Tras la reunión mantenida en Arabia Saudí por Marco Rubio, Serguéi Lavrov y sus respectivas delegaciones, Trump ha dicho ante la prensa que «probablemente» se reunirá con Putin antes de fin de mes. Desde la Unión Europea, mientras Francia convoca una segunda reunión de líderes a la que serán invitados países que no acudieron a la primera, la Alta Representante, Kaja Kallas, ha pedido a Trump que «no caiga en las trampas de Putin» y a nivel comunitario se trabaja en un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 6.000 millones de euros. Persiste pues el escepticismo europeo respecto a las intenciones de los mandatarios de los Estados Unidos y la Federación de Rusia. Todo ello en una jornada en la que ataques por parte de este último país han dejado varios heridos en un hospital de Odesa y cortes de luz, mientras que ataques ucranianos han afectado por su parte han afectado a una nueva refinería rusa, en esta ocasión en Samara.
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Tras la reunión del lunes, en la que el jefe de Estado de Francia y los jefes de Gobierno de Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos y Dinamarca, así como el Presidente del Consejo Europeo, el Presidente de la Comisión Europea y el Secretario General de la OTAN se vieron las caras en París, tal y como explicamos no se llegó aparentemente a ningún acuerdo respecto a cómo actuar en relación con las negociaciones iniciadas por los Estados Unidos y Rusia.
Ahora bien, a pesar de que los europeos no parecen ponerse de acuerdo ni sobre cuestiones básicas, como si hay o no que enviar tropas a Ucrania y, posiblemente, ni siquiera sobre si Rusia, como declara Macron, «constituye una amenaza existencial para los europeos», (por evidente que esto sea), saben que se juegan demasiado en unas negociaciones de las no forman parte como para no seguir intentando coordinar posiciones. De ahí que el galo haya convocado una nueva reunión «con varios países europeos y no europeos» (como Canadá) y vaya a reunir a las fuerzas políticas francesas «en los próximos días» en «formato Saint-Denis». Una reunión, la de países europeos, a la que podrán acudir aquellos Estados miembros que no fueron invitados a la primera y que habían expresado públicamente su frustración por ello.
Mientras los intentos franceses siguen su curso, además, a nivel comunitario se trabaja en un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania que tendría un valor de 6.000 millones de euros y que, aun siendo totalmente insuficiente como para dar un mínimo vuelco a la situación en el frente, permitiría al menos a las AFU mantenerse en la lucha unos meses más. La intención es obvia y lógica: intentan reforzar la posición estratégica de Ucrania en el marco de las conversaciones entre Rusia y los EEUU. Se cumple pues lo que dijimos: La UE, aunque no sea un interlocutor válido para Rusia (y los EEUU por el momento no hayan cumplido con su promesa de tomar en consideración los puntos de vista europeos) utiliza los medios a su disposición para influir sobre unas negociaciones, que como explicamos podría intentar alargar si amenazan con conducir a un acuerdo inaceptable.
Precisamente, y a propósito, Kaja Kallas ha pedido a los norteamericanos que «no caigan en las trampas de Putin», dejando claro que la percepción general entre los europeos (y no únicamente entre ellos) es la de que el líder ruso sólo busca concesiones por parte de Washington o, en el peor de los casos, ganar tiempo para continuar con la guerra. Todo lo cual es cierto y se convertirá en una profecía autocumplida salvo que se acuerden e implementen garantías de seguridad suficientes. Kallas, que ha hablado además con Marco Rubio a su salida de la reunión en Rihad, le habría dicho también que «Rusia intentará dividirnos» en referencia al que quizá sea el mayor logro de Moscú hasta la fecha en relación con las negociaciones.
En cuanto a las negociaciones, desde la oficina del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, han dicho que «El presidente Trump quiere poner fin a los asesinatos. Estados Unidos quiere la paz (…). El presidente Trump es el único líder del mundo que puede lograr que Ucrania y Rusia lleguen a un acuerdo». Algo que no parecen tener tan claro en Kiev, pues Zelenski ha denunciado las conversaciones «sobre Ucrania sin Ucrania», lo que ha motivado la respuesta de un Trump que ha cargado contra el ucraniano afirmando estar «muy decepcionado» por sus comentarios y añadiendo que «Hoy escuché ‘oh, no fuimos invitados’. Bueno, ya llevas ahí tres años. Deberías haberlo detenido hace tres años. «Nunca debiste haberla iniciado».
