Guerra de Ucrania – Día 1102

La última jornada de guerra nos ha dejado la visita del presidente ucraniano, Zelenski, al Reino Unido, que se ha saldado con un nuevo acuerdo por valor de 2.260 millones de libras esterlinas en forma de préstamo con el que financiar la adquisición de nuevas armas y sistemas para las AFU. Una reunión que se ha producido en vísperas de la que permitirá a los principales líderes europeos intercambiar opiniones en la capital británica. Por otro lado, Lituania y Ucrania han firmado un acuerdo preliminar para la cooperación estratégica y la producción conjunta de armamento, sin que hayan trascendido demasiados detalles. Todo mientras en el frente se constata el creciente estancamiento, a la luz de los datos del último mes, y mientras los lanzamientos de drones rusos continúan superando el centenar diario con regularidad.

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Durante la pasada jornada, desde el Ministerio de Defensa de Ucrania denunciaron el lanzamiento de hasta 154 drones tipo Shahed-131/136/138 (Geran-1/2/3) por parte de Rusia sobre su territorio. Además, afirmaron haber derribado un total de 103 aparatos, mientras que otros 51 se habrían apartado de su rumbo por distintas razones, como por ejemplo los medios de guerra electrónica.

En total, los ataques rusos han dejado 2 muertos (en este caso en la región de Donetsk) y 20 heridos en Ucrania en la última jornada, la mitad de ellos en la región de Járkov. Además, en Jersón se ha registrado un muerto y una decena de heridos, después de que un dron táctico alcanzara un autobús.

Desde el Ministerio de Defensa ruso, por su lado, han hablado del supuesto derribo de «6 bombas aéreas guiadas JDAM de fabricación estadounidense y 190 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija. Además, en una publicación diferente, han denunciado «otro intento de atacar la infraestructura de la estación compresora Russkaya en el pueblo de Gai-Kodzor (Territorio de Krasnodar), que suministra gas a través del gasoducto Turkish Stream, utilizando tres vehículos aéreos no tripulados de tipo aeronáutico». Todo mientras el ministro de Exteriores ruso, Lavrov, pedía a su homólogo turco, Hakan Fidan, que emplease todos los medios a su disposición para evitar futuros ataques, algo a lo que este se habría comprometido.

Además de esto, en las últimas horas se han publicado también los cómputos mensuales de lanzamientos de drones por parte rusa, que según los datos oficiales ucranianos, habrían totalizado 3.902 drones, de los que la guerra electrónica habría neutralizado 1.591 (41%) y los antiaéreos ucranianos otros 2.209 (57%), siendo la tasa de intercepción oficial, por tanto, superior al 97%.

Más allá de la veracidad o no de los datos, en las últimas horas se ha hablado también de la ayuda estadounidense en este ámbito, que resulta fundamental para que las tasas de intercepción sean altas (alcancen o no las recogidas en los partes oficiales). Y es que los Estados Unidos ofrecen una serie de servicios a Ucrania, en forma de inteligencia, que son a día de hoy insustituibles, como los que se relacionan con los datos de drones y misiles entrantes.

No son los únicos, pues como sabemos la red Starlink o algunos servicios en la nube también dependen en última instancia de los Estados Unidos y serían difíciles de sustituir. Ahora bien, esto no debe apartarnos tampoco de la visión de conjunto de las aportaciones de terceros a la defensa de Ucrania, que a día de hoy suponen un 20% en el caso estadounidense y un 25% en el caso de los aliados europeos, mientras que aproximadamente el 55% del total de armas y sistemas empleados por las AFU tienen su origen en la propia Ucrania (en su mayoría, drones). Algo que tienen en cuenta los aliados europeos de Ucrania, quienes sostienen también que la continuación de la guerra -a falta de una propuesta de paz aceptable, como en la que trabajan Starmer y Macron-, es decir, no dejar a Rusia tiempo para que se reorganice y recupere, podría ser más beneficiosa que cualquier otra opción.

