A pesar de las especulaciones, el paquete de ayuda militar anunciado por los Estados Unidos ha estado muy por debajo de lo esperado, totalizando 500 millones de dólares. No ha sido en cualquier caso el único anuncio de este tipo hecho en el marco de la 25ª cumbre del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (formato Ramstein), pues también han anunciado nuevas ayudas Canadá, Reino Unido y Letonia como parte de la «Coalición de drones», Alemania o Noruega. Finalizada la reunión, Zelenski se ha dirigido a Roma para reunirse con Meloni, con quien ha hablado sobre defensa aérea o reconstrucción. Todo ello en una jornada marcada por la actividad internacional y en la que Trump ha afirmado que se reunirá con Putin -para lo cual se estarían ultimando los detalles del encuentro-, en la que los combates han continuado en buena parte del frente y en la que localidades como Krivói Rog, Kiev, Mykolaiv o Zaporiyia han vuelto a ser atacadas.
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La pasada jornada, nos dejó, finalmente (en el informe de ayer no pudimos incluir las cifras globales, ya que no habían sido publicadas) y según los datos oficiales ucranianos, el lanzamiento por parte rusa de hasta 70 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) de los que afirman haber derribado 46 y desviado 24. También de tres misiles Iskander-K que los ucranianos aseguran igualmente haber neutralizado.
Desde entonces, se han registrado nuevos ataques rusos a larga distancia, resultando afectadas localidades como Kiev, alcanzada por drones Geran-2 o Krivói Rog, a la que habrían llegado dos misiles de crucero Kh-59, También contra Mykolaiv, en donde se ha registrado un herido. Además, Járkov, alcanzada por otro aparato no tripulado, en este caso tipo Molniya, de uso táctico, lo mismo que ha ocurrido en Jersón, en donde se han registrado dos fallecidos y tres heridos en distintos incidentes, según la Fiscalía ucraniana o en Guliaipolé, en este caso en Zaporiyia, en donde ha sido alcanzado un camión de bomberos también por un dron tipo FPV ruso.
Por el momento, en cualquier caso, no se ha publicado un nuevo informe oficial, con lo que las cifras totales según el gobierno ucraniano las conoceremos en las próximas horas.
En el lado de Rusia, se producido un gran incendio en la región de Kursk, aparentemente debido a la caída de restos de drones ucranianos sobre las instalaciones de una empresa agrícola. La defensa aérea habría estado activa además en la vecina Voronezh. Lo más significativo, no obstante, ha sido por un lado el incendio de la empresa Plastfaktor, situada en la región de Rostov, sin que por el momento estén claras las causas. Por otro, el ataque llevado a cabo con drones de larga distancia en una fábrica dedicada a la reparación de aeronaves y a la fabricación de maquinaria, instrumentación y electrónica situada en Gatchina, en la región de Leningrado, a 1.000 kilómetros del frente, en una acción que habría provocado un importante incendio a la espera de más información.

Pasamos ya al repaso de los combates y los movimientos, que llega particularmente intenso en esta jornada 1051ª. De esta forma, comenzando por el sector de Kursk, el más septentrional, nos encontramos con fuertes choques entre la infantería ucraniana y la rusa y avances de este último ejército en la zona de Kruglenkoe que, por el momento, han dejado localidades como Leonidovo en la zona gris, según algunas fuentes, si bien otras la dan como tomada por Rusia. Además, el Ejército ruso estaría atacando las localidades de Pogrebki, Naidenov y Maryevka mientras que, al noreste del sector, habría completado la expulsión de los ucranianos de Berdin y Novosotnitskii.
En cualquier caso, en los últimos cinco días se ha registrado un importante avance ruso en el sector (en el contexto particular de esta guerra, claro está), habiendo ganado alrededor de 60 kilómetros cuadrados y estrechando claramente la zona bajo control ucraniano al norte del mismo, lo que complicará el sostenimiento de las tropas más al norte de Kursk. Pese a ello, las AFU sí habrían logrado aliviar ligeramente la situación al sureste del sector, con un contraataque llevado a cabo en Makhnova.

El segundo punto del día nos lleva a Kupianks, en donde también es preocupante para las AFU la situación, toda vez que las tropas rusas no sólo estarían a apenas dos kilómetros de esta ciudad, sino que han continuado logrando avances en la orilla occidental del Oskil al norte de la misma, en el área de Dvorichna y Zapadne. Así las cosas, en las últimas horas, según los propios ucranianos se habrían producido una docena de ataques rusos en dirección Kupiansk siendo la situación cada vez más comprometida para los defensores, si bien no hay peligro de caída inmediata de esta ciudad. Más al sur, además, se viene hablando de nuevos avances rusos en la margen izquierda del Zherebets, aún por confirmar.

De Kupiansk pasamos a Toretsk, en donde el Ejército ruso también ha seguido progresando en las últimas horas por una parte hacia el oeste de dicha ciudad y, por otra, hacia el norte de la vecina Shcherbynivka. De hecho, el mapa muestra a las claras que la intención rusa es cada vez más unir los dos ejes de avance rodeando así el «Terrikon» que se les resiste y aislando a los ucranianos en el mismo para forzar su retirada.

En dirección a Pokrovsk, continúan produciéndose numerosos ataques rusos, empleando pequeñas unidades, desde Vodvyzhenka al noreste hasta la zona de Sevchenko al oeste, buscando romper las defensas ucranianas tanto al sur de Pokrovsk como de Myrnohrad. Los únicos avances de la jornada en este sector, dicho esto, se habrían producido por una parte en dirección a la autovía H-32 al norte de la citada Vodvyzhenka y en dirección a Udachne desde Solone, pequeña localidad en las orillas del río Solona.

En Kurajove, por su parte, tenemos en las últimas horas escasos cambios, siendo los más significativos los registrados al norte del sector, en dirección a Yasenove y Andríivka. Además, se han registrado importantes bombardeos sobre Rozlyv, en este caso al sur de la confluencia entre los ríos Vovcha y Sukhi Yaly.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional comienza hoy inexorablemente por Alemania, ya que allí ha tenido lugar la 25ª reunión del Grupo de Contacto de Apoyo a Ucrania, en la que será la última que presida el todavía secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin III, quien ha dicho «En mis últimas horas en Ramstein como secretario de Defensa, lamento la muerte de cada hombre, mujer y niño ucraniano en la guerra asesina de Putin, y saludo a las tropas ucranianas que están luchando tan valientemente por su país y por su libertad», a lo que ha añadido, señalando la importancia de este formato, que «esta coalición los ha respaldado durante casi tres duros años de guerra, y no debemos detenernos ahora. Por lo tanto, me voy de este grupo de contacto, no con una despedida, sino con un desafío: la coalición que apoya a Ucrania no debe vacilar. No debe flaquear y no debe fracasar. La supervivencia de Ucrania está en juego, pero también lo está toda nuestra seguridad». Además, dio un dato interesante, ya que Austin cifró en 126.000 millones de dólares el total de ayuda militar concedida por los miembros del Grupo de Ramstein, del que actualmente forman parte alrededor de medio centenar de Estados.
En el marco de la cumbre, además de esto, Zelenski se vio con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con quien habló sobre defensa aérea y, en general, sobre las necesidades ucranianas en materia de defensa para los próximos meses. Zelenski, por cierto, aprovechó su oportunidad de dirigirse a sus aliados para pedir unidad, afirmando que sería «una locura dejar pasar ahora la oportunidad y no seguir desarrollando las coaliciones de defensa que hemos creado». Zelenski, además, se refirió a la próxima llegada de Trump, diciendo que «Está claro que dentro de 11 días comienza un nuevo capítulo para Europa y el mundo entero, en el que tendremos que cooperar aún más, confiar aún más unos en otros y lograr mayores resultados juntos».
Más allá de las discusiones, que han girado en torno a la forma de asegurar la capacidad de Ucrania de defenderse de aquí a 2027, la cita ha dejado numerosos anuncios de nuevos paquetes de ayuda, algunos de ellos decepcionantes como en el caso de los Estados Unidos. Decimos decepcionantes, porque en su momento se especuló con la concesión de un gran paquete «final» que sería el canto del cisne de la Administración Biden y que podría rondar los 2.000 millones de dólares. Finalmente el importe anunciado ha sido mucho menor, quedándose en 500 millones, con los que se financiarán los siguientes equipos y servicios:

Como quiera que no ha sido el único anuncio de ayuda militar, cabe destacar el hecho por los países que forman la «Coalición de drones» -liderada por Reino Unido y Letonia- y que suministrarán hasta 30.000 sistemas no tripulados de distintos tipos a Ucrania, por un valor total conjunto de 45 millones de libras esterlinas (unos 53 millones de euros al cambio). Una ayuda que ha sido inmediatamente agradecida por el ministro de Defensa ucraniano, Umerov, presente al igual que Zelenski en Ramstein.