Es más, ha seguido atacando a Zelenski con comentarios del tipo «El presidente Zelenski me dijo la semana pasada que no sabía dónde estaba la mitad del dinero que les habían dado» o cuestionando su legitimidad, muy en la línea de Rusia, al decir «Tenemos una situación en la que no hemos tenido elecciones en Ucrania, donde tenemos la ley marcial (…) y donde el líder de Ucrania -lamento decirlo- tiene un índice de aprobación del 4%». Por supuesto, Trump no aportó dato alguno que respalde esa última afirmación, algo muy habitual en él. Del mismo modo, tampoco explicó otra de sus sentencias: Les dimos creo que 350.000 millones de dólares [unos 335.000 millones de euros] (…), es mucho y tenemos que reequilibrar con Europa, porque Europa dio una cantidad mucho menor que eso». Todo lo cual no hace sino incrementar las lógicas suspicacias entre los ucranianos o los aliados europeos respecto de los verdaderos planes del republicano…
Dicho todo esto, lo cierto es que las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos en Arabia Saudí parecen haber ido «bien» (el entrecomillado lo incluimos porque es muy difícil definir qué significa bien exactamente en estos momentos y, sobre todo, para quién). El diálogo entre Lavrov y Rubio ha sido cordial y se ha llegado a un acuerdo de mínimos sobre los que serán los «principios fundamentales» de las futuras conversaciones, a saber:
- Restablecer el correcto funcionamiento de las misiones diplomáticas en Washington y Moscú.
- Designar un «equipo de alto nivel» para negociar y trabajar hasta el final de la guerra en Ucrania para alcanzar un acuerdo que sea «duradero y aceptable para todas las partes».
- Considerar la “cooperación geopolítica y económica que podría resultar del fin del conflicto en Ucrania” entre Rusia y los Estados Unidos (parece que desde Washington intentan poner una cuña entre Moscú y Beijing que resulta muy difícil creer que pueda cuajar).
- Los asistentes a esta primera reunión (el propio Rubio, el asesor de seguridad nacional Mike Waltz, el enviado especial Steve Witkoff, el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergey Lavrov y el asistente presidencial Yuri Ushakov) seguirán involucrados en el proceso para asegurar que sea «productivo».
Más allá de esto, lo cierto es que es demasiado pronto como para saber cuáles son realmente los planes de Washington, si cumplirán con lo prometido a sus aliados europeos y a la propia Ucrania (Kellog debería llegar a este país en cuestión de horas), si las promesas de permanencia en Europa dadas a países como Polonia van completamente en serio (por el momento no hay razones verdaderas para dudar de que los EEUU vayan a mantener una presencia a largo plazo en el continente –por más que disminuida en alrededor de 1/4 de sus efectivos- ya que sus intereses fundamentales siguen pasando por dicha presencia) o cómo analizan en la Casa Blanca y la Secretaría de Estado las intenciones rusas.
Desde Europa, por si acaso y en preparación de un nuevo contexto, países como Dinamarca han anunciado incrementos drásticos en su inversión en defensa. Otros como España, en donde el portavoz del partido gobernante en el Congreso ha vuelto a dar una enorme lección de desconocimiento e incapacidad, seguirán el mismo camino presionados por sus aliados, aunque por el bien de todos más vale que los argumentos que se esgriman no sean, como en esta ocasión, del tipo «Antes nos fiábamos de que nos vendría a salvar ‘el primo de Zumosol’… Ahora no sabemos».

Como quiera que la guerra continúa, la última jornada nos ha dejado nuevos ataques rusos sobre distintos puntos de Ucrania, llevados a cabo con drones de largo alcance. Por razones técnicas, no hemos podido acceder a los informes diarios de Ucrania. En cualquier caso, han hablado en las últimas horas de hasta 106 drones derribados de los 167 que habría empleado Rusia, mientras que 56 más se habrían apartado de su rumbo por otras razones.
