Guerra de Ucrania – Día 1105

Durante la pasada jornada, la decisión de la Administración Trump de cortar en seco la ayuda militar a Ucrania, a pesar de las múltiples especulaciones respecto al tiempo que este país podría mantenerse en guerra sin la misma, ha surtido efecto. Zelenski, unas horas después del anuncio estadounidense, se ha mostrado dispuesto a negociar, a firmar el acuerdo de minerales (con matices) y a un alto el fuego que incluya una tregua inmediata en el aire y en el mar. Todo ello apenas unas horas después de que desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen anunciase un nuevo plan de rearme para la UE, denominado «ReArm Europe Plan» que, una vez más, ha generado más dudas que certezas.

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Las últimas horas nos han dejado diversas noticias de consideración. Por una parte, la carta y mensaje de Zelenski declarándose dispuesto a negociar, a aceptar el «liderazgo» estadounidense y, también, a firmar el acuerdo de minerales (si ello beneficia a Ucrania). Por otra, el anuncio por parte de Úrsula von der Leyen del nuevo «ReArm Europe Plan» que pretende movilizar hasta 800.000 millones de euros en los próximos años para mejorar las capacidades del sector industrial-militar, la operatividad y grado de alistamiento de las Fuerzas Armadas de los Estados miembros de la UE y, en última instancia, el grado de disuasión que los Veintisiete son capaces de ejercer.

A pesar de la importancia del primero de estos sucesos, lo cierto es que por el momento no hay muchos más datos, ni se ha producido una nueva reunión entre los presidentes ucranianos y estadounidense, por lo que la información tangible es muy poca, más allá de constatarse la «victoria» estadounidense (el entrecomillado es por las serias dudas que seguimos albergando respecto a que la Administración Trump esté entendiendo bien las intenciones rusas, algo en lo que no somos ni mucho menos los únicos escépticos). Una decisión, la estadounidense, que ha llegado a ser criticada incluso desde la extrema derecha francesa, cada vez más alejada de Putin.

Respecto al segundo, ya expresamos sobre la marcha en Twitter (X) nuestras dudas, una evaluación que no ha cambiado desde que la presidenta de la Comisión expusiera las líneas maestras del nuevo plan (las resumimos en la segunda parte del informe).

Dudas que se resumen en un hecho clave: no hay una verdadera estrategia de defensa de la UE detrás de ninguna de estas propuestas que sirva para articularlas y para permitir que avancen en la dirección correcta, ofreciendo un resultado adecuado. Dudas que se entienden mejor en el marco de dos artículos que hemos publicado recientemente y que exponen nuestra posición respecto de la verdadera competición tecnológica (que está por encima de la puramente militar) que se está librando.

Más allá de la política, por el momento la guerra sigue su curso y, con ella, los ataques aéreos. Así, durante la pasada jornada desde Rusia habrían lanzado, según fuentes oficiales ucranianas, hasta 99 drones de la familia Shahed/Geran, de los que afirman haber derribado 65, mientras que 32 más habrían sido neutralizados por medios no cinéticos.

Las defensas aéreas han estado activas, entre otros puntos, en Kiev, según ha confirmado su alcalde, Vitali Klichskó. También, un día más, sobre Járkov, Odesa (donde han sido alcanzadas nuevamente subestaciones eléctricas) o Sumy. Además, la aviación rusa habría llevado a cabo una vez más decenas de lanzamientos de bombas planeadoras sobre Ucrania.

Los ucranianos, por su parte, habrían atacado un depósito de combustible empleado por Rusia y situado en Robenky, en la región de Donetsk. Además, parte de un sistema antiaéreo S-300/400 ha sido alcanzado recientemente en Saky, en la península de Crimea.

Desde su Ministerio de Defensa se han limitado a decir, como es habitual, que los «sistemas de defensa aérea derribaron una bomba aérea guiada JDAM de fabricación estadounidense y 93 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija.

