A horas de que de comienzo la llamada entre Trump y Putin, sobre la que unos y otros han mostrados sus esperanzas, Zelenski ha recordado al igual de Macron que está en el tejado de Rusia la pelota, en referencia a la aceptación de la propuesta de alto el fuego de 30 días hecha por los ucranianos. Más allá de esto, mientras la Unión Europea libera un nuevo tramo de ayuda financiera a Ucrania por valor de 3.500 millones de euros, se sigue hablando sobre un hipotético fondo de 40.000 millones de euros en ayuda militar que ni Italia ni España apoyan, se va a hablar con el Reino Unido sobre la confiscación de los activos rusos y, además, se está a la espera de la crucial votación que tendrá lugar en Alemania en cuestión de horas y que podría permitir al país, de prosperar la propuesta de Merz, endeudarse para reconstruir sus Fuerzas Armadas y las infraestructuras públicas. Todo mientras sobre el frente el número de noticias es mínimo, con los rusos intentando retomar los últimos restos del saliente de Kursk, al tiempo que avanzan en Zaporiyia.
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La última jornada de guerra en Ucrania nos ha dejado por parte rusa, y según el Ministerio de Defensa ucraniano, un total de 174 lanzamientos de drones de la familia Shahed, de los que los ucranianos aseguran haber derribado 90 por medios cinéticos, mientras que otros 74 habrían sido o bien neutralizados por medios no cinéticos, o bien sucumbido a causa de fallos mecánicos.
A pesar de la alta cifra de lanzamientos, y a diferencia de otras jornadas, lo cierto es que apenas se han reportado destrozos en Dnipró, en donde ha sido alcanzada infraestructura al parecer eléctrica, sufriendo un importante incendio. Lo mismo que en Zaporiyia, en donde se han registrado distintos apagones. A estos daños se suman los causados a su vez por las numerosas bombas planeadoras empleadas por las Fuerzas Armadas rusas, así como los ataques artilleros, como el que ha dejado a tres niños ucranianos heridos en el centro de Pokrovsk.
Del lado contrario, no tenemos constancia de ataques masivos a larga distancia por parte ucraniana, más allá de las noticias que hablan de una planta de gas alcanzada en Astracán. Lo más relevante sería un incidente en la localidad de Bélgorod, en donde dos ciudadanos rusos han resultado heridos al parecer en un ataque con drones llevado a cabo por Ucrania.
Desde el Ministerio de Defensa ruso, en cualquier caso, han lanzado varios avisos durante la jornada en los que se hablaba de ataques contra Bélgorod, Bryansk, Kursk u Oryol. Además, afirman haber derribado «2 bombas aéreas guiadas JDAM de fabricación estadounidense y 177 vehículos aéreos no tripulados».
Antes de pasar a la situación en el frente, explicado lo anterior, es necesario compartir el anuncio hecho por el presidente ucraniano, Zelenski, quien ha hablado sobre un nuevo dron ucraniano con un alcance de hasta 3.000 kilómetros y que, según él, ya habría completado la fase de desarrollo.

Pasamos ya a los combates y los movimientos, con una línea de frente en la que son escasos los puntos en los que realmente se están produciendo combates de cierta intensidad, las novedades son mínimas. De hecho, todo indica que serán las negociaciones políticas las que terminen por fijar la frontera definitiva (todo lo definitiva que puede ser si, como parece, se alcanza una «paz» frágil) entre Rusia y Ucrania.
En la parte más septentrional del frente, el Ejército ruso continúa expulsando a las unidades ucranianas restantes del saliente de Kursk, habiendo logrado algunos progresos importantes en las últimas horas (teniendo en cuenta que, por «importante», se entiende poco más de una decena de kilómetros cuadrados en esta guerra de posiciones.
Más allá de esto, se han producido también algunos pequeños movimientos en el sector de Siversk, en donde finalmente los rusos sí habrían capturado alguna pequeña fracción de territorio al norte de Verkh’okam’yans’ke.
Lo más significativo de la jornada, sin embargo (pues lo de Kursk es en realidad «cosa hecha», por decirlo de alguna forma), ha ocurrido al sur del frente. Por una parte, en Velika Novosilka, en donde los rusos se han hecho con una posición defensiva ucraniana en dirección noroeste, hacia Vil’ne Pole, así como con un par de campos de cultivo entre Skudne y Burlatske.
