Durante la pasada jornada, han seguido produciéndose noticias relativas a hipotéticas negociaciones. Así, desde las declaraciones de Donald Trump, afirmando ante la prensa que «probablemente» se reunirá con Zelenski durante la próxima semana para hablar sobre recursos minerales y el fin de la guerra, a las del ministro de Exteriores británico, David Lammy, quien ha afirmando no estar seguro «de que estemos a pocas semanas de las conversaciones de paz», han sido varios los que se han pronunciado al respecto. Todo en una jornada en la que desde Rusia aseguran haber completado la captura de Toretsk, algo que los ucranianos niegan; Zelenski ha afirmado que los norcoreanos continúan combatiendo en Kursk, así como reafirmado que este frente es vital y en vísperas de que las repúblicas bálticas se desconecten de la red eléctrica rusa.
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Las Fuerzas Armadas rusas habrían lanzado sobre Ucrania, durante la última jornada, un total de 139 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) según el Ministerio de Defensa de este último país. Esta misma institución asegura que 67 de los drones habrían sido derribados por las defensas antiaéreas, mientras que 71 aparatos más habrían sucumbido por otras razones.
Al igual que en jornadas anteriores, las defensas aéreas ucranianas han estado activas, entre otros puntos, sobre la capital del país, Kiev. Entre los daños registrados, destacan los varios apagones que se han registrado tanto en Kramatorsk como en distintas localidades vecinas, algo sobre lo que ha informado la empresa eléctrica ucraniana DTEK, y que habrían afectado al menos a 127.000 ucranianos. También se habrían producido daños en una empresa privada de Cherkassy, incendiándosee sus instalaciones tras el impacto de un dron Shahed. Por otra parte, un civil habría resultado herido en un ataque con un dron táctico en Jersón.
Además de lo anterior, en una jornada en la que Rusia habría lanzado nuevamente un buen número de bombas planeadoras, desde Ucrania han hablado sobre el supuesto derribo de una de ellas en vuelo, afirmando además que no es la primera vez que esto sucede, aunque no es en absoluto habitual.
Desde el Ministerio de Defensa ruso, por su parte, han ofrecido datos relativos al conjunto de la semana y a los supuestos derribos de vectores ucranianos. Así, aseguran haber neutralizado en los últimos siete días un total de «un misil guiado de largo alcance Neptune, seis bombas aéreas guiadas Hammer de fabricación francesa, 41 cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS de fabricación estadounidense y 630 vehículos aéreos no tripulados».
Como quiera que suelen obviar las referencias a los ataques contrarios que sí han sido exitosos (los ucranianos hacen lo mismo, salvo que haya víctimas civiles y sacar a la luz lo sucedido tenga impacto mediático), los rusos no han hablado del ataque ucraniano que se ha llevado por delante el cuartel general de la 35ª Brigada Motorizada, ubicado en la localidad de Selydove, en la región de Donetsk (48.15084191499222, 37.30601204941598).

En cuanto a las novedades sobre el frente, los combates y los movimientos, comenzamos hoy por Zelenski, quien ha afirmado, tras reunirse con Syrskyi, que Rusia ha protagonizado nuevos ataques en este sector, que allí estarían fijados 70.000 soldados rusos que así no «se han sumado a las ya importantes fuerzas de ocupación en Pokrovsk y otras direcciones de la región de Donetsk», que Rusia «ha desplegado nuevamente soldados norcoreanos junto a sus tropas» y que «se ha destruido un número importante de ocupantes: cientos de soldados rusos y norcoreanos».
Más allá de la veracidad de las palabras de Zelenski, que sin duda están dirigidas al consumo interno y a justificar la presencia ucraniana en Kursk, pero que evitan por ello mismo referirse al daño que la misma ha causado a las AFU, no parecen haberse registrado nuevos cambios en el sector, después de los avances ucranianos de ayer, frenados finalmente antes de alcanzar Ulanok. Se ha hablado, no obstante, de combates no sólo al sureste sino también al noreste del mismo, aunque no habrían implicado cambios de posiciones.

En el curso del río Oskil, comenzando por el norte, las tropas rusas habrían ganado nuevamente terreno en los alrededores de Dvorichna, concretamente hacia Dovhen’ke. Sigue en cualquier caso sin estar claras cuáles son las intenciones rusas en esta zona, más allá de mantener fijadas tropas ucranianas (en número mínimo) y de intentar detectar debilidades puntuales en sus defensas.
En el saliente de Pischanne, se han vuelto a registrar combates al sur de Kruhlyiakivka, sin cambios en cualquier caso.
Al sur del sector, por su parte, en este caso en el curso del Zherebets, las tropas rusas habrían entrado en la localidad de Yampolivka desde la más septentrional Terny.