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Pasando a la parte militar, y antes de entrar en materia, es obligado compartir al menos un par de enlaces relativos a las discusiones en torno a lo que los ucranianos podrían aguantar (o haber aguantado) sin la ayuda estadounidense, con un margen que muchos estiman entre dos y tres meses y los más optimistas en alrededor de seis, teniendo en cuenta que las fuerzas terrestres rusas también afrontan un severo desgaste, pese a su capacidad de reclutamiento (ahora mismo son muchas las unidades en R&R). Además, Syrskyi ha analizado recientemente las dinámicas de la guerra, para los más interesados. Por último, otros dos enlaces interesantes, el primero de ellos relativo a las razones que nos han traído hasta aquí (en relación con el declive ucraniano) y, el segundo relacionado con algunas de las lecciones de la guerra.

Dicho esto, en cuanto a los combates y los movimientos, esta jornada 1.105 ha sido testigo de nuevos cambios en el sector de Kursk, en donde continúa reduciéndose el grado de control ucraniano al oeste del mismo tras los sucesivos avances rusos de las últimas jornadas.

En el sector del Oskil, dos apuntes. Por una parte, los ucranianos habrían tomado posiciones en Zapadne, al noroeste de Kupiansk. Por otra, al sur del sector, a la altura de Kreminna, los rusos habrían progresado al oeste de Ivanivka, en dirección a la zona al norte de Kolodyazi.

El siguiente punto de interés en esta jornada está en Torestk, en donde tras los avances ucranianos de la pasada semana, los rusos han retomado posiciones en el centro de la localidad, al norte de los «Terrikons», ganando algunas calles en dicha zona.

En el sector de Pokrovsk, lo más interesante continúa ocurriendo en torno a las vías férreas, con los ucranianos atacando ambos flancos del saliente ruso en la zona, en dirección al este de Udachne, a Novovasylivka y a Pischane o Dymytrove.

En el sector de Kurajove, los combates más recientes se han producido en Andríivka, con nuevos ataques rusos hacia los extremos y alrededores de la localidad, logrando consolidar el control de la parte norte de esta urbe.

Situación en el sector de Kurajove a 4 de marzo de 2025
Situación en el sector de Kurajove a 4 de marzo de 2025. Fuente: @Majakovsk73.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada las miradas han estado una vez más puestas en la relación entre los presidentes Trump y Zelenski, si bien el líder ucraniano ha dado un paso adelante para encauzar la situación y dejar claro que Ucrania quiere lograr la paz lo antes posible.

Así, ha publicado un mensaje en redes sociales en el que reitera el compromiso con la paz y que nadie quiere una guerra interminable, señalando que Ucrania está dispuesta a sentarse en la mesa de negociaciones lo antes posible y trabajar bajo el firme liderazgo del presidente Trump.

De este modo, Zelenski ha propuesto que los primeros pasos para poner fin a la guerra deberían ser la liberación de prisioneros y una tregua en el cielo, incluyendo la prohibición de misiles, drones de largo alcance, bombas contra la infraestructura energética y otras infraestructuras civiles), pero también una tregua en el mar de inmediato, si Rusia hace lo mismo (todo lo cual le acerca a la posición francesa y le distancia de la británica). Una vez se consiga esto, Zelenski ha comentado que “después queremos avanzar muy rápidamente en todas las etapas siguientes y trabajar con los EE. UU. para llegar a un acuerdo final sólido”. Curiosamente, en este mensaje dirigido a encauzar de nuevo la relación con el presidente Trump, no ha habido ni una sola al papel de Europa en las negociaciones.

En su mensaje también ha agradecido la ayuda recibida por Estados Unidos y, retomando uno de los puntos que sacó a relucir Trump en su discusión en la Casa Blanca, Zelenski ha recordado que “las cosas cambiaron cuando el presidente Trump proporcionó a Ucrania los misiles Javelins” en referencia a su primer mandato.

Asimismo, ha reconocido -tal y como pedían algunos representantes estadounidenses- que la reunión en Washington no salió como esperaba y es “lamentable” que haya sucedido así, y considera que es el momento de corregir las cosas.

Por último, el líder ucraniano mostraba su disposición para firmar el acuerdo de minerales “en cualquier momento y en cualquier formato que le resulte conveniente” a EE. UU., reiterando que Ucrania considera que este acuerdo es un paso hacia una mayor seguridad y garantías de seguridad sólidas.

A colación de las garantías de seguridad, el presidente Lukashenko ha ratificado el tratado entre Bielorrusia y Rusia al respecto firmado en Misk en diciembre de 2024.

Por tanto y retomando el hilo, el presidente Zelenski ha tocado todos y cada uno de los puntos que la administración Trump había pedido para superar el incidente del pasado viernes en la Casa Blanca. Desde decir que lo sucedido fue “lamentable”, a recordar la ayuda que Estados Unidos ha proporcionado mostrándose más “agradecido”, pasando por reiterar el compromiso de Ucrania para lograr la paz y su disposición para firmar el acuerdo de minerales.

Posteriormente, el presidente Trump en su primer discurso ante el Congreso, confirmó que había recibido una carta del presidente Zelenski en la que se anunciaba que estaba “listo para sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercarnos a una paz duradera”, así como que “nadie quiere la paz más que los ucranianos”. En este sentido, también señaló que han mantenido conversaciones serias con Rusia y han recibido “fuertes señales” de que estaba lista para la paz.

No obstante, una de las grandes preguntas de la jornada ha sido, ¿qué ocurre con la ayuda militar estadounidense? Pregunta más que obvia tras la orden de suspensión de toda la ayuda militar a Ucrania emitida por el presidente Trump.

Durante su discurso, el presidente Trump lanzaba la pregunta de si quieren mantener la ayuda otros cinco años, enfatizando que Estados Unidos ya ha enviado cientos de miles de dólares para apoyar la defensa de Ucrania.

Desde Ucrania, el primer ministro Denys Shmyhal comentaba que la ayuda ha estado llegando hasta la tarde del 3 de marzo, mientras que desde Estados Unidos, medios como ABC News confirman que en torno al 90% de la ayuda comprometida bajo la Autoridad de Reducción Presidencial de la administración Biden ya se ha entregado.

No obstante, la CNN reportaba que Estados Unidos sigue compartiendo inteligencia con Ucrania. Además, Bloomberg informaba que el Pentágono ha negado que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, haya ordenado detener las operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia, tratando de zanjar los rumores de hace unos días.

Además, el presidente Zelenski en su discurso diario comentaba que ha pedido al ministro de Defensa, a los servicios de inteligencia y a los diplomáticos que contacten con sus homólogos en Estados Unidos para obtener más información al respecto. No obstante, reconocía que han estado recibiendo distintas señales desde hace semanas y ya hay precedentes de suspensión de ayuda, refiriéndose a la humanitaria y energética (si bien la militar se interrumpió en enero y luego se reanudó). A este respecto, el líder ucraniano también señalaba que ya no estamos en 2022 y tienen medios para defenderse, pero que, aun así, “mantener relaciones normales y basadas en la cooperación con Estados Unidos es esencial para poner fin a la guerra de verdad”.

Durante su discurso, también destacaba que durante la jornada ha conversado con los líderes de Finlandia, Reino Unido, Grecia y Croacia, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el líder de la CDU, Friedrich Merz. Y algo reseñable, como en las grandes ocasiones, el discurso ha sido al aire libre, algo poco habitual y, por ello, al menos hasta cierto punto, significativo.

Mientras tanto en la Unión Europea, el presidente francés Emmanuel Macron ha saludado la voluntad del presidente Zelenski “de reanudar el diálogo con los Estados Unidos” y ha confirmado que habló el lunes por la noche tanto con el presidente ucraniano como con Trump, a quienes ha reiterado “la determinación de Francia de trabajar con todas las partes interesadas para implementar una paz sólida y duradera en Ucrania”.

Siguiendo con Francia, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, se reunirá bilateralmente con el presidente Macron para discutir justo antes del Consejo Europeo extraordinario del 6 de marzo. Según Orban, “algunos quieren la guerra y otros quieren la paz” siendo “este es el desafío que tenemos que afrontar”, al mismo tiempo que criticaba la actitud de sus aliados europeos y la división transatlántica.

 Cabe recordar que Hungría, junto con Eslovaquia, no han sido invitados a participar en las tres cumbres de líderes europeos de las últimas semanas debido a su cercanía con Rusia y, en el caso de Hungría, además, por tratar de vetar constantemente toda la ayuda a Kiev. De hecho, como poníamos de manifiesto en un informe anterior, también se ha propuesto bloquear el nuevo paquete de ayuda militar de la UE y las propias conclusiones que emanen del Consejo Europeo este jueves, pero también ha pedido al presidente de esta Institución que la UE debería entablar conversaciones directas con Rusia sobre un alto el fuego y una paz sostenible en Ucrania.