Desgraciadamente para Kiev, eso sí, aunque el dinero europeo pueda contribuir a sustituir los envíos estadounidenses de armas, dado que sus aliados del Viejo Continente carecen del espectro completo de capacidades militares del que sí dispone Washington, seguirían siendo varias las capacidades que no podrían ser reemplazadas, de ahí que desde Ucrania estén intentando en lo posible templar las aguas tras el terrible encontronazo entre Zelenski, Trump y particularmente, Vance, mientras exploran el nivel de determinación europeo, sobre el que habrá más noticias el próximo día 6.

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Respecto a esto último, por cierto, cabe decir que se da la paradoja de que: 1) los Veintisiete están en muchos sentidos en una posición mucho peor que en 2016 para avanzar en la construcción de una «Europa de la Defensa» (independientemente de que esto ocurra fuera o dentro de la OTAN, lo que no es descartable), dado su mayor endeudamiento, el hecho de haber transferido a Ucrania buena parte de sus arsenales, la mayor dependencia de los EEUU para su defensa y la mayor desunión en el interior del bloque, con países como Hungría o Eslovaquia que suponen un importante lastre y, sin embargo; 2) tienen quizá más incentivos que nunca para progresar a la fuerza, pues desde Estados Unidos miembros clave de la nueva «tecnoligarquía» están posicionándose claramente en contra de la pertenencia del país a la propia OTAN, la Administración Trump está erosionando un componente clave de su política exterior como es el poder blando, está provocando un incipiente «decoupling» estratégico con sus aliados, es percibido como un gobierno impredecible (lo que es nefasto cuando se trata de aliados de los que depende la propia seguridad) y los europeos no pueden permitirse ni un mal acuerdo respecto a la guerra de Ucrania, ni mantener una dependencia tanto más grave cuanto que Trump juega, como explicamos, con cartas marcadas.

Por desgracia, aunque el día 6 se sabrá más, hasta que los europeos no tengan una verdadera estrategia y una identificación clara de las amenazas y los escenarios que vaya más allá del «Strategic Compass», tendrán muy difícil el determinar qué capacidades necesitan exactamente para acercarse a esa ansiada y elusiva «Autonomía Estratégica». Lo que es peor, incluso aunque logren reunir la voluntad, superar sus diferencias, elaborar una estrategia e, incluso, poner negro sobre blanco las capacidades militares necesarias para implementarla, seguirán necesitando de años y de inversiones millonarias para que se hagan realidad, si es que se consigue. Y es que para desgracia de los europeos y a falta de incorporar a técnicos especializados en defensa, instituciones como la Comisión Europea tienen extremadamente difícil traducir tanto sus discursos como los medios disponibles en auténticas capacidades, ya que en muchos casos no entienden algo tan básico como que poner dinero en la mesa no implica que estas surjan, lo hagan a tiempo y, más importante, en forma, de modo que sean las adecuadas para el escenario y periodo en el que deban ser empleadas.

En cuanto a los combates y los movimientos, lo más relevante es la constatación de que la guerra ha llegado a un nuevo estancamiento claro, pues lo que había sido hasta noviembre una aceleración en las ganancias rusas se vio frenado entonces, tendencia que se ha constatado en los meses de enero y febrero. Así, durante el pasado mes, el Ejército ruso a pesar de su superioridad apenas ha sido capaz de arañar entre 100 y 200 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano dependiendo de la fuente, la mayor parte de ellos en la región de Donetsk.

Dicho esto, comenzamos nuestro repaso un día más por el sector de Kursk, uno de los pocos en los que se ha producido algún tipo de novedad. Allí, por una parte, se han vuelto a registrar avances rusos al norte, en el área de Novaya Sorochina. Además, a poniente del sector, con los rusos moviéndose en dirección a Zhurava, en la región ucraniana de Sumy, para lo cual han cruzado lógicamente la frontera entre ambos países.

Otro punto de interés vuelve a estar en Toretsk, pues allí los ucranianos han seguido intentando progresar hacia el centro de la localidad, en esta última jornada ya sí enfrentándose a una resistencia creciente por parte de las tropas rusas, que han lanzado diversos contraataques e intentan frenar a las AFU y, con ello, evitar el golpe que supondría perder una ciudad que necesitaron meses y un número ingente de bajas para tomar y desde la cual no han conseguido explotación alguna.