Además, Canadá ha anunciado un nuevo paquete de asistencia, comprometiéndose a aportar 440 millones de dólares canadienses (unos 297 millones de euros) a distintos aspectos, incluyendo 100 millones (67 millones de euros) a través de lo que se conoce como «modelo danés», esto es, a financiar la producción en este caso de drones, por parte de la propia industria ucraniana.
Desde Alemania, además, han anunciado que seis sistemas antiaéreos IRIS-T, así como medio centenar de misiles serán entregados a Ucrania a lo largo de este año, según ha declarado el ministro de Defensa germano.
También se han hecho anuncios desde Noruega, o eso ha transmitido el ministro de defensa ucraniano, Umerov, quien ha dicho que el país nórdico aportará más de 2.000 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania a lo largo del recién estrenado año.
Interesante también han sido los anuncios hechos por la República Checa, país que si bien no ha hablado sobre ningún nuevo paquete, ha asegurado haber hecho entrega a Ucrania de 1,5 millones de disparos de artillería como parte de la iniciativa que lideraba de compras internacionales, un tercio de las cuales habrían sido de 155mm. Además, ha anunciado que en 2025 tienen la intención de continuar entregando munición a Ucrania. Eso sí, siguen sin aclarar cuáles son los países de procedencia de todos estos disparos, lo que lleva a algunos a especular con que podría tratarse de algunos como India o Sudáfrica e incluso a cuestionar la calidad de algunos lotes.
Por último, desde Polonia han anunciado que están trabajando en un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, aunque en este caso no han trascendido por el momento cifras concretas. Así, según el viceprimer ministro polaco, «Siempre enviamos lo que es posible. Por supuesto, hay una frontera que no cruzamos, es decir, la frontera de seguridad del Estado polaco».
Tras tomar parte en la cita de Ramstein, el presidente ucraniano, el ministro de defensa y el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, se han trasladado a Italia, en donde se han encontrado con Giorgia Meloni, quien les ha recibido efusivamente. El encuentro ha servido, una vez más, para confirmar el apoyo a Ucrania por parte de la primera ministra transalpina y para hablar sobre las formas de «fortalecer nuestro escudo aéreo, trabajando con socios para lograr la paz y esfuerzos conjuntos de recuperación que beneficiarán a ambos países: creación de empleo, fortalecimiento económico y desarrollo social». Además, también han hablado sobre la recuperación, incluyendo la del patrimonio cultural. Así, según Zelenski «Nuestros equipos han empezado a trabajar en la conferencia de recuperación de este año, centrándose especialmente en el patrimonio cultural. En este ámbito, nos apoyamos principalmente en Italia. También colaboramos con la UNESCO y trabajaremos por separado con Francia. Me gustaría que Italia hiciera una contribución significativa a la recuperación de nuestro patrimonio histórico; son muy competentes en este ámbito».
Al margen de este encuentro, han sido importantes también a nivel internacional y en relación con Ucrania, por una parte, las declaraciones de Donald Trump a propósito de una futura reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, cuyos detalles estarían siendo ultimados. Así, según el republicano, Putin «Quiere que nos reunamos y estamos en el proceso de arreglarlo», a lo que ha añadido que «El presidente Putin quiere que nos reunamos, incluso lo ha dicho públicamente, y debemos poner fin a esta guerra, que es un verdadero desperdicio». Además, complementando lo dicho recientemente por Kellog, parece que los plazos para unas hipotéticas negociaciones de paz han cambiado definitivamente, retrasándose unos meses, en lo que algunos interpretan como una muestra de apoyo a Ucrania por parte del futuro presidente, en la línea con lo que llevamos meses diciendo que podría ocurrir (y que se resume en que, en ningún caso Trump dejaría a Ucrania completamente abandonada a su suerte).