Cambiando hacia Toretsk, allí el Ministerio de Defensa ruso ha anunciado la captura completa de la ciudad, un extremo que desde fuentes ucranianas niegan. Al final, no dejan de ser discusiones un tanto naífs en el sentido de que hace semanas que la ciudad está en poder ruso, pero que se ha alcanzado una situación estática ya que son incapaces de desalojar a los ucranianos de varias de sus posiciones en los alrededores de la misma.
Las reclamaciones rusas, en cualquier caso, tendrían que ver con la reciente toma de la zona minera de Krymske, al norte de Toretsk, así como aparentemente de la gran escombrera al suroeste de la ciudad.

En cuanto a los sectores de Pokrovsk y de Kurajove, las novedades brillan prácticamente por su ausencia en el primero. No así en el segundo, en donde las tropas rusas por una parte han comenzado a flanquear de forma efectiva las defensas ucranianas al sur y oeste de Dachne, mientras que por otra han conseguido importantes avances en el interior de Andríivka, alcanzando el cruce de la carretera hacia Kontyantynopil’. Así las cosas, cada vez es menor la presencia de las AFU entre los ríos Sukhi Yaly y Vovcha.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, en una jornada en la que el periodista Piers Morgan ha publicado una nueva versión de su reciente entrevista a Zelenski, lo más relevante tiene que ver con las informaciones relativas a las futuras conversaciones entre el presidente ucraniano y el estadounidense, Donald Trump.
Al fin y al cabo, este último ha afirmado ante la prensa que «probablemente» se reunirá con Zelenski la próxima semana, para hablar sobre recursos minerales y sobre la finalización de la guerra mientras que el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, por su parte, reconocía haber hablado horas atrás con el delegado para Ucrania y Rusia, Keitgh Kellog, sobre su próxima visita.
El tema de los recursos parece estar ganando relevancia según pasan los días, con un Trump dispuesto a obtener un beneficio a largo plazo de la presencia en Ucrania y de las garantías de seguridad que se puedan conceder a este país (sabedor, como ha admitido incluso Zelenski, de que es el único que puede darlas) y una Ucrania cuyo presidente parece más que dispuesto también a ofrecer los recursos estratégicos que posee el país, hablando específicamente hace unas horas de «Minerales de uranio, titanio y manganeso, tierras raras, litio, gas natural y docenas de otros recursos que dan forma a la geopolítica».
Lo más interesante de lo que está por venir, en cualquier caso, no son las palabras del republicano o las de Zelenski, sino hacerse una composición de lugar de todo lo que debería suceder en los próximos diez días. Así las cosas:
- El próximo día 12 tendrá lugar en el Cuartel General de la OTAN en Zaventem, probablemente en formato híbrido (presencial y online), una nueva reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, coordinada por el Reino Unido en sustitución de unos Estados Unidos que todavía no han definido su postura, desde la llegada de Trump, respecto a este formato. Eso sí, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, quien aparentemente no estará presente en la reunión, ha dicho que tiene un mensaje clave para los integrantes del grupo de Ramstein: poner fin a la guerra «lo más rápido posible».
- La cita coincide prácticamente en el tiempo con la próxima ministerial de la OTAN, a la que acudirán los ministros de defensa de los aliados y en la que al parecer sí tomará parte Hegseth, quien aprovechará para llevar a cabo una gira por Polonia, Alemania y Bélgica (lo que abre la posibilidad a que finalmente tome parte en la reunión del Grupo de Ramstein).
- Por otra parte, la Conferencia de Seguridad de Múnich tendrá lugar apenas dos días después de la reunión del Grupo de Ramstein (entre el 14 y el 16 de febrero). Hablamos de una cita capital a la que acudirán buena parte de los líderes europeos, una delegación estadounidense encabezada por el vicepresidente Vance y Keith Kellog y, por supuesto, desde Ucrania posiblemente Zelenski, además de varios miembros de su Gobierno más.
- En algún momento entre todas estas citas, además y como hemos dicho, Trump podría reunirse con Zelenki, algo que según se había dicho no ocurrirá en Múnich, en donde Trump (que en principio no acudirá) tampoco presentará su plan de paz para Ucrania, según quiso dejar claro Keith Kellog, quien Keith Kellog, negó estos rumores limitándose a comentar que hablará con los líderes europeos durante su paso por Múnich y que luego informará al presidente Trump, pero que no se presentará el plan públicamente durante la Conferencia de Seguridad puesto que eso es algo que corresponde hacer al propio Trump.
En resumen, que asistimos a una semana y media que promete muchísimos nuevos rumores e informaciones encontradas, pero en la que a priori, apenas hay nada en claro. No es de extrañar por tanto que el ministro de Exteriores británico, David Lammy, afirmase recientemente no estar seguro «de que estemos a pocas semanas de las conversaciones de paz», si bien lo achacó a que «creemos, y estoy seguro de que Estados Unidos comparte esta opinión, que [el presidente ruso Vladimir] Putin no muestra absolutamente ningún deseo de negociar y poner fin a esta guerra».