Por otra, en Zaporiyia, concretamente entre Kamianske y Orikhiv, ya que el Ejército ruso ha progresado hasta las localidades de Scherbaky y de Mali Scherbaky, así como hasta Stepove. En total, ya que los movimientos no se han producido únicamente durante la última jornada, sino que se han ido sucediendo durante las últimas cuatro o cinco, algunos calculan que Rusia se habría hecho con casi 40 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La parte internacional comienza, como no podía ser de otra forma, con las informaciones previas a la reunión telemática entre los presidentes estadounidense y ruso, Donald Trump y Vladímir Putin. Después de que el portavoz del Kremlin confirmase que la reunión estaba prevista para el martes 18 por la mañana, Trump se pronunció al respecto, afirmando tener muchas ganas de hablar con Putin y mostrando sus esperanzas respecto la futura conversación, pues según el norteamericano «se han acordado muchos elementos del acuerdo final, pero aún queda mucho por hacer».
Además, desde el Gobierno estadounidense también dio su parecer Tulsi Gabbard , directora de inteligencia nacional del país, quien aseguró que Trump «se mantiene firme en su compromiso de lograr la paz a través de una estrategia basada en el realismo y el pragmatismo». Y lo mismo hizo la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien dijo ante la prensa que «estamos en la línea de las 10 yardas de la paz «, en referencia al fútbol americano, que«nunca hemos estado más cerca de un acuerdo que ahora» y que «el presidente está decidido a llegar a un acuerdo».
También desde Rusia han hablado, en este caso el asistente de Putin, Yuri Ushakov, quien ha dicho que su país «no pierde la esperanza», mientras se quejaba eso sí de la campaña de ataques ucraniana con drones sobre territorio ruso de los últimos días, que catalogaba del «más poderoso de la historia».
Lo mismo ocurre con los ucranianos, pues Zelenski se ha referido en las últimas horas a su propuesta de alto el fuego (que será uno de los puntos discutidos por Trump y Putin, si bien se espera que toquen varios temas más), afirmando que «Mañana se cumple una semana desde que se presentó la propuesta estadounidense de un alto el fuego en el aire, el mar y el frente. Su implementación podría haber comenzado hace mucho tiempo. Cada día en tiempos de guerra se juega con vidas humanas» mientras acusaba a Putin de no haber podido «forzar» la aceptación de la propuesta de alto el fuego. Un tema interesante, pues asistimos dentro de la propia Rusia a un debate interesante, con un Putin partidario de cesar las hostilidades, postura que no todos los miembros del Gobierno comparten por distintas razones. Y es que, pese a que muchos crean que Putin tiene un poder omnímodo, como hemos explicado en varias veces es una suerte de primus inter pares dentro de un Gobierno colegiado en el que tienen voz, más allá de los cargos formales, desde oligarcas hasta elementos con puestos teóricamente de segunda línea pero mucho peso específico, como Patrushev.
Las conversaciones entre estadounidenses y rusos, así como entre estadounidenses y ucranianos también tienen además su repercusión como es lógico en la política interna ucraniana. El Gobierno de Zelenski, que sigue gozando de un importante apoyo a pesar de que no parezca ser del agrado de Trump, ha mantenido diversas reuniones con distintos representantes de la sociedad civil, trasladando a los mismos lo hablado en las reuniones recientes de Yeddah.
Zelenski, además de lo anterior, también habló con el presidente galo, Emmanuel Macron, en lo que calificó de una conversación «muy constructiva», en la que «Analizamos los resultados de la reunión virtual de líderes celebrada el sábado. La coalición de países dispuestos a colaborar con nosotros para lograr una paz justa y duradera está creciendo». Además, según declaró Zelenski, «Ucrania está dispuesta a un alto el fuego incondicional de 30 días. Sin embargo, para su implementación, Rusia debe dejar de imponer condiciones». Por último, hizo una referencia a las garantías de seguridad, afirmando que «La postura de Francia al respecto es muy específica y la apoyamos plenamente. Seguimos trabajando y coordinando los próximos pasos y contactos con nuestros socios». Una postura, la francesa, que como sabemos consiste en enviar tropas a Ucrania, con el problema que ya hemos señalado en más de una ocasión de que sería un despliegue sin una fecha o estrategia de salida clara.
