Guerra de Ucrania – Día 1114

La jornada 1114ª de guerra en Ucrania llega protagonizada por las declaraciones de Putin en relación con un hipotético alto el fuego, frente al cual mantiene una postura maximalista. También por la visita del enviado especial de los Estados Unidos para Ucrania y Rusia, Steve Witkoff, a Moscú, en donde podría llegar a entrevistarse con el presidente ruso, así como por los nuevos anuncios de ayuda militar a Ucrania por parte de Finlandia o la visita del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, a la Casa Blanca. En el frente, mientras tanto, y más allá de los lanzamientos de drones, misiles o bombas planeadoras, lo más relevante son una vez más los avances rusos en el sector de Kursk, de donde los ucranianos se están retirando y también los progresos de las AFU en el interior de Toretsk y en los alrededores de Pokrovsk.

Sin ti, este sitio no podría seguir funcionando. Ayúdanos mediante una pequeña donación a través del siguiente enlace:

La jornada 1114ª de guerra en Ucrania ha sido testigo según el Ministerio de Defensa ucraniano del lanzamiento de hasta 117 drones de la familia Shahed (una cifra algo menor de lo que es habitual últimamente), así como de un misil balístico Iskander-M. De este total, los ucranianos aseguran haber derribado 74 de los drones, mientras que 38 más se habrían apartado de su rumbo bien por causas técnicas, o bien por la acción de los equipos de guerra electrónica.

Como consecuencia de los lanzamientos rusos, se han registrado explosiones en distintos puntos de Ucrania, como Samar, Dnipró, Okhtyrka o Járkov, en donde se habrían producido tres impactos diferentes.

En el caso de Rusia, el ataque más importante sufrido en las últimas horas habría tenido lugar en la refinería de Tuapste, que ya ha pasado varias veces por estas páginas. Como consecuencia del impacto de uno o varios drones ucranianos, se ha producido un incendio que al parecer se ha extendido a más de 1.000 metros cuadrados de la superficie de la planta. Los drones ucranianos, más allá de esto, se habrían dirigido también contra Saratov, en donde las defensas aéreas rusas han estado activas y se han visto obligados a suspender los vuelos comerciales.

Más recientemente, aunque es un ataque en marcha a estas horas, los drones ucranianos han vuelto a alcanzar la región de Moscú, llegando a localidades como Rosinter-2 o Balashivka. Por esta razón, se han introducido también restricciones de vuelo en aeropuertos como el de Kaluga. Según las fuentes rusas, por el momento habrían sido cuatro los drones que han alcanzado la región en la que está inserta la capital rusa.

Además de todo esto, y antes de pasar a lo ocurrido en las últimas 24 horas en el campo de batalla, cabe decir que el Servicio de Seguridad de Ucrania ha detenido a lo que aseguran es un agente del FSB ruso, acusándolo de estar preparando un atentado terrorista en Mykolaiv.

Por último, antes de pasar a la situación sobre la línea de frente, enlazamos una entrevista de Mike Ryan al general Budanov, en la que se habla sobre el futuro de la guerra y de las operaciones de ataque e inteligencia; una lectura siempre interesante.

En cuanto a los combates y los movimientos, mientras Rusia -como se esperaba- se niega por el momento a aceptar un alto el fuego inmediato sin «solucionar» antes la cuestión de Kursk (lo explicamos en la segunda parte del informe) y manteniendo una postura maximalista, continúan lógicamente los enfrentamientos en esta región.

Según se puede desprender de los trabajos de los diversos mappers, el Ejército ruso está intentando cortar físicamente la principal carretera que une Sumy con Sudzha, la mayor localidad que Ucrania había llegado a tomar en Kursk, ahora ya de nuevo bajo control del Kremlin. Para ello, intenta progresar hacia la R200, batida día y noche con drones, por dos ejes diferenciados, dando tiempo eso sí a que los ucranianos lleven a cabo un repliegue relativamente ordenado (apenas quedarían cuatro localidades en poder de Ucrania), pese a lo cual no están pudiendo evitar que el número de pérdidas crezca en los últimos días, hasta acercarse mucho al ruso en el cómputo global de la operación en Kursk.