A partir de ahí, lo cierto es que haciendo buena gala del estancamiento, no se han registrado cambios de consideración en ningún otro sector. Sí combates, como los que han tenido lugar un día más en el sector de Pokrovsk, aunque no han llevado aparejados movimientos. Lo mismo en Kurajove, en donde la situación es similar. Únicamente en Velika Novosilka han vuelto a producirse pequeños cambios de posiciones, con algunas ganancias rusas al noroeste de Skudne.

Situación en el frente a 1 de marzo de 2025
Situación en el frente a 1 de marzo de 2025. Autor: @PouletVolant3.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Tras la intensa actividad relacionada con la guerra en Ucrania en Washington con las visitas del presidente francés Emmanuel Macron, el primer ministro británico Keir Starmer y, como no, el presidente ucraniano Zelenski, Londres ha pasado a estar en el foco durante esta última jornada.

Así, pocas horas después del desenlace desastroso de la reunión entre Zelenski y Trump, el mandatario ucraniano ha sido recibido en la capital británica por el primer ministro Starmer en vísperas de la reunión con los principales líderes europeos que tendrá lugar durante la próxima jornada. Una reunión en la que, una vez más, como ocurriese en las dos anteriores reuniones de urgencia en París, los representantes de Eslovaquia y Hungría han quedado excluidos.

Hay que tener presente que esta, a su vez, servirá de preludio a la cumbre extraordinaria de los líderes de la UE del próximo jueves 6 de marzo. Así, tanto Hungría como Eslovaquia podrían tratar de obstaculizar las conclusiones (y futuras acciones) que se prevén adoptar -por unanimidad- por el resto de líderes de la UE. En el caso de Hungría, en las últimas horas el primer ministro Viktor Orban ha instado a la UE a abandonar los planes de emitir  declaración conjunta de apoyo a Ucrania, y ha trasladado al presidente del Consejo Europeo, António Costa, que está “convencido de que la UE, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, debería entablar conversaciones directas con Rusia sobre un alto el fuego y una paz sostenible en Ucrania”.

De hecho, el presidente Macron ha comentado durante la jornada que espera que los países de la UE avancen rápidamente hacia “una financiación masiva y común” que represente “cientos de miles de millones de euros” para la seguridad.

Además, continúan las declaraciones sobre el incidente en el Despacho Oval. Al respecto, el presidente galo ha instado tanto a Trump como Zelenski a que vuelvan a la “calma, el respeto y el reconocimiento”, tras hablar nuevamente con ambos.

Del lado de la OTAN, el secretario general Mark Rutte, ha pedido a Zelenski que “repare” su relación con el presidente Trump. De hecho, ha confirmado que ha hablado con el líder ucraniano y le ha dicho: “Tienes que encontrar una manera, querido Volodímir, de restaurar tu relación con Donald Trump y la administración estadounidense”.

Mientras tanto Zelenski compartía otro mensaje de agradecimiento a Estados Unidos en redes sociales, enfatizando que está agradecido tanto al presidente Trump, como al Congreso como al pueblo americano y que siempre han apreciado el apoyo, especialmente en los últimos tres años.

Por su parte, el ex presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, comentaba en redes sociales que “realmente espera que el presidente Zelenski tenga un plan B” y señalando que “ahora todo el mundo se pregunta: ¿qué viene después”. Sin embargo, Poroshenko ha dicho abiertamente que “algunos esperaban que criticara a Zelenski, pero no, no habrá críticas porque eso no es lo que el país necesita en este momento”.

Centrándonos en la reunión entre Starmer y Zelenski, el comunicado del lado ucraniano ha empezado dando las gracias -algo que ya solían hacer, pero que en las últimas horas después de que el vicepresidente de EE. UU. JD Vance criticase a Zelenski por ser “desagradecido” ha tomado aún más valor-, y a lo que ha seguido una referencia a la reunión de líderes europeos de la próxima jornada. De este modo, la reunión entre Zelenski y Starmer ha estado centrada en: 1) la guerra en Ucrania; 2) las amenazas directas a toda Europa, y; 3) la búsqueda de vías para la paz.

