Guerra de Ucrania – Día 1103

La última jornada de guerra en Ucrania ha estado marcada por la esperada reunión que, en Londres, ha permitido a una quincena de aliados europeos, así como a representantes de la OTAN y las Instituciones Europeas alcanzar un acuerdo para elaborar un plan de paz que será presentado a los Estados Unidos. Además de esto, se han vuelto a hacer llamamientos a invertir en defensa entre el 3 y el 3,5 por ciento del PIB por parte por ejemplo de un Macron que, además, lanzaba la idea de una «coalition of the willing» para temas nucleares. Todo ello mientras desde Estados Unidos presionan a Ucrania para que firme el acuerdo de minerales, el Reino Unido ha anunciado una ayuda a Ucrania destinada a adquirir hasta 5.000 misiles antiaéreos LMM, Canadá imponía a Rusia sanciones adicionales y en el campo de batalla continuaban los combates, al tiempo que los ataques a larga distancia por una y otra parte.

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Emmanuel Macron ha lanzado la idea de una «coalition of the willing» para temas nucleares. Abunda así el presidente francés en lo sugerido anteriormente sobre que la «Force de Frappe» gala podría ser el sustento estratégico de toda la UE, ofreciendo una disuasión extendida al resto, un tema que ya se ha tratado anteriormente en nuestra revista, incidiendo entre otras cosas en la idea de que sería insuficiente.

Decimos insuficiente, porque la aproximación francesa -muy adecuada por otra parte a sus limitados recursos- se basa en la idea de una disuasión «del débil al fuerte» que podía ser muy útil en tiempos más estables, como los de la Guerra Fría, pero que no se adapta muy bien a los tiempos que corren, de competición estratégica entre grandes potencias y de paso a la Segunda Era Nuclear (muy posiblemente, incluso tercera, debido a la disuasión prenuclear), en los que las armas nucleares son empleadas de formas diferentes en función del nivel de la guerra del que hablemos.

Por aclararlo un poco, si en los años 70, con la Destrucción Mutua Asegurada (MAD) en vigor, era totalmente descabellado (irracional) lanzar un ataque nuclear y eso daba estabilidad al sistema, con la reducción de los arsenales y los avances técnicos, que han ampliado el abanico de armas y vectores, ahora ya no lo es tanto. Sí en el nivel estratégico, pero cada vez menos en los niveles inferiores (los más frikis, pueden investigar sobre las paradojas de «Estabilidad-Inestabilidad» o de «Inestabilidad-Inestabilidad»).

La guerra de Ucrania, y la forma en que Rusia ha conseguido no sólo un efecto estratégico sobre este país y sus aliados con los ataques a larga distancia, sino especialmente al limitar la implicación y ayuda estadounidense o alemana con la amenaza de un uso nuclear (disuasión ofensiva), es una gran muestra de los cambios sistémicos a los que asistimos y, también, de los retos a los que se enfrentan arsenales como el francés, al menos si se trata de ir más allá de la defensa del famoso «hexágono», para aportar un nivel suficiente de disuasión extendida.

De ahí que sea particularmente interesante la sugerencia de Macron de una «coalition of the willing» y de permitir que «Quienes deseen profundizar el diálogo con nosotros podrán, si es necesario, involucrarse en los ejercicios de fuerzas de disuasión«, de forma que «Estos intercambios contribuirán al desarrollo de una auténtica cultura estratégica entre los europeos«.

No tanto porque pueda tener un efecto inmediato sobre la situación estratégica y la capacidad de disuasión de los europeos, como porque comienza a romperse un tabú (algo que llevamos años reclamando, incluyendo en los libros sobre la guerra de Ucrania) y, además, se abre una vía para superar uno de los mayores escollos para hacer de Francia y su «Force de Frappe» una verdadera garantía de seguridad: el dinero.

Decimos esto porque hacer una «coalición de los dispuestos» permitiría que otros socios aportasen fondos susceptibles de permitir que la industria gala (la única capaz de desarrollar ingenios y vectores y la que controla todo el ciclo nuclear, cosa que no ocurre con el Reino Unido, por ejemplo) se pusiese manos a la obra tanto para ampliar el arsenal galo en términos numéricos, como también en tipología (actualmente carecen de una triada nuclear completa). Incluso, podría con el tiempo avanzarse en lo prenuclear, aunque todo esto no deja de ser especular sobre la base de una propuesta que podría tener muy poco recorrido, en vista de la situación de la política interna gala (Marine Le Pen ya ha dicho recientemente que el paraguas nuclear francés no se compartirá si llega al poder).

Más allá de lo que depare el futuro, el presente sigue ocupado por los lanzamientos de armas de largo alcance y por los combates y los movimientos. Así, en el primer caso, desde el Ministerio de Defensa ucraniano han asegurado que Rusia habría empleado durante la última jornada de guerra hasta 79 drones de la familia Shahed (una cifra muy inferior a la de las jornadas previas), de los que afirman haber derribado 63 por medios cinéticos, mientras que los otros 16 habrían sido apartados de su rumbo por ejemplo mediante medios de guerra electrónica.

A pesar de la supuesta efectividad de las defensas aéreas ucranianas, se han producido varios incidentes, siendo el más reseñable el que en Járkov ha dejado ocho heridos, incluyendo un menor, al resultar alcanzadas hasta tres viviendas posiblemente por los restos de los drones rusos.

Los rusos, por su parte, afirman haber derribado en las últimas horas hasta «62 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija, no reconociendo su Ministerio de Defensa por el momento ataques como el que ha provocado un importante incendio en la refinería de Ufimsky, alrededor de 1.400 kilómetros en el interior del territorio ruso (54.83932143725359, 56.09164299232359).

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En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos como casi cada día por el sector de Kursk, de donde el Ejército ruso continúa intentando expulsar a las AFU. Así, en las últimas horas tenemos las ya comentadas acciones rusas en Zhurava, que parecen haber seguido adelante aunque sin apenas avances. Más importante si cabe, han continuado apareciendo testimonios que indican que el mayor problema de los ucranianos está en el hecho de que Rusia amenaza constantemente mediante el fuego su logística.

En el sector del Oskil la situación ha mutado en las últimas horas ligeramente a favor de Ucrania, en tanto que sus Fuerzas Armadas han conseguido reducir el grado de control ruso al norte de Kupiansk, progresando en las áreas boscosas que rodean esta localidad. En el sur del sector, sin embargo, se habla de la pérdida por parte ucraniana de posiciones defensivas al este de Yampolivka, todavía por confirmar.

En cuanto al vecino sector de Siversk, nos encontramos con que allí el Ejército ruso habría lanzado nuevos ataques y obtenido pequeñas ganancias en puntos como Verkh’okam’yans’ke y Zolotarivka.

Más interesante es, si cabe, la situación en el sector de Toretsk. Allí, después de los últimos avances ucranianos hacia el centro de la ciudad, se ha registrado un ataque ruso en dirección a la zona minera de Krymske, al norte, así como diversas acciones adicionales destinadas a frenar los progresos de las AFU.

Curiosamente, pues es poco habitual desde hace meses, en esta última jornada no se han producido cambios de ningún tipo ni en el sector de Kurajove, ni tampoco en el de Pokrovsk. Sí, aunque escasos, en el más sureño de Velika Novosilka, en donde las tropas rusas han tomado el control completo de las pequeñas villas de Pryvline y Burlatske o, al menos, de la mayor parte de estas.

Situación en el sector de Toretsk a 2 de marzo de 2025
Situación en el sector de Toretsk a 2 de marzo de 2025. Fuente: ISW.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Pese a ser una jornada dominical, en esta ocasión la actividad institucional y diplomática no se ha reducido, sino que se ha mantenido al celebrarse la tercera reunión de urgencia entre los principales líderes europeos en Londres para discutir sobre Ucrania y la defensa europea.