La retoma de Kursk, a tenor de la situación sobre el mapa y la progresión de los últimos días por parte rusa, parece cuestión de horas o días, algo facilitado también, muy probablemente, por la decisión ucraniana de abandonar una zona que había dejado de ser una carta negociadora útil tanto por la progresiva pérdida de terreno en su poder y el colapso de su logística, como (aunque es especular) por la presión estadounidense para allanar el camino a unas negociaciones de la que, según los estadounidenses, son muchos los términos que ya estarían decididos.

Situación en el sector de Kursk a 13 de marzo de 2025
Situación en el sector de Kursk a 13 de marzo de 2025. Fuente: @JominiW.

De Kursk pasamos hoy a Toretsk, otra de las pocas zonas calientes de la larga línea de frente, pues allí los ucranianos han seguido progresando. Es cierto que se han producido pequeñas novedades en sectores como el de SIversk, pero en cualquier caso son mínimas, de ahí que nos centremos en esta ciudad, en la que Ucrania está buscando revertir la situación creada hace unos meses con su pérdida.

En este caso, los ucranianos han logrado no sólo tomar nuevas calles, sino acercarse a algunas de las posiciones defensivas más importantes que mantienen los rusos en el interior de Toretsk, incluyendo según algunas fuentes, ahora sí, las dos grandes escombreras. De hecho, las AFU han retomado cerca de la mitad del núcleo urbano, mientras los rusos se mantienen a la defensiva concentrados en las zonas boscosas al este de la ciudad.

Situación en Toretsk a 14 de marzo de 2025
Situación en Toretsk a 14 de marzo de 2025. Fuente: @Tendar.

Saltamos ahora al sector de Pokrovsk, en donde las Fuerzas Armadas ucranianas han seguido retomando pequeñas fracciones de terreno, como ocurre con la localidad de Shevchenko, de la cual controlarían ya según algunas fuentes el 80 por ciento y la totalidad de la villa según otras, que constatan incluso avances al sur de la misma.

Lo relevante, en cualquier caso, es que Ucrania está logrando asegurar los alrededores de Pokrovsk y el control de las importantes zonas mineras que la circundan, en un esfuerzo por no dar pie a que Rusia pueda poner en duda, en caso de negociaciones, la pertenencia de esta localidad a Ucrania.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada ha sido intensa del lado diplomático e institucional con las declaraciones del presidente Putin acerca de la propuesta de alto el fuego, mientras la principal cita del día se daba en Washington, donde el presidente Trump junto al vicepresidente Vance han recibido al secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Mientras tanto en Canadá comenzaba la reunión de los ministros de Exteriores del G7 más la UE, representada por la Alta Representante y vicepresidenta de la Comisión, Kaja Kallas, y en Bielorrusia se reunían los presidentes Putin y Lukashenko.

En primer lugar, desde que se produjeron las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí, se estaba esperando la reacción de Rusia que ha llegado, finalmente, durante esta jornada. El presidente Putin ha comentado durante una rueda de prensa conjunta con el líder de Bielorrusia, Alexander Lukanshenko, que está “a favor” del alto el fuego en Ucrania propuesto por EE. UU., aunque sostiene que hay “cuestiones importantes” por resolver antes de lograr una tregua.

Más concretamente, el líder ruso apuntaba a que quiere que el alto el fuego conduzca a una paz larga y duradera y que se aborden las “causas profundas” de esta crisis, señalando una serie de “matices” y que “dependiendo de cómo evolucione la situación sobre el terreno, acordaremos los próximos pasos para poner fin al conflicto y alcanzar un acuerdo aceptable para todos”.

Además, durante sus declaraciones ante la prensa planteaba las siguientes preguntas que para él necesitan “un estudio minucioso”: Si cesamos las hostilidades durante 30 días, ¿esto qué significa? ¿Significa esto que todas las partes se retirarán de la región? y ¿cómo se gestionarán otros aspectos a lo largo de los 2.000 kilómetros de frente? ¿Permitiría esto que Ucrania continúe con la movilización forzada y el suministro de armas? Y ¿entonces quién acusará a quién de violar este acuerdo?