En este sentido, discutieron sobre la coordinación de los socios, la aplicación de un plan de acción conjunto y los pasos concretos para fortalecer la posición de Ucrania y poner fin a la guerra de modo que se logre “una paz que no permita a Rusia utilizar el alto el fuego para rearmarse y volver a atacar”. De este modo, Zelenski insistía en que tanto Ucrania, Europa y Estados Unidos deben tener presencia en la mesa de negociaciones, así como en las “sólidas” garantías de seguridad y el papel que el Reino Unido estaría dispuesto a desempeñar.

El líder británico, por su parte, reiteró que el Reino Unido estará con Ucrania “todo el tiempo que sea necesario” y puso de manifiesto que esa fue la razón por la que tanta gente salió hoy a las calles de Londres para expresar la firmeza del apoyo británico.

Más allá de las declaraciones de apoyo, uno de los principales resultados de la reunión ha sido la firma del acuerdo entre Ucrania y el Reino Unido para que este último le proporcione 2.260 millones de libras esterlinas (aproximadamente 3.000 millones de dólares al cambio). Estos fondos forman parte del mecanismo de Aceleración Extraordinaria de Ingresos para Ucrania (ERA) puesto en marcha por el G7 y cuyo volumen total asciende a 50.000 millones de dólares. De un lado, hay que recordar que estos fondos se conceden como préstamo y están respaldados por los intereses de los activos rusos congelados. De otro, cabe puntualizar que la financiación concedida para un plazo de 30 años se destinará a la compra de equipos de defensa en función de las necesidades de Ucrania. Por el momento, bajo el mecanismo ERA, Ucrania ya ha recibido 1.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos y 3.000 millones de euros de la UE.

Además, el ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, ha acompañado a Zelenski en este viaje, y se ha reunido con su homólogo, el secretario de Exteriores, David Lammy, para discutir sobre los últimos desarrollos internacionales y coordinar pasos para reforzar a Ucrania y la seguridad transatlántica. No obstante, ya antes de la reunión ambos conversaron para ponerse al día, y Sybiha compartía en redes sociales “estamos agradecidos al Reino Unido por estar al lado de Ucrania mientras nos defendemos a nosotros mismos y al resto de Europa de la agresión criminal de Rusia”, enfatizando que tanto Londres como Kiev “saben que la verdad, la justicia y la libertad deben defenderse”.

No obstante, esta no ha sido la única cita en la agenda del ministro, pues ha conversado nuevamente por teléfono con la Alta Representante de la UE y vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas, para intercambiar ideas y agradecerle “su liderazgo, su claridad moral y su postura de principios”. Así, subrayaba que el objetivo común es “una Europa fuerte y unida” y que Ucrania no está sola en la búsqueda de la paz.

Además, tras lo sucedido en Washington, ha continuado la maratón de llamadas telefónicas, conversando en las últimas horas con sus contrapartes canadiense,  luxemburguesa, lituana y letona.

Cambiando de tercio, Italia ha anunciado que asignará 13 millones de euros al Fondo de Apoyo Energético para apoyar la restauración del sector de la energía en el país.

En lo que concierne al ámbito industrial de defensa, Lituania y Ucrania han firmado un acuerdo preliminar sobre el desarrollo de la industria de defensa de Ucrania en Lituania, incluida la producción conjunta de armamento si bien, como expresaba la ministra de defensa lituana, Dovilė Šakalienė, “por razones de seguridad, los detalles sobre los sistemas de armas siguen sin revelarse”. Además, la ministra ha puesto de manifiesto que van a continuar invirtiendo en la defensa ucraniana más allá de los 20 millones de euros que ya se han asignado para “armamento de alta gama”.

Por otro lado, la iniciativa de recaudación de fondos checa “Dárek pro Putina” ha conseguido reunir fondos para suministrar un helicóptero Sikorsky UH-60A Back Hawk a Ucrania gracias a la contribución de 20.580 donantes.

Para concluir y a modo de curiosidad, tras la discusión entre Zelenski y Trump, Oleg Gorokhovskyi, -empresario ucraniano y copropietario de uno de los principales bancos del país Monobank-, lanzó de inmediato una nueva campaña recaudación de fondos bajo el título “para armas nucleares” que ya ha recaudado más de 649.000 dólares procedente de donantes ucranianos como extranjeros.


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