Dicho esto, han trascendido reportes de explosiones en Kiev, se han registrado tres heridos en Cherkassy tras el impacto de un dron o la caída de restos del mismo contra una vivienda, y cuatro personas más han resultado también heridas en Odesa tras ser alcanzado un hospital. Además, en esta ciudad se están sufriendo apagones a estas horas, lo que indica que ha sido afectadas infraestructura eléctrica. Por último en Kindiyka, en la región de Jersón, un civil ha resultado herido por el impacto de un dron táctico.
En el caso de Rusia, se ha registrado un ataque contra la refinería de petróleo de Syzran, en la región de Samara y a unos 800 kilómetros de la frontera con Ucrania. Cabe decir que, aunque últimamente apenas podamos dedicar tiempo a este particular, los ucranianos continúan desarrollando sus capacidades de largo alcance y precisión con nuevos desarrollos o perfeccionando los existentes, al igual que hacen Rusia y sus aliados. De hecho, últimamente se ha venido hablando cada vez más del Shahed-238 (Geran-3), capaz de alcanzar velocidades mayores que sus «hermanos menores» y distancias de hasta 2.500 kilómetros.
En cuanto al Ministerio de Defensa ruso, en su informe diario ha hablado sobre el supuesto derribo de «14 cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS de fabricación estadounidense, así como 73 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija.

En cuanto a los combates y los movimientos, una jornada más las noticias relevantes son escasas. El primer punto de interés, en cualquier caso, lo encontramos en el sector del Oskil, pues las tropas rusas habrían logrado pequeños avances al oeste de Ivanivka, entre Kupiansk y el saliente de Pischane.
También se han producido cambios en el sector de Toretsk, en donde a pesar de la conquista rusa del núcleo urbano de dicha ciudad, la batalla continúa tanto en los suburbios como en las localidades de los alrededores. Así, en las últimas horas se han registrado progresos rusos en dirección a Novospaske desde Leonidivka.
Sin apenas noticias del sector de Pokrovsk (más allá de la probable retoma de Pischane por parte rusa), lo más relevante, una vez más, continúa teniendo lugar tanto en Kurajove como Velika Novosilka.
Así, en el primer caso el Ejército ruso ha tomado el control completo del área entre Dachne y Ulakly (lo que dice mucho sobre las escasísimas tropas que Ucrania mantenía en la zona, ya que no hay noticias de capturas significativas), al tiempo que avanzan hacia Konstyantynopil’, con algunas fuentes hablando de progresos significativos en la zona en las últimas horas. Además, desde Andriívka estarían expandiéndose por los campos al noroeste de dicha localidad, y no tanto en dirección sur, lo que apunta a que quieren igualar el frente entre Andríivka y Sirbne.
En el segundo, por su parte, se han producido avances rusos en dirección a Burlatske. De hecho, han conseguido cruzar el cauce del río Mokri Yaly en la zona en dirección norte, si bien no es un curso continuo, sino más bien se trata de pequeñas lagunas que además en esta época estarán presumiblemente congeladas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Aunque es cierto que hoy nos hemos extendido más de lo habitual en la parte inicial del informe, tratando temas como las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en Arabia Saudí, han sido más las novedades internacionales relacionadas con la guerra de Ucrania, comenzando por el viaje de Zelenski a Turquía, a su vuelta de la visita de Estado a los Emiratos Árabes Unidos. Un Zelenski que ha pedido, entre otras cosas que Turquía -país que ha tenido un papel de mediador desde el inicio del conflicto- tenga también voz en las negociaciones.
Entre otras cosas, Zelenski y su esposa, Olena Zelenska, han acudido a la inauguración de la nueva embajada ucraniana en Ankara. Lo más importante, en cualquier caso, ha sido el encuentro mantenido con el presidente turco, Erdogan, en el que habrían discutido acerca de «los procesos globales que podrían contribuir a poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania, incluida la importancia de los esfuerzos conjuntos para garantizar garantías de seguridad para Ucrania». Además, ambos mandatarios habrían hablado también sobre las «relaciones bilaterales, cuestiones económicas, cooperación entre nuestras sociedades en materia de educación, diversos proyectos, seguridad alimentaria y el trabajo en el retorno de nuestros prisioneros retenidos por Rusia».