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarová, ha reiterado que Rusia considerará el despliegue de fuerzas de paz europeas en Ucrania como un “conflicto armado directo”.

El presidente Lukashenko también se ha pronunciado sobre Ucrania llegando a afirmar que cuando al país se le extraigan todos los metales fósiles, las tierras raras y el suelo negro nadie en Occidente le ayudará y tendrá que regresar a Rusia y Bielorrusia.

Por otro lado, Putin y Lukashenko han firmado un acuerdo entre Rusia y Bielorrusia sobre medidas de protección mutua. Según Putin, han discutido “en detalle la formación de una base de defensa conjunta en Bielorrusia. Se ha desplegado un grupo de fuerza regional conjunto y se han desplegado modernas armas nucleares tácticas y defensivas”.

Putin, además, ha discutido por teléfono sobre la solución a la guerra en Ucrania con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, valorando los esfuerzos de mediación del país. Por su parte, el príncipe saudí, y según informa el Kremlin, “destacó la importancia de resolver la crisis ucraniana y dijo estar dispuesto a seguir contribuyendo a la normalización de las relaciones ruso-estadounidenses”. Por otro lado, Putin y Salman también discutieron sobre la cooperación bilateral y su “importancia” para la “estabilidad del mercado petrolero mundial”.

Desde la Casa Blanca, el presidente Trump comentaba durante su rueda de prensa con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que sería “muy decepcionante” si Rusia rechazara este plan de tregua, señalando que la declaración de Putin “era muy prometedora” pero “no estaba completa”. Así, subrayaba que le gustaría reunirse o hablar con él, aunque “la cuestión [del alto el fuego] debe resolverse rápidamente”.

Mientras estas declaraciones se producían, Steve Witkoff, enviado especial del presidente Trump para Oriente Medio, llegaba a Moscú para reunirse con “representantes rusos de muy alto nivel”, no descartándose una reunión con el presidente Putin. A su llegada comentaba que las discusiones de EE. UU. con Ucrania se habían centrado en “las porciones de territorio que se conservarían y se perderían y en todos los demás elementos de un acuerdo final” para la paz.

Sobre esto, el presidente Trump también comentaba que “también se habla de una central eléctrica”, “una central eléctrica muy grande, quien la tendrá y quién tendrá esto o aquello”. Unos comentarios que, por supuesto, y por razones obvias para nuestros lectores, invitan a pensar en el control de la central nuclear de Zaporiyia.

Sin embargo, desde Estados Unidos también ha habido algún movimiento adicional en relación con Rusia. En particular, esto se ha traducido en la no renovación de un permiso que permite a los bancos rusos seguir empleando sistemas de pago estadounidenses para determinadas transacciones relacionadas con el sector de la energía y, en particular, la industria petrolera rusa. Como señala el secretario del Tesoro, Scott Bessent, su departamento estaba listo para fortalecer las sanciones contra Moscú y que “esto es parte del deseo del presidente Trump de crear las condiciones necesarias para unas negociaciones exitosas”. Así, subrayaba que Trump “está dispuesto a ejercer la máxima presión en ambas partes”.

En el caso de Ucrania, el presidente Zelenski decía en su discurso diario “Todos hemos escuchado las palabras muy predecibles y muy manipuladoras de Putin en respuesta a la idea” de este alto el fuego. Además, el líder ucraniano considera que Putin “tiene miedo de decirle directamente al presidente Trump que quiere continuar esta guerra, que quiere matar a los ucranianos” y “por eso en Moscú formulan la idea del alto el fuego con condiciones tales que no ocurrirá nada en absoluto o que no ocurrirá durante el mayor tiempo posible”. De este modo, Zelenski señala que por su parte no ponen “condiciones que compliquen las cosas” y que “el único que prolongará las cosas, que no será constructivo, será Rusia”.

Por su parte, Andriy Yermak, jefe de la Oficina de la Presidente, subrayaba en un vídeo compartido en redes sociales que Ucrania no se contentará con un conflicto congelado con Rusia, que están en contra de Minsk 3 Europa será incluida en el proceso de paz.