Más concretamente, se han dado cita los líderes de 15 aliados europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Polonia España, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Rumanía, Chequia, Países Bajos), Canadá y Turquía, junto con el presidente Zelenski, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa. Además, como comentábamos en nuestro informe anterior, tanto Eslovaquia como Hungría habían sido excluidos de la lista, el invitado más novedoso ha sido Hakan Fidan, ministro de Exteriores de Turquía.

El principal resultado de la reunión ha sido el acuerdo alcanzado por los europeos para elaborar un plan de paz que se presentará a Estados Unidos, aunque no se han dado más detalles sobre este oficialmente tras la cumbre. Sin embargo, antes de la reunión, el presidente francés, Emmanuel Macron, comentó para Le Figaro que el plan implicaría un alto el fuego parcial de un mes que cubriría los combates aéreos y marítimos, pero no los terrestres, así como los ataques contra infraestructuras energéticas. Además, subrayó que bajo la propuesta franco-británica las tropas europeas solo se desplegarían en Ucrania en una segunda fase, por lo que no habrá ningún despliegue en las próximas semanas.

Por otro lado, Macron comentó que Francia y el resto de los países europeos deben gastar más en defensa, con cifras del orden de entre el 3 y 3,5% del PIB. Precisamente, los líderes europeos acordaron precisamente deben gastar más en defensa -tal y como reclama Trump-, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sugirió de nuevo que los Veintisiete podrían flexibilizar las reglas fiscales existentes para permitir una mayor inversión en defensa en los Estados miembros de la UE. 

El anfitrión de la reunión, el primer ministro Starmer, comentó durante la rueda de prensa que varias naciones europeas, entre ellas el Reino Unido y Francia, están poniendo en marcha una “coalición de voluntarios” para defender un acuerdo en Ucrania y garantizar la paz. Así, precisaba que “no todos los países se sentirán capaces de contribuir, pero eso no puede significar que nos quedemos de brazos cruzados. En cambio, los que estén dispuestos intensificarán ahora la planificación con verdadera urgencia”. Además, reiteró que el Reino Unido está dispuesto a apoyar con “tropas sobre el terreno y aviones en el aire”, subrayando que “junto con otros, Europa debe hacer el trabajo pesado” no siendo el momento “para más palabras”, ya que “si quieres preservar la paz, tienes que defenderla”.

A este respecto, el presidente Macron señaló que para estos planes funcionen, la UE debe permanecer unida, así como que necesitan a una Italia “fuerte” que actúe junto con Francia y Alemania, enfatizando que “es necesario que Italia esté a nuestro lado, que emprenda este camino, y que lo haga como gran país europeo, siguiendo los pasos de Mario Draghi”.

Adicionalmente, el presidente galo también abordó el tema nuclear en su entrevista para Le Figaro, afirmando que los principios cardinales que han guiado a Francia se mantendrán. No obstante, abre la puerta a que quienes deseen profundizar el diálogo con Francia, podrán “si es necesario, involucrarse en los ejercicios de fuerzas de disuasión”, intercambios que “contribuirán al desarrollo de una auténtica cultura estratégica entre los europeos”. Además, Macron comentó que no debe tenerse miedo al tema de desplegar armas nucleares, francesas en este caso, en otros países socios.

El presidente Zelenski, por su parte, saludó “el claro apoyo de Europa” y “una unidad aún mayor, un deseo aún más fuete de cooperación”, insistiendo en que necesitan la paz, pero no una guerra sin fin por lo que reitera la necesidad de contar con garantías de seguridad. Nuevamente, agradeció a Estados Unidos el apoyo que han recibido hasta el momento y subraya que una vez se definan las “posiciones comunes en Europa”, -“los puntos que debemos alcanzar y aquellos en los que no podemos hacer concesiones”, en palabras de Zelenski-, estas se presentarán a Estados Unidos.