Las relativas a futuras negociaciones y encuentros no han sido las únicas noticias relevantes en una jornada en la que las repúblicas bálticas están en vísperas de desconectarse de la red eléctrica rusa, después de llevar largos meses trabajando en establecer conexiones y en asegurarse vías de suministro alternativas a las heredadas de tiempos soviéticos.
Así, según el ministro de Energía de Lituania, Zygimantas Vaiciunas: «Estamos privando a Rusia de la posibilidad de utilizar el sistema eléctrico como herramienta de chantaje geopolítico«. Un asunto al que se ha referido también la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, quien ha celebrado que «Rusia ya no puede utilizar la energía como herramienta de chantaje. Esta es una victoria para la libertad y la unidad europea».
En otro orden de cosas, aunque siguiendo con el tema energético, finalmente ha llegado a Moscú el director general de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, quien se ha reunido con el director de la agencia nuclear rusa, Rosatom, Alexei Likhachev, en un encuentro que servirá para hablar sobre la seguridad y la situación general en la central nuclear de Zaporiyia, bajo control ruso.
En cuanto a la ayuda militar, han trascendido ya las primeras imágenes de uno de los cazabombarderos Mirage-2000-5F entregados por Francia a la Fuerza Aérea ucraniana.
Con o sin ayuda, Ucrania invertirá una cifra sin precedentes en adquisiciones de armamento durante 2025: 739.000 millones de grivnas o, lo que es lo mismo, alrededor de 17.000 millones de euros, según ha dicho el primer ministro del país, Denys Shmyhal, quien ha declarado que «Nos centramos en la compra de armas ucranianas. El Estado invierte recursos en este ámbito y apoya al sector privado. «Una de las principales demandas de las empresas de defensa es el establecimiento de contratos a largo plazo para la producción de armas y municiones». Shmyhal, además, ha dicho respecto a la tipología de los contratos de adquisición que «el objetivo para 2025 es que los contratos de tres a cinco años sean la norma para los fabricantes de armas y equipos militares».
Un tema, el de las adquisiciones, al que también se ha referido Zelenski, quien ha hablado de la necesidad de ampliar el papel de los drones dentro de las Fuerzas Armadas, tras una reunión con los comandantes de las unidades de sistemas no tripulados, afirmando además que «los drones son la columna vertebral tecnológica de la guerra moderna. Los ucranianos deben ser líderes en este campo y, en muchos sentidos, ya lo somos».
Pasando a Rusia, en las últimas horas se ha producido una nueva reunión del Consejo de Seguridad del país, encabezada por el presidente Vladímir Putin. Lo único que ha trascendido de ella, no obstante, ha sido que los presentes iban a hablar sobre la región de Kaliningrado y su seguridad y desarrollo.
Esta reunión se producía justo después de que Putin se viese con el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, para hablar sobre la evolución de la economía del país, que según las cifras oficiales habría crecido durante el pasado año 2024 un 4,2%, superando en dos décimas las previsiones iniciales del Gobierno. La inflación oficial, por su parte, habría sido del 8,9%.
Por otra parte, también desde Rusia la portavoz de Exteriores, María Zajárova, ha criticado la iniciativa europea destinada a crear un Tribunal Especial para el Crimen de Agresión contra Ucrania, afirmando que «al emplear estos métodos, Occidente confirma que pretende infringir el derecho internacional. Estos métodos son comparables a las sanciones unilaterales ilegales y a los intentos de robar los bienes soberanos de otros».
Finalizando precisamente con el tema judicial, desde el Ministerio de Exteriores ucraniano han expresado su esperanza de que las sanciones estadounidenses contra la Corte Penal Internacional no lleguen a afectar a las investigaciones sobre los crímenes de guerra rusos. Así, en opinión del portavoz, Heorhii Tykhyi «las decisiones estadounidenses no están relacionadas con el contexto ucraniano y esperamos que no afecten la capacidad del Tribunal de impartir justicia a las víctimas de la agresión rusa «.
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