Otra de las noticias del día ha sido la llegada del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte a la Casa Blanca, para entrevistarse con Trump. En el marco de este encuentro, mientras estaba en la Oficina Ova el presidente estadounidense fue preguntado sobre la influencia que tiene sobre Rusia, explicando que tiene «una palanca», si bien no especificó cuál, porque «estamos en conversaciones con [Vladimir Putin] y, según las declaraciones que hizo hoy, fueron más bien positivas».

El republicano además continuó diciendo: «No creo que vuelvan a disparar. Realmente creo que si tuviéramos… si logramos un tratado de paz, un tratado de alto el fuego, creo que eso realmente conducirá a la paz. No creo que nadie quiera volver [a disparar]».

Además, en una declaración también interesante Donald Trump declaró que: «La OTAN está subiendo un nivel «, felicitando al Secretario General de la Alianza Atlántica y afirmando además que «Queremos que la guerra termine y él está haciendo su trabajo. Él sólo sabe hacer el buen trabajo. Una cosa es. Por eso luché para que él consiguiera ese trabajo, porque había otros candidatos que, te digo, no hubieran hecho un buen trabajo».

Donald Trump, como sabemos, ha dicho repetidamente que Estados Unidos gasta demasiado, aunque esté «al otro lado del océano», algo en lo que volvió a incidir pese a los halagos anteriores. Además añadió que el nuevo acuerdo sobre minerales con Ucrania «nos traerá muchos beneficios «, al tiempo que denunció que los europeos «nos han tratado de forma muy injusta».

A propósito de esta reunión, desde la Alianza se ha publicado un comunicado que se puede leer en el siguiente enlace.

Pasando a la ayuda para Ucrania, durante la reunión entre el ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, y su homólogo finlandés, Antti Häkkänen, -al margen de la reunión de la Cooperaión Nórdica de Defensa (NORDEFCO)-, el país nórdico ha anunciado el 28º paquete de ayuda militar por importe de 200 millones de euros, pero además han lanzado un programa de 660 millones de euros. A través de esta última iniciativa, se adquirirá equipo militar directamente de la industria de defensa finlandesa y se suministrará a Ucrania. Adicionalmente, han firmado un Memorando de Entendimiento (MoU) sobre la cooperación en defensa y, en el que se describen las áreas clave de sus esfuerzos conjuntos. Estas podrían ser algunas de las que incluya en el documento a tenor de la discusión que han mantenido los ministros: producción conjunta de munición, avance de las comunicaciones por satélite, las telecomunicaciones, los vehículos blindados y el fortalecimiento de la seguridad marítima.

A los anuncios de nuevos paquetes de ayuda también se ha sumado el país vecino, Suecia, ya que el gobierno ha autorizado la adquisición de 18 obuses autopropulsados Archer para donarlos a Ucrania, cinco sistema de radar tipo Arthur de Saab y contribuirá a la financiación de la industria de defensa ucraniana a través del modelo danés (aunque por el momento no se ha especificado la cuantía concreta destinada a esta acción). Se espera que, en total, el paquete ascienda a 3.000 millones de coronas suecas.

Además, a propósito de la ayuda militar, recientemente se ha sabido que los Estados Unidos reanudarán el envío de armamento de largo alcance (en este caso GLSDB) apenas unas horas después de que trascendiese que los ucranianos estaban quedándose sin munición para sus M142 HIMARS.

Cambiando de tercio, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, en una entrevista concedida a Financial Times ha pedido a Estados Unidos transferir armas nucleares a su territorio para hacer frente a la amenaza rusa. No es, sin embargo, la primera vez que un dirigente polaco hace este tipo de declaraciones, si bien van en aumento.

Para concluir, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia están “cerca” de un acuerdo sobre la retirada del tratado que prohíbe las minas antipersona. Según la ministra de Defensa lituana, Dovilė Šakalienė, están manteniendo conversaciones muy intensas para tomar una decisión conjunta “y mandar un mensaje estratégico común”.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *