El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha admitido que las Fuerzas Armadas del país habrían sufrido, hasta el momento, 45.100 bajas mortales, así como 390.000 heridos, afirmando desconocer el número de militares en poder de Rusia o desaparecidos en combate. Las declaraciones se han producido poco después de que, además, se tomase la orden de trasladar a las Fuerzas Terrestres alrededor de 50.000 integrantes del resto de ramas de las Fuerzas Armadas ucranianas para reforzar así las brigadas de combate y poder efectuar rotaciones, según ha declarado el general Oleksandr Syrskyi. Además, Zelenski se ha mostrado dispuesto a negociar directamente con Putin en el marco de un proceso con «cuatro participantes» y «si esta es la única configuración en la que podemos llevar la paz a los ciudadanos de Ucrania y no perder más gente».
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Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, se ha mostrado abierto a las inversiones estadounidenses que permitan explotar en el país las reservas de «tierras raras», afirmando que el país, pese a la ocupación rusa, todavía tiene suficientes de estos recursos. La declaración no tiene nada de sorpresiva, ni es excesivamente relevante pues, como explicamos en el informe de ayer, Ucrania ya había incluido el acceso a sus recursos como parte del «Plan para al Victoria de Ucrania» a cambio de garantías de seguridad. Por otra parte, sigue sin aclarar cómo podría la inversión extranjera acceder a los recursos minerales del país cuando una parte más que sustancial está en las regiones que Rusia ha tomado.
Lo sorpresivo de la jornada no tiene nada que ver con esto, en cualquier caso, sino con las declaraciones del propio Zelenski en relación con dos aspectos, los cuales han salido a la luz en ambos casos en el marco de una entrevista con el conocido y polémico periodista británico Piers Morgan en la que, entre muchas otras cosas, el ucraniano aprovechó para cargar contra Tucker Carlson, quien había pasado por el mismo programa una semana antes. Así, en primer lugar, Zelenski mostró su disposición a negociar directamente con Putin; en segundo lugar, en relación con el número de bajas reales sufrido por las Fuerzas Armadas ucranianas en lo que va de guerra.
Respecto a lo primero, Zelenski afirmó que «considera a Putin un enemigo» pero que «Si esta es la única opción que nos permite llevar la paz a los ciudadanos de Ucrania y no perder a la gente, entonces, sin duda, optaremos por esta opción… ¿Qué importa mi actitud hacia él?», añadiendo que «No seré amable con él, lo considero un enemigo. Y para ser sincera, creo que él también me considera un enemigo». Más significativo si cabe, Zelenski afirmó que el proceso de negociaciones debe incluir a cuatro participantes: Estados Unidos, Ucrania, la Federación de Rusia y la Unión Europea. Todo lo cual entraña dificultades ya que Rusia nunca ha considerado a esta última como un interlocutor válido y, por otra parte, serían en cierto modo 3 contra 1; sería de hecho más lógico, desde el lado ruso, que un cuarto actor fuese alguien del estilo de China, país sin el cual Rusia difícilmente podría haber continuado la guerra desde hace tiempo.

Dejando esto al margen, Zelenski habló también de las bajas sufridas por las Fuerzas Armadas ucranianas, ofreciendo dos datos. El primero, el de las bajas mortales, que estima en 45.100 (algo que ha sido rápidamente compartido por la prensa oficialista rusa, que además ha replicado con las cifras aportadas recientemente por Trump). El segundo el de los heridos, que contabiliza en 390.000, sin que esto signifique que sea la cifra absoluta, ya que varios soldados pueden haber resultado heridos en varias ocasiones. Por último, en relación con los prisioneros de guerra y los desaparecidos en combate, afirmó desconocer el dato exacto. Además, Zelenski cifró las pérdidas rusas en entre 300.000 y 350.000 muertos y 600.000 y 700.000 heridos.
Cabe recordar, a propósito, que hace un año, en febrero de 2024, el propio Zelenski habló de 31.000 muertos en las filas de las AFU, con lo que la cifra dada ante Morgan es consistente con lo ocurrido en el campo de batalla desde entonces, especialmente sabiendo que Ucrania se ha mantenido a la defensiva estos doce meses. Lo que no quiere decir que la cifra sea real, pues cabe recordar que ya para entonces los estadounidenses hablaban de probablemente 70.000 ucranianos muertos. Cifras en todos los casos muy lejos de las ofrecidas recientemente por Trump, quien hablaba de 700.000 ucranianos muertos y de 1.000.000 de soldados rusos fallecidos desde 2022, lo que tampoco parece creíble toda vez que excede incluso los conteos de unos y otros, que tienden a exagerar por distintas razones las pérdidas enemigas.