En cualquier caso, a propósito de la charla entre los dos presidente, Macron añadió que toca a Rusia «demostrar que realmente quiere la paz» mientras, en referencia a la UE decía que «ahora debemos avanzar con todos nuestros socios para presentar un plan de paz concreto». Un plan de paz que ofrece fuertes garantías de seguridad a Ucrania. Un plan de paz que garantice una paz duradera en Ucrania y Europa. Un plan de paz que impida a Rusia volver a atacar».
Mientras todo esto ocurre, la actividad diplomática continúa su cauce normal en otros aspectos. Así, por ejemplo, el ministro de Exteriores ucraniano, Sybiha, se ha reunido con su contraparte tailandesa, Maris Sangiampongsa, en Nueva Delhi. Un encuentro que ha permitido al ucraniano hablar sobre cooperación bilateral o sobre los pasos que se están dando para alcanzar la paz, así como también agradecer al país asiático su apoyo y solidaridad.
Sybiha se vio también con el asesor de Seguridad Nacional del primer ministro británico, Jonathan Powell, con quien habló sobre las conversaciones que han tenido lugar en Yeddah, así como con el presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN (la organización interparlamentaria consultiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte), el portugués Marcos Perestrello, con quien hizo lo propio.
Pasamos ahora a la Unión Europea, de donde son varias las noticias a analizar. Por una parte, en cuanto al paquete de ayuda militar a Ucrania por importe de 40.000 millones de euros, la Alta Representante Kaja Kallas comentó al finalizar la reunión que hay un “amplio apoyo político” si bien tienen que continuar trabajando en la redacción del acuerdo. Eso sí, poco después, la prensa nacional informaba de que España e Italia no estarían preparadas para apoyar este nuevo plan de apoyo militar a Kiev debido a razones presupuestarias. En el caso de España, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, comentaba que “no estamos en condiciones” de aportar la parte correspondiente.
Por otra, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha agradecido hace unas horas la decisión por parte del Consejo Europeo de desembolsar un nuevo tramo de ayuda por valor de 3.500 millones de euros ( como parte de la iniciativa Ukraine Facility), con los que acelerar la reconstrucción y reactivación de la economía ucraniana y, según Shmyhal, también acelerar la integración europea del país.
Además, cabe recordar que en cuestión de horas tendrá lugar en Alemania una votación crucial en la que Merz se juega desbloquear hasta un billón de euros para reconstruir sus Fuerzas Armadas y también parte de la envejecida infraestructura del país; votación en la que necesita una mayoría de dos tercios, ya que implica cambiar la Constitución del país en lo relativo a los frenos al endeudamiento. De ahí la urgencia, ya que el nuevo canciller espera sacar adelante los cambios antes de que se forme un nuevo parlamento, en el que los equilibrios serán muy diferentes.
Por último, para terminar con la UE, se ha publicado que el Reino Unido y los Veintisiete discutirán la confiscación de activos rusos antes del inicio de las conversaciones de paz, como forma de aumentar la presión económica sobre Moscú, reforzando de paso la posición de Kiev. Ciertamente no es una noticia nueva y la posibilidad de confiscar los fondos sigue chocando con la oposición de algunos Estados miembros. Pese a todo, David Lammy y Kaja Kallas hablarán sobre ello durante las próximas horas y buscarán «iniciativas innovadoras», sin concretar mucho más por el momento.
Para finalizar, y a modo de curiosidad, en las últimas horas se ha publicado que el incendio en una tienda Ikea en Vilna en mayo de 2024, que no causó víctimas, fue organizado por la inteligencia militar rusa. Al menos así lo cree la fiscalía lituana, desde donde han declarado que «Consideramos este acto como un acto de terrorismo con graves consecuencias «, añadiendo que el centro fue incendiado mediante un artefacto explosivo con temporizador. Sería pues una acción en la zona gris a sumar a las muchas que han tenido lugar en los últimos años y que han afectado desde a los flujos de inmigración a instalaciones del sector de la defensa.
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