Del mismo modo, ha insistido en que cree que podría salvar su relación con el presidente Trump, pero matizando que las conversaciones deberían continuar a puerta cerrada, así como que todavía está dispuesto a firmar el acuerdo de minerales críticos y tierras raras con Estados Unidos. Por otro lado, Zelenski comentó ante los periodistas que no cree que Washington vaya a detener su ayuda a Ucrania, defendiendo que “líderes del mundo civilizado” no querrían ayudar al presidente Putin. Igualmente, ha reiterado que Ucrania no cederá ningún territorio como parte de un acuerdo de paz con Rusia.

Mientras tanto desde EE. UU., el presidente Trump publicaba y, por tanto, respaldaba en su red social la opinión del ciudadano Michael McCune -quien ostenta un negocio de DJ para bodas- en la que se defiende lo siguiente respecto del acuerdo de minerales:

“Ahora Zelenski no tendrá más remedio que dar marcha atrás y aceptar las condiciones de Trump. Pero aquí está la parte genial- Trump en realidad está protegiendo a Ucrania sin arrastrar a los EE. UU. a la guerra. Al negociar un acuerdo sobre minerales, Trump se asegura de que los estadounidenses participen en la industria minera de Ucrania. Esto impide que Rusia lance una invasión, porque atacar Ucrania significaría poner en peligro vidas estadounidenses, algo que obligaría a EE. UU. a responder. Trump ha jugado a dos bandas como un maestro del ajedrez. Al final, Zelenski no tendrá más remedio que ceder, porque sin el apoyo de EE. UU., Ucrania no puede ganar una guerra prolongada contra Rusia. Y una vez que las empresas estadounidenses tengan operaciones mineras en Ucrania, Putin no podrá atacar sin desencadenar consecuencias internacionales masivas. (…)”.

Por otro lado, y esta vez sí es un mensaje de su propia tinta, Trump lanzaba una pulla a Europa: “Deberíamos pasar menos tiempo preocupándonos por Putin y más por las bandas de inmigrantes violadores, los capos de la droga, los asesinos y las personas procedentes de instituciones psiquiátricas que entran en nuestro país, ¡para que no acabemos como Europa!”

Del lado de la Unión Europea, tras la reunión, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha calificado la reunión de “muy buena y franca”, enfatizando que han discutido “todo” lo que rodea a conseguir la paz a través de la fuerza, incluidas la necesidad de contar con garantías de seguridad integrales. En este sentido, ha destacado dos elementos necesarios: 1) Poner a Ucrania en una posición de fuerza, “que tenga los medios para fortificarse y protegerse, desde la supervivencia económica hasta la resiliencia militar”, y; 2) Rearmar urgentemente a Europa. Sobre esto último, se espera que Von der Leyen presente un plan integral sobre cómo hacerlo a los Estados miembros de la UE durante la reunión del Consejo Europeo (EUCO) extraordinario el 6 de marzo.

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, por su parte, además de incidir en la siguiente reunión de los líderes de la UE, ha subrayado que “no podemos repetir la experiencia de Minsk ni la tragedia de Afganistán”, por lo que también considera que se necesitan garantías de seguridad sólidas. Asimismo, comentaba al terminar la reunión que el establecimiento de la paz va de la mano con el mantenimiento de la paz.

En el caso de Turquía, el ministro de Exteriores, Hakan Fidan, ha comentado que la cumbre ha sido “muy importante” y que dentro de la “UE han surgido distintas perspectivas a la luz de la posición que ha tomado Estados Unidos en las últimas semanas y la creciente claridad de esa posición”. Sin embargo, más interesante si cabe es que Fidan ha destacado ante sus homólogos la importancia de la contribución de Ankara tanto “a un posible acuerdo de paz en Ucrania como a la reconstrucción de la arquitectura de seguridad europea”.