En cualquier caso (pues las cifras irán trascendiendo con el paso del tiempo, una vez la fase militar del conflicto llegue a su fin, lo que está claro es que la situación ucraniana es peor de lo que Zelenski quiere mostrar en muchos aspectos (también la Rusia en relación con la imagen que da su cúpula, obviamente). De ahí que el general Oleksandr Syrskyi haya tomado finalmente (a falta de una movilización total) la decisión de transferir 50.000 militares de otras ramas de sus Fuerzas Armadas a las Fuerzas Terrestres, como forma de lograr a corto plazo rellenar las plantillas de algunas unidades muy diezmadas o permitir rotaciones a aquellas que llevan demasiado tiempo (muchos meses, en algunos casos) empeñadas en combate. La medida no es baladí, toda vez que Ucrania se arriesga a perder a personal bien formado y con cursos de especialización valiosos en algunos casos para sostener la línea de frente, lo que sin duda podría impactar sobre el desarrollo futuro de las AFU y su reconstrucción una vez la guerra llegue a su fin.

Más allá de esto, pasando a la actualidad de la jornada en términos de ataques a larga distancia, Ucrania ha denunciado el lanzamiento por parte rusa de hasta 65 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que supuestamente sus defensas aéreas habrían derribado 37, mientras que otros 28 habrían sido apartados de su rumbo por distintos medios.
A pesar de estas cifras, se han registrado explosiones e incendios en localidades como Cherkassy, o como la propia capital ucraniana, Kiev. En este caso, las explosiones coincidían con la visita a la ciudad del director de la Organización Internacional de la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, quien además ha sido recientemente entrevistado por el canal 24 horas de RNE. Grossi, quien ha sido recibido por el ministro de Exteriores Ucraniano y también por Zelenski, se ha mostrado una vez más preocupado tanto por la situación de la red eléctrica ucraniana «sometida a una enorme presión» como por la seguridad de las centrales nucleares, advirtiendo una vez más del riesgo de que se produzca un accidente nuclear en Ucrania.
Además de esto, el número de muertos por un ataque anterior contra Izium, ya recogido en el informe preceptivo, ha aumentado a cinco tras encontrarse un nuevo cadáver.
Del lado ruso, tampoco hoy se han registrado ataques contra su territorio o, al menos, no han trascendido acciones exitosas por parte ucraniana. Sí han denunciado las autoridades de ocupación rusas en Zaporiyia que las fuerzas armadas ucranianas habrían atacado con un dron táctico un autobús escolar, resultando heridos como consecuencia cinco menores y el conductor.
El Ministerio de Defensa ruso, en cualquier caso, ha hablado del supuesto derribo durante las pasadas 24 horas de hasta «un misil guiado de largo alcance Neptune, un misil de sistema de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y 68 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija.
En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos hoy por uno de los escenarios secundarios (en esta fase de la guerra) en el que más movimientos se están registrando en los últimos tiempos: el del Oskil. Allí las tropas rusas continúan avanzando al noroeste de Kupiansk, aprovechando que muchas de las poblaciones de la zona tienen una guarnición mínima o inexistente (ya explicamos en su día las razones por las que Ucrania apenas deja militares en estas amplias zonas grises que se controlan con artillería y drones). No es, en cualquier caso, el único punto de este sector en el que presionan los rusos (que han completado la toma de Zapadne) pues se mantienen activos también en el saliente de Pischanne y en el río Zherebets a la altura de Terny.
Más al sur, en el sector de Siversk, se han registrado nuevos ataques rusos en dirección a Verkh’okam’yans’ke, Vyimka e Ivano-Darivka, así como bombardeos sobre posiciones ucranianas en la propia Siversk o en Bilohorivka, si bien no hay cambios.
Tampoco los hay en Chassiv Yar, en donde sigue librándose un combate urbano en el que Rusia logra progresos a un ritmo ínfimo, lo que obliga a pensar que no tienen intención de ir más allá de esta localidad hacia objetivos más relevantes, como la vecina Konstyantynivka.
Tampoco parecen los rusos en disposición de tomar Pokrovsk en los próximos meses, aunque siguen presionando en diversos puntos del sector e intentando avanzar tanto al este de la ciudad como al sur, entre este sector y el de Kurajove. Así, continúan los combates en torno a Korlyne, así como al sur de las vías de ferrocarril, en donde los avances rusos son constantes, pero se miden por hectáreas en lugar de por kilómetros cuadrados.
En el caso de Kurajove, el Ejército ruso se mantiene al ataque en Dachne, tomando algunas casas al norte de la localidad. También en Andríivka, en donde han conseguido hacerse fuertes en la parte oriental tras rodear desde el noreste la red de trincheras que protegía el este de dicha población.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Comenzamos el apartado internacional como hemos hecho con el informe, con Zelenski. El presidente ucraniano ha declarado recientemente que se están ultimando los detalles para una primera visita de una delegación de la nueva Administración estadounidense a Ucrania, de la que se espera que forme parte Keith Kellog.
Zelenski, además, habló en redes sobre la próxima llegada de aviones de combate franceses al país y compartió un largo hilo en el que ampliaba algunas de las respuestas dadas a Piers Morgan en su entrevista. Por último, como ya se ha explicado, tuvo tiempo para recibir a Rafael Mariano Grossi.