Por otra parte, se han reunido también el presidente francés, Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer, en un encuentro que ha tenido a Ucrania en el foco, pero también la llegada al poder de Trump, que sobrevuela todos los encuentros que se producen en Europa, incluso en el caso de los británicos. Así, ambos mandatarios han subrayado «la necesidad de unidad en estos tiempos de incertidumbre», han reafirmado «su deseo de coordinarse estrechamente para apoyar [a Ucrania] durante el tiempo que sea necesario», así como «la importancia de seguir proporcionando el equipamiento necesario para la defensa del territorio ucraniano y de garantizar un apoyo financiero sostenible a Ucrania más allá de 2025” y, por último, «la importancia de ofrecer garantías de seguridad a Ucrania”.
Decimos que la cuestión de Trump sobrevuela todas las reuniones y declaraciones que se producen últimamente en Europa porque en las últimas horas, además, se han producido declaraciones significativas por parte de la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen (quien ya habría regresado de su baja médica) afirmando que «Esperamos tener una relación positiva con la próxima administración estadounidense, basada en nuestros valores comunes e intereses compartidos. En un mundo difícil, Europa y Estados Unidos son más fuertes juntos» y que «Estados Unidos es uno de nuestros socios más cercanos y estamos comprometidos a fortalecer el vínculo transatlántico». Del mismo modo, la Alta Representante, Kaja Kallas ha dicho que «Estados Unidos sigue siendo nuestro gran aliado, como siempre lo ha sido» y que no va a entrar en reacciones a declaraciones polémicas pues «de lo contrario no tendremos tiempo para abordar los problemas reales que tenemos sobre la mesa, como la guerra en Ucrania o los ataques híbridos contra nuestras infraestructuras en Europa». Todo ello mientras se producen además numerosas reacciones a las peticiones por parte de Trump de que los aliados europeos de la OTAN alcancen cifras de inversión en defensa del orden del 5% (probablemente con la intención real de que lleguen al 3 o 3,5% como explicamos), la mayor parte de ellas afirmando que es imposible un 5%, pero mostrándose abiertas a subidas. En resumen, que tal y como hemos venido sugiriendo y dada la actual relación de fuerzas, la falta de preparación europea en materia de defensa y la mayor dependencia para su seguridad respecto a los Estados Unidos, los europeos en lugar de reaccionar como en su momento a través de iniciativas como PESCO y, por más que intenten progresar en defensa, están mostrándose mucho más conciliadores que antaño evitando cualquier enfrentamiento con Trump. Todo ello por más que Kallas asegure que los Veintisiete están listos para tomar el relevo de los Estados Unidos si este país no quiere o puede seguir apoyando a Ucrania y es que, como reconocen desde Polonia, para que esto sea posible primero hay que contar con una industria militar capaz de producir lo necesario para ello.
En otro orden de cosas, también se ha mantenido activo el ministro de Exteriores ucraniano, Sybiha, quien ha hablado con su homóloga sueca, María M. Stenergard a propósito, entre otros de la iniciativa «Alimentos de Ucrania» que, como hemos explicado en informes pasados, tiene como objetivo enviar distintos productos agrícolas y ayuda nutricia a Siria. Los mismos temas, en cualquier caso, que ha tratado el ucraniano con el ministro de Exteriores de otro país nórdico, en este caso Noruega.
Cambiando nuevamente de tema, pero siguiendo con los países nórdicos, en las últimas horas el Gobierno finlandés ha anunciado su intención de mantener cerrada su frontera con Rusia, así como de ampliar la aplicación de una controvertida ley que autoriza a los guardias fronterizos, bajo determinadas condiciones, a rechazar la entrada de solicitantes de asilo. Ley que entró en vigor el pasado 22 de julio en respuesta a la llegada masiva de solicitantes a través de la frontera con Rusia, en lo que el Gobierno del país nórdico ha catalogado en alguna ocasión de táctica «híbrida» rusa.
Precisamente, a propósito de Rusia tenemos un día más que las noticias son escasas, entre otras cosas porque se mantienen ocupados con las celebraciones navideñas por una parte y a la espera de cómo evolucione la situación a la llegada de Trump por otra. Así, entre las noticias más destacables publicadas por los medios de este país encontramos, precisamente, referencias al probable encuentro entre Trump y Putin, a las importaciones de gas ruso por parte de la UE o a las declaraciones de Zelenski a propósito de la hipotética presencia futura de tropas aliadas como garantes de un alto el fuego. Además, también han dedicado entradas en varias cabeceras al vertido de crudo en el Mar Negro, a propósito del cual Putin habría criticado la gestión del Ejecutivo, exigiendo más esfuerzos en la reunión mantenida ayer con los miembros del Gobierno ruso.
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