Antes de cambiar de tercio, cabe hacer hincapié en que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, insistía en que ha hablado varias veces con el presidente Trump y que Estados Unidos “es parte de la OTAN [y] están comprometidos con la OTAN”. Declaraciones que llegan además cuando el magnate Elon Musk compartía en redes sociales un simple “estoy de acuerdo” como respuesta a un tuit en el que se afirmaba que era la hora de que Estados Unidos abandone tanto la OTAN como las Naciones Unidas.

Pasando a otras cuestiones, otra de las noticias importantes de la jornada ha sido el realizado por el primer ministro británico al anunciar una ayuda de 1.600 millones de libras esterlinas (aproximadamente 2.000 millones de dólares) para que Ucrania adquiera 5.000 misiles ligeros multifunción (LMM) fabricados por Thales. Como señala el propio gobierno británico, se crearán 200 nuevos puestos de trabajo y se apoyará los 700 puestos existentes de Thales en la localidad de Belfast. Además, reconocen que el acuerdo triplicará la producción de LMM y beneficiará a las empresas de la cadena de suministro de Thales en todo el Reino Unido. A modo de curiosidad, se trata del mayor contrato que Thales ha recibido por el momento para su planta de Belfast y el segundo más grande que ha firmado con el Ministerio de Defensa británico.

Starmer, además, ha incidido en que este acuerdo contribuye a cumplir la promesa del gobierno en su “Plan para el Cambio” de mejorar las vidas de las personas en todos los rincones del Reino Unido mediante el crecimiento de la economía. Insistía así en que al gastar más en defensa -recordemos que hace unos días se anunció el compromiso de gastar el 2,5% del PIB para 2025 y la ambición de gastar el 3% en la próxima legislatura-, proporcionarán “la seguridad nacional que sustenta el crecimiento económico y generaremos nuevos empleos, habilidades y oportunidades en todo el país”. Por tanto, este acuerdo, más que “ayuda” a Ucrania podría definirse como una medida de consumo interno, pues se está haciendo uso de la necesidad de reforzar las capacidades de defensa de Ucrania para reforzar la industria de defensa nacional. No obstante, esto no es algo único del Reino Unido, pues anteriormente Francia, por ejemplo, ya concedió una ayuda militar a Kiev, pero basada en la inversión en la industria de defensa francesa.

En el caso de Canadá, la novedad ha sido la imposición de sanciones adicionales contra Rusia. En particular, están dirigidas contra 9 líderes de organizaciones paramilitares posteriores al Grupo Wagner, un alto funcionario ruso y 9 grupos que operan en Ucrania y África, pero también contra 12 entidades afiliadas responsables de la extracción de recursos dentro de esta red.

Sin embargo, la actividad de Zelenski y de su equipo en Londres no se ha limitado únicamente a la reunión con los líderes europeos. Por un lado, el presidente ucraniano se ha reunido con el Rey Carlos III, así como con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

Por otro, el ministro de Defensa, Rustem Umerov, se ha reunido con su homólogo británico, el secretario de Defensa John Healey, con quien ha discutido sobre la disposición del Reino Unido para incrementar su ayuda militar e involucrar activamente a los socios europeos, pero también analizaron las perspectivas de compra de armamento a través del uso de los activos rusos congelados. Adicionalmente, discutieron el papel del Reino Unido en el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania o de Ramstein, tras haber asumido el liderazgo en la última reunión relevando al hasta entonces anfitrión, Estados Unidos.

Para concluir, siguiendo con Estados Unidos y relacionado con la ayuda, el nuevo director del FBI, Kash Patel, ha solicitado que al Congreso que investigue cómo se han utilizado los fondos enviados a Ucrania como parte de su asistencia. Según Patel, “no podemos tener plena fe y confianza en darle a un líder 100.000 millones de dólares y luego escucharlo decir: ‘No les voy a decir dónde fue ese dinero’”. Sin embargo, durante la entrevista que Zelenski concedió a Fox News y que recogimos en nuestro informe de dicha jornada, afirmó que Ucrania es transparente respecto de los fondos recibidos, no teniendo ningún problema para mostrar los datos, ya que todo está perfectamente registrado y contabilizado.


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