Además de Zelenski, ha viajado a Turquía el ministro de Defensa de Ucrania, quien se ha reunido con su homólogo Yaşar Güler así como con el comandante de las Fuerzas Terrestres, general Selçuk Bayraktaroğlu, si bien no ha trascendido el resultado de su encuentro.
En otro orden de cosas, el primer ministro ucraniano, Shmyhal, ha anunciado que la misión del Fondo Monetario Internacional comenzará durante la presente semana la revisión del programa de cooperación conjunto, que los ucranianos esperan que se refuerce. Hasta el momento, según las cifras dadas por el ucraniano, ha servido para atraer hasta 9.800 millones de dólares en inversiones, algo que ha agradecido, considerando además que «es un factor importante para nuestra estabilidad financiera».
Cambiando nuevamente de tercio, en Bruselas ha tenido lugar hace escasas horas la segunda ronda del diálogo sobre seguridad y defensa entre la UE y Ucrania. Las delegaciones estuvieron encabezadas por el jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, Ígor Zhovkva, y el secretario general adjunto del Servicio Europeo de Acción Exterior para la Paz, la Seguridad y la Defensa, Charles Fries. Durante el encuentro, los participantes se centraron en la cooperación bilateral en materia de seguridad y defensa, incluida la implementación de compromisos de seguridad conjuntos entre Ucrania y la UE.
Además de lo anterior, Ucrania y Moldavia han firmado un memorando de cooperación para fortalecer sus esfuerzos hacia la integración y adhesión a la Unión Europea. El acuerdo, firmado por la viceprimera ministra de Ucrania, Olha Stefanishyna, y la viceprimera ministra de Moldavia, Cristina Gherasimov, tiene como objetivo mejorar la colaboración en el proceso de adhesión, describiendo áreas clave de cooperación, incluidas las negociaciones de ampliación de la UE , la armonización jurídica, la reforma judicial y el apoyo financiero.
En cuanto a Rusia, varias noticias. Por una parte, desde allí el director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev, ha dicho que espera que «varias empresas estadounidenses regresen al mercado ruso a partir del segundo trimestre del año. Sin embargo, el proceso de regreso no será fácil para las empresas estadounidenses, ya que muchos nichos ya están ocupados por otras». Además, habría cifrado las pérdidas de las empresas estadounidenses derivadas de su salida de Rusia en más de 300.000 millones de dólares.
Por otra parte, se ha anunciado que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se dirigirá a los diputados en el marco de la sesión plenaria de la Duma Estatal para exponer las prioridades en política exterior del país, después de haber participado en la reunión con Marco Rubio. Además de esto, Lavrov ha considerado «inaceptable» el posible envío de tropas de la OTAN a Ucrania, algo que ya adelantamos en informes anteriores.
De forma paralela, además, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, declaró que Europa debe suspender el suministro de armas a Kiev si desea participar en las futuras negociaciones. Así, según el diplomático ruso «Los países de la UE siguen exigiendo un lugar en la mesa de negociaciones donde se discutirá el conflicto ucraniano. Es sorprendente, teniendo en cuenta que llevan muchos años en esta mesa».
Por último, el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, afirmó que el presidente Vladimir Zelenski utilizará todos los medios, incluidas las armas de destrucción masiva, retomando un lenguaje que hemos visto en otras fases de este conflicto. Así, según el ruso, que lleva desde el inicio de la guerra asumiendo el papel de agitador Zelenski «tiene que echarle la culpa a otro. Todo vale mientras puedan afirmar que están exponiendo lo que describen como ‘la mueca bestial de los orcos’. Incluso están dispuestos a atacar sus propias ciudades y a sus propios civiles, y a utilizar armas de destrucción masiva como ‘la bomba sucia’».
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