como es habitual diversas notas de prensa en las que hacen referencia a numerosos ataques ucranianos con drones sobre su territorio.
Más interesante si cabe, ya horas antes de la conversación entre Putin y Trump acusaron a Ucrania de intentar sabotear el evento insertando tropas en Bélgorod «en dirección a los asentamientos de Demidovka y Prilesye» en un suceso que han calificado, como es habitual en la retórica rusa, de «provocación».

Como quiera que la tregua no afecta todavía a los sucesos sobre el frente, toca hablar un día más de combates y movimientos. Lo hacemos comenzando por el sector de Kursk, en donde los ucranianos resisten todavía en alguna de las aldeas fronterizas, pese a que las tropas rusas intentan expulsarse de allí. Por el momento, apenas han logrado en las últimas horas magros avances en Basivka, que en realidad es una aldea en la región de Sumy desde donde intentan flanquear a los ucranianos.
Además de esto, aunque ya hemos hecho una referencia a partir de la nota de prensa del Ministerio de Defensa ruso, cabe decir que hay varias fuentes que admiten movimientos ucranianos hacia Bélgorod, aunque los consideran más bien un intento por estirar las líneas rusas en la zona.
Pasamos al sector del Oskil, en donde las tropas rusas han logrado avances en este caso al este de Ivanivka y, especialmente, algo más al norte en la zona de Balka Zhuravka, aunque en todos los casos hablamos de unos pocos metros.
Situación parecida a la que se vive más al sur, en el cercano sector de Siversk, en donde apenas hay cambios, pero sí se producen a diario desde hace algún tiempo pequeñas acciones.
En el sector de Toretsk la situación es más compleja si cabe. En las últimas horas, el Ejército ruso habría retomado algunas posiciones en el centro de la ciudad. Sin embargo, los ucranianos parecen haberse hecho fuertes tanto al sur de las dos grandes escombreras, como al norte, en la zona de Krysm’ke, de donde no pudieron ser expulsados en su momento y que han aprovechado como punto de partida para varios de sus contraataques.
En cuanto a Pokrovsk, las únicas noticias recientes hacen referencia a progresos rusos al sur de Lysivka, si bien continúan produciéndose ataques y contraataques en buena parte del sector.
Toca cambiar al sector de Kurajove, del que hace días que apenas hablamos, pues allí se han producido fuertes enfrentamientos en torno a Konstyantynopil’ y Andríivka, con los ucranianos recuperando terreno en la zona mientras lo pierden más al sur, entre este sector y el de Velika Novosilka. Además, allí, en el sector de Velika Novosilka, han seguido acumulando pequeñas ganancias, las más recientes entre Novosilka y Burlatske, reconocidas por las propias fuentes proucranianas.
Por último, nos encontramos con que en la región de Zaporiyia, tras reactivar Rusia el frente en los últimos días, han seguido produciéndose cambios, aunque de pequeño calado, como los que han tenido lugar a favor de Rusia entre Stepove y Mali Scherbaky.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada, como sin duda nuestros lectores sabrán pues lo hemos venido señalando en informes anteriores, la atención estaba puesta en Washington y Moscú, ya que los presidentes Trump y Putin iban a conversar por teléfono sobre la propuesta de alto al fuego, las negociaciones para un acuerdo de paz, así como otras cuestiones.
Tras la llamada, la Casa Blanca informaba que el presidente Putin ha aceptado un alto el fuego inmediato contra la energía y la infraestructura ucraniana. Es decir, que no ha aceptado la propuesta íntegra de un alto el fuego completo.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca publicaba un resumen de la llamada en el que se destaca lo siguiente:
- Durante la llamada, los presidentes Trump y Putin hablaron sobre la necesidad de paz y un alto al fuego en la guerra de Ucrania, y coinciden en que el conflicto debe concluir con una paz duradera.
- Los líderes han destacado la necesidad de mejorar las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia, y consideran que “el dinero y la sangre que Ucrania y Rusia han gastado en esta guerra se invertirían mejor en las necesidades de sus pueblos”.
- Este conflicto nunca debió haber comenzado y debió haber terminado hace mucho tiempo con esfuerzos de paz sinceros y de buena fe.
- Los presidentes Trump y Putin han acordado que el camino a la paz comenzará con un alto el fuego contra la energía e infraestructura, pero también con negociaciones técnicas para la implementación de un alto el fuego en el mar Negro, un alto el fuego total y una paz permanente. Acordaron, además, que las negociaciones comenzarán de inmediato en Oriente Medio.
- Los presidentes discutieron sobre Oriente Medio como una región de potencial cooperación para prevenir futuros conflictos, y abordaron la necesidad de detener la proliferación de armas estratégicas y “colaborarán con otros para garantizar su aplicación más amplia”. Además, Trump y Putin coinciden en que Irán nunca debería estar en condiciones de destruir a Israel.