En el caso del ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, además de recibir también, como ya hemos dicho al jefe de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, ha tenido tiempo durante la última jornada para hablar en las redes sociales sobre el concepto de «esferas de influencia» y la Cumbre de Yalta, así como sobre el deseo de Putin de redibujar las fronteras europeas y, también, para hablar con el ministro de Exteriores checo, con quien ha coordinado posiciones antes de que este último visite los Estados Unidos. Además, Sybiha habló también con el jefe de la diplomacia de Liberia, Sara Besyolow, a quien agradeció el apoyo del país africano a la soberanía e integridad territorial ucraniana, con quien acordó avanzar en la cooperación entre ambos estados y a quien invitó a visitar Ucrania.
Durante la jornada de ayer se mantuvo activo también el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, quien recibió a la presidenta del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, con quien habló sobre el reforzamiento de los programas en marcha dedicados por ejemplo a la energía o a la reconstrucción de la red de transportes. Conversaciones que son tanto más importantes después de que la nueva administración estadounidense decidiese poner fin a la existencia de la agencia USAID, dedicada a la ayuda internacional, en lo que podría suponer una importante merma del «poder blando» norteamericano.
Shmyhal, además, agradeció al gobierno letón la aprobación de un paquete de fondos que permitirá, durante 2025, la reconstrucción de la región de Chernígov, entre otras cosas. El paquete de ayuda, anunciado por la primera ministra Evika Silina dedicará 5,7 millones de euros a proyectos de reconstrucción y cooperación al desarrollo en Ucrania.
Por otra parte, el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, mantuvo una conversación telefónica con Jonathan Powell, asesor de Seguridad Nacional del primer ministro británico, Keir Starmer. Una conversación que giró en torno al «Acuerdo del Siglo» recientemente firmado por ambos países y que se denomina así por su duración, de cien años.
Pasamos a la Unión Europea, en donde tras la cumbre informal de jefes de Estado, que concluyó valga la redundancia, sin conclusiones, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, ha anunciado que se han dado importantes pasos de cara a la creación de un tribunal específico que permita juzgar el «crimen de agresión contra Ucrania». Así, según la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien también se refirió a este particular «Hemos sentado las bases jurídicas para un tribunal especial «, añadiendo (sin explicar a qué rusos pretende juzgar exactamente y cómo va a conseguir que se sometan a la autoridad del nuevo Tribunal) que «Ahora, la justicia está llegando. Justicia para Ucrania».
Sin salir de Bruselas, hay que hacer al menos una mención a las declaraciones del secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, quien se mostró tajante ayer al decir que los integrantes de la Alianza deben hacer una inversión «considerablemente mayor» en materia de defensa y que «no hay tiempo que perder». Además, dejó claro que el «En un mundo más peligroso, el 2% no será suficiente para mantenernos seguros».
Un particular sobre el que se ha pronunciado el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, quien en una posición más parecida a la de España que a la de otros países europeos ha dicho recientemente que «Estamos dispuestos a llegar al 2%, pero ciertamente no al 5%, teniendo en cuenta además que somos el país con más soldados en misión. Esto se puede hacer separando los gastos del pacto de estabilidad, emitiendo eurobonos y también recurriendo a los fondos no utilizados del Next Generation EU y del MEDE».
También ha hablado recientemente el ministro de Defensa de Polonia, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, quien ha declarado ante las cámaras de Polsat TV a propósito de la futura presencia de tropas polacas en Ucrania que «Es difícil imaginar un escenario así; no estamos haciendo ningún arreglo de este tipo» y que «Desde luego, no será una decisión favorable para ninguno de los países vecinos de Rusia entrar [en Ucrania]».
Cambiando hacia Rusia, son pocas las noticias relevantes procedentes de este país em las últimas horas. La más significativa, quizá, tiene que ver con el juicio de apelación del francés Laurent Vinatier, condenado en octubre pasado a tres años de prisión por no registrarse como «agente extranjero» y cuya fecha ha sido fijada para el 24 de febrero. Encarcelado desde junio pasado, este investigador especializado en el espacio postsoviético fue contratado en suelo ruso por el Centro para el Diálogo Humanitario, una ONG suiza que media en conflictos fuera de los canales diplomáticos oficiales.
Finalizamos hoy también con Rusia, y concretamente con la diplomacia cultural, en este caso con una nota friki, pues Putin ha anunciado el relanzamiento de Intervisión, la que en su día fuera una suerte de alternativa soviética al Festival de la Canción de Eurovisión, del que Rusia fue excluida en 2022. Según el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, más de 25 países habían expresado su interés en participar en este formato, incluidos varios de América Latina. Además, el enviado cultural de Putin, Mijaíl Shvydkoi, declaró anteriormente que en él participarían todos los países que forman parte del grupo de los BRICS. A la espera de ver cómo se desarrolla, la cosa promete…
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