Siguiendo con la ayuda, el líder de la CDU y probable futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz, ha comentado que se reunirá con el actual dirigente, Olaf Scholz, durante la próxima jornada para decidir sobre la asistencia adicional para Ucrania y que ascendería a más de 3.000 millones de euros. Es decir, un nuevo paquete por el mismo importe que la propuesta que anteriormente había sido bloqueada por el propio Scholz tras la caída del gobierno de coalición en noviembre.

Asimismo, se prevé que los partidos conservadores y socialdemócratas alemanes soliciten una votación en el Bundestag (Parlamento alemán) -antes de que se constituya el nuevo Parlamento y AfD cuente con un mayor peso- para poder modificar las normas constitucionales que limitan el déficit presupuestario y, en consecuencia, limitan la inversión que querrían realizar para fortalecer la defensa y la economía alemana. A este respecto, Merz se sumó a aquellos que han usado recientemente la famosa frase de Mario Draghi, “cueste lo que cueste” -pronunciada en 2012 cuando era presidente del Banco Central Europeo y la UE se enfrentaba a la crisis del euro- para destacar que “ante los peligros que amenazan nuestra libertad y nuestra paz en nuestro continente, la consigna de nuestra defensa debe ser: ¡cueste lo que cueste!”.

Moviéndonos hasta Irlanda, el país ha aprobado un nuevo paquete de ayuda militar no letal para Ucrania valorado en 100 millones de euros.

Por último, pero no menos importante, a primera hora de la mañana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comparecía para anunciar el “Plan de ReArme Europeo” (ReArm Europe Plan) tras enviarlo mediante carta a los líderes europeos para que se discuta en el inminente Consejo Europeo. Este plan, que pretende movilizar en torno a 800.000 millones de euros para aumentar significativamente el gasto en defensa de la UE tanto a corto como a largo plazo, está basado en las medidas clave:

  • Liberar el uso de fondos públicos en defensa a nivel nacional: dado que los Estados miembros están dispuestos a invertir más si disponen de más espacio fiscal, la Comisión Europea propondrá activar la cláusula de escape nacional del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Gracias a esta medida, se espera que si cada Estado miembro incrementa su gasto en defensa en un 1,5% del PIB, esto crearía un espacio fiscal cercano a 600.000 millones de euros en un plazo de 4 años.

  • Préstamos respaldados por el presupuesto de la UE para que los Estados miembros inviertan en defensa: se creará un nuevo instrumento de 150.000 millones de euros que debería servir para gastar mejor y de forma conjunta en capacidades paneuropeas como defensa antimisiles y antiaérea, así como sistemas de artillería, drones y C-UAS, pero también para cubrir otras necesidades que van desde la cibernética a la movilidad militar.

Además, este nuevo instrumento de adquisición conjunta ayudará a los Estados miembros a poner en común la demanda y comprar de forma conjunta, lo que permitiría, a su vez, aumentar masivamente su apoyo militar a Ucrania.

  • Presupuesto de la UE: la Comisión Europea propondrá medidas e incentivos adicionales para que los Estados miembros también puedan decidir si quieren utilizar los programas de la política de cohesión para aumentar el gasto en defensa (recordemos que, desde el Comité Europeo de las Regiones, se ha pedido recientemente que el dinero que llegue a defensa sea «nuevo» (fresh money)).
  • Capital privado: la Comisión pretende movilizar capital privado acelerando la Unión de Ahorros e Inversiones y a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Sin embargo, y a falta de que, de un lado, haya acuerdo en el bloque para sacar adelante todas las medidas, y dos, se conozcan los detalles relativos a la implementación de cada una de ellas, sí hay que tener en cuenta que sigue existiendo un problema de base: no hay ninguna estrategia de defensa que permita dirigir la inversión. En este sentido, en la UE sigue centrada en su visión de que “el dinero lo arregla todo”, pero lo cierto es que el simple hecho de poner cientos de miles de euros en la mesa no implica automáticamente conseguir las capacidades de defensa necesarias. Como nuestros lectores saben, las “capacidades militares” son mucho más complejas, implicando conceptos como el MIRADO-I en el caso de España, esto es: Material (M), Infraestructura (I), Recursos Humanos (R), Adiestramiento (A), Doctrina (D), Organización (O) e Interoperabilidad (I).


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