- Trump y Putin coinciden en que un futuro con una mejor relación bilateral entre sus países ofrece enormes ventajas, incluidos importantes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica una vez lograda la paz.
Por supuesto, nada de esto implica que los puntos de vista sobre algunos temas no sigan alejados, pues Rusia continúa exigiendo, entre otras cosas, que se detenga la movilización en Ucrania, que se frene por completo el envío de ayuda militar a las AFU o que cesen los intercambios de inteligencia.
En cuanto a la fecha de las negociaciones, el enviado especial del presidente Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, comentaba para Fox News que estas tendrán lugar el 23 de marzo en Arabia Saudí. Además, informó de que había mantenido dos reuniones con el presidente Putin, una de casi tres horas y media, y la segunda de casi cuatro horas, en las que discutieron sobre el alto el fuego, incluida la situación en el mar Negro.
Por su parte, el presidente Trump comentaba en Truth Social que la llamada había sido muy buena y productiva, destacando que habían acordado dicho alto el fuego con carácter inmediato con el entendimiento de que trabajarán con celeridad para lograr u alto el fuego completo y, en última instancia, el fin de la guerra. Insistía así en que esta guerra no habría comenzado si él hubiese sido presidente. Además, confirmaba que han discutido muchos elementos de un acuerdo de paz, señalando que tanto Putin como Zelenski quieren que dejen de morir soldados. Por último, recalcaba que “este proceso está ahora en vigor”.
Posteriormente, durante una entrevista para Fox News, el presidente Trump comentó que la ayuda a Ucrania no fue uno de los puntos discutidos con su homólogo ruso en la llamada que duró aproximadamente dos horas. Además, también recordó que “esta no era una guerra que debía ocurrir”.
En otro orden de cosas, también le preguntaron acerca de la futura relación con Rusia y China, momento en el que Trump mencionó abiertamente el interés existente por las tierras raras, así como que cree que tanto Moscú como Pekín quieren llevarse bien con Estados Unidos. No obstante, precisó que lo primero que aprende cualquier estudiante de Historia es que no quieres que Rusia y China se unan. En esta línea, criticó las políticas del expresidente Obama ya que considera que los acercó a través de la energía y “forzó un matrimonio”. Vamos a ser “amistosos” con los dos.
Adicionalmente, le preguntaban que cómo responde a aquellos que dicen que tiene más en común con Putin que con otros líderes. A esta cuestión Trump respondía afirmando que es un nacionalista de los Estados Unidos y que esto le resulta interesante porque nadie ha sido más duro que él con Rusia, enfatizando que fue él quien señaló los problemas que acarrearía el Nord Stream 2 y lo paró siendo el presidente Biden quien lo aprobó en lo que considera un movimiento “estúpido”. Asimismo, comentó que el presidente Putin ha llegado a decirle “Si eres mi amigo, no me gustaría verte como mi enemigo”, al tiempo que destacaba que no solo tiene una buena relación con Putin, sino también con el presidente de China, Xi Jinping, o el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. Algo que él considera que debe entenderse como algo positivo y no negativo, si bien esto puede ser compatible con otras políticas como la relativa a la imposición de aranceles.
Del lado de Ucrania, el presidente Zelenski, a diferencia de todas las jornadas que llevamos de guerra, hoy no ha dado su ya tradicional discurso diario. De este modo, sus comentarios sobre la conversación entre los presidentes Trump y Putin se han limitado a un mensaje en X en el que hace hincapié en los ataques que estaban sufriendo antes de que acabase el día. Así, criticaba al presidente Putin por haber rechazado de forma efectiva la propuesta de un alto el fuego total y exponía que “sería justo que el mundo respondiera rechazando cualquier intento de Putin de prolongar la guerra”. Pide, por tanto, sanciones contra Rusia y asistencia a Ucrania, dejando claro que solo un “cese real” de los ataques a la infraestructura civil por parte de Rusia -que sería considerado como una prueba de su voluntad de poner fin a la guerra- puede acercar la paz.
Además, tras su llegada a Finlandia con la primera dama, Olena Zelenska, el líder ucraniano declaraba ante la prensa que “no hay confianza en Putin” defendiendo que “todo su juego consiste en debilitarnos lo máximo posible” y que no están listos para poner fin a la guerra. Además, expresaba su deseo de conversar con el presidente Trump para conocer todos los detalles de la llamada con Putin.
Desde Rusia, el Kremlin informaba tras la llamada con Trump que entregarán a Ucrania 23 militares gravemente heridos y que están siendo tratados en centros médicos rusos como gesto de buena voluntad. Esto se suma al intercambio de 175 prisioneros de guerra por ambas partes previsto para la próxima jornada.
Además, piden que se detenga completamente la asistencia militar extranjera y el suministro de información a Kiev. Un punto controvertido, ya que el Kremlin afirmaba en el comunicado oficial haber trasladado esta petición al presidente Trump, y este último, lo ha desmentido en su entrevista para Fox al decir que no han tocado el tema de la ayuda a Ucrania.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron durante una rueda de prensa junto al aun canciller alemán, Olaf Scholz, en Berlín declaraba que se están poniendo en marcha las primeras etapas, pero que el objetivo debe seguir siendo el mismo: “un alto el fuego sólido, medible y verificable”. Sobre esto añadía que esto es inconcebible sin la presencia de los ucranianos en la mesa de negociaciones. Además, ambos líderes expresaban que Ucrania puede contar con ellos, con Europa y que no la defraudarán.
Mientras tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, daba un discurso ante la Real Academia Militar de Dinamarca en vísperas de la presentación del libro blanco sobre el futuro de la defensa europea. En su discurso, la líder del ejecutivo europeo insistía en que Europa debe rearmarse para tener una fuerza disuasoria creíble en 2030, así como disponer de una base industrial de defensa que constituya una ventaja estratégica. De este modo, reiteraba que “debemos actuar ahora” y que “Si Europa quiere evitar la guerra, debe prepararse para la guerra”, recordando su recién lanzado Plan de Rearme Europeo que pretende movilizar hasta 800.000 millones de euros (incluidos 150.000 en forma de préstamos para financiar las compras de armamento por los Estados miembros bajo el nuevo instrumento “SAFE”).
Sobre las compras de armamento, Von der Leyen señalaba que la prioridad es “comprar más productos europeos” teniendo en cuenta que “la mayoría de las inversiones en el sector de defensa se realizan fuera de Europa”. En este sentido, recordaba el mecanismo propuesto en la Estrategia Industrial de Defensa de la UE para canalizar las ventas militares y, más concretamente, incentivar las compras para permitir que la industria de defensa europea disponga de “un flujo de pedidos que se prolongue durante varios años para orientar sus inversiones”.
Por su parte, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, se ha trasladado al Reino Unido para reunirse con el secretario de Exteriores, David Lammy, y el secretario de Defensa, John Healey. Una visita que podemos considerar como una muestra más del acercamiento que está habiendo entre la Bruselas y Londres, al menos, debido al contexto actual en el que los aliados europeos tratan de aunar esfuerzos y construir una posición común respecto de Ucrania. Según Kallas, “La UE y el Reino Unido están trabajando estrechamente para asumir una mayor responsabilidad por la seguridad de nuestro continente” y “estamos juntos para garantizar que Ucrania reciba el apoyo que necesita para defenderse”.
Moviéndonos hasta Alemania, hoy podríamos decir que el país ha vivido una jornada histórica, pues el plan que abriría la vía para incrementar el gasto en defensa e invertir en infraestructuras del futuro canciller, Friedrich Merz, ha sido aprobado en el Bundestag. No obstante, resta un último paso para que el plan cobre vida: la ratificación en el Bundesrat el próximo viernes.
Resulta interesante que, durante la apertura de la sesión, Merz calificó el plan de gasto de 500.000 millones de euros como un “un primer paso hacia una nueva comunidad europea de defensa” que también incluya a “países que no son miembros de la Unión Europea” tales como el Reino Unido o Noruega. Además, y más interesante si cabe -y siempre teniendo en cuenta el alto nivel de simbolismo y que se trata en última instancia de una declaración política- es que defendió que los pedidos de equipos de defensa destinados a rearmar Alemania deberían “adjudicarse en la medida de lo posible a fabricantes europeos”.
Para concluir, y como era de esperar a raíz de las últimas reuniones y anuncios, Lituania, Polonia, Letonia y Estonia han comunicado oficialmente su retirada de la Convención de Ottawa sobre la Prohibición de las Minas Antipersona. En su declaración conjunta señalan que desde que se adhirieron a la Convención el entorno de seguridad en su región se ha deteriorado y que las amenazas militares a los miembros de la OTAN limítrofes con Rusia y Bielorrusia han incrementado significativamente. Por tanto, deciden retirarse de la Convención para lanzar el mensaje de que sus países están listos y pueden usar todas las medidas necesarias para defender su territorio y libertad. No obstante, señalan que, pese a su retirada, siguen comprometidos con el respeto del derecho internacional humanitario, incluida la protección de civiles durante un conflicto armado. Por último, expresan su aprecio por el entendimiento y apoyo de otros Aliados y socios que reconocen los retos de seguridad a los que se están enfrentando y que respetan su decisión.
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